Gary Oldman

 

Su aspecto extraño e inquietante ha ayudado a Gary Oldman a interpretar misteriosos, extremos y emblemáticos personajes, a menudo villanos o incluso los más temibles monstruos, en los años ochenta y noventa. Tras una triunfal carrera en el teatro, Oldman actuó en dramas televisivos de gran calidad, entre ellos Meantime (1983) del director Mike Leigh, donde interpretó a un temible cabeza rapada. Fue la leyenda del rock punk Sid Vicious en Sid y Nancy (1986) y al año siguiente fue otro conocido iconoclasta de la cultura inglesa, el dramaturgo Joe Orton, en Ábrete de orejas (1987) de Stephen Frears. Habiéndose trasladado a Estados Unidos, hizo gala de su don para imitar acentos a la perfección en films como Ley criminal (1989), Chattahoochee (1990) y El clan de los irlandeses (1990), y explotó su intensidad dramática en papeles como el de Lee Harvey Oswald en JFK:caso abierto (1991) de Oliver Stone, y el del policía drogadicto de El profesional (1994). Sus dotes camaleónicas lo hicieron idóneo para la interpretación del conde Drácula en Drácula, de Bram Stoker (1992), película donde demostró dominar una compleja técnica interpretativa. Participó en Amor a quemarropa (1993), escrita por Tarantino, y dio vida a Beethoven en Amor inmortal (1994), junto a su pareja en la vida real, Isabella Rossellini. Después de coprotagonizar junto a Demi Moore el sonado fiasco La letra escarlata (1995), Gary Oldman apareció en la película de ciencia-ficción El quinto elemento (1997).

 

 

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