New Line Cinema

 

 

La filosofía que sustenta a New Line Cinema se expresa con llaneza en el nombre de esta empresa fundada como distribuidora independiente en 1967 por Robert Shaye: una nueva línea de cine, o lo que es lo mismo, películas alternativas, en general orientadas a un público juvenil. Un buen ejemplo de esta tendencia, de esta marginalidad adrede de las corrientes más comerciales del séptimo arte, se encuentra en Flamencos Rosas (1972), Female Trouble (1975) y Polyester (1981), tres de los trabajos dirigidos por el estrambótico John Waters y protagonizados por el no menos underground Divine, que con Hairspray (1988) brindarían sorpresivamente a la firma beneficios económicos nada despreciables.

Wes Craven, con su exitoso largometraje Pesadilla en Elm Street (1984) y las múltiples secuelas de esta fantasía de terror encarnada por el siniestro personaje Freddy Krueger, sería otro de los creadores más rentables y emblemáticos de la casa, al igual que los hermanos Reginald y Warrington Hudlin gracias a House Party (1990). Por su parte, Raphael, Michelangelo, Donatello y Leonardo, las cuatro aguerridas y pizzeras Tortugas Ninja (1990), también darían cuantiosos dividendos a New Line Cinema, marcando incluso un récord en lo que concierne a las ganancias conocidas hasta entonces por la compañía.

Ésta amplió notablemente sus horizontes al crear, asimismo en 1990, la división Fine Line Features para producir y distribuir obras como Mi Idaho privado (1991) y Ellas también se deprimen (1994) de Gus Van Sant, The Rapture (1991) de Michael Tolkin, El juego de Hollywood (1992) y Vidas cruzadas (1993) de Robert Altman o Indefenso (1993) de Mike Leigh. Tras ser adquirida en 1993 por el magnate de las comunicaciones Ted Turner, New Line Cinema superó en 1994 todas sus expectativas comerciales al obtener ingresos de más de doscientos millones de dólares por una pareja de películas estelarizada por el comediante Jim Carrey: Dos tontos muy tontos (1994) y La máscara (1994).

    

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