Sara Montiel
La hermosa y provocativa Sara Montiel, destinada a convertirse en las décadas del cincuenta y sesenta en la mujer más deseada de España y en un verdadero fenómeno social cuyos efectos se extienden al presente, nació en un modesto hogar manchego, hija de labradores. Debutó en la pantalla a las órdenes de Ladislao Vajda con Te quiero para mí (1944), película a la que seguirán otros papeles menores en Vidas confusas (1947), Pequeñeces (1950) o El capitán veneno (1950), hasta que cruzará el Atlántico rumbo a México. Allí, elegida Reina de las Fiestas de Primavera, trabajará en varios largometrajes más, entre ellos, Cárcel de mujeres (1951), Piel canela (1953) y Se solicitan modelos (1954), antes de viajar a Hollywood, donde conseguirá un papel de vital importancia, como india, en Veracruz (1954) de Robert Aldrich, junto a Gary Cooper y Burt Lancaster. Dos pasiones y un amor (1956), dirigido por Anthony Mann, quien en 1957 será el primer marido de la actriz, se sumará al film anterior en 1955, así como Yuma (1957) de Samuel Fuller. Pese a que Warner Bros. le ofrecerá un contrato de siete años, la Montiel lo rechaza y regresa a España. En la península, Juan de Orduña le propondrá el personaje protagonista del que habrá de ser su mayor triunfo en el país, El último cuplé (1957), por el que obtendrá diversos galardones, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes y un trofeo de la revista Fotogramas, por ejemplo y el mayor éxito comercial de su carrera. Nuevos éxitos se sucederán en los años siguientes, consolidando el prestigio y la popularidad de la intérprete: La Violetera (1958), Carmen, la de Ronda (1959), Mi último tango (1960), Pecado de amor (1961), La bella Lola (1962), Samba (1964) o Noches de Casablanca (1963), hasta llegar a Cinco almohadas para una noche (1973), su último film. También, paralelamente a sus incursiones en la pantalla, comenzará a grabar discos y encabezará una serie de espectáculos musicales, como Saritísima, Super Sara Show, Sara de la Mancha o Taxi, vamos al Victoria, con los que recorrerá el mundo hispanoamericano de Barcelona a Lima y de México a Buenos Aires. En el ámbito personal, tras la muerte de Anthony Mann en 1964, Sara Montiel contraerá matrimonio con el industrial José Ramírez Olaya y posteriormente con el periodista y empresario Pepe Tous, que será su agente artístico hasta su fallecimiento en 1992 y con quien adoptará una niña en 1979, Thais, y cuatro años más tarde un niño, Zeus. Mito vivo del celuloide y los escenarios españoles y latinoamericanos, Sara Montiel, siempre bella, chispeante y altanera, será reconocida por su trayectoria con distinciones de la envergadura de la Orden de las Artes y las Letras Francesas, en 1982, o del título de Lady España, en 1991