Historia del Colegio Quicaví

Era el 27 de Diciembre del año 1831 en Inglaterra, cuando Helga Hufflepuff supo que su amigo muggle Charles Darwin iba a participar en una excursión por el nuevo mundo.
En la travesía marítima su amigo Darwin se desidrataba por los continuos mareos, pero lo resistía gracias a los brebajes que Helga le preparaba.
En la travesía marítima su amigo Darwin se desidrataba por los continuos mareos, pero lo resistía gracias a los brebajes que Helga le preparaba.
Helga Hufflepuff no sabía mucho sobre ese continente (en realidad, casi nadie de Europa) y se enroló también en el epopéyico viaje.

Como buena bruja, preparó todo lo necesario para una larga jornada: un buen surtido de hierbas medicinales, trajes 100% algodón (en aquella época no habían telas sintéticas) y muchas tintas, plumas y pergaminos para sus observaciones biológicas.
Cuando el Beagle llegó a Sudamérica, quedaron maravillados con su belleza. Fue entonces cuando la famosa lechuza Petunia hizo historia al enviar invitaciones para Griffindor, Ravenclaw y Slytherin para conocer estas tierras.

En la misiva, Helga los instaba a reunirse en el "fin del mundo", después de la cadena montañosa de los Andes.
Petunia, la legendaria lechuza que cruzó el Atlántico.
Petunia, la legendaria lechuza que cruzó el Atlántico.
Una vez allí, se contactaron con los magos de la zona, con los cuales se reunieron en la cueva del Quicaví (la cueva de los brujos), y les comunicaron sus logros en Inglaterra con su colegio. La comunidad local quedó fascinada con la idea y les pidió que dieran la bendición para su nueva escuela. Fue así como estos legendarios magos partieron por la zona a buscar los animales que representarían cada casa:
Helga Hufflepuff Rowena Ravenclaw
Godric Griffindor Salazar Slytherin
Agradecidos, los magos chilenos despidieron a los británicos y empezaron el trabajo que con tanto cariño y dedicación perdura hasta hoy: educar a los magos chilenos.

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Elección de los Animales representantes de las casas

Helga Hufflepuff fue a los valles transversales (actual IV región) y quedó asombrada con el pequeño ser que cruzó por su camino. Lo tomó en sus manos y vió que era un ave, independiente y libre. Preguntó por su familia y este bebé apuntó a los cielos a sus ruidosos padres. Las nubes entonces abrieron sus compuertas y la atmósfera se humedeció con el suave aroma de la tierra agradecida. Hufflepuff comprendió como amaban la lluvia estas aves y decidió que el Queltehue representaría su casa.
Salazar Slytherin sintió una extraña sensación, algo que venía de los bosques de la gran isla de Chiloé. Esa sensación le invadió el cuerpo y con rapidez surcó los cielos para viajar en busca de esa maldad y astucia. Esa tierra tan rica en magia aumentaba su curiosidad y en los bosques encontró un animal astuto, sigiloso... se trataba del Zorro Chilote. El animal lo saludó, y Slytherin complacido sintió su energía. En ese momento decidió que esta criatura representaría su casa.
Godric Griffindor viajó a las alturas (zona precordillerana de la XI región) y llegó a un lugar silencioso y de una belleza salvaje y luchadora. Sintió el viento austral en sus cabellos y fijó su mirada en el felino que lo observaba, majestuoso e imponente en la fría belleza de las Torres del Paine. La mirada transmitió como se parecían sus naturalezas, valientes y gloriosas, y decidió que el Puma representaría su casa.
Rowena Ravenclaw cerró los ojos y se dejó llevar por los vientos... lejos, muy lejos... llegando a la isla de Juan Fernández: esplendoroso lugar donde destacaba su flora, y entre un copihue y una añañuca, le asombró una rapidez increible: Sus ágiles alas, su elegancia en el vuelo, su precisión al elegir la flor más adecuada para su alimentación y su lujoso colorido, fueron las características en las que se fijó Rowena de ese ser. Admirada frente a tal majestuosidad en tan lejana isla, dedicó su casa al Colibrí.

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