HOMENAJE AL DECANO

Doble Quinquenio

Peñarol es el único equipo de nuestro fútbol que logró dos quinquenios como Campeón Uruguayo, y será el único del siglo.

Entre el año 1958 y 1962 se gestó el primero y el segundo quedó grabado recientemente con la obtención en forma consecutiva del máximo título, entre los años 1993 y 1997.Ningún equipo de un país campeón del mundo goza de tan importante lauro.


1958

PEÑAROL 1958. Parados, desde la izquierda: Aguerre, Maidana, W. Martínez, Salvador, Gonçalves, Cocito y Gonzalvo. Agachados: Coccinello, Hein, Hohberg, R. García y Borges

Luis Maidana tiene sobrados derechos para referirse al Peñarol de 1958 pasando por encima de la alusión puntual y exclusiva de aquel conjunto porque "los únicos que jugamos los cinco años en que salimos campeones consecutivos logrando el primer quinquenio fuimos el "Tito" Gonçalves y yo. El llegó de Salto en el 58 y yo ya estaba desde el 54 y jugué hasta el 65. Todavía no habían llegado las figuras del exterior que después desequilibraron como Spencer, Joya y Linazza. Antes era diferente, siempre se definía con Nacional porque las diferencias con los demás equipos eran muy grandes, algunos partidos parecían de práctica. Cuando logramos el quinquenio no festejamos como lo hicieron ahora, habíamos sido campeones de América en el 61 y en el 62, estábamos más acostumbrados a la gloria"


1959

Oscar Omar Míguez rememora que "en realidad yo participé poco en el primer quinquenio porque en setiembre del 58 tuve una lesión grave de rodilla que me tuvo seis meses ausente de las canchas. Ya de ahí en adelante jugué poco, alternaba hasta que me fui para Perú. Pero en aquel momento se empezó a formar uno de los equipos más ganadores que ví en mi vida". Entonces confiesa que "este segundo quinquenio lo viví de una manera muy especial porque tengo dos nietas que son terribles "manyas", Analía de once años y Cecilia que recién cumplió los quince. Tienen las camisetas que les regaló Antonio Pacheco, se las ponen y van al estadio. Yo no fui, me quedé en casa con mi señora, los ví por el cable. La última vez que fui fue el 3 a 2 contra Defensor con el tercer gol de Biscayzacú, soy muy cabalista y dejé de ir. Sufrí mucho, quería que ganaran. Quiero agradecerle a todos esta alegría inmensa que nos brindaron, también a los que no están como Navarro y Fossati y un gran abrazo a esa hinchada fabulosa que llenó el estadio, no es común que la hinchada de un solo equipo llene el Centenario."


1960

Spencer y Joya: LA AMENAZA NEGRA

PEÑAROL 1960. Parados, desde la izq.: Aguerre, Bernardico, P. Cubilla, Maidana, Goncalves, Matosas, W. Martínez, Cocito y Salvador. Abajo: Pino, L. Cubilla, Pedra, Linazza, Hohberg, Spencer, Borges, Crescio y Griecco

Pedro Cubilla recuerda hoy del Peñarol de 1960 que "tuvimos la suerte de asistir a la formación de un excelente plantel que después logró grandes cosas. Hubo aspectos que fueron fundamentales, como los aciertos en la conducción y en la elección de los futbolistas, sobre todo los que llegaron del exterior como Spencer y Linazza, este último de gran rendimiento a pesar de no ser un excelente jugador. También estaban surgiendo los jóvenes como Rocha. Había tantos futbolistas y tan buenos que muchas veces jugábamos en la reserva porque no teníamos lugar. Hubo gente que fue fundamental como el "Tito" Goncalves. Su poderío dentro y fuera de la cancha era impresionante. Recuerdo la primera vez que vi a Spencer, estaba en Las Acacias: recién había llegado, extrañaba mucho, tenía frío y le llamaba la atención esa manera de jugar tan dura que tenemos aquí. El "Tito" lo recibió, le cubrió la espalda con una frazada y lo hizo sentirse mejor. El técnico Scarone también tuvo incidencia. Le dio personalidad a los que la necesitaban y frenó a los que tenían demasiada".


1961

PEÑAROL 1961. Parados, desde la izquierda: Gutiérrez, Aguerre, Cocito, Maidana, Goncalves, W. Martínez, Cano y E. González. Agachados: Cubilla, Ledesma, Sasía, Spencer y Joya

Retrotrayéndose en el tiempo, Alberto Spencer vuelve sus recuerdos hacia el Peñarol del 61: "cuando llegué a Uruguay se estaba por jugar la final del 59 que se terminó jugando en los primeros días de marzo del 60. Ese fue mi debut oficial, en un clásico a estadio lleno. Me impresionó mucho pues en mi país nunca había visto una fiesta así. Aquello fue el despegue, porque al año siguiente, para el 61, ya vinieron el "Pepe" Sasía y Joya, entonces no sólo salimos campeones uruguayos de nuevo, sino que también de América y del Mundo. Creo que los dos quinquenios significaron mucho para Peñarol, este último (concretado en 1997) por el entorno que se formó debido a los tres puntos perdidos frente a Rampla Jrs., a los clásicos ganados de forma muy especial, de atrás y en sólo quince días y luego las finales contra Defensor en 72 horas. Todo eso brindó una fuerza anímica y una unidad muy grandes. Yo no fui porque no tengo por costumbre hacerlo, pero estoy enterado de todo. Lo escucho y sufro mucho más. No es lo mismo que estar jugando".


33pts ganados de 36: Campeón por demolición Total

1962

PEÑAROL 1962. Parados desde la izquierda: Caetano, Maidana, Lezcano, Matosas, Cano y E. González. Agachados: Rocha, Sasía, Cabrera, Spencer y Joya

Edgardo González, pilar del Peñarol del 62, recuerda hoy en Colonia, que "llegué a Peñarol en el 61. Esos dos últimos campeonatos de aquel quinquenio se ganaron bien, siempre estábamos arriba. Para mí, que venía de Liverpool fue una locura. Además yo era hincha. En mi primer año en Peñarol toqué el cielo con las manos, fuimos campeones uruguayos, de América y del Mundo y después lo remachamos con el quinquenio. Cuando lo ganamos,la gente salió enloquecida a festejar por 18 de julio, nosotros lo hicimos entre nosotros, íntimamente porque volvimos a la concentración de Los Aromos, nos dejaron libres al otro día. En aquellos momentos era muy común, se jugaban muchos partidos, estábamos siempre concentrados. Este quinquenio lo viví desde aquí, no fui en todo el año a Montevideo y no vi ningún partido. Estoy muy casero y me da pereza, aunque me hubiese gustado estar con los jugadores, técnicos y dirigentes, saludarlos y abrazarlos, disfrutar con ellos después de tanto sufrimiento. Porque escuchando por la radio sufro mucho, como cualquier peñarolense. Me imagino lo que habrá sido la hinchada, aún recuerdo lo que era estar dentro de la cancha y mirar para las tribunas"


También los de pantalón largo...

Por más que recién haya sido presidente aurinegro más acá en el tiempo, tras la muerte del Cr. Gastón Güelfi, sería injusto refererise a la conducción institucional de aquel Peñarol de la época del primer quinquenio sin mencionar la incidencia que tuvo la gestión de Washington Cataldi en la faz dirigente. El entonces delegado del club en la AUF fue el artífice de la acción política que permitió la habilitación de Carlos Abel Linazza y Alberto Pedro Spencer para jugar en marzo de 1960 la final del Uruguayo de 1959.

Pelegrín Anselmo había sido crack de Peñarol de la década del 20. Una gloria. Apareció como sucesor de Bela Guttman luego de haber dirigido a Fénix en una campaña exitosa, tal vez de la misma forma en la que luego surgiría Máspoli en varias ocasiones: era de la casa. Era propio. Con ese sello, desde afuera de la cancha, "acompañó" la obra que culminaron los grandes jugadores aurinegros de entonces.

Bela Guttman era el técnico húngaro que en 1961 sacó al Benfica campeón de Europa. En 1962 fue contratado por Peñarol, en el marco de una política de conducción innovadora, pero solamente estuvo al frente del plantel durante la primera mitad de la temporada, fundamentalmente porque la diferente idiosincracia que quizá le impidió establecer una comunicación más fluída con los futbolistas de mayor nombre, determinó que Peñarol no lograra los mismos resultados de años anteriores. Igual, su paso dejó algunos frutos.

Roberto Scarone había sido lateral derecho de Peñarol de la década del 40 y fue traído como técnico una vez concluído --aunque no definido-- el Uruguayo de 1959, después que el entrenador cumpliera en Perú una campaña exitosa. Bajo su conducción los aurinegros ganaron en marzo del 60 la final del campeonato del año anterior y luego obtendrían los títulos de campeones del Uruguayo en las dos temporadas posteriores.

Hugo Bagnulo se constituyó en el conductor que moldeó el conjunto que obtuvo los dos títulos iniciales del primer quinquenio, tras conformar un elenco con jugadores maduros como Maidana, el brasileño Milton Alves Da Silva (Salvador) y Hohberg, que retornó en el 58 tras un breve pasaje por el fútbol europeo, con jóvenes como Roberto García, Alberto Hein, Néstor Goncalves, Oscar Leitch, Walter Aguerre y Luis Cubilla, al que justamente Bagnulo ascendió de la quinta división a la tercera.


Un puente de 35 años

Los protagonistas del quinquenio aurinegro de las décadas del cincuenta y el sesenta son en su gran mayoría testigos de este otro de la década de los noventa. Entonces, aún subconcientemente, en muchos de ellos se produce una asimilación de imágenes, vivencias y recuerdos que no tienen por qué estar ajenos a la feliz nostalgia que también reina en Peñarol en momentos de merecido festejo.

AQUELLA FINAL...

Pedro Cubilla, por ejemplo, dice que "una de las cosas que más recuerdo es la final del tercer año contra Cerro, el estadio lleno donde incluso hubo avalanchas. Ellos tenían un gran equipo y un excelente jugador como Miguel De Britos, hábil, maniobrero, pero la marca recia del "Tito" sobre él fue fundamental para que ganáramos el partido. Cierro los ojos y aún hoy veo las motos de la policía que nos acompañaron de vuelta hasta Los Aromos, haciendo sonar las sirenas".

De todas formas, Pedro Cubilla no deja de lado lo que ha sido su extensa trayectoria, no sólo como jugador sino también como técnico --junto a su hermano Luis estuvo entre otros clubes en Olimpia de Paraguay, en Nacional, como también en la selección celeste, en donde ocupó el cargo de técnico alterno; al campeón paraguayo lo dirigió cuando ganó la Copa Intercontinental en 1979-- y entonces hace un repaso algo más analítico, conviniendo que "después de estar dos veces en Peñarol y otras tantas en Nacional uno pierde eso de ser hincha; por eso este quinquenio lo viví más de afuera que aquél de la década del sesenta, a pesar de que ahora fui a los clásicos, al partido Nacional-Defensor y a las finales.

Creo que Peñarol fue un merecido campeón porque los aurinegros cuentan con el mejor plantel del medio. Peñarol tiene jugadores que son muy importantes aunque no trascienden al público y a la prensa.

Es el caso de José Enrique De Los Santos, por ejemplo, que para mí es un baluarte, un jugador humilde y que siempre deja todo. Peñarol se ha caracterizado por tener ese tipo de jugador siempre. En aquel quinquenio y en éste.

Desde su sitial de verdadera leyenda viviente de la rica historia de los aurinegros, Alberto Spencer, confiesa que como hincha de Peñarol "me gusta Juan Carlos De Lima porque veo que aprovecha bien el juego aéreo, que yo tengo claro que era uno de mis fuertes".

Luego, el otrora goleador agrega que "he escuchado a algún relator decir que Zalayeta le hacía recordar a Spencer, quizá por el parecido físico, pero la verdad es que yo a este muchacho lo he visto muy poco, sólo por televisión durante el Mundial de Malasia".

Oscar Míguez revela al hablar del quinquenio de los noventa que "yo, de los jugadores actuales de Peñarol, me siento identificado con Carlos Aguilera porque es un inventor; a mí me gustaba inventar y para eso me quedaba practicando después de los entrenamientos. A veces me salía y a veces no. El "Pato" no tiene la pelota y está pensando, es de esos jugadores que aparecen muy de vez en cuando. Es como Bengoechea, es indiscutible, son futbolistas con categoría que influyen en el plantel. Son los espejos que siempre se necesitan, pues los jóvenes, a pesar de sus condiciones, necesitan mirarse en alguien con más experiencia. Yo lo viví en carne propia, jugué con Obdulio Varela, con Máspoli y con Vidal: ellos eran mis ídolos y los tuve a mi lado, pude aprender de ellos".

En el primer quinquenio Oscar Omar Míguez actuó poco por una lesión. Pero no importa. Es un punto de referencia. El "Cotorra" no sólo fue campeón del mundo en 1950. De los pies a la cabeza, era un genio. Y como tal, entonces, se ve reencarnado en Aguilera. Es que los pases que hoy saca el "Pato" de la galera, son como aquellas bicicletas, mondonguillos y chilenas que Míguez ensayaba hasta el cansancio, con obstinación, hasta que le salían perfectas.


Aparece Gregorio Pérez, trae a Bengoechea y habla de que "hay que recuperar la mística"


Llegó la hora de la reencarnación

1993

PEÑAROL 1993. Parados desde la izquierda: N. Gutiérrez, G. Rabajda, J. B. Perdomo, E. De Los Santos,

W. Tais. Agachados: D. Dorta, D. Vidal, P. Bengoechea, G. Da Silva, M. Otero y D. Silva

Seis años después de la última consagración a nivel local se concretó lo que la hinchada estaba esperando, el campeonato uruguayo. Peñarol había sacado ventaja, ganando los clásicos y a casi todo rival que se le pusiera en frente. Pero en las últimas fechas fué perdiendo ventaja y llegó cabeza a cabeza con Defensor. El último partido fue una fiesta increible, 60.000 personas llenaron el estadio ante Cerro, con el que finalmente se empató. Los violetas no pudieron con Danubio y la vuelta del Manya se realizo con 5000 personas adentro del campo.

Héctor Tuja se ha caracterizado por integrar equipos que salen campeones; lo había conseguido con Defensor Sporting, con Central Español y con River Plate. Peñarol en el comienzo del ciclo, en el 93, no fue la excepción, entonces: "llegué a mediados del 93 y me quedé hasta fines del 94, por lo tanto estuve presente en los dos primeros campeonatos. Encontré un grupo muy bueno, en realidad me sorprendió porque yo nunca había estado en un equipo grande y me imaginaba otra cosa, no creía que iba a encontrar tanta unidad. Había gente muy importante como Pablo Bengoechea, el "Tano" Gutiérrez, el "Chueco" Perdomo y todos tiraban para el mismo lado, además Gregorio es un técnico muy trabajador. Lo que sucedió en estos cinco años da la pauta de cómo funciona la institución."

Ese año se destacaron los goleadores Gabriel Cedrés (10 goles) y dos nuevas incorporaciones, de Rampla llegaba el "Marujo" Marcelo Otero (12) y de Defensor el rapidísimo Debray Darío Silva (9). Sin embargo, la superestrella de ese año y de los siguientes sería el "Profesor" Pablo Javier Bengoechea (11). Apuntalaron a el equipo Diego Martín Dorta, José Enrique de los Santos, Robert Lima, Andres Martinez, José Perdomo, Nelson Gutierrez, Washingtón Tais, Gerardo Rabadja y Oscar Ferro.


Por sobre todos y a pesar de las sanciones

1994

En el año 1994 por primera vez el Campeonato Uruguayo dejó de jugarse a dos ruedas y se disputaron los Torneos Apertura y Clausura. Ambos fueron ganados por Peñarol, incluyendo los dos clásicos, pero debido a que en el Apertura le quitaron cuatro puntos por resolución del Tribunal de Penas, el título quedó en manos de Defensor Sporting. Por lo tanto hubo que disputar, también por primera vez, una serie final para definir al campeón uruguayo. Los dos primeros encuentros finalizaron empatados en el mismo marcador, 1 a 1 (incluyendo goles insólitos, como el de Tais a Arbiza) , por lo que fue necesario un tercer partido. Fue ganado por Peñarol 2 a 1, luego de ir perdiendo y de manera infartante empatado en los ultimos minutos por Baltierra y definido por "el facón del Olimar" Darío Silva. A partir de ese año la definición del torneo sería en todos los casos hazañosa y, en ocasiones, milagrosamente ganado. De esa forma los aurinegros se quedaron, al igual que en el año anterior, con el campeonato uruguayo.

Ese año se concretaron las vitales incorporaciones del "Vasco" Oscar Aguirregaray y del "Pato" Carlos Aguilera (5goles). Y se sumaron dos juveniles, Antonio Pacheco y el "Pelusa" Magallanes. El goleador indiscutido fué Darío Silva (19), Marcelo Otero (13), y el aporte crucial de Bengochea (11). También fue el año de Andrés Martinez (4), apareció afirmandose Nelson Olveira, y aportaron lo suyo Danilo Baltierra, Enrique de los Santos, Tais, Martín Rodriguez, Lima, Dorta y Ferro.


Se cruza Nacional: se vá la primera

1995

Durante el Torneo Apertura los aurinegros perdieron sólo un encuentro, precisamente frente a Nacional. Aunque fue el equipo que logró más puntos, como le quitaron dos por un fallo del año anterior, debió disputar una final ante Liverpool. Peñarol venció por 2 a 0. También emigraron a Italia los goleadores imparables y desiquilibrantes (Silva y Otero), pero apareció un hombre que sería, a partir de ese momento, el guerrero del gol, Luis Romero. En el Torneo Clausura los dos grandes igualaron en la primera posición, por lo que debieron disputar una final. La misma terminó empatada en dos goles y en definición por penales se impusieron los tricolores. Eso obligó a definir el Campeonato Uruguayo al mejor de tres encuentros, en un mano a mano interminable y parejo lo que posibilitó varias fiestas emocionantes de fútbol a estadio lleno. El primer partido fue ganado por Peñarol 1 a 0 (golazo del "profe"), mientras que Nacional venció el segundo por 2 a 1. La finalísima la obtuvieron los aurinegros, claramente y con resbalón incluido, por 3 a 1, logrando así el tricampeonato consecutivo. Nacional acariciaba el título, despegado como el año anterior, pero esta vez llegaba a la final; sin embargo se vió superado anímica y futbolísticamente por Peñarol, y no sería la última vez. Se estaba gestando el quinquenio.

El goleador fué Pablo Bengochea (11) debido a que Darío Silva (9) y Otero (5) emigraron a mitad de año. Sin embargo aparecieron Antonio Pacheco (4), Federico Magallanes (7) y el increíble Luis Alberto Romero (8) con goles importantes y muchos goles clásicos con lo que Romero se transformó por varios años (y todavía) en la peor pesadilla de Nacional. Además confirmaron valores de años anteriores como por ejemplo Aguirregaráy, Baltierra, Olveira y varios más; pero se destaparon , por aquellos años, un juvenil llamado Gonzalo de los Santos y otro, arquero, Claudio Sebastián Flores


Con Fossati y sin goleadores: se vá la segunda

1996

PEÑAROL 1996. Parados desde la izquierda: S. Navarro, R. Lima, G. De Los Santos, N. Olveira, E. De Los Santos y W. Tais. Agachados: A. Pacheco, N. Rotundo, P. Bengoechea, M. Rodríguez y O. Aguirregaray

El Peñarol del 96 fue diferente a los otros. Otro Peñarol, sin goleadores para el Clausura (Romero a Italia, el paquete llamado Recoba a Nacional), y eso se notó. Se había ido Gregorio Pérez. Vino Jorge Fossati. Un técnico de la casa, sin duda. Pero con un fútbol diferente. De carrileros. De toque. No fue fácil, entonces. Peñarol salió campeón del Torneo Apertura. Pero no logró repetir en el Clausura. Es más: a determinada altura se desentendió de ese torneo y se dedicó a prepararse para las finales. En ellas debió enfrentarse al tradicional rival, que se había quedado con el segundo torneo del año y estaba gordito. El favorito indiscutible era Nacional, estaba entonado, con Recoba por sobre todos. Sin embargo no hubo necesidad de jugar tres partidos, los aurinegros ganaron el primero 1 a 0 y les alcanzó con igualar 1 a 1 en el segundo, se dijo que Peñarol había ganado con los 00s, y como en muchas oportunidades, así fué. El cuarto campeonato consecutivo ya estaba en manos de Peñarol. Se había cambiado de técnico y de manera de jugar, pero el resultado había sido el mismo.

Ese año fué uno de los peores en puntos, partido ganados y goles, pero el mejor resto anímico. Destacaron los "laterales carrileros" Washington Tais(3) y Robert Lima (5). También a falta de Romero (9), Antonio Pacheco (5), Heberley Sosa (4), Andreé Gonzalez. Apareció en el arco, Sergio Navarro.


La tercera no fué la vencida, ni con ayuda de tribunales

1997

QUINQUENIO de oro II

PEÑAROL 1997. Parados desde la izquierda C. Flores, N. Olveira, L. Romero, J. Gonçalves y E. Adinolfi. Agachados: N. Rotundo, P. Bengoechea, R. Pereira, C. Aguilera, S. García y A. Pacheco

El año 1997 se inició con la ilusión del quinquenio. Después de la obtención de cuatro campeonatos consecutivos, los parciales aurinegros no hablaban de otro tema. Pero las cosas no fueron fáciles para los dirigidos por Gregorio Pérez. Todo comenzó con los incidentes en Las Acacias que no le permitieron finalizar el partido frente a Rampla Jrs. Poco después se rompieron las relaciones con el periodismo, pero esto lejos de perjudicarlos, los favoreció, pues se formó entre jugadores, técnicos, hinchada y dirigentes una unidad inquebrantable. La muerte del juvenil Fabian Perea le dio al plantel una fuerza anímica poco común. Luego, una seguidilla infartante . Todos estos hechos posibilitaron dar vuelta partidos que parecían perdidos, sobre todo frente al tradicional rival. Fué, a pesar de los increíbles y maravillosos campeonatos ganados de atrás en los años anteriores, el campeonato más disfrutado por la hinchada. Con ese temperamento llegaron a disputar las finales frente a Defensor Sporting. No hubo necesidad de tercer encuentro, Peñarol fue netamente superior.

Ese año se recupero en materia de goles el "profe" con 11 anotaciones, arrasó Luis Romero (10), Pacheco (8) con goles de alta factura. El infartante Juan Carlos De Lima redimió su oscuro pasado con goles desicivos (9) frente a Nacional y uno impresionante que valía un quinquenio en el último minuto contra Cerro. De Souza (3), y Rotundo brillaron junto con otras figuras de otros años. Sin embargo, la figura futbolística del año, aunque no especialmente vital en el quinquenio, fue el negro maravilloso Marcelo Danubio Zalayeta (7).

 


Vá de chicos, gallinas y finales

Entre los dos períodos en que los aurinegros lograron los quinquenios debieron disputar seis finales por el Uruguayo y en todas ellas lograron imponerse. La primera fue en 1959 ante Nacional ganando los carboneros por dos goles a cero, la segunda al siguiente año los enfrentó con Cerro en aquel recordado partido donde después de una exitosa gestión de su delegado, Washington Cataldi que logró la autorización para que Alberto Spencer, Carlos Linazza y Guillermo Pedra pudieran jugar el partido definitorio sin haber participado durante todo el año 60, allí los aurinegros se impusieron por tres a uno.

Las otras cuatro finales, que se hicieron casi inevitables, se debieron jugar pues al reformarse el sistema de disputa y crearse los campeonatos Apertura y Clausura.

En 1994 la definición fue ante Defensor Sporting (1-1, 1-1 y 2-1); en 1995 la disputó ante Nacional (1-0, 1-2 y 3-1) y un año después fue ante el mismo rival (1-0 y 1-1). Por último la de este año ante Defensor Sporting (1-0 y 3-0).


OTRAS HISTORIAS

Sumando de a cinco o ¿seis?

 


Nacional, Cerro, Nacional: goles históricos

Tomando en cuenta el tiempo que actuó y los goles que hizo --además de la enorme gravitación de los mismos-- Juan Carlos De Lima convirtió un tanto cada 66 minutos. O sea que metió más de uno por partido. Un promedio importantísimo. Lo que nadie sabe es que, cuando el floridense estaba en condición de libre y hasta el propio futbolista pensaba en su retiro, Jorge Seré se acordó de su ex compañero de Nacional y recomendó su contratación en el que fue el primer cuadro de De Lima en el profesionalismo: Liverpool. Menos conocido es, todavía, que cuando los negriazules llamaron a la casa del atacante para intentar contratarlo, el goleador ya había salido para la sede aurinegra a poner la firma...

De milagro, astucia, inteligencia, goles y talento

Cuando avanzaba el último Torneo Clausura y Peñarol parecía alejarse de la posibilidad de conquistar el Uruguayo del 97 un componente del grupo aurinegro fue a consultar a "una señora" para saber si podía ser posible contar con alguna "ayudita". Lo hace cualquiera en otros órdenes de la vida. Fue ahí que la especialista le respondió al consultante que "todavía no han llegado a lo peor", pero le aseguró que finalmente los aurinegros obtendrían lo que se proponían. A partir de ahí Peñarol perdió un partido más, pero después empezó a mejorar y ganar... por eso hay quienes conocen la intimidad del grupo que dicen que cuando De Lima le hizo el providencial gol a Cerro, hubo jugadores que elevaban los brazos al cielo, más que en son de festejo, como agradecimiento porque la profecía se cumplía. Esa tarde se sintieron seguros de que nada los detendría...


LA DOCE Y SUS HEROES DEPORTIVOS

Las figuras más destacadas en el quinquenio fueron: Pablo Bengochea (118 partidos jugados-48 goles), Darío Silva (54pj-37g), Marcelo Otero (58-30), Luis Romero (58-27), Carlos Aguilera (58-14), Antonio Pacheco (82-18), Oscar Aguirregaray (81-4), Robert Lima (87-11), Enrique de los Santos (95-3), Washington Tais (85-7), Nelson Olveira (62), Danilo Baltierra (63-6), Gonzalo de los Santos (50-3), Diego Martín Dorta (46-3), Nicolas Rotundo (51), Ruben Pereira (31-1), Andrés Martinez (38-5), Federico Magallanes (37-9), Claudio Flores (34), Oscar Ferro (50), Marcelo Zalayeta (22-7), Juan Carlos De Lima (16-9) y muchos más.


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