La diferencia entre un discípulo y un simple miembro de iglesia
El miembro suele esperar panes y peces; el discípulo es pescador.

El miembro lucha por crecer; el miembro por reproducirse.

El miembro se gana; el discípulo se hace.

El miembro gusta del halago; el discípulo del servicio y del sacrificio vivo.

El miembro entrega parte de sus ganancias; el discípulo entrega su vida.

El miembro puede caer en la rutina; el discípulo es un revolucionario.

El miembro espera que le asignen tareas; el discípulo es solícito en tomar responsabilidad.

Uno murmura y reclama; el otro obedece y se niega a sí mismo.

El miembro es condicionado por las circunstancias; el discípulo aprovecha para ejercitar su fe.

El miembro reclama que le visiten; el discípulo visita.

El miembro vale para sumar; el discípulo para multiplicar.

Hacer miembro de un discípulo es poner cepo al que anda en el camino, hacer discípulo a un miembro es dar alas a la evangelización.

Los discípulos de la iglesia primitiva trastornaron al mundo; los miembros del siglo XX están siendo trastornados por el mundo.

Los miembros suelen ser fuertes como soldados de trinchera; los discípulos son soldados invasores.

El miembro cuida de las estacas de su tienda; el discípulo ensancha el sitio de su cabaña.

El miembro hace hábito; el discípulo rompe los moldes.

El miembro sueña con la iglesia ideal, el discípulo se entrega para lograr la iglesia real.

La meta del miembro es llegar al cielo; la meta del discípulo es ganar almas para el cielo.

El miembro maduro se hace discípulo; el discípulo maduro asume los ministerios.

El miembro es "ojalá", y el discípulo "¡Heme aquí!"


--Rodolfo Loyola