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Sor Faustina Kowalska

Sor Faustina y Garabandal

En los mensajes dados por Nuestro Señor Jesucristo a Sor Faustina, encontramos elementos comunes con los mensajes y profecías de Garabandal:

Dios es infinitamente justo y misericordioso, y utliza esas dos naturalezas (su Justicia y su Miseridordia) cuando es necesario.

La cercanía del "Final de los Tiempos" y del retorno de Cristo.

A continuación se presentan algunos escritos de Sor Faustina que tratan esos temas. Los escritos fueron tomados del libro "Pasajes Selectos del Diario de Sor Faustina".

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Dios ha prometido una gran Gracia a todos aquellos que proclamen su gran Misericordia: "Yo mismo los defenderé en la hora de la muerte, como mi gloria, aunque los pecados de sus almas fuesen negros como la noche. Cuando un pecador se dirige a mi Misericordia, me rinde la gloria más grande y es un honor para mi Pasión. Cuando un alma exalta mi Bondad, entonces Satanás tiembla y huye a lo más profundo del Infierno".

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Mientras rezaba la coronilla, oí repentinamente una voz: "Oh, que enorme caudal de Gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla; las entrañas de mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla. Anota estas palabras, hija mía; habla al mundo de mi Misericordia. Que toda la humanidad conozca mi insondable Misericordia. Es la señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la Justicia. Cuando todavía queda tiempo, que recurran al manantial de mi Misericordia; que aprovechen de la Sangre y el Agua que brotó para ellos. Oh almas humanas, ¿ dónde encontraréis refugio el día que se cumpla la Ira de Dios ?. Refugiaos ahora en la fuente de la Misericordia de Dios".

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Hoy he oído estas palabras: "Las Gracias que te concedo no son solamente para ti, sino también para un gran número de almas. Y en tu corazón está mi morada; a pesar de la miseria que eres, me uno a ti, te quito tu miseria y te doy mi Misericordia. En cada alma cumplo la obra de la Misericordia, y cuanto más grande es el pecador, tanto más derecho tiene a mi Misericordia. Quién confía en mi Misericordia, no perecerá, porque todos sus asuntos son míos y los enemigos se estrellarán a los pies de mi escabel".

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"Que los más grandes pecadores pongan su confianza en mi Misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a abandonarse a mi Misericordia. Hija mía, escribe acerca de mi Misericordia para las almas que sufren. Me procuran una gran alegría las almas que recurren a mi Misericordia. A estas almas les concedo Gracias por encima de sus deseos. No puedo castigar, aun al pecador más grande, si él recurre a mi compasión, sino que lo justifico en nombre de mi insondable e impenetrable Misericordia. Escribe: Antes de que yo venga como Juez justo, abro de par en par las puertas de mi Misericordia. Quien no quiera pasar a través de la puerta de la Misericordia, deberá pasar a través de la puerta de mi Justicia".

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Hoy he oído estas palabras: "En el Antiguo Testamento enviaba a mi pueblo los profetas empuñando rayos. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi Misericordia. No quiero castigar a una humanidad doliente, sino que deseo sanarla, estrechándola a mi Corazón Misericordioso. Hago uso de los castigos solamente cuando me obligan a ello; mi mano es reacia a empuñar la espada de la Justicia. Antes del día de la Justicia, envío el día de la Misericordia".

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"Escribe: Soy tres veces Santo y tengo horror del más pequeño pecado. No puedo amar a un alma manchada del pecado; pero cuando se arrepiente, mi generosidad no tiene límites para con ella. Mi Misericordia la abraza y la perdona. Persigo con mi Misericordia a los pecadores por todos sus caminos y mi Corazón goza cuando ellos vuelven a Mi. Olvido las amarguras con las cuales han saciado mi Corazón y me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguno escapará a mis manos. Si huyen ante mi Corazón Misericordioso, caerán en las manos de mi Justicia. Di a los pecadores que los espero siempre; estoy a la escucha del latir de su corazón para saber cuando latirá por mi. Escribe que les hablo con los remordimientos de conciencia, con los fracasos y los sufrimientos, con las tormentas y los rayos; hablo en la voz de la Iglesia y si hacen vanas todas mis Gracias, comienzo a enfadarme contra ellos, abandonándolos a si mismos y les doy lo que desean".