Se reunieron en esta ciudad unos 40 chicos de la ONG
internacional Peace Child (Niños de la Paz), que tiene su sede
cabecera en Buntingford (Inglaterra).Junín
La
organización ofrece a los jóvenes la oportunidad de
responsabilizarse en temas de derechos humanos, paz y medio
ambiente.
Sus integrantes militan en la entidad hasta los
25 años y luego pasan a desempeñarse como
asesores.
Componen grupos que trabajan a nivel nacional en
diferentes proyectos y la idea es juntarse todos los años para
comentar lo realizado y proponer otras iniciativas. Por eso,
se realizó en suelo juninense la Segunda Consulta Nacional de
Peace Child, con la participación de delegaciones de varias
provincias argentinas. En Mendoza, la entidad ha crecido y
también el Este incorporó muchos militantes, a tal punto que
un juninense, Alfredo Redondo (18), es el coordinador
provincial.
Peace Child se llamaba antes Misión Rescate.
Los grupos se empeñan en diferentes líneas de acción, como por
ejemplo combatir la tala indiscriminada de árboles.
Muchos
se conectaron a la organización porque Peace Child sacó un
libro que se llamó Misión Rescate, la edición infantil de la
Agenda 21 y allí había una inscripción, que suscribieron en
forma masiva.
Para estos militantes los encuentros, como el
que terminó ayer, son importantes porque una forma de trabajar
es intercambiando ideas.
"Nosotros (los entrerrianos)
podemos imaginar una solución para un problema de los chicos
de Mendoza y otros tienen su aporte para los de Entre Ríos",
refirió Ileana Pacher (18), de la ciudad de
Paraná.
-¿Alguna vez han impedido algo concreto, una tala
de forestales o la contaminación de un acuífero, por
ejemplo?.
-No trabajamos como Greenpeace. Más bien estamos
en la concientización de los chicos de nuestra edad. Nos
ocupamos del desarrollo sustentable. Básicamente nos interesa
que podamos comer hoy y que mañana, las futuras generaciones,
también puedan alimentarse. Usar los recursos para que puedan
persistir y no se agoten. Pregonamos que empresa que produzca
papel, tale y vaya reforestando a medida que consume
forestales.
El anfitrión, Alfredo Redondo, se explayó
sobre la situación local: "Nosotros acá, en Junín, estamos
haciendo una base de datos para la solución de distintos
problemas: aquellos que puedan surgir con el basural del
departamento y la aparición de residuos inorgánicos; también
estudiamos el tema de discriminación, la pobreza, porque todo
entra en el capítulo de los derechos humanos. Lo que hicimos
es dar charlas a chicos de primaria y secundaria.
Pilar
Serbent (17), de Palmira, narró a sus amigos la situación por
la que atraviesa su comunidad, con elevada desocupación y
fuertes reclamos sociales y les contó de la carpa negra de
protesta que ahora está instalada en el lugar. Tal es el grado
de compromiso con las dificultades de la ciudad ferroviaria,
que Peace Child podría tener un subgrupo allí.
El mayor
del grupo, Diego Gómez (20), pertenece a la Embajada de Medio
Ambiente, de San Salvador de Jujuy. Cuenta que su grupo está
trabajando en capacitar a docentes sobre los objetivos de la
organización y también han participado en Inglaterra de la
edición del libro sobre los derechos del niño.
El "interés" de María Julia
En más de una ocasión, la ONG tiene trato con
funcionarios. Los chicos se entusiasmaron cuando fueron
recibidos por la secretaria de Medio Ambiente de la
administración Menem, María Julia Alsogaray. "Le encantó el
proyecto, nos recibió con buena onda, pero luego no pasó
nada".
Más positiva fue la experiencia de Marina Mansilla
Hermann (17), que pudo ocupar una banca en la Comisión de
Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas, en la sede
central de Nueva York. "El cometido es trabajar con los
proyectos a nivel local y luego llevar nuestras voces a los
foros donde están las personas que pueden hacer los grandes
cambios".
En cambio, los Niños de la Paz de Junín no se
quejan de la relación con el intendente Dante Gregorio
Pellegrini. Alfredo Redondo cuenta que "hasta ahora hemos sido
muy bien recibidos por autoridades y escuelas". Claro,
reconocen que son nuevos y que todavía no han formulado muchas
iniciativas.
Leandro Ahl (15), procedente de Luján, Buenos
Aires, refiere que a veces conspira con la propuesta de ideas
para una mejor calidad de vida, "cierto individualismo que se
observa en la sociedad".
De su relación con otras
organizaciones juveniles, que las hay en gran número en
nuestro país, manifiestan que no compiten: "la idea es sumar,
entre todos, para conseguir un mejor modo de vida".
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