Absurda cadena trófica
Los rostros de la orquídea
se transfiguran
en una lluvia de termitas.
Las hienas deslizan sus lenguas
al interior del nido,
doscientos treinta y cuatro
polluelos menos,
pero el águila defiende
ferozmente
a sus cachorros
mientras el macho caza,
corriendo en cuatro patas,
sobre alguna playa del Mediterráneo.
El sol comienza a nacer
y la trucha acecha gavilanes
que nadan en el Mar Muerto.
Observo la escena,
desde lo alto de un risco.
Una bacteria se alimenta
con mi caparazón.
Por fortuna,
un mosquito le pica en el hígado
y la mata,
justo antes de que muerda
mi vejiga natatoria.
Carlos Cid Guillén
Ir por más poesía Ir a la entrada