HIJOS DEL ALMA

 

 

Siempre con una sonrisa le decía a Jo que imaginaba a nuestra casa como un gran árbol con ramas muy fuertes que cobijarían a muchos pichones...

La vida hizo que las raíces se fortalecieran con el paso del tiempo, con la ayuda de Dios amarrándose más fuerte en cada tempestad, hoy todavía siguen fortaleciéndose...

El Viñador de tanto en tanto nos reúne como pareja y como familia y poda las ramas que son débiles para que retoñen más fuertes por y para Él... En estos años muchos son los hijos adoptivos del corazón que Dios quiso escribieran páginas en la vida familiar junto a nosotros...

Hasta que crecieron, se hicieron fuertes sus alas y hoy unos lejos otros cerca son hombres y mujeres con familia...

Cada uno trajo su bagaje, su historia, sus dolores, sus alegrías...

Cada uno, dejó en todos nosotros recuerdos imborrables... pero hubo uno en especial que marcó huellas profundas...

Dios lo trajo una tarde de Noviembre a nuestra casa, lazos que se acrecentaron y unas primeras balbuceantes palabras que surgieron espontáneamente "pa", "ma" un febrero que marcó en la familia toda, un compromiso, acompañar una vez más acompañar a este hijo de Dios, hermano nuestro, hasta que Él lo decida...

Pasaron los años y sin saberlo una prueba muy grande nos esperaba... por un motivo de salud, debíamos renunciar a este hijo.   Los sentimientos de dolor, de angustia, de desesperación nos colocaban en una posición que jamás hubiésemos pensado ni querido, lloramos con Jo y recuerdo que en mi desesperación me negaba al principio a esa donación. El diálogo con Jo, la comprensión de Jo, su escucha, me llevaron a pensar en dos pasajes de la Biblia, Aquel de las dos mujeres peleando ante el Rey Salomón por un niño, y una renunció para salvar al niño que fuera partido en dos temiendo por su vida.

La valentía de Abraham, cuando el Señor le pidió su  único hijo y este sin dudarlo lo dio... Mi corazón se debatía, en estas dos escenas de profundísimo amor... con el corazón desgarrado, abierto, avergonzada por mi egoísmo, se lo ofrecí junto a mi amado Jo al  Sagrado Corazón del Señor, con la promesa de separarlo, tal cual nos lo pedían los facultativos, por su bien, por su salud... Y a cada paso, la mano del Padre...

...Nuevamente las ramas de nuestra casa se hicieron cobija tibia para otros nuevos que llegaron, que nos dicen "viejo" vieja" que acompañamos en cada logro o en su adolecer,...

Nunca preguntamos ya ¿por qué? Creemos en Él y sabemos que hay un para que  y sabemos que ésta, tal vez, es nuestra misión  y otra vez, cada vez decimos HAGASE, Cuando Vos quieras, lo que Tú quieras... como Vos quieras...

Paternidad, maternidad que el Padre nos regala y hoy quisimos compartir con todos ustedes...

Gracias Señor por Vane, Gustavo, Sergio, Andrés, Yolanda, Juan, Nuestro cachorro, Franco, María, Celeste, Eduardo, Adrianita, Claudia, Germán, Tony,  Fernando, Chiqui, Claudio, Angelito, "El Pira", ,Sergio(que nos mira desde el cielo), Cristian, El TV: Walter, Grachi, Roxana, Piti, Graciela, JuanBa,  Jesusito, Martín, Gustavo...

¡¡Gracias Señor por regalarnos tanto!!

 

Anyjo  Scavello – Argentina