EL
PADRE LAS CASAS
Cuatro
siglos es mucho, son cuatrocientos años. Cuatrocientos años hace que vivió el
Padre Las Casas, y parece que está vivo todavía, porque fue bueno. No se puede
ver un lirio sin pensar en el Padre Las Casas, porque con bondad se le fue
poniendo de lirio el color, y dicen que era hermoso verlo escribir, con su túnica
blanca, sentado en su sillón de tachuelas, peleando con la pluma de ave porque
no escribía deprisa.
Y
otras veces se levantaba del sillón, como si le quemase; y se apretaba las
sienes con las dos manos, andaba a pasos grandes por la celda, y parecía como
si tuviera un gran dolor.
Era
que estaba escribiendo, en su libro famoso de la "Destrucción de las
Indias", los horrores que vio en las Américas cuando vino de España la
gente a la conquista. Se le encendía los ojos, y se volvía a sentar, de codos
en la mesa, con la cara llena de lágrimas.
Así
pasó la vida, defendiendo a los indios.
José Martí - Cubano