ROMANCILLO DEL RIO

 

 

Junto al río arrodillarse,

hundir la mano en su agua;

ver resbalar el paisaje

en el Rió, mientras canta.

 

Corre o va despacio el río,

empujan su caminata...

qué hermosura la de ir,

la de dirigirse hasta

 

su rumbo final. El agua

no es muda, dice palabras.

Van sobre su cuerpo, leves:

las nubes las soliviantan.

 

Qué dulce es arrodillarse,

quieto el ademán, extática

de la mano en inmersión

la cadencia de las aguas.

 

Acaricia el hondo son

de voz que se eleva, canta

y entrega con su canción

un relieve de manzana.

 

Véngannos días de amor,

véngannos que el río se escapa

si no lo detengo yo

desde la orilla del alba.

 

Carmen Conde