EL ZAGAL Y LAS
OVEJAS
Apacentando un
joven su ganado,
gritó desde la
cima de un collado:
«¡Favor!, que
viene el lobo, labradores.»
Estos, abandonando
sus labores,
acuden
prontamente,
y hallan que es
una chanza solamente.
Vuelve a clamar, y
temen la desgracia;
segunda vez los
burla. ¡Linda gracia!
Pero ¿qué sucedió
la vez tercera?
Que vino en
realidad la hambrienta fiera.
Entonces el Zagal
se desgañita,
y por más que
patea, llora y grita,
no se mueve la
gente escarmentada,
y el lobo le
devora la manada.
¡ Cuántas veces
resulta de un engaño,
contra el engañador
el mayor daño!
Félix María
Samaniego