El voluminoso expediente de la investigación sobre la secta Los Niños de Dios fue robado de un tribunal de Rosario. La causa fue tramitada inicialmente, en agosto del año 1992, por la jueza de faltas Liliana Puccio, aunque después, por disposición de la Cámara, el caso pasó a la Justicia de instrucción. Actualmente el expediente en cuestión se encontrana en el Juzgado de Instrucción a cargo de Raquel Cosgaya y en un primer momento se lo dio por extraviado.

PIÑERO: El juez de instrucción en lo penal Carlos Alberto Carbone ordenó ayer una constatación judicial en un albergue perteneciente al Centro Cristiano Remar que funciona en la zona rural de esta localidad, a partir de una denuncia por las inapropiadas condiciones en las que se encontraban alojados unos veinte ancianos.

El desencadenante del procedimiento fue la comunicación realizada a Radio Dos por un efectivo del Cuerpo de Bomberos Zapadores de la policía provincial que había concurrido al lugar a retirar el cadáver de un hombre de alrededor de 55 años, que fue identificado como José Sánchez y que era oriundo de la provincia de Córdoba.

"Cuando llegamos para retirar el cadáver no pude detectar cual era el muerto", dijo ayer a los medios el bombero, quien comparó al albergue, por sus lamentables condiciones sanitarias con un campo de concentración. No obstante, el secretario del juzgado de Carbone, Sergio Francisco Donato, no coincidió con esa descripción, aunque reconoció que el lugar no estaba en condiciones para albergar a ancianos - ni siquiera había un botiquín de primeros auxilios.-

Como medida precautoria, el juez Carbone ordenó la internación de tres de los ancianos en el Hospital Clemente Alvarez y que los restantes alojados sean revisados por personal médico: También trascendió que el titular de Remar, José Zatraraín, será citado a declarar y que, al no haberse constatado lesiones ni abandono de persona, la situación no se podría enmarcar, en principio en la figura de un delito de instrucción. Si bien por el momento la Justicia no dictaría una orden de clausura, la comuna de Piñero evaluaba al cierre de esta edición la posibilidad de cerrar el albergue. En este sentido se topaban con la imposibilidad de derivar a los 17 ancianos alojados por no encontrar un lugar adecuado ni en el ámbito oficial ni en el privado. Por esta razón la alternativa era la de intervenir, es decir- según contó una empleada comunal a La Capital- tomar el predio entre funcionarios y vecinos para limpiarlo y cocinarle a los abuelos.

Este centro de "Remar" funciona en Piñero desde hace quince días, y reemplaza a otro que estaba ubicado en Villa Amelia. La zona VIII de Salud de la provincia, así como la comuna, confirmaron que el albergue no contaba con ningún tipo de habilitación, aunque la entidad Remar posee personería jurídica, según indica un cartel de su sede rosarina de calle Buenos Aires 1411.

Moscas El albergue está ubicado en medio del campo a dos kilómetros de la ruta provincial Nº 18 frente al Mercado de Hacienda- el cual ya había sido desalojado de un barrio del sur rosarino por ser una molestia para los vecinos -. El mal olor y las moscas son, lógicamente, parte de la rutina.

La residencia, una humilde construcción aún sin terminar, consta de una habitación con capacidad para que duerman entre quince y veinte personas y un comedor de igual tamaño, cocina y baño.

Más allá de la falta de higiene imperante- teniendo en cuenta que vive gente enferma- y, si bien hay mosquiteros en puertas y ventanas, las moscas forman alfombras por todos lados.

"Estamos rodeados por una granja que es de nuestra comunidad, y un establecimiento avícola y enfrente está el Mercado de Hacienda", justificó un encargado del lugar, Carlos Hugo Montiveros, quien agregó que "los viejitos abren las puertas". La explicación no es tan rotunda como la imagen de los insectos posándose en las heridas de algunos ancianos o cubriendo gran parte de las mesas del comedor.

La fiscal Alba Olmos presente en el procedimiento, calificó al caso como "un problema social", aunque expresó que los internados carecen de sábanas y que la impresionó la gran cantidad de moscas posadas sobre los Alimentos. Asimismo, fuentes del tribunal indicaron que "las condiciones de salud de las personas internadas son deficientes, así como la alimentación". Esto contrasta con la aparente disponibilidad económica del Centro Remar que llamó la atención as los funcionarios judiciales a partir de un flamante minibus Mercedes benz, presente en el lugar con la inscripción que identifica al centro. "Este es un albergue no un geriátrico. Es un centro de rehabilitación para marginados, explicó Montiveros.