FILOSOFIA DE LA HISTORIA

Introducción

La historia es una ciencia cuya utilidad no siempre ha sido bien captada. Tradicionalmente se ha asociado el estudio de la historia como la acumulación de información intrascendente inocua e inútil. Los estudiantes de historia a menudo se duermen al son de las fechas, nombres de personajes lejanos, nombres de lugares, sucesos pasados etc. La historia de la Iglesia no es la excepción. Sin embargo, recientemente se está redescubriendo la importancia de la historia y su estudio. Ahora ya se le considera como algo más tangible, concreto y, sobre todo, útil para nuestra realidad presente. Hay que reconocer que esto es resultado del auge de las ciencias sociales, especialmente de la sociología, la economía y la política. A la luz de lo anterior, la interpretación de la historia es una labor ineludible. Estudiar y escribir historia sería totalmente inútil si no se interpreta ni se relaciona con las circunstancias pretéritas y actuales. Ahora bien, para interpretar loa historia se requiere una filosofía de la misma. Todo historiador posee una filosofía de la historia que rige y gobierna su interpretación y sus conclusiones. Es precisamente a eso que apunta la presente reflexión. Se busca describir someramente las distintas filosofías que se han aplicado a la historia para compararlas y c0ntrastarlas entre sí. Sin embargo, el enfoque principal está centrado en la filosofía cristiana de la historia. Muchos han estudiado la historia sin siquiera percatarse que hay una “manera” cristiana de verla. Hay cristianos que ignoran que la historia general y de la Iglesia han sido objeto de interpretaciones variadas, entre las que hay muchas distorsionadas y otras, tendenciosas. Es nuestro objetivo presentar de una manera introductoria las distintas filosofías de la historia: Las no cristianas y la cristiana a fin de que sepamos reconocerlas y, eventualmente, evaluarlas.

Concepto de Historia

Antes de estudiar las diferentes filosofías de la historia, es necesario conocer el concepto de historia. El diccionario dice que historia es: “El desarrollo de la vida de la humanidad”. 1 También la define como: “Narración verdadera y ordenada de los acontecimientos pasados y de las cosas memorables de la actividad humana”. 2 Estas definiciones suenan algo vacías, pasivas y faltas de acción para un historiador, porque “el concepto de historia es mucho más amplio y profundo que la mera idea de que el tiempo pasa y que los acontecimientos deben irse escribiendo para las generaciones futuras”. 3 La historia se interesa en el hombre como un ser social en relación con su prójimo y con su medio, como bien lo dice el filósofo e historiador cristiano Eric Rust:

“El individuo es indispensable en la historia pues la historia humana es el resultado de las decisiones del hombre. Sin embargo, la historia no es una biografía, es decir, la vida de un individuo. El hombre es importante desde el punto de vista histórico solamente cuando sus .decisiones y vida afectan los grupos que a él se relacionan. Por lo tanto, la historia se concentra en el pasado de grupos sociales humanos y en sus relaciones mutuas y con individuos importantes que en formas específicas han tenido influencia sobre la vida de estos grupos”. 4

Además, es importante recordar que la historia sí se ocupa de acontecimientos, pero ni fortuita ni aisladamente, sino relacionadas entre sí y con otros hechos. Los objetos de estudio histórico sólo pueden ser verdaderamente comprendidos cuando se interpretan a la luz del ambiente histórico que pudo haber influido en ellos. 5

En resumen, podría decirse que la historia es el estudio, registro e interpretación de acontecimientos e individuos relacionados entre sí. La historia no es el mero estudio de lo que ha ocurrido, sino que procura ir a la raíz del por qué, el cómo, el quién, el cuándo y el dónde. También la historia se preocupa por conocer las consecuencias mediatas e inmediatas de lo ocurrido. Según el autor J. L. González, hay tres presuposiciones necesarias para interpretar la historia: El concepto del tiempo, (lineal o cíclico) la importancia de lo temporal (lo que sucede ahora y aquí es importante) y la significación social. (La historia no es una lista de biografías, el hombre no está solo en el mundo) 6

Como se habrá podido apreciar, ya desde el concepto de historia se puede relacionar al hombre con su mundo. La historia ya no se concibe como algo ajeno a la realidad y a las diferentes situaciones humanas.

Filosofías no cristianas de la Historia

Visión Naturalista-Pesimista

Este modo de entender la historia es muy antiguo. Según este punto de vista el tiempo es cíclico, es decir, los acontecimientos se repiten una y otra vez sin ningún fin. Los sumerios, los egipcios, los griegos y también los mayas y aztecas pensaban de la historia en términos de ciclos cósmicos. Fueron los griegos quienes mejor definieron este concepto. Hesiodo presenta a la historia como un ciclo degenerativo. 7 Esta manera de interpretar la historia, por lo regular, presenta la idea de una degeneración en las cuestiones humanas desde una era dorada en el pasado hasta el total deterioro y un nuevo comienzo. 8

En nuestro mundo contemporáneo, este punto de vista fue sostenido por Oswaldo Spengler. (1880-1936) El fue un filósofo, historiador y sociólogo alemán que recibió mucha influencia del también filósofo alemán Nietzsche. 9 Spengler heredó la concepción pesimista y fatalista de Nietzsche. Además vivió en una de las épocas más fatales de la historia europea: La I Guerra Mundial. Fue precisamente en 1918, poco antes del fin de la guerra, cuando publicó su obra más importante: La Decadencia de Occidente. 10 Spengler adoptó el organismo como modelo básico de la interpretación de la historia. Cada cultura histórica fue identificada como un organismo. 11

“Por tanto, él describió la historia como el crecimiento y disminución de muchas formas orgánicas. Cada cultura era distinta y no tenía relación con otras culturas… El sostenía que cada cultura, como un organismo, experimentaba su propio ciclo de vida. (Nacimiento, madurez, vejez y muerte y es reemplazado por otras) 12

A manera de evaluación, el punto de vista de Spengler en primer lugar le quita el sentido de unidad a la historia porque separa una cultura de otra. En segundo lugar, deja a un lado la acción humana porque todo lo reduce a los instintos naturales y además, no se nota una meta definida para la historia. Por último, y esto es lo más importante desde el punto de vista cristiano, ignora por completo la acción divina en la historia.

Visión Humanista-Optimista

A diferencia de la visión naturalista, esta interpretación de la historia entiende el tiempo no cíclicamente, sino en forma lineal. Este modo de interpretar el tiempo es de tradición judeo-cristiana porque allí el tiempo también es entendido como una línea recta. Sin embargo, a pesar de esta concepción lineal del tiempo, los pensadores que sostienen ésta visión, no pueden ser considerados cristianos por lo que se verá más adelante. En ésta línea de pensamiento se considerarán las ideas de Augusto Comte. (1798-1857) Este filósofo francés, ha sido llamado el padre del Positivismo y de la Sociología moderna.

“Fue tan profundamente impresionado por el éxito de las ciencias naturales de su época que propuso una interpretación de la historia que tenía por objetivo una sociedad dominada por el método científico… El concibe el tiempo histórico como una línea que progresa hacia una meta. El concibe la historia progresando hacia la meta del humanismo científico”. 13

Según Comte, la historia atraviesa tres fases sobreextendidas, pero diferentes: La primera es la etapa de la niñez. En ésta se incluyen los aspectos religiosos y teológicos. Esta es la etapa en la que el hombre responde a sus inquietudes atribuyendo los fenómenos a seres o poderes sobrenaturales. La segunda es la fase de la juventud. En ésta los aspectos religiosos y teológicos han sido substituidos por conceptos metafísicos y filosóficos abstractos. En ésta fase el hombre responde a sus interrogantes en términos filosóficos abstractos. La tercera y última es la parte del positivismo científico. Es la madurez de la humanidad porque ya se han dejado atrás las otras etapas. Ahora es el método científico el que responde a las interrogantes del hombre. Esta es la meta de la historia. Según Comte hacia allá avanza la historia. 14

Como puede apreciarse, Comte es muy optimista porque cree fielmente en la capacidad humana. Comte afirma que el hombre es capaz de lograr esa meta científica de bienestar y felicidad. Sin embargo, a Comte se le puede evaluar preguntando por qué razón detiene el progreso y el desarrollo de la historia precisamente en la Etapa del Positivismo. ¿Cómo se puede estar seguro que esa fase es la culminación del desarrollo? Se puede asegurar que Comte también ignora la acción divina en la historia. Para él es el hombre quien dirige, controla y hace avanzar la historia.

El otro gran pensador es Karl Marx. (1818-1883) Este filósofo alemán ha influido en el pensamiento moderno. Sus áreas de influencia son variadas: La Economía, la Política, la Sociología, la Religión y por supuesto, la Historia. Hablando desde el punto de vista filosófico, el pensador que más influyó sobre Marx fue Hegel. “Hegel pretendió entender toda la historia en términos de la mente y la razón”. 15 Hegel entendía la historia como un proceso evolutivo en el mundo de las ideas, es decir, la dialéctica filosófica aplicada a la historia. Marx invirtió el proceso hegeliano. El proceso de la historia, según Marx, no tiene lugar en el mundo de las ideas, sino en un mundo de la materia. De ahí que presenta al materialismo histórico como la forma en que la dialéctica evoluciona. 16

Marx concibe la historia hecha por el propio hombre. Las circunstancias económicas en que el hombre vive determinan el curso que la historia seguir. El hombre productor es el artífice de su propia historia. 17 También la concibe como el desarrollo de diversos modos de producción que se han conformado en diferentes sociedades. La historia comenzó en una especie de paraíso primitivo. A ésta primera tesis de la dialéctica marxista se opone la sociedad esclavista. La sociedad esclavista evoluciona hasta llegar a convertirse en sociedad feudal. Esta síntesis es la nueva tesis a la que se opone el Capitalismo, el cual evoluciona hasta llegar a la sociedad comunista pasando por el Socialismo. Al final de cuentas, la sociedad comunista es la meta de la historia. 18

Marx creía que la meta de la historia sería una sociedad ideal, sin lucha de clases y sin la explotación del hombre por el hombre. V. I. Lenin, el líder de la Revolución Bolchevique y seguidor del pensamiento marxista resume así este proceso hacia la meta histórica:

“Del Capitalismo, la humanidad sólo puede pasar directamente al Socialismo, es decir, a la posesión común de los medios de producción y a la distribución de los productos según la medida de trabajo de cada uno. Nuestro Partido mira más allá: El Socialismo, de manera gradual, ha de transformarse inevitablemente en Comunismo…” 19

Como ha podido observarse, Marx, al igual que Comte, ve el tiempo en forma lineal avanzando hacia una meta. Ambos coinciden en ser optimistas en relación con el potencial del hombre. Ambos creen que el hombre es capaz de alcanzar la meta de la historia por sí mismo. La diferencia estriba en la meta misma. Comte concibe la meta como una sociedad científica, mientras que para Marx, es una sociedad comunista. El uno piensa en términos técnico-científicos y el otro, en términos económicos y sociales.

A manera de evaluación, se le puede hacer a Marx la misma pregunta que se le hizo a Comte. ¿Por qué razón se detiene el proceso histórico-dialéctico en el Comunismo? ¿Cómo se puede estar seguro de que esa etapa es la culminación de la dialéctica? Además, Marx cae en un simplismo al hacer del factor económico el único determinante en el desarrollo histórico. Por último, Marx, al igual que Spengler y Comte, pasa por alto totalmente la acción divina en la historia.

Algunos historiadores y filósofos han tratado de conjugar los pensamientos positivistas de Comte con los socialistas de Marx y así elaborar una filosofía de la historia más comprensiva. Parte de este intento tiene que ver con el abandono casi total del concepto cíclico del tiempo. 20 Además, se intenta presentar la historia como esperanza de la humanidad incorporando todos los elementos científicos, sociológicos, económicos y filosóficos para construir una sociedad mejor. 21

Todo esto aparece hace pensar que la influencia del Positivismo y del Marxismo es hoy por hoy el rival más formidable en contra de una comprensión cristiana de la historia. Esta influencia se nota en el optimismo de los científicos y tecnócratas y en el avance de las Revoluciones sociales en el Tercer Mundo.

Visión Trascendental

Este punto de vista sobre la historia se diferencia de las dos anteriores en el hecho de que incorpora al proceso histórico la acción externa al hombre de algo sobrenatural. Es decir, hay un Ser Superior o una fuerza más allá del hombre que actúa en la historia.

Uno de los pensadores más sobresalientes es el inglés Arnold Toynbee. (1889-1975) Su obra magna, Estudio de la Historia fue escrita en un lapso que va desde la I Guerra Mundial hasta la década de los 50. En esta obra, Toynbee presenta un desarrollo y evolución de su propio pensamiento. Sin embargo, siempre tuvo el concepto de que la religión era el móvil de la historia. Se puede intuir que Toynbee veía el tiempo de una manera cíclica, muy similar al pensamiento de Spengler, pero al mismo tiempo, veía que la historia avanzaba hacia una meta religiosa. 22 Según el historiador evangélico norteamericano Earle Crains, la obra de Toynbee es “el más voluminoso e influyente de todos los intentos de escribir una filosofía de la historia”. 23

En su obra, Toynbee estudia a 21 civilizaciones o culturas de las que hay un registro histórico. A diferencia de Spengler, Toynbee sí ve relación entre una cultura y otra: Además, ve un proceso y un avance en la historia: “Toynbee ha declarado que la meta del movimiento total se halla en la experiencia religiosa del hombre”. 24 En un principio, Toynbee creía que el cristianismo era la experiencia religiosa por excelencia del hombre. Por consiguiente, la meta de la historia estaría íntimamente relacionada con el cristianismo. Sin embargo, con el correr de los años, Toynbee fue abandonado esa idea hasta llegar a concebir la meta de la historia como una religión universal que incorporaría aspectos de todas las religiones del mundo, incluyendo al cristianismo. De este modo, se puede observar que la meta de la historia, según Toynbee, es un sincretismo religioso. Es interesante notar que él en su análisis de la decadencia de las civilizaciones introduce el concepto de juicio divino. De alguna manera, que no se entiende del todo, Toynbee ve la acción divina en la historia. 25

En resumen, Toynbee sí incorpora la acción divina en la historia. Sin embargo, no presenta claramente como actúa la divinidad. Podemos decir, que la divinidad que actúa en la historia, según Toynbee, no es el Dios de la Biblia. No hay mención alguna de la encarnación de Cristo, ni de su importancia histórica. Por último, la meta que se presenta es nebulosa, idealista, que no incorpora aspectos sociales, ni económicos, ni políticos.

Otro pensador cuyas ideas se considerarán en esta sección es Teilhard de Chardin. (1881-1955) Este personaje es de trasfondo y profesión cristianos: Católico jesuita. A él se le puede considerar, más que un filósofo, un teólogo. Además, fue un científico que realizó estudios especialmente en la rama de la Antropología. Como antropólogo adoptó el Evolucionismo y lo usó como modelo para interpretar el proceso natural y el movimiento de la historia. 26 Según Teilhard de Chardin, la historia evoluciona hacia una meta que el llama “Punto Omega”, al cual identifica con Dios. El Punto Omega ya se hizo presente en la persona de Cristo cuando se encarnó. 27 Basado en la Evolución, Teilhard de Chardin llega a decir que todo el universo está en constante progreso hacia el Punto Omega. Dios mismo está en constante evolución juntamente en todas las cosas del universo hasta que Dios llegue a ser todo en todos. (1 Corintios 15:28) 28

La meta de la historia es, entonces, Dios mismo. El hombre a través del amor, llegará a fundirse con Dios y así realizarse plenamente.

A manera de evaluación, vale la pena decir que Teilhard de Chardin ha dado en el blanco al hablar de la centralidad de la Encarnación de Cristo. Además ha incorporado el concepto de la esperanza cristiana. Identifica plenamente al Dios de la Biblia como meta de la Historia. Sin embargo, el concepto evolucionista de Dios y del universo no está de acuerdo con la Biblia. La meta: Punto Omega, también es muy nebulosa e irreal. Esa meta me asemeja mucho al concepto de asimilación en la nada de las religiones de la India. Por estas razones, no se presentó a Teilhard de Chardin entre los pensadores cristianos.

Filosofía Cristiana de la Historia

Introducción

Todas las filosofías consideradas anteriormente representan lo que podría llamarse visión no cristiana de la historia. Aunque Toynbee y Teilhard de Chardin incorporan lo trascendente, especialmente este último, no se le puede considerar como cristianos en el sentido pleno del término. Antes de presentar la filosofía cristiana de la historia, se hace necesaria aclarar que no existe “una sola” filosofía cristiana de la historia. Sería más adecuado titular esta sección “filosofías cristianas de la historia”. Sin embargo, aunque no hay unidad en todos los detalles, sí hay unidad en lo básico, es decir, que Dios es el Autor de la historia, el que la controla y el que la dirige hacia una meta divina. En esto si hay consenso. Las diferencias están en la metodología y en la identificación específica de la meta de la historia.

Uno de los aspectos unificadores en la filosofía cristiana de la historia es el concepto del tiempo. Es un concepto que viene desde tiempos del A. Testamento como bien lo explica el Sr. Rust:

“Los proponentes de la tradición hebreo-cristiana interpretan los hechos históricos desde otro punto de vista. (Diferentes al cíclico) Observaron el Universo como una realidad creada por Dios. Cristo se hizo hombre y participó en la historia del universo. Esta tradición considera la historia como algo significante para Dios. Es un medio por el cual Él propuso cumplir sus propósitos. Los profetas hebreos creían que la historia era la escena de la actividad divina y que progresaba hacia una consumación… Ellos interpretaron el pasado como un movimiento desde la creación del hombre y su alejamiento pecaminoso de Dios, hasta el cumplimiento final cuando la soberanía divina sobre su creación sería establecida y su Mesías reinaría sobre su pueblo restablecido. Los historiadores cristianos han interpretado el cumplimiento parcial de este fin de la historia en la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazareth. En el Señor encarnado y resucitado ellos han descubierto claramente el significado y dirección de proceso histórico… Por lo tanto, el modelo hebreo-cristiano para interpretar el tiempo histórico es una línea recta”. 29

En la presente sección se considerarán brevemente las ideas de algunos teólogos importantes quienes se han expresado en relación con la filosofía de la historia.

El pensamiento de Paul Tillich

Paul Tillich es uno de los teólogos destacados del siglo XX. (1886-1965) Alemán de nacimiento, fue profesor de muchos años en el Seminario Unión de Nueva York. Está clasificado entre los teólogos neo-ortodoxos junto con Barth y existencialistas junto con Bultmann. 30

Entre sus ideas teológicas aparece un concepto sobre la historia. El concibe la meta de la historia como una theonomía, es decir, una sociedad gobernada por la ley divina. Sin embargo, incorpora el concepto dialéctico al desarrollo histórico. En este sentido siempre hay cambio, pero al final se establecerá una perfecta theonomía. La situación histórica que Tillich vivió, entre las dos guerras mundiales en Alemania, influyó en su concepción histórica. El veía que la sociedad de su época vivía una autonomía, es decir, un individualismo extremado, pero avanzaba hacia una heteronomía, o sea, una especie de totalitarismo. Para Tillich, estos dos sistemas (autonomía y heteronomía) eran demoníacos. 31

Según Tillich, el centro de la historia es la Encarnación de Cristo. Pero después de ese acontecimiento, se ha visto un desarrollo dialéctico entre los tres sistemas ya mencionados: autonomía, heteronomía y theonomía. Estos sistemas se suceden uno tras otro en el transcurso de la historia. Tillich ejemplificaba esto de la siguiente manera: La temprana Edad Media se puede considerar como una imperfecta theonomía; la tardía Edad Media, como una tardía heteronomía, el Renacimiento, como una autonomía y la Reforma Protestante como otra theonomía y así sucesivamente hasta el presente. La meta de este proceso sería una theonomía perfecta, que según Tillich, es una especie de socialismo religioso. 32 El problema en el pensamiento de Tillich es dejar de identificar plenamente la meta de la historia. Además, desde el punto de vista bíblico, no daba la debida importancia a la 2da. Venida de Cristo.

El pensamiento de Oscar Cullman

Oscar Cullman es un destacado teólogo suizo experto en el Nuevo Testamento y que ha sido considerado el portavoz del movimiento teológico contemporáneo llamado técnicamente Heilsgesichte o “Historia de la Salvación”. 33 En nuestro estudio en particular, el aporte de Cullman ha sido la incorporación del concepto del Reino de Dios como factor importante en la interpretación cristiana de la historia. Cullman acuñó una frase que se ha hecho famosa en círculos teológicos, pero que sí refleja en gran medida la importancia del Reino de Dios en las controversias teológicas actuales. La frase “el ya y todavía no” habla de una manifestación presente y visible del Reino de Dios, pero al mismo tiempo habla de un cumplimiento pleno y futuro, el cual se entiende como una meta de la historia. Cullman hace énfasis en el aspecto lineal de la historia, así como la meta de la misma. 34

El pensamiento de George E. Ladd

El conocido escritor evangélico George Eldon Ladd en su popular libro El Evangelio del Reino hace énfasis en que el Reino, aunque tenga manifestaciones presentes, es todavía futuro. Ladd agrega el concepto terrenal y material del Reino. No habla solamente del aspecto espiritual. 35 La cuestión sobresaliente en el pensamiento de Ladd es la importancia que otorga a la 1era. Venida de Cristo, pero de manera especial a la 2da. Como él mismo dice:

“El Evangelio es la buena noticia de que Dios no ha abandonado ni a la humanidad ni a la historia. En la Encarnación de Cristo, Dios ha invadido la historia humana para vencer las fuerzas del mal que el hombre no puede conquistar. En la 2 da. Venida de Cristo, Dios nuevamente invadirá la historia para terminar la obra redentora que Él ha empezado”. 36

El valioso aporte que Ladd hace a la filosofía cristiana de la historia al exaltar tanto el Reino terrenal y material, como la 2da. Venida de Cristo. Sin embargo, todavía es algo vago en la identificación de la meta de la historia.

El pensamiento de Samuel Escobar

Samuel Escobar, teólogo y escritor peruano analiza la revisión que el marxismo ha hecho a la historia. En América Latina el marxismo ha re-interpretado la historia general. También ha influido en las interpretaciones de la historia del cristianismo latinoamericano tanto católico como protestante. 37 Es frecuente, dice Escobar, que se recurra a la “leyenda negra” para denigrar a la empresa española de la conquista o a la “leyenda blanca” para enaltecerla haciendo a un lado la objetividad de la historia. 38

Escobar propone una re-interpretación de la historia usando los elementos del análisis de las Ciencias Sociales, pero sin venderse a las conclusiones, ni a las “esperanzas” humanas. Precisamente en eso han caído los historiadores del cristianismo latinoamericano cuya identificación con la Teología de la Liberación es evidente. 39 Escobar dice:

“Esta sed de sentido para la historia de la raza humana y para la historia personal, explica el atractivo de una fe escatológica. Pero la esperanza no puede brotar del simple análisis de la realidad histórica o la realidad social actual. Es materia de fe. Y el cristianismo confiesa su fe en que el sentido de la historia ha sido revelado en Jesucristo. La historia misma no revela su sentido. Quien afirma tener una clave para entender la historia y nos invite a colaborar en su empresa de “liberación”, tiene que convencernos con un argumento más sólido que el de la Revelación cristiana. A ésta altura del siglo XX decir que esa clave es científica es un contrasentido. Y también es teológicamente inaceptable comprarse esa esperanza y adoptarla, vistiéndola luego de ropaje cristiano. Precisamos emprender la tarea de reflexionar teológicamente sobre la historia, desde la perspectiva del Evangelio”. 40

En conclusión, Escobar afirma la importancia de la historia y de su correcta interpretación. Se cuida muy bien de interpretar la historia siguiendo ingenuamente ideologías humanas. Las esperanzas humanas no coinciden con la del cristianismo. Cristo le ha dado sentido y dirección a la historia humana. Ahora bien, Escobar no se atreve a identificar específicamente la meta de la historia, aunque si la vislumbra.

La Interpretación de la Historia según el Dispensacionalismo

El Dispensacionalismo es un Sistema Teológico que se puede considerar en sí mismo como toda una filosofía de la historia. El Dispensacionalismo dice que la meta de la historia es el establecimiento del Reino de Dios. Pero, a diferencia de las otras ideas ya presentadas aquí, se afirma que éste será la realización del Reino Mesiánico prometido por Dios a Israel en el Antiguo Testamento. Esta meta también es llamada Milenio.

Charles C. Ryrie en su libro Dispensacionalismo Hoy 41 defiende dicho Sistema Teológico como la filosofía de la historia más acertada y completa. El indica que son 3 los requisitos que debe llenar una filosofía de la historia:

  1. Una meta adecuada

    Ryrie afirma que su sistema presenta una meta real, tangible, histórica (dentro del tiempo) a diferencia de otras filosofías que presentan esa meta más allá del tiempo. 42 Es importante tomar nota de este asunto, especialmente ahora que las visiones humanistas-optimistas e la historia (marxismo) tienen tanta influencia en América Latina. El marxismo hace énfasis en que su meta es histórica y contiene elementos sociales, políticos y económicos. El comunismo como metra de la historia es, precisamente, una sociedad histórica, real, tangible. Incluso el marxismo ha acusado al cristianismo de ser excesivamente espiritual y espiritualizante en sus análisis históricos. Es debido a eso que debe subrayarse la meta que la Revelación escrita presenta como final de la historia (El Reino de Dios) incluyendo sus aspectos históricos, políticos y económicos.

  2. Un principio unificante apropiado

    Ryrie dice lo siguiente:

    “Si la meta de la historia es el milenio terrenal y si la gloria de Dios ha de manifestarse en este tiempo con la presencia literal de Cristo de una manera hasta ahora desconocida, entonces el principio unificante del Dispensacionalismo puede decirse que es escatológico (si se mira desde la meta hacia la cual nos dirigimos) o teológico. (si se mira desde la auto-revelación de Dios en cada Dispensación) 43

  3. Un concepto correcto del progreso

    Ryrie señala: “Solamente el Dispensacionalismo hace justicia al concepto adecuado de la Revelación progresiva”. 44 Según Ryrie, la estructura de las Dispensaciones en la Biblia refleja este concepto correcto del progreso. Dios avanza sus planes a través de diferentes administraciones hasta llegar al fin. 45

    A manera de resumen y conclusión Ryrie termina diciendo:

    “Así que una correcta filosofía de la historia, con estos tres requisitos, encuentra una explicación más satisfactoria a través del Sistema Dispensacional. Así como el método de las distinciones bíblicas, también el del concepto adecuado de la filosofía de la historia conduce al Dispensacionalismo”. 46

Como habrá podido notarse, el Dispensacionalismo pretende tener la filosofía de la historia más adecuada a la Revelación bíblica. Una cosa sí es cierta: Este Sistema ha identificado plenamente la meta de la historia con el Reino de Dios. No sólo eso, ya que otros también han hecho lo mismo; sino que se dice que el Reino de Dios es el prometido al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento: El Reino Davídico, el Reino Mesiánico, el Milenio. A muchos, puede parecer una interpretación demasiado literalista de la Biblia, pero no se puede negar su raigambre bíblica, ni su razonamiento lógico.

Sin embargo, el Dispensacionalismo ha pecado al no explicar claramente la Revelación que la Iglesia tiene con el Reino de Dios. Además, no considera importante la actuación de la Iglesia en el presente como promotora y anticipo del Reino de Dios. También existe la tendencia a espiritualizar el aspecto presente del Reino, aunque sí hace énfasis en que se materializa en el futuro. Tampoco hay suficiente explicación sobre el Reino presente de Dios, es decir el “ya del Reino”. Todo se lanza al futuro, al “todavía no” del Reino. Es como que el presente no importara y que lo único que el hombre, en particular el cristiano tiene que hacer es esperar el advenimiento de ese glorioso Reino prometido con las manos cruzadas o trabajando, pero solamente en labores espirituales.

Conclusión

Este pequeño artículo ha tratado de presentar un panorama claro de las diferentes filosofías de la historia no cristianas, así como la filosofía cristiana misma. Se señaló que el concepto del tiempo es uniformemente aceptado por los filósofos modernos como lineal y no cíclico. Las filosofías modernas enseñan que la historia avanza hacia una meta. En el campo no cristiano, cada filosofía concibe su propia meta de acuerdo a sus postulados, sin embargo, todas coinciden en que alcanzar esa meta es producto del esfuerzo humano. El hecho de que algunas filosofías introduzcan el aspecto trascendental y sobrenatural no las hace cristianas porque el Dios de la Biblia está muy alejado del proceso histórico.

Se pudo observar además, que las filosofías cristianas de la historia presentan variantes. Pero a pesar de las diferencias, todas coinciden en identificar la meta de la historia con el ser de Dios ya ver el proceso de la historia controlado y dirigido por Dios mismo. Hay análisis más sociales, económicos o menos. Hay más o menos apoyo bíblico. Hay énfasis en los aspectos presentes del Reino de Dios o en los aspectos futuros del mismo. Hay exhortativas a una mayor participación del cristiano en la construcción de ese Reino. Las hay también a dejar todo “en manos de Dios” y preocuparse por la salvación de las “almas”. Sin embargo, a pesar de tal variedad y aún de las discrepancias, los cristianos confiamos en que Dios empezó, controla y dirige la historia hacia el fin que Él ha determinado. El cristiano no tiene por qué subirse al carro de las filosofías humanas para encontrarle sentido y dirección a la historia. Podrá colaborar con proyectos humanos en tanto en cuanto representen los ideales cristianos divinos.

Lic. David Suazo J.

Notas Bibliográficas

1 Ramón García Pelayo y Gross, Diccionario Larousse Usual (1974), Pág.369
2 Ibíd.
3 Justo L. González, Itinerario de la Teología Cristiana (1975), Pág.68
4 Eric C. Rust, El Significado de la Historia traducido por David F. D´Amico, (1969), Pág.5
5 Ibíd.
6 Justo L. González, Itinerario de la Teología Cristiana, Pág.68
7 Earle E. Crains, God and Man in Time, (1979), Pág.112
8 Ibíd. Pág.113
9 D. W. Bebbington, Patterns in History, (1979), Pág.38
10 Ibíd.
11 Rust, El Significado de la Historia, Pág.15
12 Ibíd. Pág.16
13 Ibíd. Pág.24
14 Ibíd. Pág.25
15 George Eldon Ladd, Jesus Christ and History (1963), Pág.3
16 Ibíd.
17 Bebbington, Patterns in History, Pág.122
18 Para un estudio más amplio sobre estos aspectos véase M. Sidrov, Qué es el Materialismo Histórico, traducido por Augusto Vidal Roguet, México: Ediciones Quinto Sol S.A. Págs.25-82, Capítulo III: “La Producción Material, base del desarrollo de la humanidad”.
19 M. Sidrov, Qué es el Materialismo Histórico, Pág.72
20 Biblioteca Salvat de Grandes Temas, No. 40: La Historia (1973). Pág.16
21 Ibíd. Págs.136-140
22 D. W. Bebbington, Patterns in History, (1979), Pág.39
23 Earle E. Crains, God and Man in Time, (1979), Pág.123
24 Rust, El Significado de la Historia, Pág.27
25 Ibíd. Pág.28-29
26 Ibíd. Pág.30
27 Ibíd. Pág.31
28 Harvie M. Conn, Teología Contemporánea en el Mundo, traducido por José M. Blanch Pág.75
29 Rust, El Significado de la Historia, Pág.14-15
30 Earle Crains, Christianity Trough the Centuries, (1981) Pág.446
31 John W. Montgomery, Where is History Going? (1969) Pág.121 citando a Paul Tillich en The Interpretation of History, trans, by Rasetzki and Talmey. ( New York: Scribner 1936)
32 Ibíd. Págs.121-122 citando a Paul Tillich en On The Boundry: An Autobiografical Sketch (New York: Charles Scribner 1966) Págs.80-81
33 Harvie M. Conn, Teología Contemporánea en el Mundo, traducido por José M. Blanch Pág.43
34 Emilio A. Núñez, “Teología el Reino: Reflexión Cristológica”, notas SETECA, 1980, Pág.8
35 George Eldon Ladd, El Evangelio del Reino (1974), Pág.25ss.
36 George Eldon Ladd, Jesus Christ and History (1963), Pág.59
37 S. Escobar, La Fe Evangélica y las Teologías de la Liberación en A. Latina, (1987) Pág.107
38 Ibíd. Pág.108
39 Ibíd. Pág.112
40 Ibíd. Pág.127
41 Charles C. Ryre, Dispensacionalismo Hoy, (1974) Pág.20
42 Ibíd. Pág.20-21
43 Ibíd. Pág.22
44 Ibíd.
45 Ibíd. Pág.23
46 Ibíd.