EL MUNDO – 3 DE FEBRERO DE 1993.

 “El Rubio” , que describió la escena, dice tener miedo de la posible reacción de su compinche.

RICART DECLARÓ QUE FUE SÓLO ANTONIO ANGLÉS QUIEN VIOLÓ Y ASESINO A LAS NIÑAS DE ALCÁCER.

La Guardia Civil piensa que en el crimen intervino un tercer cómplice.

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MANUEL MARLASCA GARCÍA - ENVIADO ESPECIAL.

VALENCIA, Miguel Ricart, el único detenido hasta el momento en relación con el  crimen de Alcácer, aseguró en su última declaración ante el titular del juzgado nº 6 de Alzira, que él ni violó ni mató a ninguna de las tres niña. Ricart, conocido como “el Rubio”, cargó toda la responsabilidad sobre el que se ha convertido  en el enemigo público número uno de las Fuerzas de Seguridad españolas, Antonio Anglés Martíns, que lleva seis días en paradero desconocido.

“El Rubio” en un tormentoso interrogatorio que se prolongó durante diez horas el pasado día 29 de enero, llegó a dar cuatro versiones de los hechos que acabaron con el enterramiento de las niñas en las inmediaciones de la presa de Tous. Lo que si mantuvo en todo momento es que Antonio Anglés fue el autor material de todas las violaciones y de los disparos que acabaron con la vida de Miriam, Toñi y Desirée.

Según fuentes judiciales Ricart se mostró colaborador con el juez, dando amplios detalles de lo ocurrido, sobre todo en las últimas horas de su extenso testimonio. Si bien en un principio “el Rubio” dijo que él y Anglés recogieron a las tres chicas en la gasolinera y se las llevaron a tomar unas copas antes de la brutal agresión, posteriormente reconoció que su compinche y él condujeron a las jóvenes directamente a la caseta abandonada donde se desarrolló la brutal orgía de sangre.

COLABORAR.- Ricart asegura en su declaración que él se limitó a colaborar con Anglés a la hora de inmovilizar a las adolescentes, mientras su compañero de faena las torturaba o violaba. El delincuente también señaló que fue Antonio Anglés quien decidió poner punto y final a la “macabra fiesta” con un tiro en la nuca a cada una de las jóvenes. Según “el Rubio”, una de las chicas estaba inconsciente cuando recibió el disparo, mientras que las otras fueron obligadas a ponerse de rodillas y en esa posición fueron asesinadas por la pistola que empuñaba Anglés.

Miguel Ricart dijo en todo momento que se sentía asustado por la violencia con la que se empleaba su compañero y cuando se estaba dando cuenta de lo que ocurría, era demasiado tarde porque Anglés estaba “borracho de sangre”. La abogada de oficio que asistió a Ricart en esta declaración, Vicenta Sanchís, manifestó ayer a este diario que “el detenido no parecía un chico agresivo, sino todo lo contrario. Tiene un verdadero pavor a su amigo”.

El único arrestado por el crimen de Alcácer fue trasladado el lunes por la noche desde la prisión de Castellón a otro centro penitenciario para reforzar su seguridad. El inculpado ingresó a dicha cárcel – cuya ubicación no ha sido revelada – con nombre falso y, muy probablemente, con sus rasgos físicos bastante alterados para que los presos no le reconozcan.

 Por otra parte, los agentes de la Guardia Civil de Valencia y los de la Unidad Central Operativa desplazados allí para colaborar en las investigaciones han intensificado en las últimas horas las gestiones y los interrogatorios para clarificar lo que ocurrió el viernes 13 de noviembre, día de la desaparición de las niñas de Alcácer.

EN LA MISMA NOCHE.- Hasta el momento lo único que se sabe a ciencia cierta es que pasaron apenas dos o tres horas entre el momento en que las chicas fueron recogidas por el Opel Corsa de Ricart y su asesinato. Esta hipótesis ha sido reforzada por el testimonio de “el Rubio”.

Sin embargo la Guardia Civil está absolutamente convencida de la existencia de un tercer asesino, pese a que Ricart ha asegurado en todo momento que sólo él y Antonio Anglés acudieron a la caseta abandonada donde mataron a las adolescentes.

Los investigadores están construyendo un puzzle para reproducir los hechos y les falta una pieza: un tercer actor en el macabro ritual.

En este sentido la Guardia Civil trata de “apretar las clavijas” a otro miembro de la familia Anglés; Roberto, de 20 años, en prisión desde el pasado 13 de enero y que el lunes fue juzgado por tenencia ilícita de armas.

Roberto es un inseparable compañero de correrías de su hermano Antonio y el día del crimen estaba en libertad, de hecho cuando el enemigo público número uno fue detenido por retener encadenada a una joven que le debía dinero, Ricardo fue el único miembro de la familia Anglés que dijo “no tener miedo a Antonio”.

Los investigadores siguen buscando pruebas para implicar a este posible tercer asesino, aunque aún no han podido reunir suficientes evidencias para hacer una acusación formal.

Un teléfono para “cazar” a Anglés.

La comandancia de la Guardia Civil de Valencia ha difundido un número 333 11 00, con el que se pueden poner en contacto los ciudadanos que tengan alguna pista que ayude a localizar el paradero de Antonio Anglés. Según fuentes del cuerpo, en las primeras doce horas de funcionamiento de este teléfono se recibieron más de 300 llamadas. Asimismo los agentes han dado las características físicas de Anglés: 1’75 de altura, complexión normal, rostro delgado y alargado, tatuajes en ambos brazos, posible pelo corto y rubio. La última vez que fue visto vestía pantalón vaquero y chaqueta y botas negras. En estos momentos, va armado al menos con una pistola del nueve corto y lleva dos carnet de identidad a nombre de Francisco Portera Zafra y Rubén Anglés. El juez de vigilancia penitenciaria de Valencia, Ernesto Alberola, denegó a Antonio Anglés un permiso el 25 de octubre de 1991, dos meses antes de que saliese por primera vez de la cárcel Modelo. Un buen comportamiento del recluso y los trabajos que realizaba en el centro penitenciario como electricista, llevaron a la junta de régimen a informar favorablemente sobre su segunda petición de permiso, que le fue concedida el 28 de diciembre de 1991. Anglés pasó seis meses en su domicilio, según consta en su expediente, y regresó al centro penitenciario.

Manuel Marlasca, nos tiene que dar explicaciones sobre este artículo, pues en él se ve que sabe las cosas antes de que se produzcan, ya que nos cuenta el 3 de febrero de 1993, datos que Ricart no proporciona hasta la declaración ante el juez el día 2 de marzo de 1993.(797-799  - Declaración de Miguel Ricart Tárrega.)

En este artículo nos habla de que fueron "directamente a la caseta", frase textual de Miguelito en esa declaración, nos relata la forma en que se sujetó a las niñas, y la forma en que estaban cuando recibieron los disparos.

Confunde la declaración ante la guardia civil el día 29 de enero, que duró desde las 23'45h hasta las 02'10 h del 30 de enero, dos horas y 25 minutos, donde fue su abogada Vicenta Sanchís,  ( 150-157 - Ampliación a la manifestación de Miguel Ricart Tárrega.)  con la declaración ante el juez el día 30 de enero que tuvo de abogado a Joaquín Comis Tello y que oficialmente no sabemos cuando empezó ni acabó.( 178-182 - Declaración detenido Miguel Ricart Tárrega.)

¿Como se puede estar tan bien informado para unas cosas y tan mal para otras?