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Texto accesible en: http://www.bibe.com.ar/problematicas.htm
LAS PROBLEMATICAS DE LAS BIBLIOTECAS ESCOLARES Y DE SUS BIBLIOTECARIOS
Se señalarán problemas que inciden o han incidido en el
escaso desarrollo de las Bibliotecas Escolares de algunos distritos de la
Provincia de Buenos Aires y que corresponden a la funcionalidad y a la falta de
materiales que también se corresponde con la funcionalidad. Se considera este
link como una tribuna abierta en la cual se entrará por varias vertientes: para
coincidir; para disentir; para comparar; para aportar otras problemáticas.
INVITAMOS A PARTICIPAR EN ESTA TRIBUNA ABIERTA. CONTACTO
Señalamiento puntual de problemas. Los que no se resuelven
inciden fuertemente en el desarrollo y efectividad de la Biblioteca Escolar. Es
para pensarlos seriamente ya que una biblioteca que no funciona es un derecho
que se le cercena al conjunto social. Algunos problemas son históricos: o bien
porque han dejado de existir o porque se repiten a lo largo y a lo ancho de la
historia de las bibliotecas escolares.
Detallando algunos: LA BIBLIOTECA ESCOLAR: ¿HOY FUNCIONA?
Provincia de Buenos Aires. En la Escuela Nº... se habilita
la Biblioteca Escolar, lo cual significa que el Estado "abre" este
espacio oficialmente y designa a un bibliotecario escolar, el cual pasa a
denominarse maestro bibliotecario (MB). No importa que la escuela funcione en
dos turnos. El bibliotecario es sólo uno. Primer problema: -O bien un turno no
tiene la biblioteca abierta por la falta de su personal para atender. -O bien y
generalmente bajo presión, el bibliotecario "rota". Por si un foráneo
de la actividad docente está leyendo, significa: los chicos gozan de tres días
de biblioteca en el turno mañana y de dos días en el turno tarde (o viceversa).
Es decir, que respecto a la complementariedad de la
biblioteca hacia la tarea escolar, a la atención de recursos para la comunidad,
la atención es parcial. Totalmente incumplidos los fines y objetivos de la
Biblioteca Escolar. Un poco de explicación para quienes no son bibliotecarios:
Los niños, los padres, los docentes no tienen por qué recordar qué días y en
qué horarios se reparte la función bibliotecaria, deben tener incorporado a su
"inconsciente" que la biblioteca está disponible durante toda la
jornada escolar: porque además de la tarea programada, hay infinidad de
ocasiones en que se necesita acudir al Centro de Recursos, la jornada está
atravesada de indagaciones y de inquietudes a las que es preciso responder en
tiempo y forma: esto sólo se logra con una biblioteca "viva" las ocho
horas de concurrencia a la escuela. Además...
Hay consultas desde "el afuera". Niños que van al
turno contrario y que necesitan el servicio, padres, docentes que necesitan de
otros horarios de atención... Como se ve, la Biblioteca Escolar es
imprescindible abierta y no cerrada. Funcionando a pleno y no parcialmente. Y
otro detalle: la biblioteca escolar genera proyectos propios, diagrama
servicios de auxilio educativo, mantiene relaciones extramuros de la escuela.
De qué manera se hace una dinámica de trabajo eficaz y eficiente si no hay una
continuidad horaria de modo tal que la persona o entidades e instituciones que
necesitan contactarse con la biblioteca deben adivinar si lo harán en el
momento en que la biblioteca esté funcionando. La falta de rutina horaria y de
una semiplena seguridad para el usuario acerca de la disposición continuada de
la biblioteca constituye el freno más importante para el desarrollo
bibliotecario en las escuelas.
Volvamos a la habilitación de la biblioteca escolar en
nuestra hipotética Escuela Nº... Segundo problema: Las escuelas como otras entidades
de trabajo humano suelen sufrir ausencias docentes. En las escuelas
"grandes" (muchas secciones funcionando por turno), la ausencia
docente agrava la situación. Hay que reemplazar al maestro que faltó. Qué mejor
que usar a otro docente, que no faltó, que está en la escuela, y que entonces,
cierre el servicio que está atendiendo a una diversidad compuesta de otros
alumnos, y de otras tareas, para que raudamente trabaje ese día de
"maestro suplente".
A los foráneos: ¡Ud. adivinó! Han mandado al bibliotecario
escolar a hacerse cargo de la ausencia y de otra tarea. Los usuarios parecen no
ser personas con derecho a ser atendidos. La presencia del bibliotecario en
tiempo y forma en su lugar de trabajo es ignorada, mejor dicho es avasallada.
Su trabajo compuesto además de infinidad de tareas a ser cumplidas para que la
biblioteca se desarrolle y se encuentre preparada para satisfacer las
necesidades de sus usuarios, no es respetada. Ese día aciago, el bibliotecario
escolar cerró con pesado candado el recinto natural de su trabajo. Y en la
biblioteca escolar, lo que no se hace hoy...se recarga en la tarea de mañana o,
por falta de oportunidad, no se hace nunca. A nadie parecerá importarle que el
bibliotecario deba agregar horas a su rutina diaria para hacer aquello que le
quedó postergado, si se encuentra entre aquellas personas que a pesar de todo
(y de todos) consideran que debe hacer aquello que tenía programado. A este
segundo problema señalado, hay que agregar las numerosas ocasiones en que el
bibliotecario deberá cerrar el servicio para acompañar las excursiones,
proyecto de otros docentes que al no contar con la cantidad de acompañantes
requeridos oficialmente en las excursiones, avasalla nuevamente la actividad
bibliotecaria y dispone de los horarios y de las tareas de su compañero
bibliotecario.
LAS BIBLIOTECAS CERRADAS NO CUMPLEN CON SU RAZON DE EXISTIR.
Estos dos problemas son históricos: existieron en el pasado
reciente y en algunos casos están "vivitos y coleando". Reversión:
Los bibliotecarios convencidos de la necesidad de la BIBLIOTECA ABIERTA,
lucharon por superar estos problemas: escritos, informes, muchísima difusión
bibliotecaria, carteleras, comunicaciones acerca de la tarea bibliotecaria,
acción y...presencia, mucha presencia de la biblioteca atravesando toda la vida
escolar. La demanda creada en torno a un trabajo de mucha conciencia respecto a
la lectura, al estudio, a la investigación, pudieron revertir los dos
problemas. Ahora bien: si el cumplimiento de una función debe ir atado sólo al
criterio del eventual ocupante de esa función, veremos bibliotecas que en algún
tiempo funcionaron y en otros no. Puede ser por falta de asunción de la tarea
con el firme compromiso que ella demanda; puede ser porque los caracteres son
diferentes y no se sabe luchar por aquello que se cree justo, y puede ser
también por diversas "negociaciones" hasta inconscientes, que llevan
a las personas a compensar unas cosas con otras, un favor con otro. Ignorando
las necesidades de los usuarios, que a la sazón son niños, es decir personas,
es decir sujetos de derecho.
PROVEYENDO A LA
BIBLIOTECA ESCOLAR
Problema 1
¿Existe una biblioteca sin libros? Más allá de imaginar una
ciberbiblioteca, armada sobre la base de la tecnología de punta y con una amplísima
colección de soft y de hard, que por supuesto no es el caso de las bibliotecas
escolares de la Provincia de Buenos Aires, tratemos de inventar un lugar de
este mundo llamado biblioteca, planeada para residir en una escuela y entonces,
pensada para una comunidad educativa. Básicamente, necesitaremos libros.
Después vendrán los otros recursos. Pero, ¿cómo se proveen las bibliotecas
escolares? Todo nos lleva a pensar en algún tipo de reserva destinada a ese fin
tan preciado de acercar libros y lectura a nuestros chicos, a facilitar acceso
a libros y lecturas especializadas para los docentes, a satisfacer algún tipo
de demanda por parte de los padres. No hay reserva destinada a ello. Creada la
biblioteca escolar en nuestra hipotética escuela, su personal, acompañado de la
comunidad en la que se inserta, iniciará el peregrinaje para conseguir una
magra colección que le dé sentido a ese espacio que comienza sólo por el nombre
y no por el contenido de lo que el nombre designa. Los bibliotecarios de los
distritos bonaerenses han reclamado desde siempre a las autoridades del sistema
educativo la asistencia y la atención debidas para esta institución. En el
comienzo del tránsito por el siglo XXI, siguen sin ser atendidas las demandas
de libros y materiales para las bibliotecas escolares. Solamente logran
desarrollarse aquellas bibliotecas que pertenecen a escuelas centrales en
comunidades de una clase media que aún reconoce el valor de la lectura y de que
sus hijos frecuenten los libros y tengan acceso a diversidad de material.
Crecerá sin derecho a gozar de una biblioteca digna el alumno de las regiones
desoladas donde la pobreza es reina y señora de su vida. ¿Cómo llamar la
atención de las autoridades , no sólo para instalar bibliotecas completas y con
personal calificado aquí y también ir en auxilio de aquellas comunidades que
aún con su esfuerzo logran mantener abierta su biblioteca, pero que necesitan
ser estimuladas y ayudadas en su titánica tarea?
Problema 2
El caso es que la biblioteca debe estar atendida. Qué mejor
que poner a un bibliotecario al frente de la tarea. Por fortuna, la Provincia
ha pensado en ello y accede al cargo un docente especializado en
Bibliotecología. Ya casi nadie admite en las comunidades educativas que al
frente de la biblioteca haya una persona ajena a la función, o un docente en
revista pasiva, o un no docente. Pero, la cuestión se complica en el momento de
decidir a qué turno se le asigna el bibliotecario. Deben las autoridades asumir
el deber de dotar de dos cargos-base para que se cubran los dos turnos de la
jornada escolar. Más lejos en el tiempo y después de logrado esto, llegará el
momento de pensar en un auxiliar de tareas. Por ahora, breguemos por una
biblioteca en cada escuela y un bibliotecario en cada turno. BIBLIOTECAS ABIERTAS
. Así debe ser.
TRABAJANDO JUNTOS
La Biblioteca Escolar es el lugar donde mejor se pueden
fraguar las ideas, proyectos, anhelos de búsqueda, etc. de los docentes. Porque
es un ámbito donde los estímulos están "a flor de piel", los
interrogantes ocasionales que surgen mientras se van programando ideas o
acciones, pueden ser respondidos casi al instante, tanto por alguna referencia
que el bibliotecario aporta, como por la disposición inmediata de muchísimos
materiales.
SIN EMBARGO, rara vez el docente de aula planifica su trabajo en el ámbito de la Biblioteca. Lo hace en otros lugares, solicitando materiales a través de mensajeros que se encargan de alcanzarle lo solicitado. Mientras tanto, se pierde de consultar no sólo el material que tiene en mente, sino también de que le sea sugerido así, al instante y de viva voz, algo que se ha incorporado recientemente, o un artículo en relación con lo que está trabajando y muchas otras cosas que pueden surgir in situ. Sabemos de escuelas que no tienen ningún recurso para ofrecer, y sabemos que allí donde los recursos se ofrecen sabrosos y tentadores, la demanda del magisterio es muy acotada o no existe. Para remediar esta disociación del trabajo profesional del docente y el uso de los recursos pedagógicos, es que la Difusión Bibliotecaria se impone como una de las principales tareas a ejercer por los bibliotecarios.
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