LA PORTERIA DEL ATHLETIC
La cantera rojiblanca, ha producido un gran número de los mejores guardametas espanoles de la historia.
El Athletic, club forjador de futbolistas de raza, destaca tanto por los goleadores que nutrieron sus filas, como por su facilidad para descubrir guardametas de excepción. Las grandes actuaciones de los cancerberos Arana y Acha, entre 1902 y 1904 fueron el precedente de esa escuela de grandes porteros que ha sido el Athletic Club de Bilbao. Estos pioneros fueron seguidos por aquel portero con el que se ganaron tres copas seguidas, de 1914 a 1916: Ibarreche.
Y si los tres palos bilbainos han estado siempre bien defendidos, en ciertas ocasiones era imposible defenderlos mejor de lo que estaban. Estamos hablando de esas temporadas en las que los aficionados bilbainos vibraban viendo las espectaculares paradas de guardametas como Blasco, Lezama, Iribar o Zubizarreta. Cinco guardametas que durante algo más de cinco decadas se han ido pasando el testigo y que han dejado muy alto el pabellón de los porteros vascos.
Con Blasco La liga
Blasco fue aquel gran portero del Athletic que, junto a los Iraragorri, Gorostiza, Bata, Txirri y Lafuente consiguió la primera Liga para el Athletic, la 29-30. Grandes actuaciones de este cancerbero pudieron disfrutar los seguidores de los "leones" durante la decada de los treinta.
"Lezamadas"
Pronto se tuvo que marchar a Inglaterra aquél chaval que provenía de Barakaldo. Con unos catorce anos, y debido al estallido de la Guerra Civil, Raúl Perez Lezama llegó a las Islas Británicas. Fué allí donde le descubrieron sus cualidades de portero. El, como todos los chavales quería ser delantero centro. Pero un día se lesionó el que jugaba como portero y se colocó Lezama bajo los palos. A partir de ese momento ya no pudo dejar ese puesto, estaba hecho para él. La porteria Bilbaina, ya tenía otro gran guardameta, para defenderla durante la década de los cuarenta. Cuando Lezama volvió a su tierra y empezo a jugar en el Athletic, trajo algunas innovaciones "a la británica" como el saque con la mano o el saque desde el suelo. En Bilbao empezaron a hacerse famosas las "lezamadas": hacía cosas que nunca un portero había realizado antes; al principio a los aficionados se les antojaban como unas salidas de tono. "Se exageró bastante -recuerda el guardameta-. Lo que ocurría es que yo salía de pie muy lejos de la portería y a veces me equivocaba, aunque así salvé muchos goles. Me lanzaba a despejar de punos diez o quince veces por partido.." Lezama estuvo diecisiete temporadas en el Athletic.
Carmelo, "un muro"
"Algunos me llamaban asesino porque mordía. Incluso porque llegué a lesionar a mis tres defensas en un solo partido ante el Betis. Mi único objetivo era hacerme con el balóna cualquier precio". Son palabras de Carmelo Cedrún Ochandategui, ese gran antecesor de Iribar que definía de esa "peculiar" forma la garra con la que siempre salía a los terrenos de juego. Carmelo dejo muchas muestras de su garra, como en aquella ocasión en la que llegó a jugar cinco partidos seguidos con el dedo fracturado, y sin decir nada a nadie. Este portero disfrutaría con el Athletic grandes alegrías: cuatro copas y una Liga.
"Iribarmanía"
Y si la década de los cincuenta
vió un gran cancerbero bajo los palos bilbainos, los anos sesenta y setenta
tuvieron el gran honor de disfrutar de uno de los mejores porteros que ha dado el fútbol
mundial, si no el mejor: Jose Angél Iribar Kortajarena. Llegó este carismático
guardameta al Athletic y trajo con el la "Iribarmanía". Los aficionados le
admiraban como pocas veces se ha admirado a un jugador de fútbol. Fue el mayor ídolo que
ha pasado por San Mamés en su historia.
Zubizarreta
El mismo fué quien descubrio a
su sucesor y le pasó el testigo para que continuara, la gran tradición cancerbera del
Athletic. Zubizarreta tuvo un gran maestro. Ambos pasaron un tiempo juntos en la misma
plantilla del Athletic. Y aunque a Iribar le sustituyó Aguirreoa, el ídolo bilbaino
traspaso toda generosamente toda su sabiduría, a ese chaval tímido y corpulento al que
se le conocía por Zubi. El relevo para la decada de los ochenta estaba asegurado.
Juanjo Valencia
Tras el traspaso de Zubizarreta al
F.C. Barcelona, un gran vació ha quedado en la porteria rojiblanca, una larga lista de
guardametas han tratado de asentarse en el puesto, siendo Juanjo Valencia, el que
más cerca ha estado de conseguirlo, el buen guardameta gipuzkoano, excelente futbolista y
mejor persona, que ha tenido que salir por la puerta de atrás del club, motivado por la
falta de confianza de Luis Fernandez y de un sector del la afición de San Mamés que se
ha cebado con él en sus últimos partidos. Juanjo Valencia, se negó a salir a calentar
para sustituir a Imanol Etxeberria, trás una serie de errores garrafales de éste último
en un partido de copa del Rey frente al Racing de Santander, desobedeciendo así al mister
Luis Fernandez.
TROFEO ZAMORA