Historia de la Música en      Europa
    
Música en Finlandia:
Finlandia posee una gran riqueza de música popular, que se fue acumulando desde tiempos antiguos y una importante tradición de música eclesiástica, desarrollada tardíamente desde la aceptación del cristianismo por parte de los fineses en el sigloXII. Durante la Reforma, los cantos gregorianos y otras piezas de música vocal religiosa, originariamente en latín, fueron adaptados a la lengua finesa. El cultivo de la música seglar comenzó en el sigloXVII. En la antigua capital finesa, Turku, se formó una orquesta aficionada y en 1640 la música pasó a formar parte del currículo universitario en Turku.
El desarrollo de la música clásica finesa comenzó aproximadamente a finales del sigloXIX, principalmente como resultado de los trabajos y enseñanzas de dos músicos naturales de Alemania: el compositor Friedrich Pacius, y el director y compilador de canciones populares finesas Richard Friedrich Faltin. Martin Wegelius, primer compositor importante de origen finés, influyó también de forma significativa en el desarrollo de la música clásica finesa como director del Conservatorio de Helsinki. Su colega finés y contemporáneo, el compositor Robert Kajarnus, llevó la música finesa a los auditorios de Europa occidental como director de la Orquesta Municipal de Helsinki.
Música en Finlandia:
Hasta finales del sigloXIX, la música alemana fue la influencia dominante para los compositores fineses. Pacius, Faltin, Wegelius y Kajarnus utilizaron la música popular finesa en sus trabajos, pero fue Jean Sibelius, discípulo de Kajarnus, quien creara un verdadero estilo musical nacional y consiguió el reconocimiento internacional para la música finesa.
En diciembre de 1923 se inauguró en Helsinki la Ópera Nacional Finesa, que cuenta con 1.387 butacas; en ella conviven la Ópera Nacional Finesa y el Ballet Nacional Finlandés. En los últimos años, compositores como Aulis Sallien, Einojuhani Rautavaara, Erk Bergman y Joonas Kookonen han producido destacadas óperas. Después de la independencia de Finlandia en 1917, los modernos compositores fineses incrementaron su repertorio con una variedad de tendencias modernas.

Músca para el Teatro:
Música para teatro, música vocal o instrumental que forma parte de un espectáculo teatral. Puede servir simplemente de fondo sonoro, como la mayoría de las bandas sonoras del cine, o ser el centro principal, como en la ópera, la opereta, la zarzuela o el musical.
Las antiguas ceremonias religiosas que combinaban música, danza y oratoria dieron origen a formas teatrales como la tragedia griega, en la que el coro aporta comentarios tanto en forma de canto como de danza. El teatro para marionetas wayang, que aún se interpreta en Indonesia, es una representación escénica, musical y dramática de un mito hindú. En la música china, la actuación, el canto y la interpretación de instrumentos musicales se mezclan con la danza, la acrobática, las máscaras y los disfraces en muchas variedades de la ópera china. En Japón, los grandes géneros teatrales del nô y el kabuki representan una unión del drama, la música y la danza. Por otra parte, en los entretenimientos ligeros del siglo XIX y XX de Europa y América, como el minstrel show, el vodevil y la revista, la integración de danza, música y diálogos es escasa.
Los dramas litúrgicos en latín que interpretaban los clérigos entre los siglos X y XII, incluían canto llano y otros géneros musicales. En los autos de los siglos XIII al XVI, ya en lenguas vernáculas, las canciones populares, el canto y la música instrumental acompañaban a danzas y procesiones.
Durante el renacimiento, la música, a menudo arreglada por músicos locales, acompañaba a las obras teatrales, incluidas las reposiciones de las obras clásicas en latín. En muchas escenas de las obras de Shakespeare se especifican canciones o bailes. Algunos compositores ingleses posteriores, como Henry Purcell y Thomas Arne, han escrito música para estas escenas. En el Teatro español del barroco es frecuente la participación musical: villancicos, tonadillas, bailes y fragmentos instrumentales. Son famosos los llamados "cuatro de empezar", un fragmento coral a 4 voces que realzaba el argumento de la obra; se cantaba antes de empezar o entre actos. La música de acompañamiento alcanzó su cima en el siglo XIX, cuando los teatros mantenían orquestas y se encargaban partituras de los más ilustres compositores. Ejemplos de ello los encontramos en Egmont (1819) de Ludwig van Beethoven, un melodrama en el cual la música pone sonido de fondo al diálogo hablado con textos de Goethe; y la música de Felix Mendelssohn para el Sueño de una noche de verano (1843). En el siglo XX, la música de acompañamiento, o incidental, que se utiliza para las obras escénicas suele estar grabada o producida por medio de equipos electrónicos.





La historia de la música en Noruega
Los hallazgos de cuernos de caza y trompas que datan de los años 1500 a 500 anteriores a nuestra era demuestran que la música y el canto tienen en Noruega una larga tradición. Los poemas escáldicos de la edad vikinga, los grabados en la madera de las stavkirker y otras fuentes de índole diversa revelan que la música que se interpretaba en la época medieval estaba estrechamente ligada a las tradiciones musicales de Europa Central. El canto gregoriano que se oía en el culto del Santo Patrón de Noruega, San Olav, se asemeja mucho al canto de la Escuela de París, del siglo XIII. El himno en honor de San Magnus es del más genuino orígen noruego y proviene de las islas Orkney, que eran posesión noruega a mediados del siglo XIII. La primera descripción de órganos en las iglesias de Noruega data de los primeros años del siglo XIV. Todo ello confirma la impresión de que la música tenía un papel preponderante en la vida cultural del país.
Por Harald Herresthal
Noruega estuvo sometida a la soberanía danesa desde el año 1380. Por el hecho de no disponer de una casa real, ni de nobleza autóctona, no pudo disfrutar durante 450 años de ninguna de las modalidades de música selecta que normalmente se producen en tales ambientes. Sin embargo, en los centros eclesiásticos rurales, la música tenía un cometido significativo y, al existir músicos en las ciudades, tanto en éstas como en sus inmediaciones se podía escuchar música en días de ordinario y festivos. La música folklórica, por su parte, se desarrollaba con entera libertad en los distritos rurales.
Los primeros compositores que se conocen son de comienzos del siglo XVIII y eran mayormente organistas y músicos de ciudad, noruegos y extranjeros, que componían música de danza y también música de cámara y cantatas. En algunos casos también, obras instrumentales para conjuntos más nutridos.
La música noruega comenzó a desarrollarse considerablemente alrededor del año 1800. En 1814, se produjo la unión de Noruega con Suecia. La familia real sueca residió de manera intermitente en Cristianía (Oslo), nueva capital de Noruega. Cuando la Corte Real se encontraba en Noruega, florecía la vida musical y músicos invitados ejecutaban notables actuaciones. Los altos dignatarios, los terratenientes y la clase media alta organizaban audiciones musicales y representaciones teatrales privadas, a las cuales, en principio, tenía acceso toda persona con dotes musicales. Estos músicos perfeccionaban su arte en el extranjero o bien tomaban lecciones de artistas itinerantes o de maestros de música. Fué en estos círculos donde se pusieron de manifiesto los primeros talentos musicales. Pronto, algunos de los más destacados decidieron dedicarse a la carrera musical, en lugar de buscar un futuro mucho más seguro como dignatarios eclesiásticos o juristas.
El virtuoso violinista Ole Bull (1810-1880) fué probablemente quien más claramente influyó en el desarrollo de la música noruega a mediados del siglo XIX. Su presentación internacional tuvo lugar en 1834 y el que fuera llamado el "Paganini nórdico" consiguió poner Europa a sus pies. Bull se erigió en modelo de músicos y escritores como Grieg, Nordraak, Bjørnson, Vinje e Ibsen.
Varios músicos extranjeros establecidos en Noruega hacia el año 1840 contribuyeron significativamente a elevar el nivel musical general, sin olvidar el papel importante representado por la receptividad musical propia de la clase media. Es interesante hacer notar que las orquestas profesionales reclutaban también sus miembros entre los muchos violinistas de los distritos rurales.
En la década de 1850, la conciencia nacional se fortaleció con el mensaje de la revolución de 1848 en Francia. El crecimiento económico que experimentó Noruega en esta época estimuló a su vez el desarrollo cultural.
Los sumarios de Historia de la Música suelen caer muchas veces en el error de omitir el papel representado por las mujeres. Siendo así que los círculos musicales noruegos fueron liberales, permitieron que la mujer alcanzara rápidamente protagonismo y apoyo, por lo menos en la medida en que lo consentían las costumbres de la época. Obras de mujeres compositoras se publicaron ya en los años 1840, en un momento en que el mercado era relativamente restringido. El Estado concedió a estas mujeres becas para artistas y algunas de ellas llegaron a ser intérpretes de considerable renombre.
En la década de 1860, músicos noruegos bien formados empezaron a ocupar posiciones que hasta entonces habían ostentado extranjeros. Halfdan Kierulf (1815-1868) fue, junto con Ludvig Mathias Lindemann, organista y recopilador de melodías populares, el personaje principal que puso el fundamento de la vida musical noruega de ámbito nacional. Las décadas de 1870 y 1880 han sido calificadas, con justicia, como la Edad de Oro de la música noruega. Destacan en esta época los compositores Edvard Grieg (1843-1907) y Johan Svendsen (1849-1912). Una de las características principales de su música fué su carácter esencialmente nacionalista. La promoción de los violinistas folklóricos de la región de Hardanger, que hizo Ole Bull en las salas de concierto de las ciudades, y la recopilación que hiciera Ludvig Mathias Lindeman de melodías populares, atrajeron la atención de los compositores hacia los tesoros contenidos en la tradición musical noruega. Muchos de los compositores de la segunda mitad del Siglo XIX intentaron incorporar de alguna manera a sus obras elementos sacados de la música folklórica.
La recopilación de melodías populares continuó realizándose hasta bien entrado el siglo XX. Muchos compositores bebieron copiosamente de estas fuentes, sin que pudieran, al mismo tiempo, evitar ser influenciados por las tendencias internacionales. Noruega disponía de muy pocos centros de estudio, y virtualmente todos sus compositores se formaron en Leipzig, Berlin o París. Johan Halvorsen (1864-1935) y Christian Sinding (1856-1941) fueron los compositores más conocidos de finales de siglo.
-La riqueza de la música polular.
-El desarrollo de la
música clásica finesa.
-En Le Siglo XIX, Musica
Almemana, fue influencia
para compusitores fineses.
-La música para el teatro.
-La música de acompañamiento alcanzó
su cima en el Siglo XIX.
-El virtuoso violinista Ole Bull (1810-1880) fué probablemente quien más claramente influyó en el desarrollo de la música noruega a mediados del siglo XIX.
-Varios músicos extranjeros establecidos en Noruega hacia el año 1840 contribuyeron significativamente a elevar el nivel musical general.
-Las décadas de 1870 y 1880 han sido calificadas, con justicia, como la Edad de Oro de la música noruega
Egmont (1819) de Ludwig van Beethoven, un melodrama en el cual la música pone sonido de fondo al diálogo hablado con textos de Goethe; y la música de Felix Mendelssohn para el Sueño de una noche de verano (1843).
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