De solidaridad y otros asuntos
Carlos-Blas Galindo
Oaxaca, Oax. El 23 de marzo mi novia y yo visitamos la cafetería y galería Tera, en la ciudad de Oaxaca. Mi novia se llama Iris Aggeler y es artista visual y crítica de arte. Vamos a Tera para solicitar por enésima vez la entrega de los ejemplares que me corresponden del catálogo de la exposición colectiva Fotografía intervenida en la que participé como expositor, autor de un texto de sala y conferenciante, exposición que se presentó en Tera y que fue parte del programa "Fotoseptiembre 2000 en Oaxaca". Tomamos los ejemplares que me pertenecen y ofrecemos a cambio un recibo que la propietaria del lugar, Carmen Hernández de Neuhaus, destruye al tiempo que nos insulta. Sin que exista flagrancia -pues no existe delito- ni orden de aprehensión en contra nuestra, consigue que agentes de la policía municipal nos detengan. No oponemos resistencia, confiando en que el incidente será aclarado de inmediato. Empero, permanecemos en los separos de esa corporación desde las cuatro de la tarde hasta cerca de la una de la madrugada del día siguiente. Y, luego, somos retenidos en los separos de la Procuraduría General de Justicia estatal desde la una de la madrugada hasta las nueve de la noche del 24 de marzo.
Mientras somos privados de nuestra libertad, Hernández de Neuhaus interpone una denuncia en nuestra contra por allanamiento de morada (¡a un establecimiento que es público!) y robo (¡de los dos ejemplares del catálogo Fotoseptiembre que me pertenecen y cuyo precio unitario es de 20 pesos!). Se nos fija una fianza de 9 mil 700 pesos, misma que nuestro abogado logra reducir a 5 mil pesos y que pagan nuestros amigos. Tan pronto como recuperamos -provisionalmente- nuestra libertad, Hugo Vélez, primero, y después él con la participación de Jorge Ismael Rodríguez, Luis Rius Caso y José Antonio Platas, hace circular una carta abierta que dirige, entre otros, al gobernador de Oaxaca, al procurador de justicia del estado y a las autoridades municipales de la ciudad de Oaxaca, y en la que se pide que se proceda de manera justa y diligente. Al momento de escribir estas líneas, la carta cuenta con 478 firmantes de nuestro país y el extranjero (es posible signar esta carta y obtener mayor información sobre nuestro caso en: http://www.oocities.org/cdeapoyo/artmexico.html). En Milenio, Reforma y La Jornada son publicados textos alusivos. Y en la edición del 18 de abril de EL FINANCIERO se incluye, íntegra, la mencionada carta. Como obtenemos nuestra libertad provisional mediante el pago de fianzas, debemos acudir a la Procuraduría de Oaxaca, mensualmente, para que se constate que no hemos huido. Y no nos es permitido viajar fuera del país mientras se integra la averiguación y somos juzgados. Estamos obligados a aportar pruebas ante el ministerio público que desarticulen las acusaciones que se nos hacen y que apuntalen nuestra versión de los hechos.
Las manifestaciones de solidaridad y apoyo que constantemente recibimos nos reconfortan sobremanera. Sin embargo también padecemos el desinterés o la insensibilidad hacia nuestra situación. Algunos minimizan los hechos. Una muy reducida parte de la comunidad cultural oaxaqueña duda de nuestra verdad. Y una todavía menor apoya abiertamente el proceder de Hernández de Neuhaus. Francisco Toledo y Luis Zárate han sido interrogados al respecto por Iván Rendón, corresponsal de Reforma, y han preferido "mantenerse al margen". Entretanto, ningún servidor público del sector cultural en el ámbito federal, estatal o municipal nos ha manifestado algún interés por nuestro caso. El daño moral que se nos ha provocado es considerable. Nuestros derechos humanos han sido atropellados. Requerimos, sí, que se haga justicia con prontitud.
Carlos-Blas Galindo, Artes Visuales, ”De solidaridad y otros asuntos”, México, El Financiero, viernes 11 de mayo 2001, Página 52, Cultura.
...Ningún servidor público del sector cultural en el ámbito federal, estatal o municipal nos ha manifestado algún interés por nuestro caso. El daño moral que se nos ha provocado es considerable. Nuestros derechos humanos han sido atropellados. Requerimos, sí, que se haga justicia con prontitud.