Hemos perdido el dónde, el lugar al que desearíamos regresar...pero regresamos? ... deconstruir para regresar?... desandar el camino para interrogarlo, para pesarnos caminantes de un camino porque somos cuerpo haciéndonos en el andar.

      Deconstruir es elucidar y elucidar es pensar lo impensando de nuestras resoluciones subjetivas, es ahondar en los trazos que escriben la trama de nuestro andar, el complejo tejido que teje nuestros modos de ser en un socio-histórico la previsibilidad que insufla la ilusión de una libertad posible.

      Entonces decíamos, que un tejido está tejiéndose y que somos en nuestras marcas subjetivas, marcas múltiples, sociales, políticas, culturales, libidinales, tejedores de una trama que siempre esta empezando, trama que nos entrama, que nos ordena, que nos ORDENA.

      Decíamos, deconstruir , entonces des-armar, des-tramar-nos, des-ordenarnos; elucidar los trazos que constituyen el entramado subjetivo, trazos por donde moramos, cartografías con Deleuze y Guattari. Seres rizomorfos.

      Cartografías-Calcos institucionales experienciamos, cuando abordamos instituciones, es por esto que indagamos con los actores institucionales sus recorridos, las tramas que significan su decir-hacer, trabajamos con ellos entonces sus anudamientos y sus desanudamientos, los modos que se produce consenso, las significaciones que los producen y reproducen, los modos de subjetivación que subjetivan la trama institucionales, la subjetividad que una institución en particular produce, las relaciones de poder que arborizan las potencias instituyentes encauzándolas muchas veces, a binarismos que trazan sus libertades (‘...neurosis o psicosis...’ nos decía un terapeuta de una institución en salud cuando se interrogaba por sus producciones), pero también sus fugas, sus creaciones colectivas, sus potencialidades colectivizadas experimentando transformaciones, sus luchas, sus movimientos, sus espacios de participación y construcción etc.
   
      Instituciones tensionadas por sus instituidos y sus instituyente, historia institucional institucionalizada, Versión que niega las versiones que la diversifican, que la di-vierten, entonces genealogía reconstrucción de la historia que pensar cómo hemos llegado a ser lo que somos, cómo hemos llegado a hacer lo que hacemos, a pensar lo que pensamos, y a sentir lo que sentimos. Genealogía para elucidar como cristalizan los sentidos, cómo operan, cómo producen consensos sin sujeto, cómo imponen un régimen de verdades que legitiman un orden como una posibilidad de ser lo somos.

      Subjetividades implicadas en los modos de subjetivación que producen formas de andar los trazos de la trama institucional, posicionamientos subjetivos constituidos en la diversidad de nuestras subjetividades anudadas que estallan el organigrama instituido para reconstruirlo desde una diversidad que circula, disiente y consensua.

      Llegamos entonces, a pensar espacios en las instituciones donde mediante el análisis de nuestra implicación en ese tejido del que hablamos posibilita una perspectiva otra, de nosotros mismos y de los otros que nos acompañan en el recorrido andariego de los aconteceres institucionales (construimos una ética ENTRE otros); espacios donde se posibiliten modos de enunciación colectivos, es decir, consensos ENTRE lo singular y lo colectivo que siempre estamos siendo. Pero espacios deliberativos que consientan el disenso como el consenso, el desencuentro argumental de nuestras posiciones, y posibiliten en ese fluir de la diversidad de lo que somos el encuentro con los otros.

      Para eso precisamos asumir la responsabilidad de la participación, que sostenga ese espacio de reflexión y deliberación que posibilite el consenso y el disenso desde donde crear formas de organización siempre novedosas de nuestras prácticas.

      Y por estas alturas vamos dejando hasta nuestro próximo espacio de producción.
(continuación de la crónica 5 (29/09/2003)
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