Calendas
En el antiguo cómputo romano y en el eclesiástico, el primer
día de cada mes, y se empiezan a contar, en cómputo regresivo, desde el día que
sigue a los idus del mes antecedente (Escriche). Este mismo autor
expresa que se llamaban calendas los primeros días de los meses a partir
del griego kaleîn (convocar), porque, llamado y congregado el pueblo en el
Capitolio el primer día de cada mes, se hacía un sacrificio por el rey y el
pontífice, y se anunciaba el número de días que mediaban hasta las nonas.
Otros autores señalan que calendas era lo mismo que colendas,
llamadas así, del lat. “colere” (honrar), porque los antiguos romanos dedicaban
el día primero de cada mes al culto de la diosa Juno. Calendario (y.) proviene de calendas.
Cabanellas, recogiendo la
explicación del Diccionario de la Academia, señala que con la frase calendas
griegas se hace referencia irónica a un tiempo que nunca llegará,
porque los griegos no tenían calendas o calendario.