Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador

Opiniones críticas:

De Alejandro Vallejo:
Un libro apasionante: una 'vida' de grande estilo. Y por lo menos desde el punto de vista del arte, de lo poco bueno que se ha hecho hasta ahora. Un esquema moderno de la ardiente existencia de una de las mujeres más extraordinarias y discutidas del Siglo XIX. El libro de Rumazo González, que con tan fiel devoción ha seguido la huella de Manuelita, paso a paso, con tan humana comprensión, con tan honda penetración psicológica y con arte tan fino, es uno de los pocos homenajes que el Libertador miraría sin fastidio. Por el contrario, con amable gratitud, porque es el homenaje al único ser de toda América, a quien él debió algo. Y debió mucho.

De Luis Enrique Osorio:
Pudiera decirse que se trata de una obra síntesis, porque en ella se han fusionado el historiador, el biógrafo, el novelista y el poeta. Tiene el mérito de enredar la historia con la leyenda en un plano de emoción que brota espontáneamente de esas páginas amenas, que consagran a Alfonso Rumazo González como escritor maduro, original y hondamente americano.

De Enrique Santos (Calibán):
El libro de Rumazo González merece puesto de honor en las bibliotecas. El grande éxito del libro permitirá sucesivas ediciones. Rumazo González ha escrito el más interesante de los estudios hasta la fecha publicados acerca de Manuelita Sáenz.

De Luis Trigueros:
Libro de relevante mérito por el fondo y por la forma, escrito en estilo sobrio y claro, con abundante acopio de datos y con severa imparcialidad, 'Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador', es un estudio valiosísimo de la vida brillante y tormentosa de aquella criatura excepcional.

Con esta obra, que a grandes rasgos ha tratado de analizar, Alfonso Rumazo González, ha erigido un monumento imperecedero a la memoria de quien fue, por el espacio de siete años, la compañera, la consoladora y acaso, a veces, la inspiradora del genio más pujante del Continente austral.

De Letras del Ecuador:
Merecía, en verdad, los honores de la segunda edición - como merecerá los de muchas más - este bello libro de nuestro compatriota Rumazo González. Los merecía, por la gran honradez histórica y artística con que está compuesto. En la fiebre de componer biografías, biografías noveladas y novelas históricas, tras el auge alcanzado por la nueva modalidad que a este género diera Lytton Strachey, se encuentra cada día el lector con malsanas y agobiadoras fechorías. No es el caso de este libro. La vida de la apasionada amante de Bolívar, reconstruida a base de trabajosos datos incompletos, está tratada con mucha dignidad por Rumazo González. Dentro del género biográfico, tan cultivado últimamente en el Ecuador, no vacilamos en asegurar que este libro es uno de los más logrados.

Del Diario 'El Plata' (Montevideo):
Al llegar a la última línea de este patético y absorbente libro, en cuyas páginas se desenvuelve, con maravillosa perceptibilidad, el drama enorme de la vida de una mujer singularísima, que sumó en sí los idealismos y los entusiasmos, las ansiedades y la voluptuosidad de los peligros, los estremecimientos pasionales, las glorias y las torturas inenarrables del alma; toda la contextura física y psicológica, en fin, de la epopeya emancipadora de la América Meridional: un impulso íntimo, indeliberado, directamente emotivo, nos estimula al aplauso, como si hubiera bajado el telón sobre un escenario en que actores magníficos hubiesen desarrollado un formidable, un casi sobrehumano drama. El drama de la ambición en un mundo nuevo, donde todo era primario, instintivo: el afán de libertad y el heroísmo en su demanda; la intriga llevada hasta términos sanguinarios y la fidelidad hasta la abnegación; la deslealtad hasta la traición y la ingratitud hasta la saña, el escarnio y el olvido. Protagonista, una mujer: Manuela Sáenz, 'La Libertadora del Libertador'.

Aquel aplauso, contenido por el despertar a la realidad de la lectura, iba - naturalmente - dedicado al autor. Si sus obras son numerosas y le han ganado sólido prestigio, su obra que ahora comentamos pudiera ser calificada de maestra.

De Juana de Ibarbourou:
Ecuador tiene ahora en su Legación de Montevideo a Alfonso Rumazo González, autor de un libro que de un salto ha llegado a ocupar puesto de honor en la literatura del Continente. 'Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador', es un libro en que la documentadísima y estricta verdad histórica ha sido tomada por un enamorado y un poeta, que con todos esos elementos nos ha dado un libro apasionado y apasionante, fundando la verdadera biografía femenina de América con una figura de mujer que él levanta de la injusticia y del olvido, para hacerla brillar, en su verdadero lugar, junto al hombre que la quiso y fue su amor. Cuando ese hombre se llama Bolívar, y cuando esa mujer compartió los años más ardientes de su vida, su biografía, si se ha sabido hacerla, tiene que ser empresa grande y difícil. Rumazo González ha salvado todos los escollos, penetrando en la intrincada psicología de la Libertadora, y con arte lleno de emoción y aciertos, ha consumado una obra maestra.

Y una obra de esta naturaleza sólo puede hacerse con una suma de valores en que el escritor y el hombre estén en perfecto equilibrio de grandes condiciones, uno en apoyo del otro; poniendo el primero la calidad intelectual, entregando el segundo su entusiasmo, su pasión, su fuerza y, entero, el pedazo de vida en que esté consagrado a su labor. Se ve bien que Rumazo cumplió con las leyes. Su libro fía por ello.

Junto al elemento psicológico, a la riqueza del historiador, al buceo y análisis del drama de triunfo, de exaltación y de caída temporal de aquella mujer fascinante - Rumazo levanta al tiempo eterno de la gloria a la Libertadora del Libertador - está una extraordinaria y colorida pintura de época y ambiente, que dan la medida del escritor, junto con una medida de novelista en potencia, que es el porvenir de Rumazo si algún día quiere salirse de la biografía.

Y dejo aquí estos comentarios breves, y también apasionados porque el gran libro me ha tomado en su fuego, para leer algunas páginas que por sí solas dirán, con la elocuencia del propio interés, lo que vale esta obra de Rumazo González, joya de la literatura del Ecuador.

De Vicente Lecuna:
Profunda impresión me ha causado la obra de usted. Es fuerte, realista, animada. Los personajes se mueven en las escenas. El Libertador y Manuela, como fueron, y tratados con verdad y cariño. El libro es una obra maestra.

De Luis Eduardo Nieto Caballero:
Es un placer ver surgir la figura de doña Manuelita Sáenz, en toda su verdad y en toda su importancia, de las páginas fervorosas que le consagró el aplaudido escritor Alfonso Rumazo González, su coterráneo. El libro 'Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador', consta de 288 páginas que se devoran. Agil el estilo y caluroso, abundantes las anécdotas, imparcial el estudio, porque nada esconde de lo que fue censurable en la alta dama, empezando por el amor vedado. Pero con una corriente de simpatía que la hace amar por valiente, por lista, por generosa, por desinteresada; mujer de una formidable personalidad y de una seducción irresistible, digna de la posición que ocupó al lado del Padre de la patria y acreedora a la gratitud de las naciones bolivarianas por servicios de mucha cuenta, entre los cuales el de haber salvado la vida de Bolívar ocupa el primer puesto.

A la fosa común fueron a dar sus restos. Pero queda su nombre en la inmortalidad como el de una de las más seductoras criaturas que hayan pasado por el mundo, acreedora a tributos como el que ha sabido rendirle, en ese libro apasionante y capitoso, su coterráneo Alfonso Rumazo González.

De Javier Gomensoro:
De tanto en tanto aparece en el género ya tan trillado de las biografías un libro que lleva en sí sustancia creadora. Un libro en que la palabra se rinde al magnífico conjuro del escritor. Un libro en que la erudición - cimiento inconmovible de toda biografía - se escapa de la mano, aun para quienes algo conocemos de los secretos de la investigación histórica y sabemos que sin cartas, folios y documentos no es posible escribir nada duradero en esa disciplina.

A través de su prosa, revive la carne y el espíritu de doña Manuela Sáenz. Carne y espíritu que un escritor de raza ha inmortalizado al evocar y desentrañar las aristas de esa mujer que tuvo el raro destino de vibrar al unísono, con el más excelso varón que ha dado América: Simón Bolívar.

De José Nucete Sardi:
Todas estas condiciones y coincidencias hacen de la biografía de Manuelita Sáenz, que el escritor ecuatoriano Alfonso Rumazo González acaba de publicar, una de las más completas y sugestivas. 'Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador', es una obra editada en Cali, que viene a buen tiempo, no sólo por la justicia que ella entraña y por la simpatía que la admirable mujer despierta, sino por el documentado estudio y la comprensión que representa, con lo cual, al fijar la persona y la personalidad llena de riqueza humana de aquella mujer, la enmarca con justeza y hace revivir la época, los medios en donde actuó, los personajes que estuvieron más cerca de la protagonista, ofreciendo un magnífico fresco lleno de colorido, que resulta uno de los capítulos más humanos de la historia americana.

Este libro de Rumazo González es una bella biografía llena de atisbos psicológicos, que responde al interés que despierta la briosa capitana, la amable loca múltiple y vivaz para las intrigas de la guerra, la política y el amor, que recibió del austero San Martín - junto con otras distinguidas damas de la sociedad y religiosas de los conventos de Lima - por los servicios prestados a la conspiración por la libertad, la distinción de la Orden que él creara, con el rango de Caballeresa del Sol.

De Alfredo Pareja Diezcanseco:
Alfonso Rumazo González es autor de dos libros de primer orden, dos biografías que pueden codearse con las buenas del género en cualquier latitud: 'Manuelita Sáenz, la Libertadora del Libertador' y 'Bolívar'.

De Víctor Hugo Escala:
Hacía falta este libro. Era preciso que se conociese la verdad y que resplandeciese como la luz ecuatorial sobre las níveas aristas del Pichincha. Y hacía falta que un ecuatoriano escribiese el libro, denso y ponderado, que reclamaba la vida heroica y vertical, en determinismo histórico, de la bella quiteña, segunda y definitiva esposa del Libertador, del Hombre - Sol de América, del vengador de Atahualpa, de Tupac Amaru y de los cien caciques - mártires que sufrieron estoicos, la quema y el vil garrote español.

Estamos leyendo ahora con delectación, el minucioso libro de Alfonso Rumazo González, quien no sólo ha prestado un gran servicio a nuestra patria, el Ecuador, sino a la América entera. Manuelita Sáenz es digna del bronce de la gratitud nacional.

De José María Velasco Ibarra:
Ha escrito usted un libro espléndido. Le felicito sinceramente. La injusticia ha dejado en el olvido a Manuela Sáenz. El mundo odia la justicia. Por esto, lo confunde todo y se niega a dar a cada cual lo suyo. Muchos en respetable sometimiento a su conciencia moral no aprueban los vínculos entre Manuelita y el Libertador. Están en su derecho. Pero todos quedan obligados, por la necesidad de la justicia, a aplaudir en esa mujer gloriosa la elevación de sus ideales, la amplitud de sus afanes, el heroísmo, la manera singular de comprender la vida, la lealtad y el apoyo emotivo que prestó al Libertador del Continente. ¡Qué erudición la de su libro, que habilidad para coordinar los diversos y complejos eventos sin perder de vista al principal personaje, qué agilidad y claridad de estilo, qué penetración psicológica, qué pinturas de hombres y de eventos!

Le felicito con toda mi alma. Su libro no morirá y usted vivirá con él. Muerto González Suárez se apagó la historia ecuatoriana. Historiar no es acumular hechos más o menos verdaderos. Es ordenar que se levante de la tumba el alma de los tiempos pasados como ordenó Cristo a Lázaro que se levantase y viviese. Usted ha vuelto a prender la llama histórica en la tierra ecuatoriana.