ATAQUES
TERRORISTAS: EL PRESIDENTE ASISTIO JUNTO A SU ESPOSA Y TRES MINISTROS
Kirchner
dice que "se está haciendo todo lo posible"
Lo
hizo al final del acto. Además, afirmó que hasta ahora
se había "tapado todo".
No
fue seguramente el más favorable de los actos desde que van
a la calle Pasteur como Presidente y Primera Dama. Pero Néstor
Kirchner y Cristina Fernández soportaron en silencio los
reclamos que escucharon por la falta de resultados en la investigación
del atentado.
"Se
está haciendo todo lo posible. La tragedia ha sido terrible.
El familiar que habló lo sintetizó con toda claridad.
No sólo no se investigó sino que también se
tapó todo", expresó Kirchner en el único
comentario que hizo antes de subirse al auto oficial al término
del acto.
Tal
como ocurrió el año pasado, Kirchner y su esposa se
ubicaron debajo del escenario, en la zona reservada para los invitados
especiales. Cuando llegaron, sobre la hora de arranque y en el mismo
auto oficial, el sol ya ayudaba un poco a mitigar el frío.
El
Presidente se ubicó en primera fila junto a Juan Carlos Blumberg,
quien estuvo a su lado durante todo el acto. Cerca suyo también
se podía ver a los ministros del Interior (Aníbal
Fernández), Salud (Ginés González García)
y Relaciones Exteriores (Rafael Bielsa). El ministro de Justicia
(Horacio Rosatti) faltó con aviso y parte de enfermo.
Un
poco más allá, pero en el mismo corralito para invitados,
se ubicaban los embajadores de Gran Bretaña, John Hughes;
de los Estados Unidos, Lino Gutiérrez; y de Israel, Rafael
Eldad. Tampoco faltaron el gobernador bonaerense, Felipe Solá;
el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y hasta
un grupo de familiares de las víctimas de Cromañón,
a pocos metros del funcionario al que cuestionan por ese hecho.
De
anteojos negros, Cristina Fernández, siguió el acto
tan atentamente como lo hizo el domingo en Plaza Lavalle, cuando
apareció sorpresivamente en el homenaje de los familiares
nucleados en el grupo Memoria Activa. Con un poco más de
custodia esta vez, la zona alrededor de la AMIA estaba fuertemente
vigilada por decenas de policías, con perros entrenados para
detectar explosivos y hasta camionetas con la inscripción
"US Army-Special Forces" que llegaron con el embajador
estadounidense.
Una
vez concluido el acto, el Presidente abrazó al emocionado
representante de los familiares que había hablado desde el
escenario, Sergio Burstein. Incluso elogió su discurso, pese
a las críticas sobre la falta de resultados en la nueva investigación
del atentado, y más allá del reconocimiento al esfuerzo
estatal por desentrañar su encubrimiento.
La
multitud, estimada en unas 4 mil personas, llegó tan pacíficamente
como se fue. Al final del acto, unos chicos de un colegio judío
chileno miraban la pared de la AMIA, con los 85 nombres de las víctimas
del atentado.
Lucio
Fernández Moores, Clarin, 18 de julio de 2005
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ATENTOS.
KIRCHNER Y BLUMBERG, AYER, DEBAJO DEL ESCENARIO, EN EL ACTO.
(Foto: Pepe Mateos) |
ATAQUES
TERRORISTAS: ACTO CENTRAL A ONCE AÑOS DEL ATENTADO
AMIA:
piden justicia y advierten que los gestos del Gobierno no alcanzan
El
titular de la AMIA y un representante de familiares de las víctimas
hicieron el planteo. Reconocieron voluntad presidencial para reactivar
la investigación, pero reclamaron medidas y avances concretos.
Al
cumplirse ayer once años del atentado a la AMIA, la comunidad
judía redobló sus reclamos de justicia y consideró
insuficientes los gestos del actual Gobierno para tratar de reactivar
la investigación, que se encuentra en fojas cero.
Con
el clima de emotividad de cada aniversario, unas 4.000 personas
asistieron al acto central de homenaje a las 85 víctimas
del ataque terrorista, que se desarrolló frente a la mutual
de la calle Pasteur. Concurrieron el presidente Néstor Kirchner
y su esposa, la senadora Cristina Fernández, además
de los ministros Aníbal Fernández, Rafael Bielsa y
Ginés González García.
Desde
el escenario, el titular de la AMIA, Luis Grynwald, y el representante
de los familiares de las víctimas, Sergio Burstein, se preguntaron
por qué los recientes atentados extremistas en Londres fueron
resueltos en pocos días y el ocurrido en la Argentina hace
más de una década sigue impune. Nueve meses atrás,
un Tribunal Oral liberó a los únicos detenidos en
el caso, por considerar viciada la investigación del juez
federal Juan José Galeano.
La
mención de Galeano —a quien Burstein acusó de
"traidor"— provocó señales de reprobación
del público. También fueron seguidas de chiflidos
las alusiones al ex presidente Carlos Menem y al ex gobernador bonaerense,
Eduardo Duhalde, entre otros funcionarios a quienes sectores de
la comunidad atribuyen complicidad en el encubrimiento del caso.
"Son muertos políticos, pero ojo que no hay que dejar
que revivan", exclamó el emisario de los familiares.
Los
dos oradores de fondo coincidieron en dirigirle la misma advertencia
a Kirchner, que estaba ubicado debajo del escenario, al lado de
Juan Carlos Blumberg. "No alcanza", dijeron, dando a entender
que el Gobierno se quedó corto en las medidas que tomó.
Aunque en sus discursos le reconocieron "voluntad" para
esclarecer el hecho.
Con
todo, se notaron matices en el tono de los reclamos. Burstein combinó
elogios hacia la tarea de la Unidad Especial de Investigación
impulsada desde la Casa Rosada, con recriminaciones al Presidente.
Le endilgó "oportunismo" por esperar las vísperas
del aniversario —cuando el atentado recobra vigencia pública—
para firmar el decreto con el que admitió una semana atrás
la culpa del Estado por la denegación de justicia en el caso
AMIA.
Además,
pidió por una ley que impida la prescripción de todas
las causas vinculadas al atentado. El ministro del Interior se hizo
eco y al finalizar el acto dijo que el Gobierno impulsará
la norma.
El
presidente de la entidad judía —que era tesorero cuando
explotó la bomba y se salvó porque estaba fuera del
edificio— mostró menos contemplaciones con las autoridades.
Negó avances en el desempeño de la unidad de fiscales
especiales. Y afirmó que "duermen en la Cancillería"
los reclamos a Interpol para que rehabilite el pedido de captura
internacional de doce iraníes solicitados por el juez Rodolfo
Canicoba Corral, que está a cargo del caso desde que fue
separado Galeano. Canicoba no quedó al margen de las críticas
por la falta de resultados.
"Compete
a este Gobierno no repetir los errores de pasado y arbitrar los
medios para que tengamos una investigación clara, concreta
y justa que permita conocer la verdad. Si no, la impunidad que hoy
tenemos es el mejor estímulo para el terrorismo y para un
próximo atentado", arengó.
Después
del acto, el dirigente comunitario recibió réplicas
desde el más alto nivel. El canciller Bielsa defendió
la actuación de su cartera y aseguró que "exigió"
a la central de Interpol en Lyon (Francia) que levante la suspensión
de los pedidos de captura que pesaba sobre los iraníes sospechados
de haber actuado en el atentado. Dijo que Grynwald "tergiversó"
los hechos.
Por
su lado, Kirchner pidió en forma generalizada "una autocrítica"
a la dirigencia judía "que tendría que haber
levantado la voz más fuerte en los tiempos de la oscuridad".
En cambio, consideró "muy claros, muy correctos"
los reclamos que formuló el representante de los familiares.
Además,
para atajar las críticas que por primera vez tocaron su gestión
en un acto por la AMIA, el Presidente afirmó que el Gobierno
"hace todo lo posible". Y dijo que el caso se solucionaba
"como en Londres" si las autoridades no hubieran "tapado
y quemado todo" durante diez años.
Uno
de los invitados especiales al acto fue el embajador británico,
John Hughes, quien subió al escenario para encender una vela
en homenaje a las víctimas del reciente ataque extremista
en la capital de su país.
Marcelo Helfgot, Clarin, 18 de julio de 2005
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MULTITUD.
EN UNA MAÑANA FRIA Y A LA MISMA HORA DEL ATENTADO,
UNAS 4 MIL PERSONAS RECORDARON A LAS VICTIMAS. (Foto: Emiliana
Miguelez) |
Críticas
de Apemia
Anoche en Pasteur y Corrientes se hizo el último de los actos
por la AMIA. Fue el de la agrupación Apemia, encabezada por
Laura Ginsberg. Hubo fuertes críticas al Gobierno y estuvieron
familiares de los piqueteros muertos en la masacre de Avellaneda.
Galeano
En la declaración que prestó por escrito en el juicio
político al juez Galeano, el ministro de la Corte Suprema
Raúl Zaffaroni dijo que cuando analizó la causa a
pedido de la DAIA, en 1997, no observó "conducta u omisión
que revelara intención de ocultar hechos o información"
por parte del magistrado.
Además, Zaffaroni advirtió al Jurado de Enjuiciamiento
sobre "las dificultades y soledad de un juez instructor que
no puede confiar en sus auxiliares de investigación en una
causa de tamaña gravedad".
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