Líneas indicativas para una propuesta de cambio estratégico en las instituciones formadoras de profesionales.


1. Justificación

El cambio en las instituciones es una exigencia cotidiana; pero los indicadores de este cambio no siempre son evidentes. En la actualidad la sociedad le exige a las instituciones educativas transformaciones profundas que ayuden a mejorar la calidad de la formación profesional; así, la exigencia de cambio se ha vuelto cotidiana; y no cualquier tipo de cambio, sino aquél que conduzca a las instituciones a ser eficientes en el corto plazo; la sociedad tiene prisa y ya no apoya proyectos de transformación graduada; y mucho menos tolera que los grupos de poder, los grupos políticos, frenen esa transformación dinámica tan necesaria que permita asentar los fundamentos de una educación con mejor calidad en el contenido, en los métodos y en la docencia; pero principalmente con mejor calidad para el desarrollo integral del educando; tanto en sus actividades profesionales como en aquéllas que implican a la cultura, la ciencia, la política y la familia. Y esta proyección institucional en el tiempo, nos permite dibujar un escenario de alta calidad académica y cultural como lo exige esta sociedad dinámica e impaciente del tercer milenio.


2. El concepto

La actualización, el perfeccionamiento y la capacitación del personal que integra la organización institucional es una exigencia para mejorar la calidad del producto que se elabora o del servicio que se ofrece; es una necesidad que requiere un tratamiento estratégico para orientar su desarrollo.

Pero, ¿cómo se entienden la actualización, el perfeccionamiento y la capacitación? Primeramente, es necesario decir que actualizar es poner al día el conocimiento que se tiene de un proceso o sobre un campo del conocimiento. Es el dominio teórico y conceptual de la disciplina científica del campo profesional donde se es especialista. Y perfeccionarse es la etapa que sigue a la actualización; es mejorar el dominio teórico y técnico de la actividad profesional; no es sólo el conocimiento teórico del proceso sino el dominio de los procedimientos. En síntesis, en su conjunto la actualización y el perfeccionamiento periódico o permanente genera en el sujeto una especie de entrenamiento para la búsqueda y creación oportuna de propuestas y estrategias para la solución de problemas que el ejercicio de su profesión o actividad profesional le plantea cotidianamente; y se centra principalmente en el concepto de saber.

En el marco de la actualización y del perfeccionamiento se circunscribe la capacitación, centrada en el saber hacer; la cual, como concepto, es la respuesta a la necesidad de manejo de herramientas para el mejor desempeño de las tareas propias de la profesión u oficio; y como respuesta operativa es un conjunto de estrategias en las que se definen las tareas por dominar y realizar, así como las evidencias de demostración del dominio práctico de procesos y versión final de productos.



3. Los propósitos

La propuesta de cambio institucional estratégico tiene tres grandes propósitos:

Mejorar las competencias teóricas y técnicas de los profesores, mandos medios o funcionarios al servicio de la institución educativa o empresa productora de bienes y de servicios, a efecto de que realicen su trabajo con mejor calidad y eficiencia.

Consolidar la cultura de la actualización, el perfeccionamiento y la capacitación profesional de los integrantes de la organización institucional.

Impulsar la cultura del intercambio interinstitucional como estrategia de perfeccionamiento profesional a través de estancias temporales en las instituciones participantes o en las empresas productoras de bienes de consumo y de servicios.


4. El marco conceptual y metodológico de la propuesta

Todo proceso de cambio institucional tiene una intención política y genera incertidumbre y malestar entre los actores sociales que componen el sistema organizacional y las instituciones. Y toda intención de cambio es promovida por sujetos que no se conforman con los resultados logrados hasta ahora y que siempre tienen en mente nuevos escenarios para el trabajo institucional.

Los proyectos de largo plazo ya no son bien recibidos en la conciencia colectiva; ahora se exigen cambios rápidos que justifiquen la función social y productiva de las instituciones educativas. Por lo tanto, una de las primeras tareas en la perspectiva mencionada es el diseño y aplicación de estrategias para el fortalecimiento académico de la función educativa, que comprenda la educación básica y la superior; pues es en el nivel básico donde se fijan las bases para el desarrollo pleno del hombre en las edades posteriores a la niñez. Y simultáneamente, se requiere pensar nuevas formas de formación profesional que aseguren calidad educativa y eficiencia para la solución de problemas del mercado de trabajo; el cual, cualesquiera que sea su ámbito, siempre será el espacio donde los profesionales ejercen su oficio.

Todo proceso de cambio se enmarca en un concepto y proceso de planificación; y particularmente de planificación prospectiva. Y la planificación prospectiva exige el diseño de escenarios deseables y factibles; exige creatividad científica, recursos económicos y voluntad política para la implementación de las propuestas de desarrollo educativo. En consecuencia, los cambios institucionales no pueden ser de cualquier tipo; sino los que se requieren para orientar el desarrollo institucional de manera intencional y hacia metas precisas. En tal sentido, la primera condición para definir los campos del cambio institucional es tener la convicción de que se quiere cambiar; la segunda, saber qué cambiar y hacia dónde (hacia qué escenario); y la tercera es contar con el equipo humano y material para comenzar el proceso de cambio.

Ante esta necesidad e intención de cambio institucional, la planificación prospectiva como concepto y como herramienta metodológica es de gran ayuda. Como concepto, es necesario tener claro que la planificación lleva implícita la intención de cambio y de orientación; como herramienta, brinda una gran variedad de posibilidades de obtener información de los actores del contexto y de las actividades que realiza la institución, así como su impacto social.

En virtud de que el tema que me ocupa es la profesión docente, es necesario precisar que me refiero a los profesores de las escuelas, facultades e institutos del sistema educativo; y no necesariamente me refiero a los profesores que estudiaron la carrera de pedagogía o la licenciatura en educación básica, en cualesquiera de sus niveles; no exclusivamente.

Me refiero también a los profesores de carreras universitarias y tecnológicas que, sin tener una formación académica para la docencia, realizan la función docente en un campo específico del conocimiento. Y de acuerdo con experiencias recientes de planificación prospectiva que he conducido en el ámbito institucional universitario, a los profesores de las universidades que no tienen una formación pedagógica o en el campo de las ciencias de la educación, les preocupa cómo dar su clase; les interesa enseñar los contenidos de su disciplina pero lo quieren hacer bien; y por supuesto les importa mucho la imagen que dan hacia sus alumnos y frente a sus colegas.

En gran medida es en torno a estas razones que convergen las justificaciones que dan los profesores que estudian alguna maestría en ciencias de la educación. Y quiero señalar que mis mejores alumnos, los más brillantes y disciplinados, frecuentemente no son maestros ni pedagogos de profesión. Aunque, como en toda regla, existen honrosas excepciones y algunas maestras de formación en educación preescolar (con mayor frecuencia) y en educación primaria resultan ser muy disciplinadas; y aunque les cuesta trabajo realizar los ensayos científicos o los reportes de lectura y de campo, logran buenos resultados.


5. Los equipos de trabajo

Para el desarrollo efectivo de los proyectos de cambio institucional, y particularmente los que se refieren al mejoramiento de la profesión docente, en las instituciones formadoras de profesionales, se requiere la constitución de equipos interdisciplinarios de especialistas o de profesores con experiencia profesional probada que conozcan a fondo el funcionamiento académico de los niveles de preescolar, de primaria y secundaria principalmente; pues son estos profesionales los que están más impregnados de la problemática y las necesidades académicas para fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje en las escuelas respectivas.

De igual forma, para el desarrollo educativo institucional en las instituciones de educación superior, es necesario integrar equipos de trabajo con profesores e investigadores del área o de las áreas en las cuales se pretende enfocar el proceso de cambio y fortalecimiento académico o de investigación.

Los equipos interdisciplinarios de trabajo para el fortalecimiento académico de la educación básica o la superior, tendrán tres objetivos específicos:

· Elaborar el o los programas iniciales correspondientes al nivel educativo del que es especialista cada integrante.

· Diseñar las estrategias generales de aplicación y seguimiento.

· Elaborar los apoyos documentales necesarios para la aplicación de los programas.

De entrada, pareciera extraño que en esta propuesta para la concepción y la instrumentación del desarrollo estratégico de la Profesión Docente se ponga el énfasis en la educación básica con el mismo interés y peso específico que para la educación superior; la razón es muy fácil de justificar, pues todas las profesiones son la consecuencia de una educación básica, en la cual se establecen las bases científicas y culturales que determinan el nivel educativo que se alcanza en la educación superior. Y la educación preparatoria o de bachillerato, con frecuencia, no es suficiente para preparar justamente a los candidatos a estudiar una profesión. Por eso es muy importante comprender a la educación superior en su conjunto y no como compartimento estanco; separada de la educación primaria y secundaria.

Por lo tanto, los integrantes de los equipos de trabajo, tanto en el nivel básico como en el superior, deben reunir cinco criterios fundamentales:

· Solidez conceptual en cuanto a filosofía y fines de la educación básica y superior;

· Conocimiento y experiencia en investigación científica;

· Habilidad metodológica y técnica para traducir conceptos en estrategias y procesos operativos;

· Capacidad de abstracción para leer el contexto sociocultural; y

· Compromiso auténtico con la educación de los niños y de los jóvenes de su comunidad.



6. Los Propósitos de los equipos de trabajo

Los equipos de trabajo para el fortalecimiento académico de la educación básica y la superior tendrán como propósitos fundamentales la elaboración de los programas para fortalecer la enseñanza y el aprendizaje de la lectoescritura; la vinculación con el contexto sociocultural del niño, la enseñanza y el aprendizaje de las operaciones básicas así como lo que concierne a la formación científica y cultural de los niños y los jóvenes. En resumen, se pretende impulsar la formación integral de los niños y los jóvenes, poniendo el acento en el desarrollo de habilidades para la elaboración conceptual, para una adecuada vinculación con su medio físico y social; una formación científica y cultural fundada en los valores universales que dan sustento a la identidad nacional y local.

En lo que concierne a la educación superior, los equipos de investigadores y profesores tendrán a su cargo el diseño de programas para el fortalecimiento académico interno; es decir, primeramente entrarán en un proceso de autocapacitación en temas de interés común a la docencia y a la investigación científica; y en una etapa posterior, y no menos importante, diseñarán programas-propuestas para los profesores e investigadores de la escuela, el instituto o la universidad, en torno a temas que fomenten la actualización científica disciplinar, el perfeccionamiento docente y la capacitación profesional.



Dr. Antonio Alanís Huerta
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El autor es Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Caen, Francia. Es Consejero Electoral integrante del Consejo General del Instituto Electoral de Michoacán (IEM) para el período 2001-2005. Es profesor titular en el Centro de Actualización del Magisterio en Michoacán (CAMM). Actualmente es Coordinador General de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior en Michoacán (COEPES) en México.

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