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Julio de 2002


© Daniel Tigani
mailto:%20daniel.tigani@hacer.com.ar

http://www.hacer.com.ar/

 

La excelencia de las naciones

"Nada en exceso"  Solón

Esta simple frase de Solón, que ilustra su visión paradigmática sobre los resultados de la excelencia, resume el ideal clásico.

Solón, estadista ateniense, incluido entre los Siete Sabios de Grecia, hizo frente a la crítica situación social de Atenas en el siglo quinto antes de Cristo (conocido como el siglo de Pericles). Debido a un proceso de acumulación de tierras y poder en manos de la nobleza, los campesinos perdían sus campos y su libertad. Solón anuló las deudas e hipotecas, limitó la extensión de las propiedades y prohibió los contratos que implicaban la pérdida de la libertad personal. Después reformó la Constitución. Todos los ciudadanos tuvieron acceso a la asamblea (ecclesía), y entre ésta y el Areópago creó un consejo de 400 miembros (bulé). Realizó una reforma monetaria y del sistema de pesas y medidas.

 

Durante las últimas décadas se ha presumido de manera exagerada sobre el concepto "volver a lo clásico" y muchos intelectuales se jactan de neoclásicos. Los estudiantes de arte suelen identificar el estilo Neoclásico como una consecuencia del descubrimiento de las ruinas de Pompeya, que fue de gran influencia en artistas como David y marcó el final del excesivo estilo Rococó. En lo político, se destaca en cambio, el advenimiento a sangre y fuego, del imperio napoleónico. Un precio muy alto por volver al clasicismo.

Con la caída del abominable muro de Berlín, uno de los efectos notables de la globalización, ha sido la posibilidad de comparar sociedades remotas y en consecuencia distinguir diferentes calidades de vida, culturas y liderazgos. Si por definición la excelencia es: La superior calidad o bondad de una cosa en su género. ¿Es posible definir un modelo de excelencia para las naciones?

Es probable que sobre este tema no tengamos todas las respuestas, pero vale la pena formular por lo menos algunas preguntas:

1) ¿Existe un único criterio global por el que se puede determinar la Excelencia de una nación?

2) ¿Es la excelencia de una nación lo que permite un nivel de vida superior para su sociedad, o es el nivel de vida superior de una sociedad el que reviste de excelencia una nación?

3) ¿El concepto de calidad de vida es entendible de la misma forma en diferentes culturas?

4) ¿Tiene vigencia el ideal clásico?

En el mundo de los negocios, en la antípoda del ideal clásico, las empresas que logran imponer sus reglas de juego son las que se eligen como modelos de excelencia. Las que instalan estilos de vida, implantan nuevas tecnologías, impulsan patrones de gestión y liderazgo. Estas empresas cautivan capital, tanto intelectual como humano, y cuando están en problemas empujan al resto del mercado, proveedores y clientes.

Pensando en las naciones, discutamos unas pocas ideas sobre este tema:

El paradigma de bienestar:

La cantidad y diversidad de bienes y servicios, implicados hoy dentro del concepto común de prosperidad, ha acentuado como nunca antes, las diferencias entre los límites extremos de riqueza y pobreza. Los capitales fluyen libremente hacia las naciones donde el nivel de bienestar sostiene el consumo y permite invertir en negocios de alta rentabilidad.

Los capitales y los talentos de todo el mundo son bien recibidos y pueden ingresar a las naciones prósperas con total libertad. Estos capitales incrementan el nivel de prosperidad aumentando el empleo. Más empleo genera más prosperidad, luego mayor consumo y esto a la vez atrae más inversiones, que derivan en más empleo conformando un círculo virtuoso.

En el mundo de los negocios, este comportamiento se conoce como "vuelo hacia la calidad". Cuando esto ocurre en un mercado determinado, la concentración del mismo se acentúa velozmente precipitando las quiebras de sus competidores.

Sin embargo, de forma indiscutible, las necesidades básicas del ser humano se han mantenido constantes debido a que pertenecen a su propia naturaleza. Por esta razón aunque las naciones emergentes siguen teniendo serios problemas, como la desnutrición, los “sin tierra”, la mortandad infantil y el analfabetismo, aspiran a las ligas mayores y se sienten muy presionadas por su posición relativa dentro del nuevo escenario global.

Mientras las naciones que lideran el desarrollo de tecnología han mejorado sus promedios de vida dramáticamente, la mayor parte de la población mundial vive en condiciones de miseria que la tecnología ha permitido difundir pero no mitigar.

La búsqueda de una mayor prosperidad dentro de este paradigma explica la integración de la Unión Europea y por contrapartida el grado de insatisfacción masivo de los ciudadanos de la U.R.S.S. marcó el clímax de su desintegración, acelerando el triunfo de la libertad que puso fin a la guerra fría.

La educación parece no haber sido planeada para enseñar principios y valores coherentes con el bienestar general, la estabilidad, la equidad y la generosidad. El concepto, ama a tu prójimo como a ti mismo ha sido dejado de lado buscando individualmente la mejor calidad de vida posible, acorde a este paradigma de bienestar. ¿El nuevo concepto de excelencia es totalmente ajeno al ideal clásico y a los valores judeocristianos?

La tecnología:

El éxito en el desarrollo de la tecnología y su efecto directo sobre la calidad de vida ha caracterizado las últimas décadas. Las naciones que han sido puntales de este desarrollo se posicionaron como centrales.

La impresionante adicción al consumo de bienes y servicios, modificó radicalmente el concepto tradicional de bienestar, sentando las bases de un nuevo paradigma hiper-consumista. "La carrera" por alcanzar el nivel de satisfacción social, en este nuevo modelo, implica una impresionante demanda, que hace pocos años era imposible imaginar. La búsqueda de altas tasas de retorno, hace que las inversiones se orienten fuertemente al desarrollo de bienes relacionados con el ocio y el hiper-consumo.

Las mejoras tecnológicas y correlativamente el aumento del consumo, ha caracterizado el desarrollo de las naciones consideradas como líderes.

Evidentemente el grado de adicción a la tecnología que experimentan los ciudadanos de las naciones centrales las mantiene en demanda creciente. ¿Puede la tecnología ser una medida por el que se pueda considerar la excelencia de una nación?

El Liderazgo:

El liderazgo administra sus recursos bajo una enorme presión. Por una parte el contexto internacional, presiona globalmente para eliminar reglas que limiten la concentración de riqueza. Desde lo interno, la sociedad resiste las decisiones de estado que aparenten alejarlos del nuevo paradigma de bienestar. En consecuencia podemos ver un grado de insatisfacción creciente en los ciudadanos de las naciones emergentes.

Esta situación se potencia dentro de la sociedad de estas naciones, donde las clases medias están mayormente insatisfechas. Los estratos de mayor pobreza suelen presionar menos por falta de recursos pacíficos para hacerlo, y cuando lo hacen son mayormente reprimidos.

Los estratos medios de la sociedad, en los naciones emergentes, multiplican exponencialmente su descontento, rechazando el ideal clásico. Una superabundante información les permite conocer todo lo que les falta para llegar a ser felices dentro del nuevo paradigma de prosperidad. La clase media presiona para que el dinero que los estados recaudan como tributo se destine a inversiones de alta rentabilidad demostrables, caso contrario amenazan con no pagar sus impuestos. Por otra parte ahorran en monedas que consideran de mejor calidad que la de sus naciones y acentúan el deterioro de sus propias monedas, afectando negativamente la economía de los países donde residen. Temen que los líderes malgasten su dinero. Dentro de este paradigma todo aquello que no demuestre ser una buena inversión a corto plazo, como por ejemplo el gasto solidario, es catalogado como irresponsable, populista y demagógico.

Los más necesitados (desocupados y sub-ocupados) no pagan impuestos y además necesitan que los líderes inviertan dinero del estado en ellos. Esto traerá beneficios para la nación a largo plazo aunque aumenta el descontento de los que tributan hoy. Las clases de mayores ingresos tratan de hacerse justicia por mano propia, evadiendo tributos y ahorrando en el exterior. Se conforma entonces una economía informal, que apura tasas de impuestos mayores, para compensar a los que no pagan, generando otra fuente de descontento.

Surgen de esta manera sectores fundamentalistas que impulsan una economía totalmente ajena a los principios y valores mínimos de la solidaridad.

Cuando los líderes ceden a esta presión se implanta lo que se conoce como modelo de exclusión social. Sin el fomento de instituciones no gubernamentales atentas a las necesidades de los más desposeídos resultaría imposible sostener el equilibrio social. Los líderes deben tener planes a plazos mayores y ser capaces de explicar su modelo nacional futuro para conseguir consenso y apoyo. ¿La excelencia de una nación, está tan ligada a la excelencia de sus líderes, como en cualquier organización?

La migración:

La migración legal de ciudadanos hacia los polos de riqueza normalmente convoca a la clase media, porque los más pobres en recursos materiales y educación no logran emigrar o lo hacen de forma ilegal. Los ciudadanos que emigran legalmente suelen ser los potencialmente más productivos de una sociedad. Las naciones prósperas cosechan entonces gran parte del talento y las capacidades sembradas en el resto del globo aumentando así el nivel de desequilibrio.

Estas inmigraciones se observan como una amenaza para los ciudadanos celosos de su prosperidad y despiertan muchas veces una discriminación fundamentalista. Riesgos que los inmigrantes parecen aceptar en su búsqueda por alcanzar el nuevo paradigma de prosperidad.

Normalmente las naciones prósperas aplican medidas para evitar la inmigración indiscriminada. La libertad se limita solo a lo que signifique una inmigración de capital, dificultando la absorción de lo que no pude aportar dinero o talento.

Antes del siglo 20 solo las pestes generaban un efecto similar y durante la primer mitad del siglo 20 fueron las guerras mundiales. En los paradigmas de prosperidad anteriores la salud y la paz eran la prioridad. En este nuevo paradigma la prioridad es la prosperidad.

Si el modelo de bienestar que se implanta en una nación es totalmente ajeno a sus posibilidades reales, a corto plazo se desintegra. ¿Son excelentes las naciones que reciben corrientes de inmigración?

La exportación de conflictos:

Otra característica fundamental dentro de este nuevo paradigma es la velocidad con que todo ocurre. Bill Gates dijo que el nivel de tecnología existente permite hacer "negocios a la velocidad del pensamiento" y además los viajes internacionales son también una rutina. El capital material e intelectual puede volar hacia la excelencia, a la velocidad del pensamiento.

Los negocios de hoy se pueden manejar desde cualquier punto del globo. Las grandes empresas están en muchas naciones  a la vez. A pesar de ello, el tratamiento en el ámbito global que tuvo el conflicto en la vieja Yugoslavia fue totalmente diferente del que tuvo el de Ruanda u otra nación del continente africano. En esto radica la mayor debilidad del nuevo paradigma.

La velocidad con que se desintegró la U.R.S.S. hace pocos años nos obliga a pensar en los efectos que puede tener un cambio rápido en las condiciones de calidad de vida de EE.UU., o la U.E. Sucesos trágicos como los del 9 de setiembre del 2001 y la compleja situación de medio oriente podrían cambiar rápidamente el escenario donde se concentra el capital y el talento.

Esta es la principal razón por la que los EE.UU. tuvieron que definir rápidamente quienes son sus enemigos y lanzar una campaña para demostrar que no han perdido el control de la situación.

La paz sustentable de una nación es el mayor atractivo ante las hipótesis de graves conflictos y probablemente su mayor fortaleza para sostener sus aspiraciones de progreso. En casos donde la paz se ve amenazada, las naciones capaces de exportar sus conflictos ponen de manifiesto su grado de importancia. ¿Las naciones rápidas para resolver sus conflictos y capaces de exportarlos, configuran también un nivel de excelencia?

Seguramente hay otros factores que pueden considerarse y será muy interesante continuar este debate.

Agradeceré vuestros comentarios.

 

  © Daniel Tigani
mailto:%20daniel.tigani@hacer.com.ar

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