La
productividad que supimos conseguir
Grupos de trabajo orientados a la
productividad en una organización
Indice
1. Introducción
2. Desarrollo
3. Especialización – Concentración
4. Sinergia – Cooperación
5. Comunicación – Coordinación
6. Normas de Gestión
7. Conclusiones
8. Bibliografía
1. Introducción
"En el trabajo del saber y en la mayoría de
los trabajos de servicios, en los que la máquina (si la hay) está al servicio
del trabajador, la productividad de los trabajadores, exige la eliminación de
cualquier otra actividad que no contribuya a su rendimiento, ya que lo desvía y
distrae de ese rendimiento.
Eliminar esos trabajos puede ser el primer gran
paso hacia una mayor productividad en el trabajo del saber y de los
servicios."
Para Peter F. Drucker, para lograr una mayor productividad en el
trabajo de las personas instruidas y en el trabajo de los servicios, se deben
eliminar todas aquellas tareas que no contribuyan a su rendimiento.
Cada
empleado debe centrar su atención, única y exclusivamente, en las actividades
que han sido definidas para el puesto de trabajo que ocupa, lo que lo llevará a
lograr la máxima productividad en el desarrollo de las
mismas.
Particularmente este tema, según lo aborda el autor, nos lleva a
plantearnos si los cambios propuestos para las organizaciones, sus políticas,
valores, etc. se están sucediendo en un sentido de evolución o de involución.
¿No estaremos volviendo a Fayol y al viejo refrán "zapatero a tus zapatos"?
Esto puede ser muy oportuno para las organizaciones tras la búsqueda de la
eficiencia en cada una de las tareas, suponiendo que la suma de dichas partes
redundaría en un beneficio del conjunto; pero no podemos dejar de plantearnos
algunas preguntas:
A lo largo de
este ensayo pretendemos resolver estos interrogantes, y de ser posible un poco
más: confrontar posturas de distintos autores, volcar nuestros criterios
personales fundamentados en conocimientos adquiridos y experiencias propias;
tendiendo siempre a dilucidar cuál es la orientación que toman las
Organizaciones hoy, cuáles son sus valores primarios; e intentar visualizar cuál
será el futuro de las mismas como componentes y formadoras de sociedades
humanas.
Creemos que aclarar estos interrogantes que hoy se nos manifiestan,
aportará a nuestro futuro como profesionales de la Administración. Sin duda
alguna deberemos relacionarnos con los recursos humanos en esos trabajos.
Por las características de las funciones que debamos asumir nos veremos en
la necesidad de no perder de vista los objetivos de la organización. Pero este
camino que vamos a seguir, en el que volcaremos todo lo aprehendido durante
nuestra carrera, estamos concientes que lo transitaremos sin perder de vista que
quienes trabajan a nuestro lado o en contacto con nosotros son personas -y no
costes- y deben ser consideradas como tales, con sus objetivos personales, sus
características individuales, sus anhelos, etc. , y nuestro trabajo será
armonizar esos objetivos con el recurso humano que aportan a la organización a
efectos de lograr el crecimiento conjunto.
2.
Desarrollo
Productividad,
Participación y Liderazgo
Comenzaremos centrando la atención en las
diferentes posturas sobre lo que implica la productividad.
Tal como lo
mencionábamos inicialmente, Peter Drucker (1955) afirma que cada empleado debe
concentrarse en el trabajo y la tarea, eliminando todas aquellas que distraen su
rendimiento; de esta manera logrará incrementar su productividad,
desprendiéndose por consiguiente la importancia que da el autor al
rendimiento.
No olvidemos que su obra nace como continuación de la escuela de
Henri Fayol (1949), para quien el individuo no está motivado, es perezoso,
irracional, incapaz de autodisciplina y auto-responsabilidad; se preocupa
exclusivamente del interés personal.
Debemos no obstante hacer una
disquisición: Si bien Fayol estaba a favor de la especialización, lo hacía por
basarse en ciertos supuestos con respecto al individuo; esto es, la desconfianza
básica hacia ellos, y a su vez consideraba que existían algunos pocos que podían
ser responsables y por ello tener a cargo el control sobre los demás; mientras
que Drucker apoya la especialización por motivos técnicos; esto es, eficiencia,
productividad y concentración en el trabajo.
También Max
Weber desarrolló el modelo burocrático de organización, teniendo en cuenta la
división de trabajo y como herramienta para lograr la productividad y la
eficiencia. Así, los fundamentos para aportar a la división del trabajo es, en
los tres casos, diferente. No obstante todos llegan al resultado de lograr
individuos que solo se dediquen a su tarea de hacer y otros a la de hacer que
otros hagan (planificar y controlar).
Esta separación entre quien hace y
quien piensa tiene por su supuesto sus críticos: Kenneth Blanchard postula que
el líder del equipo debe ser capacitador de personas y facilitador de equipos,
pero no apenas como líder eficaz del grupo, sino también como miembro eficaz de
él.
Para W. Edwards Deming y sus postulados sobre calidad, productividad y
competitividad, la productividad viene dada de manera natural e inevitable por
la mejora de la calidad, basada en la disminución de reprocesos. Esto no se
logra eliminando aquellas tareas que no corresponden a la actividad principal
del puesto –tal como plantea Drucker-, sino aquellas que no aportan a la cadena
de valor.
Ello implica que hay actividades que no tendrían que ver
específicamente con la tarea en sí de una persona, pero que sirven y hasta se
vuelven imprescindibles para asegurar la relación entre dicha tarea y las
realizadas por otras personas o departamentos, pero que pertenecen al mismo
proceso de agregación de valor.
De esta manera,
a través de una participación activa del empleado en acciones específicas que
contribuyen a un mejoramiento continuo, éste se siente orgulloso de su trabajo.
Pero para lograr esta satisfacción con el trabajo debe reconocerse al empleado
la capacidad para ejercer autocontrol en sus tareas. Más aún: parte importante
de su trabajo será realizar el control del proceso a su cargo para, a través de
registros que él mismo lleva, pueda conocer el comportamiento de dicho proceso
y, a partir de ello involucrarse activamente -de forma individual y/o colectiva-
en la búsqueda de la mejora continua a través del círculo virtuoso de
planificar, hacer, controlar y actuar (también conocido como Ciclo de
Deming).
De esto se desprende que es imposible que alguien se involucre en
algo en donde no pueda aportar su pensamiento, y también la necesidad de que la
organización cuente con registros de experiencias en cada puesto o tarea y otros
registros que puedan ayudar en el futuro y para la toma de decisiones,
evaluación de procesos, rediseños, prevención y mejorías,
etc.
En
contrapartida, y volviendo a la frase inicial de Drucker que motiva este ensayo,
todas estas tareas de relevar información y participar en acciones de mejora en
el puesto de trabajo no serían específicas del puesto y por lo tanto tampoco
contribuyen a la productividad.
Sistema Toyota:
Otro punto de vista
En el mismo sentido que Deming, el sistema Toyota de
producción investigado y divulgado por Yasuhiro Monden también intenta aumentar
la productividad y reducir los costos de fabricación. A diferencia de otros
sistemas mas cercanos a la perspectiva de Drucker, consigue sus objetivos sin
atentar a la dignidad humana del trabajador y yendo un paso más allá: colocando
al respeto por la dimensión humana como uno de los tres sub-objetivos a
considerar para la reducción de costes junto con el control cuantitativo y la
calidad asegurada.
Como base para el logro de los tres sub-objetivos y, a
través de ellos, el objetivo general, establece cuatro conceptos clave de los
cuales el más divulgado es el de justo-a-tiempo. Pero los otros tres, que son
los que mas nos interesan para nuestro análisis y son colocados por el autor al
mismo nivel de importancia que el citado, son:
Empecemos por el
primero (Justo a Tiempo), Drucker plantea la necesidad de limitarse a hacer cada
tarea individual de la forma más productiva, esto es haciendo la mayor cantidad
de cosas específicas posibles en el menor tiempo.
Justo a Tiempo significa
diametralmente lo contrario: no hacer más que lo que va a precisarse cuándo es
preciso y no antes. Las personas que se encuentran ociosas harán uso de su
polivalencia para asistir las tareas que en ese momento se requieran
para
lograr los objetivos del conjunto del proceso.
En cuanto al Autocontrol, no
vamos a extendernos en éste porque ha sido suficientemente trabajado en párrafos
anteriores con los cuales Monden es coincidente.
La Flexibilidad en el
Trabajo, como ya vimos, es complementaria al Justo a Tiempo: la polivalencia
estará orientada a que la persona se dedique a tareas que agreguen valor y esto
es posible sólo cuando es necesario, no realizando la misma tarea de forma
aislada porque esto, según Monden, no haría sino aumentar existencias que no
pueden ser utilizadas y restar recursos humanos allí donde se los
necesita.
Pensamiento Creativo: coincidente con el mejoramiento continuo
propuesto por Deming, que requiere la búsqueda permanente de nuevas y mejores
vías, actividad que según Drucker restaría eficiencia a la tarea.
Como
ilustración a este tema queremos incluir el siguiente aporte de Jorge
Bucay:
"Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera.
El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero
se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le
dio un hacha y le designó una zona.
El hombre entusiasmado salió al bosque a
talar.
En un solo día cortó dieciocho árboles.
Te felicito- dijo el
capataz – sigue así.
Animado por las palabras del capataz, el hachero se
decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así que esa noche se
acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al
bosque.
A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince
árboles.
Me debo haber cansado – pensó y decidió acostarse con la puesta del
sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su propia marca de dieciocho
árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron
siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su
segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó
a contarle lo que le estaba pasando, y a jurarle y perjurarle que se esforzaría
al límite de desfallecer.
El capataz le
preguntó:
¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?
¿Afilar? No tuve tiempo
de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles."
Integración, Participación y
Polivalencia
En Toyota, el conflicto entre productividad y humanismo se ha
buscado resolver con suficiente éxito mediante mejoras en cada unidad de trabajo
llevadas a cabo por grupos reducidos que se denominan Círculos de Calidad. Aquí,
la unidad de trabajo no es la tarea sino todas las tareas que se desarrollan en
una misma área. Este método da por sentado que existen herramientas o sistemas
que pueden aplicarse para minimizar los efectos negativos de las mejoras en la
productividad, respecto a aspectos humanos de los trabajadores. Y el tiempo
invertido en capacitación, en herramientas de resolución de problemas y toma de
decisiones en equipo, imprescindibles para este logro ¿no podría considerarse
–según Drucker- otra distracción a la productividad?
Además, para Drucker un
incremento en la productividad se logrará aumentando la especialización, y por
consiguiente creando otras funciones para que se encarguen de las tareas que se
dejan de hacer en las funciones especializadas. Contrariamente, en el sistema
Toyota la productividad viene dada por la polivalencia de los trabajadores, lo
que implica que no se incrementen, por el contrario se disminuyan, el número de
puestos necesarios.
Pero esto implica, por supuesto, que cada trabajador no
sólo sabe hacer su tarea específica, sino también todas las demás que requieren
su polivalencia, así como las necesidades y los parámetros para autocontrolar la
calidad de su trabajo en todas ellas; situación contraria a lo que parece
proponernos Drucker con un "zapatero a sus zapatos" en donde, podríamos pensar,
uno sólo se dedicaría a hacer "lo suyo".
La postura de
Deming y el Sistema Toyota coincide con la propuesta por Tom Peters y Robert
Waterman: "Hay que tratar a los trabajadores como adultos, como socios; hay que
tratarlos con dignidad, con respeto. Hay que tratarlos a ellos como la fuente
primaria de mejoras en la productividad. Estas son lecciones fundamentales que
se desprenden de la investigación en las compañías excelentes. En otros
términos, si uno quiere productividad y las recompensas financieras
consiguientes, tiene que tratar a los trabajadores como los activos más
importantes".
Como se desprende del análisis de estos autores, el individuo
es la fuente de la productividad y debe ser "incorporado" a la organización.
Debe sentirse parte, de esta manera sus objetivos personales serán congruentes
con los de la organización, interesándose y motivándose él mismo a lograr la
productividad por propia iniciativa. Según Peters y Waterman la atención a los
empleados, y no a las condiciones de trabajo propiamente dichas, es lo que
produce el mayor impacto sobre el rendimiento; cosa que ya había descubierto
Elton Mayo (1933) en sus famosos estudios Hawthorne. Apoyan además la
polivalencia, al punto de considerar que los Equipos de Productividad (Círculos
de Calidad, Equipos de Mejoría, etc.) resultan más innovadores y productivos que
cualquier otra forma de Organización.
Según exponen, "En este sentido el
psicólogo Ernest Becker, por ejemplo, ha formulado una importante tesis, si bien
no le han hecho caso la mayoría de los analistas de la administración. Sostiene
que el hombre es manejado por una "dualidad" esencial: necesita al mismo tiempo
ser parte de algo y sobresalir; necesita a la vez ser miembro de un equipo
ganador y ser una figura de primera por derecho propio. El hombre acepta la no
libertad (una gran dosis de conformismo) como el precio de autoperpetuarse; en
otras palabras, se somete voluntariamente a la rutina de las ocho horas diarias,
siempre que considere la causa grande. La compañía puede realmente, producir la
misma resonancia que el exclusivo club o la sociedad
honorífica."
Coincidiendo con este punto de vista encontramos otros
importantes teóricos de la organización, como Eugene Enriquez y al mismo
Durkheim, quienes ponen énfasis en el carácter coercitivo de las instituciones;
también René Kaes sostiene que a cambio de la seguridad que nos ofrecen las
instituciones de estar integrados en un todo social, los hombres cedemos a ellas
gran parte de nuestra libertad. Este comportamiento responde a la necesidad del
hombre de sentirse integrado a un grupo social. Esta integración a su vez le
proporciona aprendizaje y ayuda a desarrollar la personalidad, es decir, lo
aceptamos a fin de poder construir así nuestra identidad
Sin pretender ser
reiterativos, en este nuevo aporte también son postulados como aspectos críticos
para el éxito en la organización elementos que, según la frase inicial de
Drucker que motiva este análisis, son enemigos de la eficiencia y la
productividad.
3.
Especialización – Concentración
Peters y
Waterman también ofrecen su propia versión del "zapatero a tus zapatos", pero no
centrada en la función individual como plantea Drucker sino en el conjunto de la
organización. Según estos autores, la empresa que quiere ser productiva debe
centrar su atención y recursos en lo que mejor sabe hacer, y tercerizar las
demás tareas en prestadores externos especialistas, que son mejores
específicamente en cada una de ellas.
Las organizaciones que se diversifican
sin perder de vista su principal destreza son las que logran mayor éxito.
Mientras que las que pretenden abarcar muchos campos distintos, tienden a
fracasar. Por lo que inferimos que la diversificación es una práctica aceptada
para lograr la estabilidad mediante la adaptación, pero si esta práctica no es
una estrategia de la organización como conjunto se obtendrán los efectos
contrarios.
Aporte de otras
ciencias: Grupos o Equipos – Participación
En los últimos autores analizados
para contrastar con la postura de Drucker, aparecen denominadores comunes que
pueden dar indicios de toda una corriente de management opuesta a la escuela
tradicional. Dicha corriente se nutre de la reunión de aportes de dos fuentes
diferentes: por un lado, el modelo de gestión de la calidad total y, por el
otro, los grandes autores de las ciencias del comportamiento. De dicha corriente
surge un nuevo paradigma organizacional, tal como lo afirma Kenneth Blanchard:
"Con los rápidos cambios sociales, tecnológicos y de información que se
están sucediendo, la sociedad se ve frente a nuevas tensiones. Las empresas son
más complejas y competitivas. Ya no dependen de algunos pocos y excelentes
emprendedores para que asuman el liderazgo. Si pretenden sobrevivir, deben
imaginar nuevas maneras de penetrar en la creatividad y en el potencial de las
personas en todos los niveles.
Juntando a esos cambios una población que se
transforma, un cambio en valores y en la ética tradicional del trabajo se
obtendrá una demanda creciente de modernas estructuras organizacionales y una
nueva definición de liderazgo.
Todos los
actores sociales pertenecen a algún grupo. Los grupos son conjuntos de actores
sociales en quienes se intensifica la interacción. Los grupos, unidades
estructurales, operan en la realidad social e interactúan unos con otros. Se
caracterizan por poseer conciencia grupal, cohesión en la acción e integración
mutua.
Como venimos analizando, se pone de manifiesto la necesidad de
responder a estos cambios de manera rápida y eficiente. Consideramos que para
ello es indispensable utilizar todos los recursos disponibles en la
organización, lo cual incluye los aportes de ideas que pudieran surgir de todos
los niveles de su estructura, y no como sugiere la corriente seguida por
Drucker, limitar estos aportes sólo a los directivos o ejecutivos de la
Organización, en sus funciones de planificación y control.
Como resultado
viene apareciendo un movimiento tan intenso en cuanto a participación y
envolvimiento en prácticas administrativas que es llamado la tercera revolución.
Una nueva estructura organizacional comienza a formarse: el equipo que
incrementa participación societaria e incumbencias propicia creatividad y
habilidades. El líder de hoy necesita ser capacitador de personas y facilitador
de equipos, pero no apenas como líder eficaz del grupo sino también como miembro
eficaz del grupo.
Precisamos gerentes que favorezcan el trabajo en equipo,
faciliten la solución de problemas en grupo y focalicen la atención y el
entusiasmo del grupo en un continuo perfeccionamiento. En el mundo de hoy la
productividad grupal muchas veces es más importante que el cumplimiento de
tareas individuales.
En complemento a la idea de participación de todos los
niveles de la estructura en la generación de propuestas y mejoras, resulta
necesaria la aparición de dos elementos: Un líder capaz de cohesionar los
objetivos personales de cada integrante del grupo con los de la Organización; y
un cambio en la estructura tradicional que favorezca el accionar de este líder
con vistas a aprovechar la sinergia del grupo.
Los sistemas que oponen
"jugador a jugador" deberían modificarse de modo que la prioridad de cada
miembro del equipo sea la realización del objetivo del grupo. Para hacerlo, los
gerentes deberían renunciar a gran parte del control que ejercen sobre sus
subordinados. Si eso sucediera se crearía un sentimiento del poder grupal y el
grupo desarrollaría un orgullo proveniente de realizaciones de alta calidad.
Nunca oiremos "este trabajo no es mío" en una empresa en que se practique el
trabajo en equipo. Cuando los grupos funcionan bien pueden resolver problemas de
mayor complejidad, tomar mejores decisiones, liberar más creatividad y
desarrollar más capacidades y responsabilidades individuales que cuando los
individuos trabajan solos, es lo que conocemos por
sinergia."
4. Sinergia –
Cooperación
El concepto de
sinergia, que observamos no fue considerado por la corriente del pensamiento
administrativo tradicional seguido por Drucker, nos parece que es muy
enriquecedor de las relaciones del empleado con su trabajo, como así también el
de cooperación, entendido como el comportamiento colectivo que hace que los
actores procesen en conjunto sus recursos, conocimientos y aptitudes y aún sus
emociones; ya que le otorga a éste una visión global del proceso y sus
resultados, facilitándole a la organización la información necesaria para la
toma de decisiones rápidas demandadas por su entorno, además de originar en cada
integrante del equipo, individual y grupalmente, el sentimiento de satisfacción,
pertenencia y reconocimiento en relación a la tarea desarrollada, motivándolo a
continuar realizando sus mejores aportes al proceso.
"Pero entonces, ¿No
podrían ellos destruir la productividad? Con certeza, si no fueran bien
gerenciados. Es por eso que decimos que el líder de hoy precisa ser un
capacitador de personas y un facilitador de grupos".
Los fenómenos grupales
son considerados por esta nueva corriente desde una perspectiva más moral y
emotiva, y no sólo desde un rol o una función. A nuestro entender es una postura
más adecuada en cuanto a la consideración del individuo, en relación a su
trabajo, sus necesidades, anhelos, objetivos, satisfacción, pertenencia, etc. Se
incorpora la totalidad del individuo a la Organización, incluyendo su
personalidad, contrariamente al lineamiento seguido por Drucker, quien menciona
que el individuo debe limitarse a desarrollar su trabajo, interesándose
particularmente en el aspecto productivo del individuo y su especialización en
el trabajo, sugiriendo que todo lo demás (sus emociones, valores personales,
moral, etcétera) debe quedar fuera de la Organización, determinando la
alienación del hombre.
5.
Comunicación – Coordinación
Para ilustrar lo
necesario de la comunicación, coordinación o relación, cliente y proveedor
internos, trabajo en equipo y sinergia como componentes tan importantes para el
logro de los objetivos organizacionales como las competencias exclusivas de cada
cargo, podemos detenernos a analizar la siguiente gráfica e interrogarnos sobre
cuáles serían los resultados si estos conceptos no fueran
aplicados.
Si analizamos la
ilustración precedente podríamos decir que si cada individuo en particular se
limita a desarrollar satisfactoriamente "su trabajo", en términos de Drucker
podríamos estar frente a dos individuos sumamente productivos.
Pero la
ilustración también nos permite observar que, por cada producto realizado por un
sistema donde cada quien se limita a hacer bien "su parte", simultáneamente son
fabricados de manera involuntaria tres subproductos
indeseables:
Y en términos
específicos de retrabajos, a nuestro criterio podemos claramente inferir que
muchas veces se "crea" un trabajo o tarea innecesaria, con las características
de un "parche"; y que podría ser eliminada a través de una adecuada coordinación
y trabajo en equipo.
Para combatir este problema resulta necesario, en
primera instancia, una adecuada comunicación entre los individuos que
intervienen en el proceso, como así también entre éstos y el coordinador o
gerente y, por último, de éste con el entorno. Debe informarse a los
trabajadores sobre lo que se espera de su trabajo, quiénes son sus clientes y
proveedores internos, debe dárseles una visión integrada del proceso, para que
éstos "vean" su participación en el mismo y puedan identificarse con el
resultado final, logrando así la motivación y satisfacción personal y grupal.
En base a nuestras experiencias personales podemos decir que a partir de
allí, y por mera "decantación", irán surgiendo las mejorías de manera continua,
el incremento de la productividad, el logro de los objetivos. Todo esto como
resultado de la sinergia del grupo a través de actividades que, según la frase
de Drucker, atentarían contra la productividad.
Liderazgo,
Estilos y Cambio
Para William Ouchi no sólo existe un tercer tipo de
liderazgo que amplía y supera los estilos X e Y propuestos por Douglas McGregor
(1960), sino que con él nace una nueva filosofía de empresa; la empresa Z tiene
todo un bagaje de valores, prioridades y fundamentos que la hacen única y
diferente a la escuela tradicional.
Esta teoría sugiere que las condiciones
humanizadas no sólo aumentan la productividad y los beneficios de la compañía,
sino también la autoestima de los empleados.
Para él la empresa Z equilibra
las relaciones sociales con productividad porque, de todos modos, las dos se
vinculan estrechamente: sociedad y economía. Si el cuerpo social no funciona
adecuadamente, entonces lo sufrirá el cuerpo económico. Considera a la
organización económica un invento social, que como todo sistema social implica
una forma sutil de coordinación entre sus individuos.
Según esta postura las
organizaciones no necesitan directivos u operarios que trabajen más
intensamente, sino que sus mecanismos de coordinación entre ellos se afinen al
punto en que se comprendan todas las sutilezas de las relaciones, que son
esenciales para una productividad mancomunada.
Todo esto deja ver claramente
que la Teoría Z define a la productividad en sentido contrario a Drucker, ya que
da por sentado que ésta es imposible sin participación en equipo, liderazgo
participativo, conciliación de intereses personales y organizacionales,
autocontrol, polivalencia, comunicación y motivación, entre otros.
Y si bien
no está específicamente dedicada al pensamiento de Drucker, la siguiente carta
de crítica de Konotsuke Matsushita, fundador de Panasonic pide a los dirigentes
tradicionales de empresas que revean los supuestos en los que basan su gestión,
los cuales adquieren posiciones alineadas con la escuela a la que el propio
Drucker aportó.
"Nosotros vamos a ganar y el Occidente va a perder: ustedes
ya pueden hacer muy poco para evitarlo, porque la derrota la llevan en ustedes
mismos. Sus organizaciones son taylorianas; pero lo peor es que también lo son
sus cabezas. Ustedes están totalmente convencidos de que manejan bien sus
empresas al diferenciar por un lado los jefes y por el otro los ejecutantes; por
un lado los que piensan, por el otro los que atornillan.
Para ustedes, el
management es el arte de hacer pasar adecuadamente las ideas de los patrones a
las manos de los obreros. Nosotros somos postaylorianos: sabemos que los
negocios se han vuelto tan complicados, tan difíciles, y la supervivencia de una
firma tan problemática en un entorno cada vez más peligroso, inesperado y
competitivo, que la empresa debe movilizar cada día toda la inteligencia de todo
el mundo para tener posibilidad de salvarse. Para nosotros, el management es
precisamente el arte de movilizar y de coordinar toda esa inteligencia de todos
al servicio del proyecto de la empresa. Porque hemos sabido apreciar mejor que
ustedes la magnitud de los desafíos tecnológicos y económicos, sabemos que la
inteligencia de unos pocos tecnócratas –por brillantes que sean– es de ahora en
más insuficiente para enfrentarlos.
Sólo la
inteligencia de todo su personal puede permitirle a una empresa enfrentar las
turbulencias y las exigencias de su nuevo entorno. Ésta es la razón por la cual
nuestras grandes firmas brindan a su personal tres o cuatro veces más
capacitación que las de ustedes. Por eso mantienen en su interior un diálogo y
una comunicación tan densos; por eso solicitan constantemente las sugerencias de
todos; y por eso sobre todo reclaman, fuera de ellas, al sistema educativo
nacional, la preparación de un número cada día creciente de bachilleres, de
ingenieros generalistas esclarecidos y cultos, tierra de cultivo indispensable
para una industria que debe alimentarse de inteligencia permanente".
Según
analizamos lo propuesto por Drucker en relación a la productividad, las acciones
de coordinación, capacitación y comunicación no son específicos de la función,
lo cual los convertiría en innecesarias e improductivas, mientras que para
Matsuchita son esenciales e imprescindibles para el gerenciamiento.
De esto
se desprende que lejos de oponerse a la división del trabajo, Matsushita se
opone a la alienación que esta corriente sugiere. Creemos que no todos podrán
ser directores de la empresa pero sí que todos podrán sentirse como tales y en
este sentido aportar más allá de lo que su descripción de función, o sus
atribuciones de cargo le requieran.
Para esto es necesario una integración
del individuo a la organización, la cual no es posible sin la correspondiente
congruencia de intereses y objetivos. Tal integración supone un trabajo en pos
de un unificado objetivo organizacional y su elemental orientación y
seguimiento, lo que nos lleva a pensar que es imprescindible una coordinación
que no podrá ser de ninguna manera autoritaria.
Por otro lado los constantes
y vertiginosos cambios a los que se enfrentan las empresas hoy en día hacen que
más que nunca se replanteen las acciones a ejecutar y se tomen decisiones cada
vez más importante y más rápidamente.
El curso de estos cambios pueden
llevar a modificar las estrategias y hasta el curso de la organización con lo
cual no es factible que las tareas se mantengan constantes y el individuo pueda
perfeccionarse, con el tiempo, en ellas como sugiere Drucker. Entendemos que el
modelo clásico propuesto por él sólo funcionaría en organizaciones clásicas y
cerradas a su entorno, lo que las llevaría productivamente a
desaparecer.
Estos cambios, la velocidad con que se suceden y la imperiosa
necesidad de información para la toma de decisiones, hacen que la organización
cuente con registros, experiencias y otros registros que puedan ayudar en el
futuro. Para la corriente racional-económica -Fredrick Taylor (1911); Henri
Fayol (1943), y para Drucker en particular, la ejecución de tareas que no sean
específicas del puesto deben ser eliminadas a fin de no atentar a la
productividad.
Gestión de
Información
Esto demuestra que para Drucker (en confrontación con el
pensamiento empresarial más aceptado actualmente) la gestión de información
sobre los procesos y los sistemas preventivos no harían sino aumentar el
papeleo. Si siguiéramos estos lineamientos en la práctica y no invirtiésemos en
una gestión inteligente e integral de la información, nos encontraríamos con
situaciones semejantes a la que ilustramos a continuación:
Varias personas
precisaban realizar una investigación sobre un animal, para ellos, desconocido.
Pero tenían un problema: eran ciegos, y el tamaño del mismo impedía que sólo uno
de ellos pudiera abarcar individualmente la pesquisa. Como no tenían a mano otra
alternativa, decidieron que la investigación debía hacerse sí o sí, reemplazando
la visión con los otros cuatro sentidos. Durante el viaje de regreso, cada uno
volcó como pudo los datos recogidos.
Al confrontar las informaciones,
inicialmente todos coincidieron: el "objeto de estudio" olía muy mal, no dejaba
de moverse y emitía de vez en cuando sonidos algo aberrantes. Y, aunque parecía
forrado con colchones, su forma era semejante a un objeto
conocido.
El problema fue
precisar a qué objeto se le asemejaba:
- Cuatro de ellos coincidieron en que
se trataba de una columna (las patas)
- Otro discordó, afirmando que parecía
un caño de desagües (la trompa)
- Otros dos, sorprendidos por las
descripciones anteriores, hablaron de estacas de madera ligeramente redondeadas
(los colmillos).
También se mencionó una manguera muy gruesa (la trompa),
grandes pantallas o abanicos (las orejas), un plumero (la cola)... y obviamente
no llegaron a ningún acuerdo.
Sin pretender poner en duda la veracidad o la
utilidad de los datos en los que basa su trabajo, el éxito de un equipo en donde
cada quien pretende que su parte defina al todo, sería tan factible como el
siguiente desafío:
a) Consiga: 4 columnas; 1 caño de desagües; 2 estacas de
madera (ligeramente redondeadas); 2 pantallas o abanicos (los más grandes que
encuentre); 1 plumero y 1 manguera (lo más gruesa posible).
b) Forre todos
estos elementos con colchones.
c) Con dichos materiales... fabrique un
elefante. Que se mueva, barrite... y huela como tal.
Lo anterior, aunque
inocente, sin grandes aspiraciones y hasta aparentemente tonto, puede ser sin
embargo un ejemplo interesante para pensar los datos que usamos para hacer
nuestro trabajo. En este caso, el elefante nuevamente va a representar la
realidad de la organización, y nuestras percepciones la única fuente de
información hasta ahora disponible al respecto de la misma.
Cuando
comenzamos a trabajar en conjunto, nuestra situación se parece a la de los
"ciegos' y el elefante. Lo que nos alerta este cuentito es respecto de los
peligros de la información parcializada -lo que aquí sería la "salida" de cada
tarea realizada individualmente-.
Como obviamente en una empresa –siguiendo
la propuesta de Drucker- nadie está especialmente interesado en monitorear
informaciones que no son específicas para su tarea, los datos de la rutina,
están generalmente orientados a los objetivos de ese sector, de ese
departamento: de ese ciego que sólo está en contacto con SU realidad.
En otro
sentido los cambios han llevado a las empresas a pensar sus objetivos y
estrategias en términos globales, delegando a los niveles inferiores la búsqueda
de mejoras operativas que respondan a dichos cambios. Esto hace necesario un
continuo análisis de las necesidades de los clientes actuales y/o potenciales,
ya sea por el cambio de las exigencias por parte de éstos o por un aumento de la
competencia.
Para Drucker,
siempre según la frase inicial que motiva este ensayo este tipo de acercamiento
es también negativo si para el individuo no es una tarea asignada formalmente.
Por el contrario, la experiencia de muchas organizaciones parece indicar que es
necesario un acercamiento entre proveedor y cliente del tipo "cuerpo a cuerpo"
en todos los planos de la organización.
En términos de la información
necesaria, para un adecuado gerenciamiento, que incluye la toma de decisiones,
la coordinación y planificación; si cada empleado se dedica sólo a su trabajo
(con una visión acotada del proceso), si los que están en contacto con los
clientes que son sólo los vendedores y la "línea de frente" asumen la misma
postura limitándose sólo a vender, y si no se llevan registros por considerarse
tareas improductivas, nos surge el siguiente interrogante:
¿Cómo llega al
seno de la Organización la información vinculada con las verdaderas y cambiantes
necesidades de los clientes?
Además, si los cambios se suceden tan
rápidamente y afectan tanto a la orientación y estrategia de la organización
como así también a las tareas que los individuos ejecutan en ella; puede pasar
que si me limito a "mi parte" esté haciendo muy bien mi trabajo pero que ya no
tenga sentido porque ya no es necesario, por lo que mi eficiencia individual
puede convertirse en uno de los peores enemigos de los logros del
conjunto.
6. Normas de Gestión
Analizando las Normas de Gestión de la
Calidad, tema de total actualidad y masiva divulgación en nuestro ambiente,
encontramos que la Norma ISO 9004-1 : 1994, para los Sistemas de Gestión de la
Calidad, en su punto 18.3 determina que la motivación del personal comienza con
la comprensión de las tareas que se espera que realice y de su contribución a
las actividades globales.
Esto supone un comportamiento grupal como así
también una comunicación fluida entre los integrantes de la organización y un
liderazgo y compromiso compartidos, al proponer concientización del personal a
través de programas a tal efecto y reconocimiento a las medidas correctivas y
preventivas; y propone además, la divulgación de las mediciones y los
reconocimientos ya sean individuales y/o grupales.
Si consideramos la
increíble adhesión que han tenido las Normas en diferentes ramas de la actividad
económica en el mundo, por lo menos en su faz conceptual, deberíamos inferir que
las empresas del siglo XXI se orientan al pensamiento moderno de administración,
mas cercano al "oriental" o de la teoría Z.
El Pensamiento Administrativo
Por lo que
vimos, actualmente conviven dos corrientes de administración, una de las cuales
sigue los principios de Drucker y la escuela que él representa (conocida como
escuela tradicional), y un modelo alternativo basado en la teoría Z, lo cual nos
permite (siguiendo a Ouchi) establecer el siguiente cuadro
comparativo:
Organizaciones
Japonesas |
Organizaciones
Norteamericanas |
Carreras no
especializadas |
Carreras
especializadas |
Mecanismos implícitos de
control |
Mecanismos explícitos de
control |
Proceso colectivo de toma de
decisiones |
Proceso individual de toma de
decisiones |
Responsabilidad
colectiva |
Responsabilidad
individual |
Interés
"integralista" |
Interés
segmentado |
Ligando los conceptos de liderazgo
mencionados precedentemente, vemos que las organizaciones tradicionales operan
conforme a los lineamientos propuestos por Douglas McGregor mediante sus teorías
X e Y, las que a grandes rasgos describimos a continuación.
"La teoría X
sostiene que los trabajadores son irresponsables y no tienen voluntad para
trabajar, deben ser persuadidos para realizar sus obligaciones. El enfoque a la
organización aplicado a la administración basado en esta teoría, es para
estructurar el trabajo, supervisar de cerca, recompensar o castigar el
desempeño.
Fomenta un sistema de tarea y recompensas, un enfoque a la
administración controlado jerárquicamente, y se basa en el cumplimiento y
beneficio a corto plazo.
Esta teoría se basa en el control social-
extensión del proceso de socialización, entendido como el uso de medios y
métodos para inducir a los actores sociales a actuar conforme a las expectativas
que la organización tiene de ellos.
Si el control social es aplicado
efectivamente, la conducta de los actores será coherente de la esperado.
Si
fomentamos la "productividad" a través de un sistema de recompensas e incentivos
individuales, estaremos frente a un método de premios que manipula la conducta
del individuo a través de incentivos materiales pero sin brindar las
herramientas formativas para lograr dicha productividad; esto es, lejos de
fortalecer al conjunto provocamos un "síndrome de Tupac Amaru" , donde el todo
sucumbe porque cada quien solo tira para su lado.
Esto puede llevar a que se
estén favoreciendo conductas de "boicot" o desleal competencia, con las que
probablemente llegaríamos al "autismo" y a pensar en los demás con el sentido de
buscar la manera de perjudicarlos para que no logren la
recompensa. Se hará
lo posible porque el otro fracase y obtener uno mismo el premio. Obviamente este
comportamiento iría en detrimento de la productividad deseada por este
sistema.
Los administradores de la teoría Y crean un entorno que fomenta el
autocontrol y la voluntad para asumir responsabilidades. Suponen que los
empleados quieren trabajar y no tienen que ser forzados para hacer un buen
trabajo. Estos reaccionan en forma positiva a este estilo, quieren autonomía,
reconocimiento y una oportunidad de desplegar su competencia, creatividad y
compromiso".
A nuestro entender, no existe ninguna organización en la que se
apliquen los principios de la teoría Y, aunque sus administradores se muestren
convencidos de que así lo hacen, sucede mas bien que apoyan esta teoría, pero en
la práctica se ajusten a la X.
Entendemos que esto se debe a que la teoría Y
es demasiado permisiva, informal, extrema, teórica y hasta utópica; en el
sentido que para brindar a sus integrantes la autonomía, el reconocimiento y la
oportunidad de desplegar su competencia es necesario, inevitablemente, al
intentar ponerla en práctica quitar atención de la coordinación, dirección y
control que ejercen sus directivos en pos del logro de los objetivos
organizacionales, por lo que no resulta extraño entonces que los directivos
acepten sus postulados pero no los pongan en práctica.
Las estructuras
Entendemos por
estructura: "el conjunto, relativamente estable, de la interrelaciones o
interacciones entre sus diversas partes, más la distribución de estas partes
según un orden dinámico."
Por otro lado vemos que los lineamientos de la
teoría X determinan que las organizaciones deben contar con una estructura del
tipo piramidal, como ilustramos a continuación.
En ellas la toma de decisiones se torna
lenta y están en manos de una persona, las necesidades de los clientes finales
deben transitar a lo largo de todos los niveles de la organización y la mayoría
de las veces llegan a destiempo con los consecuentes resultados
indeseados.
Los seguidores de la teoría Y apoyan la creencia de que no es
necesaria una estructura formal que contenga a los individuos, ni sistemas de
vigilancia o control alguno. A continuación graficamos como sería su
estructura.
En cambio los seguidores de la teoría Z
apoyan la creencia de que es necesaria una estructura más aplanada; que
facilite, por tener menos niveles jerárquicos, la comunicación fluida entre
ellos, y un mayor acercamiento a las necesidades que manifiestan los clientes
finales, pudiéndoles brindar respuestas inmediatas por ser la toma de decisiones
un proceso ágil y conjunto de todas las áreas de la organización.
Esto supone
que en este tipo de organizaciones se aplican los conceptos modernos de la
administración como por ejemplo, el trabajo en equipo, la polivalencia, la
comunicación multidireccional, y el liderazgo participativo entre otros. Todo
ello tendiente a brindar al cliente final, una acertada y pronta respuesta a sus
necesidades, como así también un mejor ambiente de trabajo a su
personal.
Esta sería, aproximadamente, la representación de su estructura:
Con todo lo volcado en el presente trabajo creemos que no se agotan las
alternativas de análisis respecto al tema , motivo del mismo; y coincidimos en
las observaciones realizadas por Ana Catalano y Marta Novick, particularmente
cuando dicen que todavía son pocas las investigaciones realizadas sobre la
empresa como unidad social, como centro portador y generador de una nueva lógica
productiva, a pesar del desarrollo alcanzado en el análisis organizacional, la
psicología, y la sociología de las organizaciones.
Aún así a continuación
desarrollamos las siguientes conclusiones.
7. Conclusiones
Los cambios operados en el mundo, la
velocidad con que se concretan y la imposibilidad de detenernos a pensar
demasiado en ellos, so pena de no poder adaptarnos y así, quedar relegados del
mundo moderno, nos lleva a que hoy en día todos estemos en un estado de continua
alerta.
Esta adaptación según lo hemos visto, es posible de lograr a través
de la aplicación de diferentes herramientas propuestas por el modelo de
administración nacido de la conjunción entre la Calidad Total y las Ciencias del
Comportamiento.
Justamente durante el desarrollo de este trabajo intentamos
marcar las diferencias significativas entre este modelo y el tradicional,
racional – económico, al que Peter Drucker adhiere.
Y de ese análisis van
surgiendo claramente las herramientas diferenciadoras, y las ventajas que cada
una de ellas conlleva.
Es así que vemos que el actor social, el individuo, el
trabajador, necesita sentirse integrado a un grupo social, desea pertenecer, al
punto de ceder parte de su libertad a cambio de esto, y que negarle esto es
exponerlo a la alineación.
También observamos que, desde el punto de vista de
la organización, y la productividad por ésta deseada, este aspecto de
conformación de grupos lleva a obtener beneficios mayores que cualquier postura
que se centre en el trabajo individual, como respuesta a la cooperación y
sinergia que en el grupo se produce.
Sería necio decir que tantos estudiosos
de la nueva corriente de la administración estuvieran equivocados en los
lineamientos centrales de sus teorías; mientras que es más factible aceptar que
los cambios se sucedieron más rápidamente, y quizás en sentidos diferentes, a
los supuestos por Drucker y en los cuales fundamenta su análisis visionario y
tan oportuno para su época.
Como viéramos durante el desarrollo, este trabajo
en equipos o grupos se ve favorecido, y a la vez suministra, por la
transferencia de la información; siendo lo ideal que cada integrante del grupo
tenga información suficiente para desarrollar cualquiera de las tareas al grupo
asignadas, es decir la polivalencia.
A la vez, la existencia de esta
información es una importante herramienta, para que cada actor tenga una visión
completa del proceso, el producto, la empresa y su resultado, y para que el
administrador la pueda utilizar en la prevención,
planificación,
coordinación, la toma de decisiones, etc.
Otras
herramientas concretas, que incluyen los principios propuestos por P. Drucker
(productividad y especialización), lo son el método del Justo a Tiempo, del
sistema Toyota, y la tercerización propuesta por Peters y Waterman, con la
diferencia de que tales conceptos son aplicados a nivel Organización y no a cada
puesto en particular, además de ser complementarios a elementos mencionados
anteriormente como la polivalencia. Para la aplicación exitosa del Justo a
Tiempo es imprescindible brindar al individuo autocontrol, polivalencia y
flexibilidad; siendo que para P. Drucker estos conceptos irían en detrimento de
la productividad. El resultado de este método es un incremento de la
productividad a través de la sinergia de los grupos, como así también de la
cooperación y coordinación entre las organizaciones especializadas.
Vimos
también que estas nuevas corrientes, requieren de nuevos estilos de liderazgo
que incorporan un nuevo enfoque a los conceptos ya estudiados por Drucker, el
que considera el elemento humano. Dentro de las acciones de este nuevo líder se
encuentran las de informar, capacitar y coordinar a los integrantes de la
organización, así como el ser un buen miembro del equipo, además de las
tradicionales de planificar y controlar.
Somos concientes que en el mundo de
hoy, que pretendemos convertir en global, queda mucho aún por cambiar, dentro de
las empresas, que por ser organizaciones sociales poseen facetas totalmente
diferenciadoras una de otras.
A nuestro entender no existe aún un modelo
perfecto aplicable a cualquier tipo de organización, siempre deberán
"aggiornarse" a las características particulares de su entorno y sus
componentes.
Así mismo no creemos que el desarrollo de los diferentes modelos
tenga un patrón de continuidad secuencial, sino que cada uno surge en diferente
momento como una alternativa, pero no necesariamente es excluyente de los
anteriores, sino mas bien una adaptación con mejoras de los ya
existentes.
Coincidimos en que el modelo propuesto por Peter Drucker tiende a
quedar obsoleto, debido a la celeridad con que se suceden los cambios sociales,
económicos, políticos, demográficos, etc., y creemos que los lineamientos y
principios cercanos a la Teoría Z responden más adecuadamente a la integración
de los aspectos humanos y económicos que deben atender hoy las
organizaciones.
8. Bibliografía
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Bustos Carola
Lehder Martín
Pruss
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MLehder@seprit.com