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Esta
segunda fase de la emisión de vales privados en la provincia de Córdoba,
con un periodo mas largo de tiempo – desde aproximadamente marzo de
1937 hasta finalizar la guerra -, debió de ser también abundante. Sin
embargo, muy pocos de estos vales han llegado hasta nuestros días.
Debieron de emitirse en bares, pequeños comercios e industrias ya
fuesen privadas o colectivizadas. Todos ellos, dentro del termino de la
comarca de los Pedroches, pues el resto de la provincia se encontraba en
manos de los rebeldes.
En
el caso de la población de Pozoblanco solamente han aparecido, hasta
ahora, tres de estos vales. Los dos primeros se conocen por las
referencias que de ellos se hacen en el catalogo de Kenneth Graever,
aunque desgraciadamente no disponemos de ningún ejemplar. Del tercero,
que no consta en el catalogo, si tenemos uno de ellos.
El
primero de ellos, impreso, corresponde a un bar, el de Godofredo Jurado.
Según Graever, el texto es como sigue: Bar Godofredo Jurado.
Establecimiento de bebidas. El valor es de 10 cts., - sin perjuicio
de que puedan existir otros valores - y no tiene fecha. De Godofredo se
sabe que se unió a los rebeldes, estuvo preso en Jaén y Totana y
puesto en libertad en los primeros meses de 1937. Recuperó su bar, pero
no así una pequeña “cerca” (extensión pequeña de terreno próxima
a la población) que reclamó al alcalde – según consta en el Archivo
Municipal – y que fue entregada a la Colectividad Obrera Agrícola.
Todavía, sé conserva dicho bar frente al Ayuntamiento y sigue
regentado por uno de sus nietos con el nombre de “Bar Quico”.
El
segundo es de una tienda de comestibles y también bar, propiedad de
Antonio López Habas. Según Graever el texto se corresponde con: Vale
por 10 cts. OTO. Antonio López. Pozoblanco (Córdoba). Desconocemos
el significado de las siglas OTO, sin embargo, si se sabe que dicha
tienda-bar, ya desaparecida, estaba situada a la espalda del monumento
que se conoce como Cruz de la Unidad.
El
ultimo de los vales, hasta ahora conocidos, es de un kiosco de prensa y
de libros usados, propiedad de Antonio Díaz. La forma del vale es
cuadrada, muy pequeño de 4 cm. de lado, con los bordes dentados – lo
que indica que fue impreso en laminas, como los sellos y los cupones -.
El material es de cartulina fina, de color blanco y sobre él, impreso
en letras negras, el texto: Vale por 10 cts. A. Díaz. Kiosco.
Pozoblanco., y del que mostramos una fotografía. Sin duda alguna,
corresponde al kiosco – que estaba situado en la C/ Real - de Antonio
Díaz Jurado, natural de Dos Torres, vecino de Pozoblanco y que fue
miembro del Comité del Partido Socialista y concejal del Ayuntamiento
durante la guerra. Este pequeño vale, esconde toda una tragedia para la
familia de A. Díaz. En la obra Córdoba en la posguerra de F.
Moreno Gómez, se relatan los hechos:
Una
de las ejecuciones de mayor impacto en la localidad (Pozoblanco)
fue la del 28 de octubre de 1939. A las siete de la tarde sacaron a
fusilar, sola a la joven de 21 años Tomasa Díaz Moreno, dirigente de
la Juventud Socialista. La habían torturado y vejado públicamente, dándole
aceite de ricino, y paseándola por la calle con la cabeza pelada y un
cartel al cuello.(Nota: para otros autores, incluso fue violada
repetidas veces). El fusilamiento fue el epilogo de una tragedia
familiar: El día anterior había sido fusilado su padre, Antonio Díaz
Jurado, conocido porque en su kiosco había vendido prensa obrera, y el
11 de abril habían matado también al novio de Tomasa, Antonio Jiménez
Cebrian. Del otro hijo de A. Díaz, Antonio Díaz Moreno, que fue
comisario de sanidad durante la guerra, se sabe, por los documentos del
Archivo Municipal que logró pasar a Francia, sin que sepamos que fue de
su vida. Este fue el trágico destino de toda la familia de Antonio el
del Kiosco.
En
el Viso de los Pedroches consta también, al menos por testimonio oral,
la existencia de vales privados, similares a los de Belalcázar de la
Casa Justo Riballo. El 21-08-82, los hermanos López, recogieron el
testimonio del que fuese alcalde y presidente del Comité del Frente
Popular de El Viso, José González Aranda. Era un anciano octogenario
que todavía conservaba bien su memoria y que acababa de llegar, por
primera vez, de su largo exilio en Francia. Este es su testimonio:
Los
vales se emitieron en 1938 cuando yo era alcalde. No recuerdo el numero
de ellos, pero si el valor total de unas 3000 ptas. Eran de papel,
hechos de forma manual, de distintos colores, muy pequeños y alargados,
en forma de cinta, lo suficiente para que cupiese mi firma impresa a
tampón que me hicieron en Alicante. Recuerdo que los valores eran de 15
y 25 cts. y algunos mas , pero siempre valores pequeños. Los vales se
hicieron porque todavía había dificultad para el cambio de moneda y
especialmente para dos o tres comercios de la localidad, entre ellos el
de Pablo Ramírez, Ferretería e Hilaturas. El sistema de funcionamiento
era muy simple, nosotros le entregábamos a los comercios vales por
valor de 500 Pts., y ellos nos entregaban el mismo valor en dinero del
Banco de España.
Al
no disponer de ningún ejemplar, no podemos conocer su texto. Pero según
el testimonio de José González era muy simple: Vale por... el valor
que fuese y el sello a tampón de su firma. Sin embargo, esto es
insuficiente, al menos debería de poner el nombre de la población,
aunque no tuviese fecha de emisión. También, se presentan dos
interrogantes:
El primero el
significado de la frase “fabricados manualmente” que literalmente
significa escritos a mano, lo que nos parece difícil, pues dado el
pequeño valor de los vales y la cantidad total de pesetas, representaría
aproximadamente 15000 vales. Lo mas lógico es que se hiciesen en
planchas, y que manualmente se cortasen y se estampase la firma del
alcalde.
El
segundo es si, como sucedió con la casa Justo Riballo de Belalcázar,
el comerciante estampaba el sello de su comercio, una vez que se le
entregaba el vale. Nada de esto se habló en la entrevista, – tampoco
en aquellas fechas se conocían los vales de Belalcázar – sin
embargo, al poder utilizarse en varios comercios a la vez, cave la
posibilidad de que no llevasen el sello de la casa comercial.
Otra
curiosidad que presenta la historia estos vales, es la fianza, es decir,
la forma insólita con que fueron avalados. Continuando con el
testimonio de José González:
El
Consejo Municipal no quiso hacerse depositario, de las 3000 Pts., del
valor de los vales, mejor dicho, no quiso implicarse, y tuve que hacerlo
yo, como alcalde y único responsable. Los vales siguieron utilizándose
hasta que terminó la guerra. Al finalizar esta
ya camino del exilio, el dinero de los vales, como depositario
que era, lo entregué en Puertollano al cajero de un banco que había
estado, también antes , cuando se hicieron los vales en El Viso - sé, que después de la guerra dicho cajero volvió al pueblo
-. A mi, me dieron un recibo del deposito por valor de las 3000 pts. que
había entregado. Recibo, que posteriormente, estando en Argelia,
extraviaron mis nietos en Oran. Los vales se quedaron en los comercios y
posteriormente no tuvieron valor alguno.
Teniendo
en cuenta, que hasta ahora no ha aparecido ninguno de estos vales, se
pueden sacar de este testimonio algunas consecuencias:
1ª
Que estos vales son distintos de las dos emisiones que hizo el Consejo
Municipal, en los meses de mayo y agosto de 1937, por valores de 25
cts., 50 cts., 1 y 2 Ptas., y por supuesto, distintos de los que hiciese
en su momento el Comité del Frente Popular. Así lo confirmó repetidas
veces el anciano ex alcalde de El Viso.
2ª
La tardía fecha de la emisión, en 1938, - desgraciadamente no precisó
el mes – cuando ya el Gobierno había dado la orden de recogida de los
vales locales y prohibido hacer nuevas emisiones. Es posible que por
esta razón, el Consejo Municipal se negara a hacerse cargo del deposito
de las 3000 Ptas. y tuviese que asumirlo el mismo alcalde bajo su
responsabilidad. Esto, también nos demuestra que a pesar de la
prohibición gubernamental de febrero de 1938, se siguieron emitiendo
vales locales – por las mismas necesidades anteriores, la falta de
moneda fraccionaria, además agudizada por la recogida de los vales
municipales – y que funcionaron durante toda la guerra.
3ª
En este caso, se desconoce si los comerciantes llegaron a recuperar en
dinero el importe de los vales, como le sucedió a J. Riballo.
Preguntamos en dos comercios y nos confirmaron la existencia de estos o
tal vez se refiriesen a otros vales de comercios privados y de otra época.
Pero lo cierto es que hasta ahora, no ha aparecido ninguno de ellos.
Entre
los vales dedicados a los medios de transporte, hasta ahora, solamente
se conoce uno de ellos y con la excepcionalidad y la rareza, de que
pertenece a la zona nacionalista, en concreto a Córdoba capital.
Fabricado en papel normal, rectangular, impreso y con el dibujo del
escudo de España con el águila, propio de la época franquista. El
valor es de 5 cts. y sin fecha. En el texto se puede leer: Juntas de
transportes de Andalucía y Badajoz. 5 Céntimos. Córdoba. En la
parte inferior, en letra pequeña, aparece otro texto que nos indica el
motivo por el cual se emitió dicho vale: Para indemnizar a los
propietarios de camiones requisados por el glorioso Ejercito Español.
Lleva además estampado un sello, pero no se entiende ni el dibujo, ni
el texto. Solamente se conoce otro vale similar a este, en Pobla de
Segur (Lérida), del Ejercito Nacional, con fecha 07-04-1938 y con el
siguiente texto, que también indica el motivo de la emisión: Vale
por dos pesetas para adquisición de artículos de primera necesidad,
canjeables obligatoriamente al poseedor... por
Moneda Nacional. De esta forma, los que podríamos llamar
“vales locales nacionalistas”, se emitían solamente como una
especie de “impuesto o colectas” para recaudar dinero o bien como
ayuda humanitaria para “socorrer” a los vencidos.
De
los vales dedicados a la minería, - muy importante en la zona norte de
Córdoba - solamente se conoce el de la Mina Cuenca. Se desconoce donde
esta localizada dicha mina, tal vez en la aldea de dicho nombre, en
Belmez o Fuenteobejuna. De forma rectangular, de papel grueso y color
blanco, lleva impreso el siguiente texto en letras negras: Mina
Cuenca. Economato. Vale 100 pesetas. Sin embargo, dado el alto valor
en pesetas, creemos que es de época posterior a la guerra. Lo mostramos
en la fotografía, como una muestra, de los que debieron emitirse en Peñarroya,
Belmez o Villanueva del Duque, de los que no ha llegado ninguno hasta
nuestros días.
De
los vales de las industrias privadas o colectivizadas, solamente
conocemos uno en el pueblo de Belalcázar. De tamaño rectangular, en
cartulina fina, color grisáceo e impreso con letras negras, y con el
consiguiente texto: Sociedad Electro- Harinera de Belalcázar. Vale
por una cuartilla de pan a favor del portador. Prop. de la sociedad...sin
firma y con un sello estampado ilegible. No obstante, se conoce lo que
sucedió con esta industria, ya desaparecida y que se dedicaba - como
todas las de su época - a la producción de harina, pan y a la vez de
energía eléctrica para abastecer a la población. Al iniciarse la
guerra, la fabrica fue incautada por el Comité a sus propietarios por
su participación en la rebelión militar. Posteriormente pasó a ser
propiedad del Consejo Municipal, siguiendo en la dirección de las
oficinas el antiguo gerente Sr.
Márquez, y en la dirección un responsable, Luis Núñez, albañil de
profesión. No obstante, también en este vale, cabe la duda razonada de
que pueda ser, anterior o posterior a la guerra, al no tener fecha, y
dada la circunstancia de que la mayoría de los vales de la industria
panadera - como vimos con anterioridad en la panadería de Fernando López
Fabios de Pozoblanco - eran iguales antes, durante y después de la
guerra.
No
serian, estos últimos vales y los de Justo Riballo, los únicos de carácter
privado de Belalcázar. El archivo municipal de esta población, es uno
de los pocos de la comarca de los Pedroches, en el que aparecen diversos
documentos que hacen referencia de la existencia de numerosos vales
comerciales. En las actas municipales, con fecha 23-06-37, se da a
conocer la circulación en la localidad de diversos vales, tales como,
bonos “de cantina”, “de crédito” y “de beneficencia”:
Seguidamente
explana su interpelación sobre libretas de suministro y bonos puestos
en circulación, el consejero López García, el que manifiesta deben de
ser recogidos totalmente los de crédito y hacer un examen detenido
respecto a los de beneficencia, así como se proceda a la recogida de
bonos por los responsables de las cantinas, quienes deberán de
entregarlos bajo recibo al depositario del consejo municipal, acordándose
de conformidad con lo manifestado y que por la comisión de
beneficencia, encargada de referido estudio, se de cuenta y presente la
lista de personas incluidas en las nuevas propuestas para su aprobación
por este Consejo que, hasta tanto no deberán de ser definitivas.
En
el borrador con fecha 19-07-37, se hace constar la existencia de bonos
comerciales, su recogida y el abono de los mismos:
Continuar
el estudio de las libretas de racionamiento con el fin de justificar en
su día, los gastos realizados por este Consejo y que por la comisión
de Hacienda se proceda al estudio de los bonos comerciales para que sean
abonados los que pertenezcan a personas que tengan disponibilidades económicas
y cuyos nombres aparezcan consignados en los mismos. No tuvo suerte
en este caso Justo Riballo.
También
con fecha 25-08-37, se cita la existencia de una “sección comercial
colectiva”, encargada de distribuir los alimentos de la Comisión de
Abastecimiento. No debió de dar buen resultado, pues en el borrador con
fecha 08-09-37, se propone que los puestos de venta pasen a los
comercios:
Por
ultimo se da cuenta de un escrito presentado por el Frente Popular, en
solicitud de que sean transferidas las cantinas y demás dependencias de
ventas, a los comercios de la localidad, con el fin de facilitar las
mismas. Cuyo escrito, fue impugnado por el consejero García Felipe,
fundamentando dicha impugnación, en no estar representado en mencionado
Frente Popular el partido a que pertenece, Unión Republicana.
No
debió llevarse a cabo dicha proposición, pues a finales de 1937, se
sigue citando la existencia de dos cantinas la nº 1 y la nº 2, que
tienen sus propios vales y se dedican a abastecer a la población. Ya en
1938, se vuelve a proponer que se amplíe el numero de comercios para el
abastecimiento, para de esta forma evitar las colas, dejándole a sus
propietarios un pequeño margen comercial de ganancias. Se desconoce, si
se llevó a cavo el proyecto. De haberse aprobado - de la misma forma
que se hizo en El Viso por estas fechas – hubiera dado origen a una 3ª
fase, de las emisiones de los comercios privados en 1938, que aun estaría
por estudiar.
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