Internet tiene
un contenido real y un contenido potencial (Martos, 2002), en el
primero lo forma todo el conjunto inmenso de datos que circulan
diariamente por la red, éste se encuentra en forma de bibliotecas
digitales, libros electrónicos, revistas y bases de datos. El
contenido potencial es el conocimiento de los más de cuatrocientos
millones de usuarios conectados a Internet al que podemos acudir a
través de foros, listas de correo, grupos y chats. Los dos
contenidos tienen un alcance ilimitado si se aplican a la
educación.
La
educación nunca se ha visto tan beneficiada como con el uso de la
red de redes. La educación virtual es, actualmente, una realidad en
el mundo, aunque pocas universidades tienen un proyecto de
educación.
La
educación virtual es accesible para cualquier persona con acceso a
Internet, éstos han inaugurado un nuevo espacio de colaboración e
investigación.
Pedraza
(2003), dice:
Los
Entornos Virtuales se caracterizan por ampliar el acceso a la
educación, promover el aprendizaje colaborativo y el trabajo en
grupo, promover el aprendizaje activo, crear comunidades de
aprendizaje, estar centrada en el estudiante y hacer los roles
tradicionales del proceso de enseñanza/aprendizaje más
fluidos.
El
profesor puede comunicarse con otros profesionales de la educación
para intercambiar ideas y trabajar en proyectos aunque los separen
miles de kilómetros.
La red
además provee de información actualizada para cualquier tema. Aunque
existen varias desventajas, por ejemplo Gubert (2000) dice que “La
sobreoferta no sistematizada de información equivale a
desinformación”. Al no saber cómo valorar y escoger la información
el profesional de la educación, o el alumno, puede sentirse solo y
frustrado.
Gubert
(2000) dice que “enseñar es, antes que nada, enseñar criterios de
discriminación, de búsqueda y de selección de la información”. Por
tanto el e-aprendizaje es un proceso de aprendizaje en la Internet
para desarrollar habilidades de búsqueda, selección y aplicación de
la información.
El
mismo Gubert menciona que “pronto habrá que afirmar que ser sabio
consiste, sobre todo, en saber buscar, elegir o seleccionar
funcionalmente aquello que nuestro intelecto requiere en cada
momento”.
El
profesional que utiliza el e-learnig como plataforma tecnológica
para enseñar o educar debe conocer los procesos de la educación para
realmente ofrecer un aprendizaje significativo. Los entornos
virtuales de aprendizaje permiten aprender sin coincidir en el
espacio ni en el tiempo y asumen las funciones de contexto de
aprendizaje que en los sistemas de formación presencial desarrolla
en el aula (Duart y Sangrá, 2000).
La
tecnología interactiva es una fuente de motivación y estímulo para
aprender debido, a la posibilidad de un mayor control sobre el
propio proceso de aprendizaje, pues incita a las personas que
aprenden a tomar decisiones sobre cómo y qué aprender (Arbués y
Tarín, 2000). El uso de materiales multimedia y digitales son
determinantes para desarrollar aptitudes de aprendizaje, ya que
parte del éxito de los modelos formativos está en el interés, la
motivación y la constancia del estudiante (Duart y Sangrá, 2000).
Tapscott (1998), citado por Arbués y Tarín (2000), dice que
el aprendizaje se dirige hacia un modelo nuevo y más poderoso,
sostenido por los siguientes principios:
1. Del
aprendizaje lineal al aprendizaje interactivo con hipermedia.
2.
De la instrucción a la construcción del aprendizaje y al
descubrimiento del saber.
3. Del aprender centrado en el experto
profesor al aprender centrado en la persona que aprende.
4. Del
absorber contenidos y conocimientos al aprendizaje de cómo aprender
y navegar.
5. Del aprendizaje masivo al aprender
personalizado.
6. Del aprendizaje aburrido por falta de actividad
al aprendizaje divertido y desafiante.
7. Del aprender que define
al profesor como una transmisor al aprender que tiene al profesor
como facilitador.
8. Del aprender interactuando solamente con
materiales didácticos al aprender interactuando también con otras
personas conectadas a la red de forma sincrónica o
asincrónica.
El
material multimedia y digital puede ser desarrollado por profesores
o estudiantes para apoyar el verdadero aprendizaje. Actualmente un
profesor o un estudiante universitario posee los instrumentos
necesarios para realizar individualmente un trabajo multimedial (con
grandes recursos metodológicos) de gran riqueza instrumental
(Vilaseca, 2000).
Por
todo lo anterior, la función docente del profesor no es la de
transmitir contenidos al estudiante, sino que la función del
profesor es al de enseñar a ordenar la información. Por otra parte,
gradualmente el estudiante aumentará su capacidad de elección y
estará acostumbrado a elegir y a exigir (Vilaseca, 2000).
El
entorno virtual hace que la pedagogía a través de Internet sea una
nueva ciencia, lo que un profesor explica de manera determinada en
una clase presencial tiene que procurar que el estudiante no
presencial lo aprenda de otra manera (Duart, 2000).
Para el
proceso de educación en línea además de una plataforma tecnológica,
se necesita la motivación del profesor y estudiante, como lo dijo
Duart (2000): la orientación, el estímulo, la guía y, sobre todo, la
motivación son claves en el proceso de formación no presencial, dado
que la relación entre docente y estudiante se produce de manera
asíncrona.