ABRAZO
Dormitaré en la noche
profunda de tu beso,
tras haber traspasado los
últimos confines,
agotadas las horas,
quebrados del exceso,
ahítos del aroma de todos
los jardines...
Cayó así entre mis brazos tu piel, tu
paz, tu peso,
y cogimos estrellas creando
balancines:
en el fuego quemamos hasta
el último hueso
como una llamarada de voz y
de violines.
Te estrellaste en mi carne con ansia
süicida,
para habitar sin miedo el
cálido regazo,
llenándome la boca de versos
sin medida.
Nos hicimos eternos amantes de un
abrazo,
mordiéndonos la muerte en
íntimo arañazo,
para anegar, amando, los
cauces de la vida.
NO
QUIERO
No quiero ser vasija ni tintero,
ni quiero ser de nada recipiente,
que quiero ser por fin agua de fuente
donde sacies tu sed de abrevadero.
No flor ni espiga florecida quiero,
apocopada y triste que no siente,
que quiero ser por ti volcán ardiente
incapaz de apagarse al aguacero.
Exceso y punta, y brecha dolorida,
rayo que te fecunda y te convoca
dejándote con muerte entre la
vida,
luz que hiere tu paz cuando te toca
con un desasosiego entre la boca:
ni quieta o expectante, ni vencida.
BOLERO 2
Bailarás algún día
ese bolero
que soñamos de lejos, y en el
trazo
de la música lenta del abrazo,
te diré con los ojos que te quiero.
Para bailar así, juntos, te espero,
contra mi piel tu piel, y sin rechazo
la mirada perdida, yo en tu lazo,
y el infinito atado en un lucero.
Soñar que juntos somos movimiento
para seguir los pasos encendidos
de ese ritmo nostálgico; abrochada
la mano a la cintura, tú a mi
tiempo,
puestos en vela todos los sentidos,
prisionera la nota, y enlazada.
A Alfonsina Storni
"Voltearás mi ánimo adormido
bajo una lluvia roja de
amapolas;
marea será el sol entre las
olas,
y con mi corazón harás tu
nido.
Vaciaremos la muerte en un gemido
entrecortado y tierno, y
caracolas
de los mares del sur, si me
enamoras,
susurrarán ternezas en tu
oído."
¡Ay Alfonsina, qué pasión soñaste!
Voló tan alto tu alma
aprisionada
tan bello fue el poema que
encendiste...
Hacia el mar, una tarde, te
alejaste,
con la pena de luna en la
mirada,
y en las hojas, un verso de
amor triste.
BOLERO
3
Me invitaste a bailar. Cerré los
ojos.
En la música lenta de un bolero,
despacito, trazamos un sendero
de corazones con latidos rojos.
Descorrimos del alma los cerrojos
lanzándola a volar hacia un lucero;
yo me dejé llevar, y en un "te
quiero"
diste la vuelta entera a mis antojos.
Yo apoyada en tu hombro, melodía:
"La hiedra", "Piel canela",
"La distancia",
susurraste al oído, yo soñando;
(o soñamos los dos); fuera llovía,
y se daba la extraña circunstancia
de no estar juntos y seguir bailando.
BESÉ
TU RISA
Y besé en tu boca todos los amores,
los amores lentos y amores tardíos,
los amores blancos de los labios fríos,
los amores rojos de calor y ardores.
Y besé en tus labios todas las
sonrisas,
las sonrisas grandes de ancha primavera,
las sonrisas tristes de dolor y espera,
las de mundos hechos a quietud y a prisas.
Besando tu risa, besando tu boca,
he besado el tiempo, te escondí
en el alma,
navegué los mares de un corazón
preso,
Inquietudes tibias de ternura loca
presagiaron lunas de azogue y de calma,
cesaron las voces..., y aconteció
el beso.
DESBANDADA
Se les fugó el cariño en
desbandada
de golondrinas ciegas, sin destino;
tuvieron nido ayer, y en el camino
detuvieron el paso y la mirada.
Ayer un nido, sí, la misma almohada,
los mismos gestos bajo el mismo lino;
hoy ya ni un solo beso mortecino,
ni una tibia caricia enamorada.
¿Por qué te vas, amor?,
¿por qué te fuiste?
Si pudiera arrancar, ¡si yo pudiera!
todo el dolor que traspasamos juntos...
Es el tiempo que juega, terco y triste,
es el tiempo que busca, ¡ay!, primavera
entre un eterno cielo de difuntos.
AUSENCIA
Cuando te tuve más, más
te perdía,
y ahora que ya te vas, te estoy ganando:
encadenado estás, te estoy atando
a mi reja de ayer y celosía.
Aún tu palabra es bálsamo
y porfía,
y luz y mar, y afán de cómo
y cuándo
has de llegar, amor; vamos remando
a avizorar la misma fantasía.
Los besos que soñamos, ¿no
los sientes?,
las manos que extendimos, ¿no
las tocas?,
la mirada que abrimos, ¿no la anidas?
Manos, mirada y besos, como ausentes
deseos fueron, palpitar de bocas,
sólo quedan recuerdos,
¿los olvidas?