Auténtica Poesía; MariCruz Agüera

YO SÓLO SOY

Yo no atesoro tantas maravillas,
ni verdes prados, ni sonoros ríos,
mis paisajes son páramos sombríos
despoblados de mágicas semillas.

No poseo pictóricas arcillas,
ni pájaros que trinen amoríos,
mi hogar es de silencios y de fríos
que cortan el calor de las mejillas.

Yo para darte tengo el pensamiento,
mi fogosa inquietud, mi lira ardiente,
y de mis labios el frugal sustento.

Porque yo sólo soy esto concreto,
unos versos que nacen de mi mente,
¡los catorce renglones de un soneto!

Mari Cruz Agüera

foto de MariCruz Agüera -- febrero 2004

Vine al mundo desnuda por exigencias del guión y porque lo hice un cálido 25 de junio de 1967 a orillas del Mediterráneo español y seguí desnuda por un tiempo hasta que más o menos a los tres años, cuando ya balbuceaba las suficientes palabras, mi padre me cuenta que comencé a probarme vestidos de poetas ilustres; siempre andaba por la casa recitando los versos que aprendía de oído, aun recuerdo algunos de aquellos poemas de Espronceda, de los hermanos Álvarez Quintero...
Como a los siete años ya me cosí mi primer traje, esta vez era un vestido de cuento fantástico; esos fueron mis primeros aleteos con plumas propias.
Luego vino la maravillosa época de la adolescencia, el descubrimiento de Neruda, de García Lorca, de Miguel Hernández, de Blas de Otero y tantos otros... su lectura hizo que quisiera probarme un abrigo de soneto para ver qué tal me sentaba, aún hoy veinte años después sigo sin encontrar uno de mi talla... Por un largo tiempo me vi capturada entre los endecasílabos, justo hasta que apareció mi gran amor platónico: el teatro.
Escribí un par de comedias de las que no quiero ni acordarme y comprendí cuánto talento tenía para ser publico.
Con los años encontré el amor, el desamor, la efímera felicidad, un divorcio con vistas al fracaso, un perro fiel, un par de amigos deshonestos, mis poemas por escribir y una verdadera razón para edificar mis sueños: mi hija Alicia.
Ahora a mi edad... ya me estoy haciendo joven, trabajo como cocinera, pero para ganarme la VIDA, esa que se escribe en mayúsculas, soy poeta.

Tenemos la enorme satisfacción de mostrar una cuidada antología poética de Mari Cruz Agüera, una joven muy especialmente dotada para la poesía.
Poesías que están impregnadas de un lirismo fuera de lo corriente; composiciones que se atienen estrictamente al perfectismo de la métrica y de la rima; los ritmos de sus versos mantienen una armoniosa sonoridad; y todo lo que nos cuentan esas poesías, son sentimientos hondos salidos de lo más sincero y noble de su alma.

Mediante sus versos, Mari Cruz nos expresa todas los anhelos y vivencias juveniles, y todos sus idealizados sueños que son el principal alimento de su prolífica inspiración.

Son poesías que en muchos casos nos hablan del eterno tema del amor y del desamor, empleando las frases más idóneas y descriptivas, aderezadas de bellas y comprensibles metáforas.

Vayamos a deleitarnos con su obra.