Como un buen
clásico, el partido entre San Luis y Unión La Calera sacó
ronchas. Y no sólo porque los cementeros quebraron la historia
(después de 19 años derrotaron a los quillotanos como visitantes
en el fútbol profesional), sino porque el duelo entre cementeros
y canarios dejó varios daminificados, entre ellos tres jugadores
amarillos expulsados por el juez Carlos Ulloa. Obviamente, la
polémica quedó encendida entre los archirrivales.
El cotejo se
inició con un fuerte dominio canario, que se plasmó en la cuenta
a través de Cristián Abarca (10'). Es más, tras la conquista, el
equipo de Raúl Ormeño siguió dominando y le faltó poco para
ampliar la diferencia. Sin embargo, la historia comenzó a
cambiar en el minuto 26', luego de que el local Mauricio Rojas y
el visitante José Antonio Rojas vieran las primeras tarjetas
rojas. Con 10 jugadores, La Calera logró rearmarse mejor que el
anfitrión.
Sólo siete
minutos más tarde, San Luis perdería un segundo hombre: Juan
Pablo Vera. Y lo peor, por una infracción penal que se encargó
de convertir Ariel Pereyra (34'). Con la paridad y con un hombre
más, poco demoraron los rojos en encontrar el segundo tanto. A
los 38', Héctor Aldea dio vuelta el marcador y silenció a los
forofos locales que llegaron hasta el Lucio Fariña Fernández.
En la segunda
fracción, una nueva cartulina roja diezmaría aún más a San Luis.
A los 78', la salida de Víctor González (por juego brusco) dejó
sin posibilidad de reponerse a los amarillos, que para más
remate (y al quedarse sin cambios) debieron mantener en la
cancha a un evidentemente contundido Felipe Salinas.
Ante este
panorama, el elenco de Jorge Socías se dedicó a cuidar el balón
y a dejar pasar los minutos, lo que se plasmó en los dos cambios
que hizo en las postrimerías del cotejo (ingresaron Diego
González y Luis Eduardo Reinoso). Con el pitazo final del
resistido Carlos Ulloa, Unión La Calera igualó en puntaje a
Curicó Unido y San Marcos de Arica (23), aunque en la tabla se
ubica en la tercera casilla por tener un partido ganado menos. |