Honorio Peña y su hermano Julián llegaron del norte de Burgos. Mi afición inveterada a preservar objetos del naufragio del tiempo me llevó a pasar horas en la chamarilería de Honorio. Siempre fue un hombre grande y fuerte, lo que le permitía hacerse solidario con los demás. El Sr. Manuel, ex-carbonero de la calle Ferraz, traía carros y carros de cartones y papel...Al peso solía sacar unas trescientas pesetas a sus 85 años de entonces.