ðHwww.oocities.org/es/beatriz_luna/amor3.htmwww.oocities.org/es/beatriz_luna/amor3.htm.delayedxhÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ kÉ&OKtext/html¸É&ÿÿÿÿb‰.HSun, 29 Jul 2007 06:09:52 GMTêMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *hÕJÉ& Poesía de Amor Ausente

Inicio *poetas: menú * poema para hoy * poesía amorosa * poesía erótica * nueva poesía * contacto


Amor Ausente





No es que Muera de Amor...



            Jaime Sabines (1926 – 1999)

No es que muera de amor, muero de ti.
muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que me faltas,
en la calle donde mi abrazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triangulos obscuros e incesantes.
Me muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.






Piedra de Horno


Nicolás Guillén (n. - 1902)

La tarde abandonada gime deshecha en lluvia.
Del cielo caen recuerdos y entran por la ventana.
Duros suspiros rotos , quimeras calcinadas.

Lentamente va viniendo tu cuerpo.
Llegan tus manos en su órbita
de aguardiente de caña;
tus pies de lento azúcar quemado por la danza,
y tus muslos, tenazas del espasmo,
y tu boca, sustancia
comestible, y tu cintura
de abierto caramelo.
Llegan tus brazos de oro, tus dientes sanguinarios;
de pronto entran tus ojos traicionados;
tu piel tendida, preparada
para la siesta:
tu olor a selva repentina; tu garganta
gritando -no sé, me lo imagino-, gimiendo
-no sé, me lo figuro-, quejándose -no sé, supongo, creo-;
tu garganta profunda
retorciendo palabras prohibidas.
Un río de promesas
desciende de tu pelo,
se demora en tus senos,
cuaja al fin en un charco de melaza en tu vientre,
viola tu carne firme de nocturno secreto.

Carbón ardiente y piedra de horno
en esta tarde fría de lluvia y de silencio.





Un Viento de Separados



            Juan Gelman (1930)

un viento de separados/
de besos que no nos dimos/
doblega el trigo de tu vientre/
sus azucenas con sol/

ven/
o querré no haber nacido/
trae tu agua clara/
las ramas florecerán/





Ausencia de Amor


Juan Gelman (1930)

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo:

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.





Tu Voz


Baldomero Fernández M. (1886 - 1950)

Profunda, ardiente, plástica, flexible,
casi palpable como miel sonora,
más que sobre tus ojos o tus labios,
sobre tu voz te reconstruyo toda.



Regálanos tu opinión * Envía tus poemas * Free Guestbooks by Bravenet.comFirmar el libro de visitas

Ver el Libro de Visitas
Free Guestbooks by Bravenet.com



Arriba