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GIOCONDA BELLI (Managua, Nicaragua, 1948) EN LA DOLIENTE SOLEDAD DEL DOMINGO Aquí estoy, desnuda, sobre las sábanas solitarias de esta cama donde te deseo. Veo mi cuerpo, liso y rosado en el espejo, mi cuerpo que fue ávido territorio de tus besos, este cuerpo lleno de recuerdos de tu desbordada pasión sobre el que peleaste sudorosas batallas en largas noches de quejidos y risas y ruidos de mis cuevas interiores. Veo mis pechos que acomodabas sonriendo en la palma de tu mano, que apretabas como pájaros pequeños en tus jaulas de cinco barrotes, mientras una flor se me encendía y paraba su dura corola contra tu carne dulce. Veo mis piernas, largas y lentas conocedoras de tus caricias, que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes para abrirte el sendero de la perdición hacia mi mismo centro y la suave vegetación del monte donde urdiste sordos combates coronados de gozo, anunciados por descargas de fusilerías y truenos primitivos. Me veo y no me estoy viendo, es un espejo de vos el que se extiende doliente sobre esta soledad de domingo, un espejo rosado, un molde hueco buscando su otro hemisferio. LLueve copiosamente sobre mi cara y sólo pienso en tu lejano amor mientras cobijo con todas mis fuerzas, la esperanza. DE LA MUJER AL HOMBRE Dios te hizo hombre para mí. Te admiro desde lo más profundo de mi subconsciente con una admiración extraña y desbordada que tiene un dobladillo de ternura. Tus problemas, tus cosas me intrigan, me interesan y te observo mientras discurres y discutes hablando del mundo y dándole una nueva geografía de palabras Mi mente esta covada para recibirte, para pensar tus ideas y darte a pensar las mías; te siento, mi compañero, hermoso juntos somos completos y nos miramos con orgullo conociendo nuestras diferencias sabiéndonos mujer y hombre y apreciando la disimilitud de nuestros cuerpos. AMOR DE FRUTAS Déjame que esparza manzanas en tu sexo néctares de mango carne de fresas; Tu cuerpo son todas las frutas. Te abrazo y corren las mandarinas; te beso y todas las uvas sueltan el vino oculto de su corazón sobre mi boca. Mi lengua siente en tus brazos el zumo dulce de las naranjas y en tus piernas el promegranate esconde sus semillas incitantes. Déjame que coseche los frutos de agua que sudan en tus poros: Mi hombre de limones y duraznos, dame a beber fuentes de melocotones y bananos racimos de cerezas. Tu cuerpo es el paraíso perdido del que nunca jamás ningún Dios podrá expulsarme. AHUYENTEMOS EL TIEMPO, AMOR Ahuyentemos el tiempo, amor, que ya no exista; esos minutos largos que desfilan pesados cuando no estás conmigo y estás en todas partes sin estar pero estando. Me dolés en el cuerpo me acariciás el pelo y no estás y estás cerca te siento levantarte desde el aire llenarme pero estoy sola, amor, y este estarte viendo sin que estés me hace sentirme a veces como una leona herida me retuerzo doy vueltas te busco y no estás y estás allí tan cerca. BAJO EL ARCOIRIS La has emprendido con tu plumero de estrellas y caricias contra los fantasmas que habitaban mis pulmones, mi cerebro, mi vientre, vas barriendo con un viento suave las sonrisas pegadas a mi sangre y las veo irse resignadas al lugar de los recuerdos, donde deberían haber estado ya hace días si yo no me hubiera aferrado a sus pliegues como a un árbol durante una tormenta. Sin embargo ahora estás vos y el mundo va recobrando poco a poco su redondez de naranja, su calorcito, la intimidad de su aire de calle conocida y puedo volver a reír, saltar, caerme, conociendo la cercanía de tus manos para tomarme por los hombros y acercarme allí donde late tu vida, mientras voy poniendo tierra y arena sobre caminos inciertos; haciendo el caminito de mi huella al lado de la tuya, sembrando flores, piedritas blancas, bajo el arcoiris que salió triunfante y lleno de colores después de la última lluvia EL RECUERDO La música, el mar y esa sensación caliente que se me va regando por dentro. El recuerdo, la ternura, la depresión y todas esas cosas que me van haciendo, que van dibujando las hebras de mi pelo en tu camisa, que van llegando a mis ojos, a mi boca, llenándome de nostalgia, de agua salada, de luna cortada en pedazos y envuelta en papel plateado, de tu nombre, del nombre que no existe, de lo que tenemos y lo que nos falta, de todo eso que tengo dentro, que me recorre y me da esa sensación caliente que te lleva y te trae. CANTO DEL MIEDO Sensación de aguacero se me doblan los huesos mi alma pende azul del precipicio Baten rebato mis tímpanos alertas barcos de velas naufragan en mi sangre Todo corre en mi cuerpo cual si mudas sirenas anunciaran histéricas la guerra así mis uñas viajan sobre la piel del brazo y el estómago vierte su locura de jugos amarillos. Es el miedo. Es el miedo. que sola estoy Ninguna piel a mi piel acompaña Nadie puede habitar mis parietales Vivir conmigo trémulas pesadillas Sólo mi voz me salva Mi voz apenas audible en tanto viento Mi voz que hace esfuerzos por consolar la cintura Qué no se doble el árbol! Qué no lo bote el viento! Jamás pensé estar hecha de cristales Ser esta frágil versión de mujer enfebrecida Tener tanto terror entre las manos ¿Con qué cara envejeceré? ¿Con qué fuerzas enfrentaré la soledad terrible de la muerte? ¿Quién me despojará del huracán que sopla inmisericorde sobre mi pelo de lana? Miro mis ojos redondos parpadean asustados Tengo ganas de abrazar mi sombra Me da pena su espanto de animal ante el rayo. Cuanta conciencia razón y pensamiento yaciendo inútiles ante los quejidos del cuerpo que se desata en llanto. EROS ES EL AGUA Entre tus piernas el mar me muestra extraños arrecifes rocas erguidas corales altaneros contra mi gruta de caracolas concha nácar tu molusco de sal persigue la corriente el agua corta me inventa aletas mar de la noche con lunas sumergidas tu oleaje brusco de pulpo enardecido acelera mis branquias los latidos de esponja los caballos minúsculos flotando entre gemidos enredados en largos pistilos de medusa. Amor entre delfines dando saltos te lanzas sobre mi flanco leve te recibo sin ruido te miro entre burbujas tu risa cerco con mi boca espuma ligereza del agua oxígeno de tu vegetación de clorofila la corona de luna abre espacio al océano De océano los ojos plateados fluye larga mirada final y nos alzamos desde el cuerpo acuático somos carne otra vez una mujer y un hombre entre las rocas. INVOCACIÓN A LA SONRISA Dame la ternura desde el sueño, dame ese cucurucho de sorbete que tenés en la sonrisa, dame esa lenta caricia de tu mano. Yo te daré pájaros que cantaran tu nombre desde lo más alto de los arboles. Te daré piñas, zapotes, nísperos, enredaré maizales en tu pelo. Yo invocaré los dioses de nuestros antepasados para que caigan tormentas, para que miedosos y cogidos de la mano, miremos la furia del rayo y del relámpago. Yo tejeré ilusiones con ramitas y hierbas, tocaré las rocas para que brote agua y nos bañemos, yo haré poemas, cantos, mi amor, cuando me hayas mirado, cuando corra las cortinas del sueño, cuando me coma el sorbete de tu sonrisa. ESTO ES AMOR "Esto es amor, quien lo probó, lo sabe" Lope de Vega La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas, se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso, mágicamente anonadada por la belleza. No recuerdo discursos contra mis débiles brazos, guardando la exacta dimensión de tu cintura; recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos, tus palabras en un papel que encuentro por allí, la sensación de dulzura en las mañanas. Lo prosaico se vuelve bello cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix, ceniza de mi cigarro que es el humo después de hacer el amor, o el humo compartido, quitado suavemente de la boca sin decir nada, íntimamente conociendo que lo del uno es del otro cuando dos se pertenecen. No te entiendo y quisiera odiarte y quisiera no sentir como ahora el calor de las lágrimas en mis ojos por tanto rato ganado al vacío, al hastío de los días intrascendentes, vueltos inmortales en el eco de tu risa y te amo monstruo apocalíptico de la biblia de mis días y te lloro con ganas de odiar todo lo que alguna vez me hizo sentir flor rara en un paraíso recobrado donde toda felicidad era posible y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias, abandonado ya meses al sonido de besos y palabras susurradas o risas a la hora del baño. Te añoro con furia de cacto en el desierto y se que no vendrás que nunca vendrás y que si venís seré débil como no debería y me resisto a crecerme en roca, en Tarpeya, en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no viva y te escondo y te cuido en la oscuridad y entre las letras negras de mis escritos volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cuaderno que me recuerdan que la línea es recta pero que el mundo es curvo como la pendiente de mis caderas. Te amo y te lo grito estés donde estés, sordo como estás a la única palabra que puede sacarte del infierno que estás labrando como ciego destructor de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco y de cuyo conocimiento ya nunca podrás escapar. Y sé que mi sed solo se sacia con tu agua y que nadie podrá darme de beber ni amor, ni sexo, ni rama florida sin que yo le odie por querer parecérsete y no quiero saber nada de otras voces aunque me duela querer ternura y conversación larga y entendida entre dos porque sólo vos tenés el cifrado secreto de la clave de mis palabras y sólo vos pareces tener el sol, la luna, el universo de mis alegrías y por eso quisiera odíarte como no lo logro, como sé que no lo haré porque me hechizaste con tu mochila de hierbas y nostalgias y chispa encendida y largos silencios y me tenés presa de tus manos mercuriales y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia y sabe que ya no hay nubes, ni evaporización, ni ríos, que el mundo se secó y que no volverá jamás a llover, ni habrá ya nieve o frío o paraíso donde pájaro alguno pueda romper el silencio del llanto. HERMOSURA DE LA DIALECTA Estoy viva como fruta madura dueña ya de inviernos y veranos, abuela de los pájaros, tejedora del viento navegante. No se ha educado aún mi corazón y, niña, tiemblo en los atardeceres, me deslumbran el verde, las marimbas y el ruido de la lluvia hermanándose con mi húmedo vientre, cuando todo es más suave y luminoso. Crezco y no aprendo a crecer, no me desilusiono, ni me vuelvo mujer envuelta en velos, descreída de todo, lamentando su suerte. No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro, de la tierra parida, el canto de los pueblos, los brazos del obrero construyendo, la mujer vendedora con su ramo de hijos, los chavalos alegres marchando hacia el colegio. Si. Es verdad que a ratos estoy triste y salgo a los caminos, suelta como mi pelo, y lloro por las cosas más dulces y más tiernas y atesoro recuerdos brotando entre mis huesos y soy una infinita espiral que se retuerce entre lunas y soles, avanzando en los días, desenrollando el tiempo con miedo o desparpajo, desenvainando estrellas para subir más alto, más arriba, dándole caza al aire, gozándome en el ser que me sustenta, en la eterna marea de flujos y reflujos que mueve el universo y que impulsa los giros redondos de la tierra. Soy la mujer que piensa. Algún día mis ojos encenderán luciérnagas. COMO GATA BOCA ARRIBA Te quiero como gata boca arriba, panza arriba te quiero, maullando a través de tu mirada, de este amor-jaula violento, lleno de zarpazos como una noche de luna y dos gatos enamorados discutiendo su amor en los tejados, amándose a gritos y llantos, a maldiciones, lagrimas y sonrisas (de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría) Te quiero como gata panza arriba y me defiendo de huir, de dejar esta pelea de callejones y noches sin hablarnos, este amor que me marea, que me llena de polen, de fertilidad y me anda en el día por la espalda haciéndome cosquillas. No me voy, no quiero irme, dejarte, te busco agazapada ronroneando, te busco saliendo detrás del sofá, brincando sobre tu cama, pasándote la cola por los ojos, te busco desperezándome en la alfombra, poniéndome los anteojos para leer libros de educación del hogar y no andar chiflada y saber manejar la casa, poner la comida, asear los cuartos, amarte sin polvo y sin desorden, amarte organizadamente, poniéndole orden a este alboroto de revolución y trabajo y amor a tiempo y destiempo, de noche, de madrugada, en el baño, riéndonos como gatos mansos, lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados a los pies del sofá de leer el periódico. Te quiero como gata agradecida, gorda de estar mimada, te quiero como gata flaca perseguida y llorona, te quiero como gata, mi amor, como gata, Gioconda, como mujer, te quiero. SENCILLOS DESEOS Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo y quisiera besos en la espalda acurrucos que me dijeras las más grandes verdades o las más grandes mentiras que me dijeras por ejemplo que soy la mujer más linda del mundo que me querés mucho cosas así tan sencillas tan repetidas, que me delinearas el rostro y me quedaras viendo a los ojos como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran alborotando todas las gaviotas en la espuma. Cosas quiero como que andés mi cuerpo camino arbolado y oloroso, que seas la primera lluvia del invierno dejándote caer despacio y luego en aguacero. Cosas quiero como una gran ola de ternura deshaciéndome un ruido de caracol un cardumen de peces en la boca algo de eso frágil y desnudo como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana o simplemente una semilla, un árbol un poco de hierba la caricia que me haga olvidar el paso del tiempo la guerra los peligros de la muerte. DEFINICIONES Podríamos tener una discusión sobre el amor. Yo te diría que amo la curiosa manera en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen, exploradores que renuevan el más antiguo acto del conocimiento. Diría que amo tu piel y que mi piel que te ama, Que amo la escondida torre que de repente se alza desafiante y tiembla dentro de mí buscando la mujer que anida en lo más profundo de mi interior de hembra. Diría también que amo tus ojos que son limpios y que también me penetran con vaho de ternura o de preguntas. Diría que amo tu voz sobre todo cuando decís poemas, pero también cuando sonás serio, tan preocupado por entender este mundo tan ancho y tan ajeno. Diría que amo encontrarte y sentir dentro de mí una mariposa presa aleteándome en el estómago y muchas ganas de reírme de la pura alegría de que existía y estás, de saber que te gustan las nubes y el aire frío de los bosques de Matagalpa. Podríamos discutir si es serio esto que te digo. Si es una quemadura leve, de segundo, tercer o primer grado. Si hay o no que ponerle nombre a las cosas. Yo sólo una simple frase afirmo Te amo PEQUEÑAS LECCIONES DE EROTISMO I Recorrer un cuerpo en su extensión de vela Es dar la vuelta al mundo Atravesar sin brújula la rosa de los vientos Islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas No es tarea fácil - si placentera - No creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas II El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado Encuentras un astro y quizá deberás empezar Corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido profundo Te pongan estremecimientos Cuenco de la mano que no sospechaste III Repasa muchas veces una extensión Encuentra el lago de los nenúfares Acaricia con tu ancla el centro del lirio Sumérgete ahógate distiéndete No te niegues el olor la sal el azúcar Los vientos profundos cúmulos nimbus de los pulmones Niebla en el cerebro Temblor de las piernas Maremoto adormecido de los besos IV Instálate en el humus sin miedo al desgaste sin prisa No quieras alcanzar la cima Retrasa la puerta del paraíso Acuna tu ángel caído revuélvele la espesa cabellera con la Espada de fuego usurpada Muerde la manzana V Huele Duele Intercambia miradas saliva imprégnate Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre Pie hallazgo al final de la pierna Persíguelo busca secreto del paso forma del talón Arco del andar bahías formando arqueado caminar Gústalos VI Escucha caracola del oído Como gime la humedad Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración Poros que se alzan formando diminutas montañas Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto Suave puente nuca desciende al mar pecho Marea del corazón susúrrale Encuentra la gruta del agua VII Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza navega loco en la juntura de los océanos Cruza las algas ármate de corales ulula gime Emerge con la rama de olivo llora socavando ternuras ocultas Desnuda miradas de asombro Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña Arquea las cejas abre ventanas de la nariz VIII Aspira suspira Muérete un poco Dulce lentamente muérete Agoniza contra la pupila extiende el goce Dobla el mástil hincha las velas Navega dobla hacia Venus estrella de la mañana - el mar como un vasto cristal azogado - duérmete náufrago. MI AMOR ES COMO UN RIO CUADOLOSO Chorreándose en el cuerpo de mi hombre, mi amor toca tambor y flauta en las montañas de mi tierra, dispara con ametralladora su descarga de besos. Es un amor de guerra con "adiós" y "nos vemos" un amor con señales de humo -a lo lejos- un amor para llevarse en mochilas para andar clandestino por ciudades y valles. Es un amor para cantar victoria, para llorar heridos y aprender de derrotas. Mi amor es bien contento aunque -a veces- me haga brotar el llanto es grande como la esperanza y el valor de mi pueblo; tiene olores de finca huele a tierra mojada y campo. Mi amor es fiero, ardiente como la libertad, no conoce de tiempo, anda dentro de mí desbocado y rebelde. Me ha llenado de luz y lo llevo cargado como un fusil al hombro lloro y río por él por este amor hermoso, claro, como tus ojos. SI YO NO VIVIERA Si yo no viviera en un país asediado que rodeado de muerte nos da vida. Si no creyera en la fuerza del pensamiento y pensara que sólo es útil para ejercicio del cerebro. Si no me despertara cada mañana con algo menos, algo que ya no está: -el jabón, las bujías, la leche- y no supiera que en adelante tendré que inventar, me hasta la luz y volver contenta a lo primitivo y bueno que hay en cada casa, en cada corazón. Si no caminara cotidianamente en la navaja que separa las nubes del cielo y el infierno y fuera una mujer de lino en un país planchado desarrollado lleno de todo lo que aquí falta... Seguramente hubiera pasado a tu lado sin mirarte sin que me vieras. Seguramente ni vos ni yo estaríamos ahora sentados mirándonos tocándonos acariciando como a un niño el tiempo. Y DIOS ME HIZO MUJER Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo. COMO TINAJA En los días buenos, de lluvia, los días en que nos quisimos totalmente, en que nos fuimos abriendo el uno al otro como cuevas secretas; en esos días, amor mi cuerpo como tinaja recogió toda el agua tierna que derramaste sobre mí y ahora, en estos días secos en que tu ausencia duele y agrieta la piel, el agua sale de mis ojos llena de tu recuerdo a refrescar la aridez de mi cuerpo tan vacío y tan lleno de vos. HUELGA Quiero una huelga donde vayamos todos. Una huelga de brazos, piernas, de cabellos, una huelga naciendo en cada cuerpo. Quiero una huelga de obreros de palomas de choferes de flores de técnicos de niños de médicos de mujeres. Quiero una huelga grande, que hasta el amor alcance. Una huelga donde todo se detenga, el reloj las fábricas el plantel los colegios el bus los hospitales la carretera los puertos. Una huelga de ojos, de manos y de besos. Una huelga donde respirar no sea permitido, una huelga donde nazca el silencio para oír los pasos del tirano que se marcha. QUIERO ESCRIBIR UN NIÑO Quiero escribir un niño con grandes ojos como semillas, pelo color maíz, dulce sonrisa de níspero. Quiero escribir un niño, hacerlo con palabras, en el idioma de su placenta hecha de mar, de viento, de sacuanjoches olorosos. Quiero escribir un verde niño poeta, un moreno cantor que inunde el mundo con sonrisas, niño mesías del mensaje vital de la naturaleza que sea Mayo eterno, floreciente en una tierra nueva, de juguete... Arriba |