ðHwww.oocities.org/es/beatriz_luna/prim2004.htmwww.oocities.org/es/beatriz_luna/prim2004.htm.delayedxjÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ`©µOKtext/htmlp!¸µÿÿÿÿb‰.HSun, 11 Mar 2007 06:49:26 GMTlMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, * jÕJµ "Poema para hoy" enero/febrero de 2004

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CADA DÍA...



Leer aquí: "El Poema para hoy" del primer bimestre de 2004




Febrero 29 de 2004


1. (de Presagios)

            Pedro Salinas

¡Cuánto rato te he mirado
sin mirarte a tí, en la imagen
exacta e inaccesible
que te traiciona en el espejo!
"Bésame", dices. Te beso,
y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán
tus labios en el espejo.
"Toda el alma para ti",
murmuras, pero en el pecho
siento un vacío que sólo
me lo llenará ese alma
que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.


Febrero 28 de 2004


El Secreto

            Denise Levertov

Dos muchachas descubren
el secreto de la vida
repentinamente en una línea de poesía.

Yo que no sé el secreto escribí
la línea.
Ella me dijeron

(a través de una tercera persona)
la habían encontrado
pero no cuál era

qué línea era. No dudo
ahora, más de una semana más tarde,
que han olvidado el secreto,

la línea, el nombre
del poema. Las amo
por encontrar
lo que no puedo encontrar,

y por amarme
por la línea que escribí,
y por olvidarse de ella

de modo que mil veces,
hasta que la muerte las encuentre,
pueden descubrirla otra vez,
en otras líneas

en otros sucesos.
Y por desear saberlo,
por el asumir

que allí hay
una suerte de secreto, sí,
por eso
sobretodo.


Febrero 27 de 2004


Qué palabra te dijera

            Violeta Parra

Qué palabra te dijera
que llegue a tu corazón
con la fuerza que al enfermo
lleva la muerte su voz,
reinando sobre lo humano
y toda la creación.

Cuando yo la modulaba
sólo pensaba en tu amor,
de manera que mi orilla
con la tuya se juntó,
y fue tan vivo el recuerdo
que mi alma se dibujó.

Mariposa que dormía
tranquila dentro de mí
se despertó de repente
queriéndoseme salir
por todos los caminitos
de mi cerebro sin fin.

Como no tengo palabra
que aclare mi corazón
te mandaré por el aire
el eco de mi canción,
en ella va dibujada
la forma de mi pasión.


Febrero 26 de 2004


Salón de té

            Ezra Pound

La chica del salón de té
     No es ya tan linda como era.
Agosto ha transcurrido contra ella.
No sube ya las escaleras tan aprisa;
     Sí, ella también será de edad madura,
Y el resplandor de juventud que entre nosotros esparcía
     Cuando nos traía nuestros muffins
No será ya esparcido entre nosotros.
     Ella será también de edad madura.



Febrero 25 de 2004


Nublándose

            Charles Simic

Parecía la clase de vida que queríamos.
Frutillas silvestres con crema en la mañana.
Sol en todas las habitaciones.
Los dos caminando desnudos junto al mar.

Sin embargo algunas noches nos hallábamos
Inseguros de lo que vendría.
Como actores trágicos en un teatro en llamas,
Con pájaros dando vueltas sobre nuestras cabezas,
Los pinos oscuros extrañamente quietos,
Cada piedra que pisábamos ensangrentada por el ocaso.

De regreso en la terraza tomando vino.
¿Por qué siempre esta insinuación de un final triste?
Nubes de apariencia casi humana
Juntándose en el horizonte, pero el resto encantador
Con el aire tan dulce y el mar sosegado.

La noche de pronto sobre nosotros, una noche sin estrellas.
Tú encendiendo una vela, trayéndola desnuda
A nuestra habitación y enseguida apagándola.
Los pinos y pastos oscuros extrañamente quietos.



Febrero 24 de 2004


Sol de la tarde

            Constantino P. Cavafis

Sí, yo recuerdo muy bien esta habitación!
Esta pieza y la otra se han alquilado
a empresas comerciales:
toda la casa está ocupada
por comerciantes, agentes, compañías.
Ah, yo conozco muy bien esta habitación...!
El diván estaba allí, junto a la puerta,
y al pie de él un tapiz de Turquía.
Al lado, la repisa con dos floreros amarillos.
A la derecha, no, enfrente, un armario con espejo.
En el centro, una mesa y tres grandes sillas de paja.
Cerca de la mesa, el lecho
donde nos amamos tantas veces.
Pobres muebles,
aún deben existir en algún lado...
Cerca de la ventana, el lecho.
El sol de la tarde daba justo en el centro.
Un día, a las cuatro,
nos separamos por sólo una semana.
Ay!, esa semana dura todavía .


Febrero 23 de 2004


Que el amor no admite cuerdas reflexiones

            Ruben Dario

Señora, Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.

No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.

Clara está la mente mía
de llamas de amor; señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
Y al perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua.
La delicia de tu aliento
en tan fino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.


Febrero 22 de 2004


¡Oh, Margarita!

            José Martí

Una cita a la sombra de tu oscuro
Portal donde el friecillo nos convida
A apretarnos los dos, de tan estrecho
Modo, que un solo cuerpo los dos sean:
Deja que el aire zumbador resbale,
Cargado de salud, como travieso
Mozo que las corteja, entre las hojas,
Y en el pino
Rumor y majestad mi verso aprenda.
Sólo la noche del amor es digna.
La soledad, la oscuridad convienen.
Ya no se puede amar, ¡oh Margarita!



Febrero 21 de 2004


¿Por qué debo aliviar el deseo de verte?

            Miguel Angel Buonarroti

¿Por qué debo aliviar el deseo de verte,
con llanto o con palabras agitadas,
si un cielo que me cruza con espadas
no me despoja nunca de mi suerte?

¿Por qué el cansado corazón la muerte
busca, si igual las vidas son sesgadas?
Las horas de mi fin menos heladas
serán, pues nada hay peor que no tenerte.

Pero si el golpe que procuro al vuelo
no logro esquivar, ¿quién tu puesto amado
ocupará, entre el placer y el duelo?

Si vencido soy bienaventurado,
maravilla no es si inerme, al suelo,
quedo en prisión de un caballero armado.


Febrero 19 de 2004


Canto Destruído

            Carlos Pellicer

¿En qué rayo de luz, amor ausente
tu ausencia se posó? Toda en mis ojos
brilla la desnudez de tu presencia.
Dúos de soledad dicen mis manos
llenas de ácidos fríos
y desgarrados horizontes.

Veo el otoño lleno de esperanza
como una atardecida primavera
en que una sola estrella
vive el cielo ambulante de la tarde.

Te amo, amor, y nada estoy diciendo
para llamarte. Siento
que me duelen los ojos de no llorar. Y veo
que tu ausencia me encuentra
como el cielo encendido
y una alegría triste de no usarla
como esos días en que nada ocurre
y está toda la casa
inútilmente iluminada.

En la destruida alcoba de tu ausencia
pisoteados crepúsculos reviven
sus harapos, morados de recuerdos.
En el alojamiento de tu ausencia
todo lo ocupo yo, clavando clavos
en las cuatro paredes de la ausencia.

Y este mundo cerrado
que se abre al interior de un bosque antiguo,
ve marchitarse el tiempo,
despolvorearse la luz, y mira a todos lados
sin encontrar el punto de partida.

Aunque vengas mañana
en tu ausencia de hoy perdí algún reino.

Tu cuerpo es el país de las caricias,
en donde yo, viajero desolado
-todo el itinerario de mis besos-
paso el otoño para no morirme,
sin conocer el valor de tu ausencia
como un diamante oculto en lo más triste.


Febrero 16 de 2004


CONJURA

            Claribel Alegría

Desde tu ausencia
llamo
de tu exilio
desde este viento sur
que te convoca
y se asemeja a ti.





Febrero 14 de 2004


LLUVIA

            Endre Farkas

Lluvia llueve y vuelve.
Llueve lluvia,
nos hemos vestido de blanco
desde hace mucho, mucho tiempo,
limpia este invierno por el desagüe.
Queremos vestirnos de verde canción primaveral.
Llueve lluvia, la comezón , la lujuria.
Llueve lluvia,
anhelamos tus duchas relucientes,
y desde abajo de la suciedad y polvo de este invierno
nos alzamos hacia esas nubes de deseo apasionado.

Llueve lluvia
ven ahora mismo.
Llueve lluvia,
desliza tu miríada de puntas de lenguas húmedas
a cada resquicio concebible
y derrite el helado de este invierno.

Llueve lluvia,
llueve hasta nuestras raíces,
donde la vida comienza de nuevo,
hasta que nuestro éxtasis suba por los brotes
y todo sea tan bueno como la lluvia.





Febrero 10 de 2004


CONTIGO

            Luis Cernuda

¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.

¿Mi gente?
Mi gente eres tú.

El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.

¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?





Febrero 07 de 2004


ESTARÉ

            Gioconda Belli

Estaré dilucidando nubes. Tratando de ponerle a mi corazón la mancha grande del amor. Llevándome en un saco la lluvia junto con mis lágrimas y los poemas que buscan mi medida, la tuya, y están sentados al borde de la acera esperando que yo los recoja, que pueda sacarle a la vida la gran respuesta, el mensaje, la diferencia entre una vida y otra, entre un cielo y una tierra.


Febrero 06 de 2004


POCO SE SABE

            Juan Gelman

Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos





Febrero 03 de 2004


PRIMERA MADRUGADA

            Miguel Arteche

Escucha, susurrante, el tiempo de las estrellas,
la silabeante madrugada que se acerca.
Escúchate el cuerpo que tembloroso aguarda,
la llave desolada del abrazo, el trémulo contacto,
la mano que te cierra los ojos, la tierra que se abre
con ignorados frutos. ¡Levántate, dormida!
La noche final te atraviesa,
todo el mundo nos atraviesa, nos envuelve.

Mi cuerpo está en ti.
Nuestros cuerpos gimen a través de la tierra.
Muerdo el gozo del rocío y levantamos las banderas del amor
en lo alto de los edificios orgullosos.
Y en ti tomo la humedad de los bosques,
las solitarias fuentes escondidas.
Y liberto en tu sangre los ríos en esta hora de las colinas que se
            estremecen,
ahora que tú rasgas la noche que se aleja,
y yo surjo de ti, nutrido de tu amorosa profundidad.





Febrero 02 de 2004


NI MÁS NI MENOS

            Gabriel Celaya

Son tus pechos pequeños,
son tus ojos confusos,
lo que no tiene nombre
y no comprendo, adoro.

Son tus muslos largos
y es tu cabello corto;
lo que siempre me escapa
y no comprendo, adoro.

Tu cintura, tu risa,
tus equívocos locos,
tu mirada que burla
y no comprendo, adoro.

¡Tú que estás tan cerca!
¡Tú que estás tan lejos!
Lo que beso, y no tengo,
y no comprendo, adoro.





Enero 29 de 2004


PEQUEÑA CARTA A UNA ROSA

            Manuel del Cabral

Déjame ver qué lloras, que tienes tantos párpados.
Déjame ver qué gozas, sexo de tantos labios.
Ya sé que mi mirada te hace crecer espinas.
Ya sé que eres tan vieja como yo cuando callo.
Pero tú que en tus pétalos coleccionas mañanas,
tú que apretando alas, todo el amor del bosque
me lo das en tu breve primavera,
déjame que la mano te conserve,
déjame ...
Digital biografía de los duendes,
cerebro del jardín, pasto del sueño,
tú,
que encuadernada en pétalos no vuelas,
pero en el aire estás, te vas muriendo
cuando te respiramos,
cuando empieza a vivir tu vegetal cadáver,
cuando a vivir empiezas como pájaro,
como trino extraviado que oye sólo el olfato.
Ya sé que eres tan vieja como yo cuando canto,
sin embargo, yo que en tu poco espacio, tanto aprendo,
que veo en tu rocío que hay párpados secretos,
vuelvo a tocar tu abismo que cabe en una mano.
Tú, que guillotinada, vives ya de los vidrios
de mi fluvial mirada, siempre triste,
tú que creces de súbito
cuando te da estatura mi llanto jardinero,
tú, que sin comprenderlo,
indefensa en mis manos me defiendes.





Enero 28 de 2004


FÁBRICAS DE AMOR


            Juan Gelman

II
Alza tus brazos, ellos encierran a la noche, desátala sobre mi      sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,

límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.





Enero 27 de 2004


ENTREGA


            Laura Victoria

Envuélveme.....No temas.
Ante tu fuego vivo
mi carne se deslumbra,
y surge castamente
entre el temblor rosado
de mi liviano traje
para poder ser tuya.

¿No aspiras en el aire
una fragancia débil
que enerva y que conturba?
¿No sientes que tu aliento
se prende como un velo
de sombra en mi cintura?...
Ya ves que hasta mis ojos
en esta noche tienen
fulguración oscura,
y en tus rodillas firmes
mis manos se desgranan
como rosas maduras.
Y al enredar tus dedos
en mis cabellos claros
siento extraña frescura,
mientras caen tus besos
en mi boca sedienta
con la humedad fragante
que se raja una fruta.
Aspírame despacio....
Iniciaré mi entrega
sobre tu carne oscura,
y me alzaré del fuego
santificada y bella
como se alza del mármol
una estatua desnuda.





Enero 26 de 2004


DESNUDA


            Roque Dalton

Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que me nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a las sombras los deseos me ladran.

Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.

El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.

El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.





Enero 25 de 2004


INSTANTÁNEA


            Gonzalo Rojas

El dragón es un animal quimérico, yo soy un dragón
y te amo,
es decir amo tu nariz, la sorpresa
del zafiro de tus ojos,
lo que más amo es el zafiro de tus ojos;

pero lo que con evidencia me muslifica son tus muslos
longilíneos cuyo formato me vuela
sexo y cisne a la vez aclarándome lo perverso
que puede ser la rosa, si hay rosa
en la palpación, seda, olfato

o, más que olfato y seda, traslación
de un sentido a otro, dado lo inabarcable
de la pintura entiéndase
por lo veloz de la tersura
gloriosa y gozosa que hay en ti, de la mariposa,

así pasen los años como sonaba bajo el humo el célebre
piano de marfil en la película; ¿qué fue
de Humphrey Bogart y aquella alta copa nórdica
cuya esbeltez era como una trizadura: qué fue
del vestido blanco?

Décadas de piel. De repente el hombre es décadas de piel, urna de frenesí y
perdición, y la aorta
de vivir es tristeza,
de repente yo mismo soy tristeza;

entonces es cuando hablo con tus rodillas y me encomiendo
a un vellocino así más durable
que el amaranto, y ahondo en tu amapola con
liturgia y desenfreno,
entonces es cuando ahondo en tu amapola,

y entro en la epifanía de la inmediatez
ventilada por la lozanía, y soy tacto
de ojo, apresúrate, y escribo fósforo si
veo simultáneamente de la nuca al pie
equa y alquimia.





Enero 24 de 2004


TE ESPERARÉ


            Ernestina de Champourcin

Te esperaré apoyada en la curva del cielo
y todas las estrellas abrirán para verte
sus ojos conmovidos.

Te esperaré desnuda.
Seis túnicas de luz resbalando ante ti
deshojarán el ámbar moreno de mis hombros.

Nadie podrá mirarme sin que azote sus párpados
un látigo de niebla.
Sólo tú lograrás ceñir en tus pupilas
mi sien alucinada
y mis manos que ofrecen su cáliz entreabierto
a todo lo inasible.

Te esperaré encendida.
Mi antorcha despejando la noche de tus labios
libertará por fin tu esencia creadora.
¡Ven a fundirte en mí!
El agua de mis besos, ungiéndote, dirá
tu verdadero nombre.





Enero 23 de 2004


RECONOCIMIENTO DEL AMOR


            Carlos Drummond.

Amiga, cómo carecen de norte
los caminos de la amistad.
Apareciste para ser el hombro suave
donde se reclina la inquietud del fuerte
(o que ingenuamente se pensaba fuerte).
Traías en los ojos pensativos
la bruma de la renuncia:
no querías la vida plena,
tenías el previo desencanto de las uniones para toda la vida,
no pedías nada,
no reclamabas tu cota de luz.
Y te deslizabas en ritmo gratuito de ronda.
Descansé en ti mi fajo de desencuentros
y de encuentros funestos.
Quería tal vez -sin percibirlo, lo juro-
sádicamente masacrarte
bajo el hierro de culpas y vacilaciones y angustias que dolían
desde la hora del nacimiento,
estigma desde el momento de la concepción
en cierto mes perdido en la Historia,
o más lejos, desde aquel momento intemporal
en que los seres son apenas hipótesis no formuladas
en el caos universal.
¡Cómo nos engañamos huyéndole al amor!
Cómo lo desconocimos, tal vez con recelo de enfrentar
su espada reluciente, su formidable
poder de penetrar la sangre y en ella
imprimir una orquídea de fuego y lágrimas.
Pero, él llegó mansamente y me envolvió
en dulzura y celestes hechizos.
No quemaba, no brillaba, sonreía.
No entendí, tonto que fui, esa sonrisa.
Me herí con mis propias manos, no por el amor
que traías para mí y que tus dedos confirmaban
al juntarse a los míos, en la infantil búsqueda del Otro,
el Otro que yo me suponía, el Otro que te imaginaba,
cuando -por agudeza del amor- sentí que éramos uno sólo.
Amiga, amada, amada amiga, así el amor
disuelve el mezquino deseo de existir de cara al mundo
con la mirada perdida y la ancha ciencia de las cosas.
Ya no enfrentamos al mundo: en él nos diluimos,
y la pura esencia en que nos transmutamos perdona
alegorías, circunstancias, referencias temporales,
imaginaciones oníricas,
el vuelo del Pájaro Azul, la aurora boreal,
las llaves de oro de los sonetos y de los castillos medievales,
todos los engaños de la razón y de la experiencia,
para existir en sí y para sí,
con la rebeldía de cuerpos amantes,
pues ya ni somos nosotros,
somos el número perfecto: Uno.
Tomó su tiempo, yo se, para que el «Yo» renunciase
a la vacuidad de persistir, fijo y solar,
y se confesara jubilosamente vencido,
hasta respirar el más grande júbilo de la integración.
Ahora, amada mía para siempre,
ni mirada tenemos para ver, ni oídos para captar la melodía,
el paisaje, la transparencia de la vida,
perdidos como estamos en la concha ultramarina de mar.





Enero 22 de 2004


DESEO


            Susana March.

Ayúdame.
Estoy
ciega.
Mi sed
me ciega.
Cúbreme.
Estoy desnuda.
Abre
las puertas
de mi reino.
Esclavo mío,
asume
tu importancia,
dame
tu ley.
Exijo
tu fuerza.
¡Ámame!
La tierra,
el viento,
el fuego,
el mar
con su oleaje...
¿Qué importa,
di,
qué importa?
Me bebo el Universo
en tus labios,
amante





Enero 20 de 2004


CASIDA DE LA MUJER TENDIDA


            Federico García Lorca.

Verte desnuda es recordar la tierra.
La tierra lisa, limpia de caballos.
La tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia
de la lluvia que busca débil talle,
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonará por las alcobas
y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raíces,
tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno





Enero 19 de 2004


RÉZAME


            Pablo Mora.

rézame
embrújame
céntrame
tómame
levántame
madrúgame
canélame
entrebáilame
tenme
entiémpame
entrepiérname
envuélveme
pubísame
aprisióname
elígeme
tempráname
encandílame
claréame
llévame
llámame
cállame
diferénciame
recórreme
distíngueme
enyémame
enjuévame
ábreme
recíbeme
átame
desátame
persígueme
arrópame
suspírame
ladérame
agítame
nicotíname
acósame
dientéame
resucítame
circúlame
madérame
esperánzame
acúname
vientréame
siénteme
encímame
enséñame
ensiéname
líbrame
galópame
azúlame
hembréame
hermáname
mañáname
espíname
acéchame
hamácame
amárrame
amásame
ensélvame
enrédame
abrílame
lámeme
alméame
enciéndeme
saetéame
estoquéame
insómniame
enllúviame
alégrame
enborráscame
ventáname
enhójame
deshójame
enrámame
ármame
desálmame
amórame
achíname
enchínchame
enlúname
endiósame
resábiame
aguitárrame
astíllame
ampárame
enrúmbame
embálame
enrámame
recórreme
empálmame
enmúgrame
encuéntrame
enlúchame
encúbreme
estréllame
asómbrame
desgárrame
enguérrame
siénteme
arrodíllame
sujétame
corcélame
cabálgame
revélame
aquiétame
afírmame
enceguéceme
marinéame
rásgame
arrincóname
enzaguáname
aléjame
azuléjame
azafráname
luciernágame
castáñame
coróname
corazóname
espárceme
arbólame
puéblame
algazárame
avelláname
alborózame
conténtame
camíname
gózame
estrújame
ultrájame
bullaranguéame
desgárrame
esperánzame
golpéame
lácerame
quémame
arómame
guerréame
fréname
desenfréname
acentúame
extenúame
persígname
apresúrame
jardinéame
solápame
endiósame
endiáblame
cascájame
despiértame
encántame
hechízame
solicítame
necesítame
neblíname
échame
deséchame
entiérrame
destiérrame
desentiérrame




Enero 17 de 2004


PROPÓSITO


            Dina Posada.

Cuando la tarde me entregue
la noche
hincaré mi deseo
en la fibra que te hace temblar
Mi quemante
                   obsesión
                               se
                   escurrirá
               en
el
  caracol
            de
               tu
  oreja

Seré la esencia de tus impulsos
                                             la espuela
                                             la gota que sofoca
la bocanada de ebrias ideas
el deterioro de tu mesura

Derritiendo la sombra
en rosario de besos discutidos
contigo inventaré trucos
para enlazar
                 sudor
                        saliva
                               sustancia

En el amplio muelle de mis piernas
anclará tu barco
sus inquietudes más escondidas

y ahí pernoctará
esperando cobijo y calor
y otra vez




Enero 16 de 2004


GUÁRDAME DE LOS VIENTOS


            Carlos Castro Saavedra.

No me dejes partir, no me abandones,
átame a tu cintura con tus brazos,
y aléjame los buques de la cara
con tus suspiros y tus aletazos.

Rodéame de ti, de tu ternura,
de tus palomas y de tus espinos,
para que no me llamen los países,
para que no me escriban los caminos.

Tengo toda la noche de tu pelo
para embarcarme en ella, tristemente,
y alejarme un momento, con las manos,
de las orillas de tu continente.

Puedo andar por mi frente, por la tuya,
con gestos numerosos y mundiales,
y me siento más hondo en tus entrañas
que en los naufragios y en los funerales.

Quiero quedarme en ti, quiero que me ames
y que me arrojes besos como escalas,
siempre que me desprenda de tus labios
y me crezcan los viajes y las alas.




Enero 15 de 2004


COLINA


            Angela Figuera Aymerich.

Ola cuajada en la piedra
con espuma de romero,
hasta tu desnuda cima
me has levantado sin vuelo.
Sobre tu lomo clavada
-mástil sin vela en el viento-
de un horizonte redondo
soy matemático centro.
Ocres, amarillos, verdes,
me enredan los pensamientos...
-pinos, tierra; tierra, pinos;
Duero, chopos; chopos, Duero-.
El aire me hace sorber
tragos de frío silencio.
El péndulo de la tarde
me bate lento en el pecho.
El grito de un ave avanza,
hélice de agudo acero:
manos y boca me sangran
sólo de intentar cogerlo.




Enero 13 de 2004


NUDOS


            Juan Gustavo Cobo Borda.

Encadenados a otros ojos,
presos de una risa,
cautivos de la esperanza,
los condenados
dilatan cualquier celda
con un único gesto válido.
Bien puede ser un pan
comprado juntos
o lo que comentan
sobre sus respectivas jaulas.
Mientras tanto
los cepos se cierran sobre sus ansias
y los guardianes
apenas advierten su fuga
en el globo libre de unas pocas palabras
con premura intercambiadas.
Abrazados en el aire
ni siquiera escuchan el coro
que repite con dulce serenidad extática:
“Nada me basta. Todo me sobra.
Sólo te quiero a ti: anudados”.




Enero 11 de 2004


RIESGO


            María Eugenia Ramos.

Asumir la ternura
como deber histórico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
               quedarse
               quedarse
y transformar
el corazón vagabundo,
hacerlo sólido,
creador legítimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.




Enero 07 de 2004


EXQUISITA PENDENCIA LA DE MI BOCA


            Almudena Guzmán.

Exquisita pendencia la de mi boca y la suya
por ese dedo abeja que libó entre murmullos y distensiones
            golosas,
las sucesivas floraciones de mi anémona nocturna.




Enero 05 de 2004


MUJER DE BARRO


            Angela Figuera Aymerich.

Mujer de barro soy, mujer de barro:
pero el amor me floreció el regazo.

Mujer
¡Cuán vanamente, cuán ligeramente
me llamaron poetas, flor; perfume!

Flor; no: florezco. Exhalo sin mudarme.
Me entregan la simiente: doy el fruto.
El agua corre en mí: no soy el agua.
Árboles de la orilla, dulcemente
los acojo y reflejo: no soy árbol.
Ave que vuela, no: seguro nido.

Cauce propicio, cálido camino
para el fluir eterno de la especie.




Enero 04 de 2004


ESPEJO NEGRO


            Juan Luis Panero.

Dos cuerpos que se acercan y crecen
y penetran en la noche de su piel y su sexo,
dos oscuridades enlazadas
que inventan en la sombra su origen y sus dioses,
que dan nombre, rostro a la soledad,
desafían a la muerte porque se saben muertos,
derrotan a la vida porque son su presencia.
Frente a la vida sí, frente a la muerte,
dos cuerpos imponen realidad a los gestos,
brazos, muslos, húmeda tierra,
viento de llamas, estanque de cenizas.

Frente a la vida sí, frente a la muerte,
dos cuerpos han conjurado tercamente al tiempo,
construyen la eternidad que se les niega,
sueñan para siempre el sueño que les sueña.
Su noche se repite en un espejo negro.




Enero 03 de 2004


GERMINAL


            Flor Alba Uribe.

Hoy contiene mi cuerpo avidez de parcela.
Tendida, alegre,
abierta
bajo el sol llameante,
por los cuatro costados me recorre la vida
y destila en mi boca sus ardientes resinas.
Trasciende poro a poro mi desnudez propicia
pujante olor a tierra
blanda y recién volcada,
soy toda como un surco palpitante y ansioso,
un terreno baldío
que se vierte en promesa
y domina el primero que lo quiera sembrar

El sol, hoguera y lámpara, me dora e ilumina,
y cae sobre mi cuerpo
rotunda la mañana.
Y grito, danzo y giro,
y canto ennoblecida
por la suprema dicha
de reflejar la espiga
que tiembla en el fragante regazo de la tierra.




Enero 02 de 2004


POEMA PARA UNA AMIGA MUY BELLA


            Eladio Cabañero.

Bella te digo porque así se llaman
esas mujeres que han nacido
para la vida siempre: dulce y ácida.
Tú eres la colorada piel, la fruta,
la pierna, el pecho soberano que alzas,
pequeña porque así son los naranjos,
blanca y morena, 0 sea, cálida.

Amiga, ¿es la amistad la que nos manda
o acaso es el amor? Las dos preguntas
tienen en sí respuesta dada.
Si la verdad llegara a verse un día,
si nuestra fe se confirmara...,
pero no, amiga mía misteriosa,
que las palabras siempre engañan.
Que las palabras no sonríen nunca,
que eres tú la que ríes, dices, andas,
pones luego los ojos apartados,
muy expresivamente callas.

En estos tiempos sabe todo el mundo
guardar la ropa cuando está mojada,
hurtarse, dar olvido, fingir burla
del sentimiento porque es lágrima.
Por eso siempre estamos tan contentos,
tan campantes, tan fuertes -¡tiene gracia!-;
por dentro va la procesión, lo dicen
los gestos bruscos, las miradas.

Cuerpo de uva garnacha,
hembra de vino fuerte y alegría,
bella mujer de amor y madrugada.
Haces, querida amiga, maravillas
para evitar heridas, para
que no te vea tan hermosa, ¿sabes?
tan femeninamente en cuerpo y alma.

Y así está el pueblo de suspiros, sueños,
besos dados al rostro de la nada,
así estoy yo y así los que no quieren
confesarse que te aman.
Da miedo ver tan cerca la hermosura
cuando está viva y quema duele tanta
pasión, que así se llama, contenida
a penas duras, tiempo y trampas.

Muy bellamente estabas
cuando mis ojos una vez. Ahora
en el recuerdo vives clara.
Si se leyeran las cenizas luego,
que dicen, arden más que muchas brasas,
si alguien pusiera en claro nuestras vidas
fondo común de la desgracia.
Pero la muerte mete tanta prisa,
somos tan poca cosa, tan lejana
queda nuestra ciudad, sin nombre apenas
nosotros y los nuestros, nuestra casa...

Tus pies, tus manos y tu cara.
La tela del vestido, oh, dulces olas,
redondas islas cubre con sus aguas.
Seas amiga si la tarde, el tiempo,
corre a su puesta como el sol; hermana
si desvalidamente sufres; novia
si me recuerdas en la distancia.

Eres muy lista, mi pequeña,
eres la niña cariñosa y mala
que descubre de pronto a los mayores
todo lo que les pasa.
Temo que te sospeches cuánto he puesto
mis brazos hacia ti, cómo esperaba
volver a estar contigo, sin que nunca
me vieras cuando te miraba.

Los secretos no sé por qué se guardan;
y este secreto no interesa a nadie,
la vida es sólo cotidiana.
Pero yo escribo para ti estos versos
aunque no tengan importancia.
Mi bella amiga, ¡muchas gracias!




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