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El
haber ostentado el cargo de CAPITÁN, por vez primera en una Filá que
estrenaba Capitanía también por vez primera, fue todo un reto y estuve
dispuesto a correr con el riesgo que ello suponía, pero mi ilusión por
desempeñarlo pudo más y acepté el cargo.
Puse
todo mi afán en hacer una capitanía que fuese recordada por los
Benimerines y por el público espectador, y se que me arriesgué
demasiado, bajando por Sant Nicolauet con ese tiro de caballos, que
incluso con las ruedas paradas, se llevaban la carroza, pero valió la
pena, pues el recuerdo de entrar en la Plaza de España y verla toda en
pié de un solo golpe, es imborrable. |
El
acto del disparo fué también todo un acontecimiento para mi, pues ese
olor a pólvora que te emborracha, con los truenos que te aturden y el
desarrollo del acto que te envalentona, llegas al final y puedes decir que
disfruté y nunca pensé que el DISPARO pudiese ser tan gratificante.
Los
tres días de fiestas, os puedo decir que son agotadores, no habiendo
tiempo para nada más que los actos programados y prácticamente te quedas
incluso sin dormir, pues cuando vas a acostarte ya casi se puede decir que
es tiempo de volver a vestirte para el acto siguiente.
Pero
ahora y después de los años transcurridos, pienso: ¡FUE MARAVILLOSO,
VALIÓ LA PENA!
FRANCISCO GARCIA CANTOS |

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