BURRADA COMO UNA CATEDRAL

 

Para José Mª. Arrate, el futuro del Athletic "pasa por la construcción del nuevo campo". Los campos no ganan los partidos; sólo algunos –si damos por buena la boutade de Valdano– infunden "miedo escénico". El futuro del Athletic, y el de todos los clubes, está subordinado a los futbolistas que saltan al terreno de juego y, cada vez más, a la calidad de la plantilla.

 

Lluis Bassat, presidente de la agencia de publicidad Ogilvy, Bassat & Mather en España y candidato en las dos últimas elecciones del F.C. Barcelona, señala que "el fútbol va a tener que cambiar. Hay factores externos que le obligarán a ello; uno es la televisión, el otro será Internet". Bassat está convencido de que el futuro pasa ahora por Internet y que su club debe estar preparado para ello.

 

Las negociaciones con Sogecable están a la vuelta de la esquina. No habrá una "ruptura de hostialidades" (la expresión es del señor Polanco) como la concitada entre las plataformas en la llamada 'guerra del fútbol', que benefició a los clubes. Los batacazos del Grupo Kirch en Alemania y de ITV Digital en Gran Bretaña, amén de otros menores, han escaldado a las televisiones, que ahora procuran asir la sartén por el mango con más cuidado.

 

El reino de Jauja catódico que aventuraba Arrate en los tiempos de las vacas gordas se ha esfumado. Es más, las diferencias entre los grandes y el resto de equipos irán en aumento. En 1994-95 el R. Madrid y el Barça ingresaron 467 y 464 millones respectivamente por derechos de TV; el At. de Madrid, Athletic, Depor y Betis, 350 millones, 'sólo' un 33% menos. Cifras para la historia. En adelante, la presencia de estrellas en los equipos –ha triunfado el star-system– también influirá en su cotización, lo que obligará a los clubes a efectuar grandes desembolsos.

 

Los clubes no sólo están sometidos a los intereses de la televisión –la Gran Hermana así lo demanda–, también deben sobrellevar sus perjuicios: progresivo vaciamiento de los estadios (si un aficionado puede ver un partido por 8 euros en televisión, se lo piensa antes de ir al campo a pagar 40), y hastío por saturación de fútbol durante la temporada (con partidos toda la semana excepto los lunes –por fortuna aquí fracasó el Monday Night británico– y viernes) También condiciona la conducta de los seguidores. En nuestro caso, a veces se ponen los encuentros a una hora intempestiva y los aficionados que viven en localidades alejadas de Bilbao dejan de acercarse a San Mamés por ese motivo, pues el lunes tienen que madrugar.

 

El enemigo está en casa. Berlusconi (Fininvest) es propietario del Milan; Canal + France del Paris Saint Germain; El Grupo Z del Mallorca; el Espanyol está en manos de Planeta (Antena 3)… Seguirán comprando.

 

Las modificaciones pueden ser de mayor calado. Si dejamos aparte los encuentros de selecciones y el Mundial, los partidos que obtienen mayores cifras de audiencia y, por un efecto de sinergia, de publicidad, suelen ser los de Champions League. El gran negocio de la Fórmula 1 no se sustenta en las miles de personas que acuden a los circuitos, sino en los 500 millones de espectadores que siguen cada gran premio por televisión; ellos arrastran la publicidad. Con el tiempo los consorcios de TV más que mecenas serán macarras, que les chulearán ingresos por publicidad a los clubes (algo que, por cierto, ya hace la UEFA).

 

Juventus, Inter y Milan quieren una Superliga europea. Como es sabido, cuando el fútbol italiano se constipa, la UEFA estornuda. A medio plazo es probable que haya una o dos grandes Ligas europeas (como el sistema de Conferencias de la NBA), y una reducción del número de equipos en las Ligas nacionales más importantes, con el fin de que los grandes puedan disputar esos torneos continentales (+ partidos = + ingresos de TV) y no sobrecargar el calendario. Esta medida favorece también a las televisiones. En Italia hubo una huelga al comienzo de la temporada pasada porque media docena de equipos no interesaban a la TV. En la Liga española, algunos partidos en pay per view entre equipos modestos de Primera solamente son contratados por unos centenares de clientes, bares en su mayoría. No son rentables.

 

Los avances tecnólogicos están modificando las formas de difusión del fútbol; la modalidad de pago por visión sólo es el primer paso. Los equipos grandes tienen seguidores en todo el mundo, y los expertos han detectado 'nuevas posibilidades de negocio'.

 

"Internet será una importante y permanente fuente de ingresos para las entidades deportivas", se puede leer en un estudio encargado por la Liga de Fútbol Profesional. La firma Júpiter Inc., señala que el deporte está entre las cinco actividades favoritas de los internautas y constituye la principal área de consumo por ocio. Tan importante como el puesto en la clasificación liguera será el lugar que ocupen los clubes en el ranking internacional de espacios webs; la generación de tráfico en Internet será tan decisiva como los goles. La página web oficial del Athletic es la octava más visitada de la Primera División, delante se hallan, por este orden, R. Madrid, Barça, R. Sociedad, At. de Madrid, Depor, Valencia y Sevilla. Aquí se cree que el Athletic es 'lo más grande que hay en el mundo', como decía un hincha de Zamudio; 'un caso único en el fútbol mundial'; con 'la mejor afición del mundo',… pero el resto del mundo (el de verdad) parece que no opina lo mismo; y luego los datos –perennes aguafiestas–, tampoco lo corroboran.

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