SAN MAMÉS PATRIMONIO DE TODOS
Es
triste vivir en una época en que
hay
que luchar por las cosas evidentes.
Friedrich DÜRRENMATT
"Si es verdad lo que
dice uno de los más insignes historiadores de nuestro siglo, que los grados de
ilustración y riqueza de los pueblos se manifiestan y deben apreciarse por el
número y grandiosidad de sus monumentos públicos modernos y por los que han
sabido conservar de la antigüedad, a Bilbao (…) este dicho u opinión le coloca
por lo más bajo de la escala de la inteligencia y de los recursos
pecuniarios". Así se expresaba Juan E. Delmas, en 1886, a propósito del
desmantelamiento del viejo puente de San Antón –el que figura en los escudos de
Bilbao y del Athletic–, acaecido cuatro años antes.
Más indignado se mostraba el siempre
morigerado Trueba en un artículo de 1882 que, dada su dureza, El Noticiero Bilbaino se resistió a
publicarlo: "Si el puente de San Antón se arrasa (…) día llegará en que
este arrasamiento sea en la historia de la villa un verdadero padrón de ignominia
para los bilbainos de la generación actual y sobre todo para los capitulares
que lo decretaron o consintieron. (…) ese puente que tiene como una especie de
consagración histórica, heráldica y municipal en el escudo de la villa que será
más lógico hacer pedazos como si fuera el de un pueblo bastardo y confeso de
traición en el momento en que desaparezca el puente que campea en él".
Llovía sobre mojado, porque en 1866
los ediles habían permitido la demolición de la histórica torre de Zubialdea.
Este edificio, anterior a la fundación de la Villa, fue escenario de cruentos
sucesos medievales; en 1358 el infante D. Juan de Aragón pereció a manos de los
sicarios del rey D. Pedro I el Cruel, en presencia y por mandato de éste, y dos
años antes Juan de Avendaño tuvo el mismo fin por orden de D. Tello.
"No acertamos a discurrir la
causa que fecundiza ocultamente el germen de destrucción en un pueblo que
siempre se ha distinguido por sus valientes creaciones", escribía el
periodista madrileño Lorenzo F. de Moñiz, en alusión al inminente derribo de
San Francisco de Bilbao. El convento, edificado a partir de 1501, fue destruido
en 1859 y la iglesia, –la mayor de Bizkaia– en 1866. En 1817 había sido abatida
la torre de Santiago. Estas construcciones, sin parangón en la Villa, fueron
arrumbadas a pesar de la protesta de los intelectuales locales. En medio de la
ignorancia general, podía más el empuje de los logreros.
Pasado siglo y medio esa falta de…
sensibilidad, que se prodigaba en tiempos decimonónicos, perdura en la
idiosincrasia bilbaina. De ahí la actitud de algunos conspicuos seguidores
rojiblancos, que rechazan la publicidad en las camisetas o la equipación para
la UEFA propuesta por Darío Urzay porque –según ellos– "la camiseta forma
parte de la filosofía" (sic), y en cambio son decididos partidarios del
'nuevo campo'. ¿Cabe mayor incoherencia?
San Mamés, inaugurado en 1913, es muy
anterior a la llamada 'filosofía', que surge al filo de los años cincuenta; y
tan antiguo como la camiseta rojiblanca que fue usada antes por teams ingleses desde 1867; incluso
después de 1910 continuaron utilizándose las camisolas blanca y albiazul de los
inicios. Tampoco el nombre del equipo es privativo; hubo muchos Athletic Club
que le precedieron. En símbolos, lo único original que tiene el Athletic es el
campo y el himno. (Hace 90 años, el escudo del Athletic y el de la 'sucursal'
de Madrid eran idénticos, si exceptuamos el tajado, que incluía el blasón de
las respectivas villas; los madrileños se han mantenido más fieles al diseño
primigenio).
San Mamés es algo más que césped,
hormigón armado, asientos de plástico, etc., pues constituye una muestra de lo
que se denomina patrimonio inmaterial o patrimonio intangible; es un
"legado integrado por las obras colectivas que emanan de una cultura y se
basan en la tradición", en definición de la U.N.E.S.C.O. recogida en el
acta de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial
(París, 2003) Como todo proceso de recreación colectiva, es una herencia viva
–un valor del presente, algo que hacemos día a día–, transmitida de generación
en generación por todos los seguidores del Athletic desde 1913. San Mamés
supone una parte muy significativa de la memoria colectiva de los vizcainos, en
cuanto a vivencias deportivas se refiere. Los anglosajones denominan heritage site a estos lugares.
En abril de 2000 el estadio Maracaná
de Rio de Janeiro, fue declarado 'patrimonio histórico' por el Consejo
Consultivo del Instituto de Patrimonio Histórico Nacional de Brasil, para
salvaguardarlo de la voracidad de grupos privados que pretendían demolerlo.
Esta es una resolución a imitar. El
Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral y la Consejería de Cultura,
deberían asumir la defensa de este patrimonio, tan digno de ser conservado como
el arqueológico y más vulnerable si cabe, porque no hay concienciación al
respecto. En el artículo citado, remachaba Antonio de Trueba:
"La
colectividad municipal y sobre todo los ciudadanos que han recibido el honroso
encargo de representarla, deben, necesitan estar muy por encima del vulgo que
llama feos a los monumentos ennegrecidos por el tiempo y santificados por los
recuerdos históricos" (…) y no dejarse imbuir por otros intereses,
difíciles de cohonestar con lo que debiera ser una recta administración
pública, sobre todo en Bilbao, donde –añadía el escritor encartado– "aún
hay gentes que pertenecen al número de las muchas que creen que lo presente
nada debe a lo pasado".