El uso de veneno o cualquier otro método de destrucción masiva o no
selectiva como método de control de predadores o con cualquier otro fin, está
expresamente prohibido por la Directiva 79/409/CEE de la Unión Europea (Art. 8) relativa
a la conservación de las aves silvestres, y la Directiva 92/43/CEE (Art. 15) relativa a
la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, ambas
traspuestas a nuestro ordenamiento jurídico, y por el Convenio de Berna relativo a la
Conservación de la Vida Silvestre y el Medio Natural en Europa, convenio suscrito por el
Estado español.
En el ámbito nacional, el uso de veneno o cualquier otro método de destrucción masiva o
no selectiva está expresamente prohibido por la Ley 4/89 de Conservación de los Espacios
Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres y los Reales Decretos que la desarrollan,
especialmente el Real decreto 1997/1995 de 7 de diciembre que enumera los medios y
métodos de captura que quedan prohibidos.
El uso de veneno, en concreto, y de cualquier método de destrucción o muerte masiva en
general, está además tipificado como delito en el Código Penal de 1995 (Art. 336),
estableciendo una pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a
veinticuatro meses. La conducta punible no sólo consiste en la caza o pesca de especies
animales cuya caza o muerte está prohibida, sino también la utilización de métodos
prohibidos por las leyes, entre los que figura el uso de veneno.
El carbamato está catalogado como la segunda sustancia más nociva de Europa Actúan por intoxicación de las transmisiones nerviosas. El envenenamiento se manifiesta por el relajamiento del tono muscular.
Esta sustancia se convierte en un plaguicida al ser combinado con los organosfosforados, capaz de destruir, aliados, cualquier plaga viva. C, el preparado comercial Aldecarb, que recibe el nombre de Temik-10 cuando el porcentaje de concentración es de esta cantidad, contiene ambas sustancias químicas
Estos preparados químicos son capaces de destruir cualquier amago de vida que encuentre a su paso, por ser altamente abrasivos, y producen hemorragias internas en el ser vivo al ser unos potentes inhibidores de quitina. Son tan corrosivos que para su manipulación es necesario el uso de guantes y mascarilla protectora, ya que contiene organosfosforados
ALDICARB
2-Metil-2-(metiltio)propionaldehído-o-(metilcarbamoil)oxima
C7H14N2O2 S/CH3SC(CH3)2-CH=NOCONHCH
3
EFECTOS DE EXPOSICION DE CORTA DURACION
La sustancia puede causar efectos en el sistema nervioso, dando lugar a
convulsiones y fallo respiratorio.
Inhibidor de la colinesterasa.
La exposición puede causar la muerte. Los efectos pueden aparecer de forma no
inmediata. Se recomienda vigilancia médica.
EFECTOS DE EXPOSICION PROLONGADA O REPETIDA
La sustancia puede afectar al sistema inmunológico.
TIPOS DE |
SINTOMAS |
PREVENCION | PRIMEROS AUXILIOS |
EXPOSICION | ¡EVITAR TODO CONTACTO! |
¡CONSULTAR AL MEDICO EN TODOS LOS CASOS! |
|
|
Vértigo, dificultad respiratoria, contracción de las pupilas, calambres musculares, vómitos, pérdida del conocimiento. | Ventilación (no si es polvo), extracción localizada o protección respiratoria. | Aire limpio, reposo, posición de semiincorporado y proporcionar asistencia médica (véanse Notas). |
|
¡PUEDE ABSORBERSE! |
Guantes protectores y traje de protección. | Quitar las ropas contaminadas, aclarar y lavar la piel con agua y jabón y proporcionar asistencia médica (véanse Notas). |
|
Pantalla facial o protección ocular combinada con la protección respiratoria. | Enjuagar con agua abundante durante varios minutos (quitar las lentes de contacto, si puede hacerse con facilidad) y proporcionar asistencia médica. | |
|
Calambres abdominales, diarrea, náuseas (para mayor información, véase Inhalación). | No comer, ni beber, ni fumar durante el trabajo. |
Dar a beber una papilla de carbón activo y agua, provocar el vómito (¡UNICAMENTE EN PERSONAS CONSCIENTES!), guardar reposo y proporcionar asistencia médica. |
Las sustancias tóxicas presentes en productos agrícolas sustentan la colocación ilegal de cebos envenenados para eliminar predadores.
En todo caso, la amenaza existe: El veneno circula libremente como componenete de productos agrícolas.Es difícil seguirle la pista a los envenenadores. Las sustancias tóxicas forman parte de la composición de productos de uso rutinario en la agricultura, es decir, de adquisición frecuente y libre. «Sólo habría dos posibilidades: cogerlos con las manos en la masa o hacer seguimientos de sospechosos», comenta el fiscal de Medio Ambiente de Asturias, Joaquín de la Riva.
A su despacho llegan numerosos casos de fauna envenenada, pero en ninguno de ellos se ha podido probar la autoría. Son casos que se remiten al Juzgado correspondiente con la petición de sobreseimiento provisional. Sin autor, no existe causa.
Como medida precautoria. De la Riva propone «que no se puedan vender estas sustancias libremente y que se lleve un libro de registro». Existen controles, establecidos por los reales decretos 349/83, 162/91 y 443/94, pero son insuficientes y «no se cumplen», afirma Mauro Hernández Segovia, director del Laboratorio Forense de Vida Silvestre de Madrid, centro de referencia en esta problemática. Esa vigilancia depende de las administraciones autonómicas. El servicio de plagas de la Consejería de Medio Rural tiene la competencia en Asturias. Su responsable, Máximo Braña, indica que «los productos están registrados con sus condicionamientos de uso, los puntos de comercialización son objeto de inspecciones y las ventas de productos tóxicos quedan registradas en libros donde constan la identidad del comprador y su DNI». Nada de esto garantiza, sin embargo, que los productos con componentes tóxicos, sean destinados sólo a usos autorizados, ni que quien los compra tenga esa intención. «Cualquiera puede adquirirlos y hacer un uso inadecuado de ellos, lo mismo que quien compra cinco litros de lejía para su casa y luego los utiliza para pescar truchas. El uso depende de la responsabilidad de cada uno. Lo que hay que hacer es, al que se coja, cepillarlo», dice. «Concienciar a la gente y perseguir a quienes envenenen».
Mauro Hernández: «El problema aumenta en toda España, cada vez se envenena más»
«El veneno es un problema en aumento, se envenena cada vez más, en toda España», asegura Mauro Hernández, director del Laboratorio Forense de Vida Silvestre. Lo sabe bien: por las dependencias de dicho centro han pasado 5.623 animales envenenados desde 1990, 660 de ellos este año. Los perros asilvestrados encabezan la estadística (1.510), seguidos del buitre leonado (627), el milano real (489), el buitre negro (404) y el zorro (335). En el primer caso, el número refleja la dimensión de la población; en los del milano real y el buitre negro constituye una pérdida de ejemplares catastrófica. Aunque la situación más grave es la del águila imperial ibérica, que ha perdido 69 individuos en una década, sobre apenas 150 parejas.
El veneno puede producir una secuencia de muertes aisladas, pero también mata en masa: el pasado marzo, más de 100 animales, en su mayoría aves rapaces, murieron envenenados en dos cotos de Segovia.
Una batalla legal incipiente: sólo se han dictado cinco condenas, todas a partir de 1998
La colocación de cebos envenenados fue legal hasta 1984. Hoy es un delito recogido en el Código Penal, que establece penas de seis meses a dos años de prisión (y hasta cinco años en casos muy graves), acompañadas de la inhabilitación para la caza por un período de tres a ocho años.
En España se han dictado sólo cinco sentencias condenatorias, y todas ellas en los tres últimos años; la más reciente, el pasado 10 de septiembre, cuando el Juzgado de lo penal número 5 de Mallorca condenó a un cazador a seis meses de prisión y a cuatro años de inhabilitación para la caza.
La sentencia más sonada fue la que sentó el precedente nacional, en julio de 1998, condenando al empresario de calzado deportivo Paredes, que había sembrado de cebos su finca de Sucina, en Murcia. En 1999 hubo otros dos procedimientos condenatorios, en Ciudad Real y en Huesca, y en mayo de 2000 fue condenado el dueño de una finca cacereña.
Los venenos que se están utilizando para eliminar fauna son, sobre todo, organofosforados, sustancias como el carbofúrano o el aldicarb, «de toxicidad elevada en cantidades muy pequeñas, de tres y de una partes por millón, respectivamente. Un miligramo basta para matar a un ave de un kilo de peso. Son mucho más tóxicos que la estricnina -un "clásico", de venta autorizada en tiendas de productos químicos, actualmente de uso marginal- y más fáciles de conseguir», explica Mauro Hernán-dez. Ambos aparecen en productos fitosanitarios de uso común. El cianuro, encontrado en los análisis de animales envenenados en Asturias, es un componente de los raticidas.
Especies significativas
afectadas por el uso de veneno en los últimos años:
· Águila imperial ibérica: en el período 90-98, al menos 49
ejemplares han muerto envenenados, 9 de ellos en el Parque Nacional de Doñana.
· Buitre negro: en los dos últimos años se han encontrado 50 buitres
negros envenenados. Los venenos detectados en estos casos han sido estricnina, carbofurano
y clorfenvinfos. El veneno utilizado permanece desconocido en 16 casos. La mortalidad de
buitres negros por veneno es particularmente importante en algunas áreas como Madrid,
Toledo y Ciudad Real. Al menos 32 buitres negros se encontraron envenenados en Ciudad Real
en 1.994 en varios cotos privados. En Mallorca, tratándose de la última colonia insular
de la especie, en los últimos seis años han aparecido siete ejemplares muertos, sobre
una población actual de setenta ejemplares.
· Milano real: parece ser la especie más afectada en términos
absolutos por los envenenamientos. En total, se han encontrado 175 casos, aunque un sólo
envenenamiento produjo la muerte de numerosos ejemplares en varias ocasiones. Los venenos
detectados fueron fentión, mezclas de organofosforados y carbofuranos. La especie se ha
hecho rara en Menorca, donde el envenenamiento se ha diagnosticado como la causa de la
muerte de los únicos 4 ejemplares encontrados muertos en la isla. En el norte de Burgos
se ha encontrado un gran número de milanos reales envenenados en varias fincas privadas,
incluyendo 17 milanos anillados en Alemania.
· Alimoche: el envenenamiento, debido a las cifras que se manejan (61
casos en poco más de 2 años) parece estar teniendo un impacto crítico en esta especie
en todo el territorio nacional. El Alimoche parece ser muy sensible a los cebos
envenenados, posiblemente por la mayor facilidad que la especie tiene para detectar
pequeños animales muertos. La reducción del 27% de la población reproductora ibérica
en tan sólo 5 años, se atribuye principalmente al veneno. Esta población es la única
bien conservada de todo el continente europeo. Los casos que han facilitado los
colaboradores del proyecto se encontraron en las provincias de Huesca, Zaragoza, Teruel,
Navarra, La Rioja, Soria, Burgos, Segovia, Badajoz y Menorca. Incluso, durante el mes de
junio de 1.997, la guardería del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia)
detectó la presencia de cebos envenenados y de un Alimoche muerto en ese espacio
protegido.
· Quebrantahuesos: es una especie en peligro de extinción, de la que
apenas quedan 50 parejas en Europa, todas ellas en el Pirineo. De los únicos ejemplares
radiomarcados que hasta el momento se han encontrado muertos, cinco de ellos fueron
envenenados en un período inferior a 2 años.
El aparente incremento en el uso de venenos que el FAPAS denuncia en el oriente de Asturias se basa en la localización de «unos 10 buitres envenenados» en los cinco últimos años, según expone el presidente de la organización, Roberto Hartasánchéz. No posee datos precisos, «porque nosotros comunicamos los hallazgos al Seprona». A su vez, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil no tiene la información sectorializada, y no puede, por tanto, facilitara sin un arduo trabajo previo de clasificación. Su máximo responsable en Asturias, Luis Ángel Orga, resume que «no hay muchos casos de envenenamiento, no es algo problemático ahora mismo», si bien alude a dos osos afectados recientemente y, como el FAPAS, percibe que esta practica «parece subir en los Picos de Europa». La directora del parque nacional de los Picos, Victoria Delgado, no tiene la misma impresión. Sin embargo, el problema existe: en tos tres últimos años consta la muerte de 3 buitres, 2 perros y 1 zorro, por carbofurano, estricnina y cianuro -además, se encontraron otros 4 buitres probablemente envenenados y unos cebos con estricnina y paration-, y por otro lado, faltan elementos de comparación. «Hasta 1999 no se llevó un registro de mortalidad de fauna, aunque las personas que ya estaban aquí me hablan de casos muy aislados, y los que se recuerdan dieron negativo en los análisis».
La Consejería de Medio Ambiente tampoco dispone de datos; se remite a los que obran en poder del fiscal de Medio Ambiente: 1 osó y 1 águila real comprobados -la rapaz había ingerido carne con carbofurano-, y 2 lobos, 5 zorros, 3 buitres y 1 busardo ratonero probablemente envenenados, entre 1999 y 2001, con una distribución geográfica amplia. «Además, guardo una comunicación del FAPAS sobre un buitre envenenado con estricnina en el parque nacional de los Picos, en 1999, otro en La Borbolla, en Llanes, ese mismo año, y alguno más con restos de arsénico», matiza Joaquín de la Riva.
Roberto Hartásánchez, presidente del PAPAS, es de la misma opinión. Su organización iniciara el próximo año un plan de control de perros en los 13 municipios de la Mancomunidad del Oriente, confiando en eliminar a los ejemplares asilvestrados y en limitar la presencia del resto en el monte, cómo forma de reducir los daños y de erradicar, finalmente, el uso del veneno. «Es un problema muy grave», dice Hartásánchez, quien señala la sierra del Cuera como uno de los espacios más conflictivos. Los perros asilvestrados son animales sin dueño, que se reproducen en el campo, viven en manadas y cazan como los lobos, con los que, de hecho, compiten por el alimento y el espacio. Pero son sólo parte del problema: muchos perros de los pueblos y de los propios pastores, que deambulan libremente por el monte, están detrás de matanzas de reses que, a menudo, acaba pagando el lobo.
Otras especies, como el zorro y los demás pequeños carnívoros, son perseguidas por su presión sobre la fauna cinegética; los córvidos y los roedores, por sus daños en las cosechas.
El incremento de los cebos
envenenados leva al Águila imperial hacia la extinción
El Aguila Imperial Ibérica es una especie
endémica de nuestra península y una de las águilas más escasas del mundo. Sus
poblaciones, que se incrementaron lentamente a partir de los años 70, empiezan de nuevo
un acusado retroceso desde 1990, cifrándose su población actual en unas 130 parejas. Tan
exigua población en modo alguno asegura su supervivencia.
En las comunidades autónomas donde aun subsiste, está sometida a planes de
recuperación, realizándose un seguimiento anual de cada pareja o territorio. Ello ha
permitido constatar que el envenenamiento de ejemplares ha pasado a ser la principal causa
de mortalidad de la especie.
Desde 1990 se ha constatado la muerte por veneno de al menos 49 águilas imperiales,
habiéndose verificado la desaparición desde 1993 de al menos 20 parejas cuyos
territorios no se han vuelto a ocupar.. Algunos de los puntos negros que
destacan para esta especie por el uso de venenos en los últimos años, son entre
otros : Doñana y su entorno en Andalucía ; el valle del Tiétar, afectando a
las provincias de Avila y Toledo ; la zona de Almadén, también en Castilla-La
Mancha ; y los encinares del suroeste de la Comunidad de Madrid.
En el valle del Tiétar, al final de la década de los 80, existían al menos diez parejas
de águilas imperiales. En los últimos cinco años han desaparecido un total de 18
águilas, habiéndose encontrado a finales de Mayo del pasado año una hembra adulta
envenenada . Algunos de los cotos donde se ha detectado el uso de veneno en la zona, son
los de los pueblos de Parrilla y Navalcán en Avila, y la finca El Bosque en
la parte toledana.
En el suroeste de la Comunidad de Madrid se han constatado los siguientes casos de
envenenamiento : una hembra en 1994, tres ejemplares en 1995 y dos ejemplares en
1996. Además, en 1997 se registró la desaparición de dos ejemplares, que casi con toda
seguridad fueron víctimas del veneno. Los cadáveres de algunos de estos ejemplares
intoxicados han aparecido en compañía de otras especies, como es el caso del águila
imperial encontrada muerta junto a dos buitres negros en la finca La Cepilla,
en el término municipal de Villanueva de Perales.
Especialmente significativo es el caso del Parque Nacional de Doñana y su entorno. Según
los datos registrados por la Estación Biológica , la mortalidad anual adulta estimada en
un 6% por los investigadores (entre uno y dos ejemplares por año)para el período 76-90,
subió en 1996 hasta un 300%, con 15 adultos desaparecidos, siendo el veneno la causa de
la muerte del 90% de los casos conocidos
Distribución de los tipos de venenos utilizados en 36 casos de envenenamiento de águilas imperiales ibéricas (1.990 a 1.997):
Sospecha de envenenamiento | ||
Veneno | Número | % |
Cadáver autolítico |
3 | 8.3 |
Cadáver no analizado | 2 | 5.5 |
Analítica toxicológica negativa | 2 | 5.5 |
Vivo/ Rehabilitado | 3 | 8.3 |
Total | 10 | 27.7 |
Estricnina | 8 | 22.2 |
Fentión | 3 | 8.3 |
Carbofurano | 4 | 11.1 |
Malatión/Paratión | 1 | 2.7 |
Dieldrin | 1 | 2.7 |
Clorfenvinfos | 1 | 2.7 |
Organofosforados | 1 | 2.7 |
Mezcla de varios pesticidas | 1 | 2.7 |
Pendientes de resultados | 6 | 16.6 |
Total envenenados | 26 | 72.2 |
Total | 36 | 100.0 |
La conflictividad social de los cánidos genera el problema, pero el método no es selectivo y propaga la muerte de todos los carnívoros.
El sistema no sólo es ilegal, sino que altera la organización de los ecosistemas y, lo peor de todo, no selecciona a las víctimas. Cualquier animal que se alimente de carne es un receptor potencial de los cebos envenenados, y no solo de primera mano: las sustancias tóxicas persisten en el organismo, de modo que se transmiten a través de las redes tróficas. El lobo envenenado morirá antes o después y, en cualquier caso, su cadáver servirá de comida a los carroñeros: córvidos, buitres, zorros, jabalíes, otros lobos... que también morirán y serán devorados, transmitiendo el veneno hasta que su concentración deje de ser letal. Los que sobrevivan se verán afectados, por ejemplo, en su éxito reproductor. Esta cadena no excluye al ser humano.jaula para el "control de depredadores"
EL VENENO ARRASA EN CASTILLA Y LEÓN
WWF/ADENA, la sección española del Fondo Mundial para
la Naturaleza, alerta de que cada vez mueren más animales silvestres al ingerir cebos
envenenados en los cotos de caza de Castilla y León. Es sin duda uno de los más graves
problemas de conservación para la fauna silvestre de esta comunidad autónoma. Carlos
Cano,responsable de la campaña contra el uso de cebos envenenados en WWF/Adena
Desde los primeros meses de 1998 WWF/Adena y
las otras siete organizaciones ambientales que forman parte del Programa Antídoto -la
campaña estatal que lucha contra el uso ilegal del veneno- vienen recogiendo información
en Castilla y León, a través de una red de colaboradores e informadores. Los datos
recopilados colocan a esta comunidad autónoma en el grupo de las que encabezan el
registro de envenenamientos.
Si hubiera que destacar algunas especies indicadoras habría que mencionar sin duda al
águila imperial, al milano real, al buitre negro, al águila real, al lobo y, sobre todo,
al alimoche, que está sufriendo una regresión crítica. Este pequeño buitre es
extremadamente sensible a la presencia de cebos envenenados, por tratarse de un buscador
detallado del terreno que localiza los cebos o huevos tóxicos con facilidad.
Desde 1990, los expertos calculan una reducción mínima de un 30% de la población
ibérica de alimoche, la última de cierta importancia en el contexto europeo. A esta
caída en picado ha contribuido decisicamente la proliferación del uso del veneno en los
cotos de caza. Pues bien, Castilla y León es la región en la que se han encontrado más
alimoches envenenados.
huevos envenenados en un coto de caza
Resulta especialmente reveladora la situación de la
provincia de Segovia, donde entre 1991 y 1995 han muerto 18 alimoches. Al menos cinco
casos nuevos se han conocido desde entonces tan solo en el Refugio de Rapaces de Montejo
de la Vega, gestionado por WWF/Adena.
En la comarca burgalesa de Lara hay constancia de al menos siete alimoches -además de
seis águilas reales y numerosos milanos reales- muertos por veneno. A principios de mayo
de este año, el Seprona de la Guardia Civil encontraba en un coto de caza de Caleruega,
también en Burgos, el cadáver reciente de un alimoche junto a restos de cebos de carne
rociados de veneno. WWF/Adena ha pedido la suspensión cautelar de este coto.
En el norte de esta provincia, concretamente en la zona de Espinosa de los Monteros, se
han registrado casos de uso de estricnina ontra el lobo. El año pasado, en territorio
alavés, muy cerca del límite provincial con Burgos, se hallaron cinco buitres leonados y
dos alimoches envenenados en sus nidos con estricnina, presuntamente colocada contra el
lobo. La Carballeda destaca como la comarca zamorana donde más venenos se ponen contra el
cánido silvestre. También hay referencias recientes de cebos contra el lobo en la
comarca leonesa de Las Omañas. En Valladolid se estima un declive superior al 60% en las
poblaciones invernantes de milano real, debido al muy extendido uso de cebos envenenados
por cotos de caza menor de casi toda la provincia. Si hubiera que destacar alguna zona en
concreto, esta podría ser la comarca del Cerrato, en la confluencia de Valladolid y
Palencia.
Otro hecho igualmente dramático se circunscribe al valle del Tiétar, entre las
provincias de Avila y Toledo. A mediados de la década de los 80 existían aquí al menos
diez parejas de águila imperial, seis en la parte toledana del valle y cuatro en la
abulense. Desde entonces esta subpoblación ha sufrido una disminución constante, de tal
manera que en 1992 quedaban ocho parejas y en la actualidad sólo sobrevive una.
La presencia del veneno es también cada vez más importante, según nuestros informantes,
en Soria, Palencia y Salamanca. Esta última provincia registra casos repetidos de
envenenamiento de buitres negros en las dehesas situadas al pie de la sierra de Quilamas y
de buitres leonados y alimoches en los Arribes del Duero.
A pesar de esta lamentable cartografía, a WWF/Adena no le constan hasta la fecha
sanciones por parte de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León hacia ningún
coto de caza por uso de veneno. Esta pasividad de la Administración regional se debe a la
infravaloración del problema por parte de algunos técnicos provinciales de caza y
conservación, sumada al freno de los propios servicios jurídicos de la consejería, que
han ignorado las enormes posibilidades legales de las que disponen las autoridades
castellanoleonesas para hacer frente a la impunidad de los envenenadores.
Parece como si la consejería no quisiera dar al problema del veneno la prioridad que
merece, evitando así todo roce con el influyente sector cinegético, con el que se tiene
reconocida vinculación. Pero este organismo o puede seguir eludiendo su responsabilidad,
pasándole la pelota al poder judicial. La vía judicial tiene menores posibilidades
sancionadoras que la administrativa. Las exigencias de prueba en el campo penal son
exhaustivas y hacen que las condenas se limiten a los contados casos en que se haya podido
sorprender con las manos en la masa al autor del delito.
Cada jurisdicción debe asumir su propia responsabilidad. La actitud que se viene
observando en algunos servicios jurídicos territoriales de remitir los casos al juzgado y
desentenderse de los mismos, unida a la irregular falta de notificación del
sobreseimiento por parte de algunos jueces al órgano ambiental competente, puede
incrementar aun más si cabe, el fracaso en la aplicación del derecho administrativo
sancionador.
- El veneno bloquea la conservación del buitre negro en Sierra Pelada - Revista Quercus 169, Marzo 2000
- El mapa del veneno tiene dos puntos negros en la Comunidad de Madrid - Revista Quercus 166, Diciembre 1999
- El veneno arrasa en Castilla y León - Revista Quercus 161, Julio 1999
EL USO DE CEBOS ENVENENADOS SIGUE AUMENTANDO Y AMENAZA
A LAS ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCION
Ecologistas en Acción y el Programa Antídoto
denuncian las gravísimas consecuencias ambientales que el continuo uso de cebos
envenenados está provocando en la conservación de la naturaleza, y especialmente las
mortandades de especies amenazadas, como el águila imperial, buitre negro, alimoche,
quebrantahuesos, lobo ibérico, y oso pardo.
Los datos obtenidos de envenenamientos producidos en los 10 primeros meses de este año
demuestran un incremento en el uso de cebos envenenados.
El uso ilegal de los cebos envenenados se produce en su mayoría en fincas de caza,
especialmente de caza menor, para reducir el número de determinados predadores naturales,
logrando sin embargo la eliminación de múltiples especies protegidas, y repercutiendo
negativa en sus propios intereses cinegéticos. En menor medida, estos venenos también se
utilizan por parte de ganaderos y agricultores para eliminar a determinadas especies, como
es el caso del lobo ibérico por parte de algunos ganaderos y pastores.
El uso de cebos envenenados ha venido incrementándose desde mediados de esta década y se
ha convertido en la principal causa de mortalidad de algunas especies en peligro de
extinción. Desde que en 1983 se declaró ilegal el uso de cebos envenenados, muchas
especies que se encontraban
en el momento demográfico más bajo de su historia lograron recuperar sus poblaciones.
Sin embargo, en los últimos años el masivo uso ilegal de cebos envenenados ha venido
provocando grandes mortandades, en algunos casos provocando de una sola vez la muerte de
varias décadas de animales.
Entre 1990 y lo que va del año 2000 han sido casi 5.000 los animales que se han
encontrado envenenados (según datos del Ministerio de Medio Ambiente), aunque sin duda el
número real de envenenamientos es muy superior, ya que posiblemente solo se encuentra uno
de cada diez animales envenenados. La mayoría de estos animales envenenados pertenecen a
especies incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Entre las especies en peligro de extinción una de las especies más afectadas es el
águila imperial, cuya población mundial solo cuenta con 130 parejas, todas en el Estado
español. Entre 1990 y 2000 se ha confirmado la muerte por envenenamiento de 68 ejemplares
de águila imperial, aunque el número real de envenenamientos puede ser mayor. Destacan
también otras especies catalogadas en peligro de extinción como el quebrantahuesos, del
que se ha comprobado el envenenamiento de 7 ejemplares en los últimos 11 años, la
cigüeña negra con 12 ejemplares o el oso pardo con 3 ejemplares, 2 de los cuales se han
envenenado durante los 10 primeros meses del 2000.
Otras especies amenazadas y con altos índices de envenenamiento son el buitre negro, con
391 envenenamientos conocidos entre 1990 y 2000, el buitre leonado con 566 animales
envenenados, el alimoche con 42 ejemplares envenenados y el milano real con 408
envenenados en este periodo. Destaca también el incremento en el envenenamiento de
diversas especies de mamíferos carnívoros, habiéndose localizado 286 zorros, 46
ginetas, 34 gatos monteses, 22 lobos, 21 garduñas, 20 tejones, y 9 turones.
También es muy frecuente el envenenamiento de animales domésticos, perros y gatos
fundamentalmente, habiéndose localizado entre 1990 y 2000 un total de 1.411 perros y 203
gatos, la mayoría asilvestrados o procedentes de las urbanizaciones cercanas a las fincas
o perros
pertenecientes a los pastores de la zona.
Para Ecologistas en Acción resulta especialmente preocupante que los datos de
envenenamientos de este año demuestran que existe una grave tendencia al alza en el uso
de cebos envenenados. Concretamente durante los 10 primeros meses del 2000 se ha
comprobado el envenenamiento de 945 animales, entre los que destacan 130 buitres leonados,
77 milanos reales, 46 milanos negros, 39 buitres negros, y 18 ginetas.
Además, se ha comprobado un aumento del número de lugares donde se ha localizado el
veneno durante el 2000, siendo en 1.675 fincas donde se ha localizado el uso del veneno o
animales envenenados. Las Comunidades con más casos de envenenamientos siguen siendo
Andalucía y Castilla y León, por este orden, sumando entre las dos el 55% de los
envenenamientos; pero durante 2000 se ha comprobado un importante incremento en el uso de
venenos en Cantabria, Navarra, Aragón, Galicia y La Rioja.
En lo que se refiere a los venenos más utilizados destacan fundamentalmente la estricnina
y el carbofurano, habiéndose encontrado el 60% de los cebos envenenados en cotos de caza
menor.
Para Ecologistas en Acción, resulta alarmante el desconocimiento que demuestran las
personas que utilizan los cebos envenenados (en demasiadas ocasiones son los
gestores o la guardería privada de la finca), los cuales piensan que con su uso lograrán
un incremento en la rentabilidad de la finca al poder contar con más perdices y conejos.
Los estudios realizados demuestran que la reducción de los predadores no suele conllevar
automáticamente un incremento en el número de animales conejos o perdices, mas bien al
contrario, en muchos casos lo que provoca es la desaparición de los predadores
especialistas (águila imperial, lince ibérico, etc.), lo que puede terminar provocando
un incremento de los predadores generalistas (zorros). Además, existen muchas
alternativas al control de predadores, como son la mejora del hábitat, que consigue un
incremento de las piezas de caza y una mejora ambiental.
El "II Seminario contra el uso del veneno", que se celebra durante este fin de
semana, pretende actualizar la información existente sobre el uso del veneno en el Estado
español, incluyendo todos los datos conocidos de envenenamientos producidos en este año,
y buscar los consensos necesarios para que el uso de cebos envenenados se erradique
totalmente en el control de predadores. Para ello, este Seminario cuenta con la
participación de los máximos expertos nacionales en la lucha contra el uso del veneno,
así como en la conservación de especies amenazadas.
En este Seminario participan diversos representantes de las administraciones autonómicas
y estatal (Consejerías de Medio Ambiente y Ministerio de Medio Ambiente); de entidades
científicas como el Instituto de Investigación en Recursos Científicos y la Estación
Biológica de Doñana; del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA); de las
principales organizaciones ecologistas; de la
Federación Española de Caza y otras asociaciones cinegéticas; y de la Asociación de
dueños de Fincas de Caza (APROCA).
Más información: Theo Oberhuber 656 925081
Ecologistas en Accion
Envenenar no es la solución
Fisiologia del veneno
. Plaguicidas organofosforados y carbamatos
A. Características generales
1. Organofosforados
Bajo esta denominación se incluyen más de 200 sustancias químicas que se emplean principalmente como insecticidas y nematicidas. Sin embargo, algunas de ellas se utilizan también como herbicidas, fungicidas, plastificantes y fluidos hidráulicos (en la industria) y como arma de guerra química.
Los organofosfosforados son ésteres del ácido fosfórico (unión de un ácido y un alcohol) y una variedad de alcoholes, generalmente liposolubles.
Su estructura básica es:
en donde R1 y R2 pueden ser alquilo, alcoxi, u ariloxi, amido u otros y X puede ser un grupo haluro, fenoxi, tiofenoxi, fosfato, carboxilato, etc.
Cuando el átomo que se une al fósforo con el doble enlace es el oxígeno, el compuesto se denomina OXON, y es un potente inhibidor de la enzima colinesterasa y de otras esterasas. Sin embargo, con el oxígeno en esta posición, también se favorece la hidrólisis del compuesto, especialmente bajo condiciones alcalinas. Para hacer estos compuestos más resistentes a esta hidrólisis, y por consiguiente, prolongar su vida media en el ambiente, muchos organofosforados presentan un átomo de azufre en vez del átomo de oxígeno. Estos organofosforados se denominan TIONES. Los tiones son inhibidores pobres de la colinesterasa, pero penetran las membranas biológicas más rápidamente que los oxones. La sustitución de uno de los radicales oxígenos del átomo de fósforo, por un átomo de flúor, formando el fluorofosfato de alquilo correspondiente, generalmente potencia su acción anticolinesterásica y, especialmente, dificulta la regeneración de las enzimas inhibidas.
En el ambiente, los tiones se convierten en oxones por acción del oxígeno y la luz solar y, en el organismo, por acción de las enzimas microsomales del hígado. En otras palabras, los tiones son sustancias altamente tóxicas por su habilidad de atravesar las barreras biológicas y por la facilidad de convertirse en oxones dentro del organismo.
Los efectos fisiológicos dañinos de estos compuestos se descubrieron a finales de la década de los treinta, pero no fue sino hasta la década siguiente que empezaron a comercializarse como plaguicidas.
Dentro de las propiedades fisicoquímicas de los organofosforados podemos resaltar las siguientes:
A continuación se presentan ejemplos de nombres genéricos y comerciales de los plaguicidas organofosforados más conocidos.
NOMBRE GENÉRICO |
NOMBRE COMERCIAL |
Pirimiphosmethyl |
Actellic |
Pyrazophos |
Afugan, Missile |
Fenitrothion |
Agrotion, Sumition |
Coumaphos |
Asuntol, CoRal |
Fenthion |
Baytex, Lebaycid |
Dicrotophos |
Bidrin, Carbicron |
Phenthoate |
Cidial, Tanone, Aimsam |
Terbuphos |
Counter, Rimafos |
Profenophos |
Curacron, Tambo |
Azinphosmethyl |
Gusathion M, Guthion |
Triazophos |
Hostathion |
Isoxathion |
Karphos |
Malathion |
Maltox, Carbofos, Cythion, Belation |
Etoprofos |
Mocap |
Fenamiphos |
Nemacur |
Diazinón |
Spectracide Diazinón, Basudín |
Methamidophos |
Tamarón, Metamidofos, Monitor, M.T.D. |
Tetrachlorvinphos |
Tetraclorvinfos, Gardona |
Parathión |
Thiophos, Folidol, Bladan, Niran |
Triclorphon |
Dipterex, Danex, Neguvón |
DDVP, Dichlorvos |
Vapona, DDVP, NUVAN |
2. Carbamatos
El grupo químico de los carbamatos corresponde a ésteres derivados de los ácidos N-metil o dimetil carbámico y comprende más de 25 compuestos que se emplean como insecticidas y algunos como fungicidas, herbicidas o nematicidas .
La estructura básica de los carbamatos es la siguiente:
Del mismo modo que los organofosfosforados, los carbamatos son fácilmente hidrolizables en soluciones alcalinas.
Seguidamente se incluyen ejemplos de nombres genéricos y comerciales de plaguicidas carbamatos más conocidos.
NOMBRE GENÉRICO |
NOMBRE COMERCIAL |
Aldicarb |
Aldicarb, Temik |
Propoxur |
Baygón, Unden, Okocebo |
Benomyl |
Benlate |
Carbofurán |
Curater, Furadán, Carbofurán |
Methomyl |
Lannate, Nodrin |
Methiocarb |
Mesurol |
B. Toxicocinética y toxicodinámica
1. Vías de absorción, procesos de biotransformación y de eliminación
Los organofosforados ingresan al organismo por las vías cutánea, respiratoria y digestiva.
Las dos primeras constituyen las rutas más comunes de penetración en intoxicaciones laborales y la última es más frecuente en intoxicaciones de otro origen.
Las propiedades liposolubles de estas sustancias y el tipo de disolvente que se emplea con el ingrediente activo (parte biológicamente activa del plaguicida), unidos a las frecuentes lesiones cutáneas que suele presentar el individuo que las manipula, facilitan su penetración por esa vía.
Por inhalación se absorben cuando se trabaja durante su formulación, mezcla, aplicación o almacenamiento, o cuando se presentan incendios o derrames.
El ingreso por vía oral ocurre mediante ingestión voluntaria o accidental, o por alimentos que hayan sido excesivamente expuestos a estos plaguicidas.
La vida media de los compuestos organofosforados y de sus productos de biotransformación, es decir, de conversión metabólica, es relativamente corta. Dicho proceso de transformación se lleva a cabo mediante la presencia de enzimas oxidasas, hidrolasas y glutation-S-transferasas, principalmente hepáticas y puede dar como resultado metabolitos más tóxicos.
La eliminación de los organofosforados es rápida y tiene lugar por la orina y, en menor cantidad, por heces y aire expirado. Su máxima excreción se alcanza a los dos días; luego disminuye rápidamente.
Los carbamatos, del mismo modo que los organofosforados, ingresan al organismo por las vías cutánea, respiratoria y digestiva. No se acumulan en el organismo. Su biotransformación se realiza a través de tres mecanismos básicos: hidrólisis, oxidación y conjugación. La eliminación se hace principalmente por vía urinaria.
2. Mecanismos de acción sobre el organismo
Aunque los organofosforados y los carbamatos poseen grupos químicos diferentes, el mecanismo a través del cual producen toxicidad, es similar. Se asocia con la inhibición de la acetil-colinesterasa (ACh), la enzima responsable de la destrucción y terminación de la actividad biológica del neurotransmisor acetilcolina (AC). Con la acumulación de la AC se altera el funcionamiento normal del impulso nervioso.
En el caso de algunos organofosforados se inhibe también la esterasa neuropática (NTE) y esta inhibición, junto con el incremento del Ca2+ intracelular por alteración de la enzima calcio-calmodulina-quinasa II, parecen constituir el mecanismo de producción de la neuropatía retardada. La NTE puede ser utilizada como un biomarcador de efecto, predictor del desarrollo de neuropatía periférica retardada inducida por organofosforados.
Analicemos, en primer lugar, de qué manera la enzima acetil-colinesterasa actúa sobre la acetilcolina, para luego estudiar la forma como los organofosforados y los carbamatos afectan la actividad de la colinesterasa, alterando de esta manera, la función de la acetilcolina en la transmisión de los impulsos nerviosos.
En el citoplasma de la terminal axónica de las neuronas presinápticas del tipo colinérgico, que utilizan la acetilcolina como neurotransmisor, existen unas vesículas especiales que contienen acetilcolina. El impulso nervioso causa la liberación de este neurotransmisor al espacio sináptico; la acetilcolina se difunde en el espacio sináptico hasta ponerse en contacto con un receptor colinérgico específico, situado en la membrana postsináptica. Este receptor es de naturaleza proteínica con alta afinidad por la acetilcolina. Por acción de esta última, se modifica la conformación del receptor, provocando cambios en la permeabilidad de la membrana a los cationes de sodio y potasio o ambos, lo que altera el potencial de membrana de la neurona post-sináptica, haciéndola partícipe de la transmisión del impulso nervioso.
Las sinapsis colinérgicas se localizan en las fibras nerviosas autónomas preganglionares, en todas las fibras parasimpáticas posganglionares, en las terminaciones nerviosas a la médula adrenal (que embriológicamente hablando es un ganglio) y en terminaciones nerviosas a ciertas glándulas sudoríparas y vasos sanguíneos. Las sinapsis neuromusculares también son colinérgicas.
Se conocen dos tipos de sinapsis colinérgicas: las muscarínicas y las nicotínicas, que se diferencian entre sí por el tipo de receptor, su localización y su función fisiológica. Reciben su nombre debido a que la nicotina y la muscarina producen una respuesta similar a aquella de la acetilcolina. Las sinapsis neuromusculares y las preganglionares son nicotínicas, mientras que las post-ganglionares son generalmente del tipo muscarínico. Las sinapsis nicotínicas son inhibidas por curare o su principal sustancia activa, la d-tubocurarina, mientras que las sinapsis muscarínicas son inhibidas por atropina. Los receptores condicionan los signos y síntomas de los efectos muscarínicos y nicotínicos.
La acetilcolinesterasa produce la inactivación de la acetilcolina, con la consiguiente disminución de la transmisión del impulso nervioso. La acción de la acetilcolina es muy rápida: se estima que es capaz de hidrolizar una molécula de acetilcolina en ácido acético y colina en un milisegundo. La reacción química producida en este proceso es:
Paso 1: Acetilcolina + enzima (Acetilcolinesterasa) ------> Colina + Acetilcolinesterasa acetilada
Paso 2: Acetilcolinesterasa acetilada + H2O ------> Acetilcolinesterasa + ácido acético
La colina puede regresar a la membrana presináptica y ser reutilizada en la síntesis de la acetilcolina. En la Figura 1 podemos observar un esquema en el que se representa la transmisión nerviosa en la sinapsis colinérgica.
La colina puede regresar a la membrana presináptica y ser reutilizada en la síntesis de la acetilcolina. En la Figura 1 podemos observar un esquema en el que se representa la transmisión nerviosa en la sinapsis colinérgica.
Las colinesterasas, es decir, las enzimas que producen la hidrólisis de la acetilcolina pueden ser de dos tipos, a saber:
La colinesterasa verdadera, acetilcolinesterasa, colinesterasa eritrocitaria, específica o de tipo e, se encuentra unida a las membranas de las neuronas, en las sinapsis ganglionares de la estructura neuromuscular del organismo y en los eritrocitos.
La pseudocolinesterasa o colinesterasa inespecífica, también denominada butirilcolinesterasa, colinesterasa plasmática o de tipo s, está presente generalmente en forma soluble en casi todos los tejidos (principalmente hígado) y en el plasma, pero en poca concentración en el sistema nervioso central y periférico. Dicha enzima también es inhibida por los plaguicidas organofosforados y carbamatos, pero sin manifestación de síntomas clínicos. Fuente:http://www.cepis.ops-oms.org
Figura 1
Transmisión del impulso
nervioso en la sinapsis colinérgica
Para
conseguir resultados en la persecución y sanción del uso de cebos envenenados, es
importante conseguir una rápida intervención del SEPRONA o de los Agentes Forestales,
una vez se ha recibido la comunicación de la existencia de los posibles hechos
delictivos. Esta rapidez y celeridad es muy importante tanto para la investigación y la
consecución de pruebas (cadáveres o cebos), como para facilitar enormemente los
análisis anatomopatológicos y forenses de los cadáveres y los análisis toxicológicos
de los cebos o huevos.
Una vez encontrado un cadáver o cebos
supuestamente envenenados, debe avisarse al Servicio de Protección de la Guardia Civil
(SEPRONA) más próximo para que sea quien levante el cadáver y hagan un acta o un
atestado. Es recomendable que alguien permanezca en la zona hasta que acuda la Autoridad,
para evitar que desaparezcan las pruebas. Si se desconoce cuál es la patrulla del SEPRONA
más cercana se puede llamar al 062, teléfono de emergencia de la Guardia Civil dónde
podrán aclararnos las dudas.
En caso de que el SEPRONA no pueda acudir, otros agentes de la Guardia Civil pueden
levantar un acta o atestado y hacer un informe del hallazgo del cadáver o cebos,
concretando todos los datos disponibles del caso como fecha, hora, localización, testigos
y sus firmas, hechos, etc. Es preciso no mover el cadáver o el cebo hasta que se persone
la autoridad. Se recomienda hacer fotografías del cadáver o cebo y de la zona, así como
revisar el entorno para averiguar si existen más cebos o cadáveres, incluso de animales
domésticos.
Hay que tener en cuenta que no todos los jueces y fiscales consideran a los Guardas
Forestales como agentes de la autoridad. En el caso de procedimientos judiciales, en
algunas Comunidades Autónomas, los Agentes y Guardas Forestales no son considerados
Autoridad Judicial; no así en el caso de procedimientos administrativos en los que
claramente tienen competencias. En la medida de lo posible ha de tratarse de considerar
todos los casos por la vía judicial ya que, de esta forma, si por vía administrativa
queda sobreseído pueden emprenderse acciones judiciales. Si el cadáver o los cebos no
son retirados por la Autoridad Judicial (SEPRONA), el procedimiento quedaría invalidado
por vía judicial.
En caso de no ser posible contar con el SEPRONA, o éste no pueda acudir, una alternativa
es solicitar la presencia de la Policía Nacional o Autonómica. Igualmente, si
procediera, existe la posibilidad de solicitar en un Juzgado de Guardia la habilitación
de un Agente o Guarda Forestal para actuar en el levantamiento del cadáver o cebo. Si se
actúa de esta forma, las muestras deben ponerse a disposición del Juzgado de Guardia.
Como último recurso y, si ninguna de las vías anteriores han sido posibles, se puede
avisar a un notario que levante un acta de la existencia del cadáver y, en caso de
levantarlo, precinte y custodie éste. Para este último supuesto puede consultarse con el
Programa Antídoto la posibilidad de cubrir los costes del notario.
Si se requiere mas información, se puede solicitar en los teléfonos:
|
RECORDAR QUE: |
- Es imprescindible avisar a la Autoridad
Judicial. - No tocar ni mover el cadáver hasta que se persone la autoridad. - Realizar fotografías de la zona y del cadáver. - Revisar la zona para averiguar si existen más cadáveres, incluso de animales domésticos y cebos. - Poner inmediatamente los hechos en conocimiento de los responsables de la Comunidad Autónoma. - Avisar al Coordinador del Programa ANTÍDOTO: 908- 86.03.43 o al Asesor Científico: 908- 40.04.31 |
Hasta aquí la actuación de una persona que
encuentra un cadáver o cebo aparentemente envenenado. Como se ve, debe limitarse a dar
aviso a la autoridad.
En los casos más claros, el SEPRONA podría detener en el momento al presunto autor de
los hechos. En otros casos, una vez investigado, se citará al responsable como
denunciado.
2º Paso (estas actuaciones son las que debería realizar la Autoridad Judicial).
LEVANTAR UN ACTA Y PRECINTAR EL
CADÁVER.
Una vez localizado el cadáver, la Autoridad Judicial levantará un Acta o Atestado
concretando todos los datos disponibles del caso como la fecha, hora, localización,
testigos, hechos, etc. El cadáver debe ser introducido en una doble bolsa y cerrado con
un precinto. La bolsa debe llevar una etiqueta perfectamente legible en la que se
especifique:
- Identificación del contenido: especie, edad, etc. y si el ejemplar presenta
alguna marca o distintivo.
- Localización del sitio de muestreo.
- Fecha y hora de la recogida.
- Nombre de los agentes que recogen las muestras.
- Número de atestado o de protocolo.
>
- Número de muestras.
Todos estos datos, así como las personas presentes y sus firmas, deben quedar reflejados
en el Acta.
Se debe garantizar la correcta conservación de las muestras.
Si se trata de un cadáver esqueletizado (antiguo), deberá recogerse debajo del mismo una
muestra de tierra, llegando hasta una profundidad de 15 cms.
Si se trata de cebos, deben ser introducidos, previa envoltura en papel aluminio, en
envases de plástico de boca ancha, con tapón de rosca de fácil abertura y cierre (se
pueden adquirir en farmacias). Igualmente deben ir precintados y etiquetados.
Se recomienda congelar inmediatamente tanto los cebos como los cadáveres y enviar
urgentemente para la realización de un informe pericial y análisis toxicológico.
3er paso. INFORME PERICIAL Y
ANÁLISIS
El cadáver o las muestras se someten a un
examen pericial. En el caso de cadáveres de especies protegidas puede realizarse, por
personal cualificado, en un Centro de Recuperación o por personal adscrito a la
Administración. Para ello, es necesaria un ACTA DE CESIÓN de las muestras/ cadáveres
CON TODOS LOS DATOS que figuran en la etiqueta.
En caso de un cadáver, se debe realizar la necropsia. Las muestras que se obtienen, tanto
para la datación del cadáver como para histopatología y toxicología (para determinar
la fecha de la muerte, demostrar que murió envenenado, el tóxico que causó la muerte y
cómo murió el animal) DEBEN CONSERVARSE POR TRIPLICADO.
1.- Una muestra se utiliza para el análisis del informe pericial para determinar si hay
indicio de delito.
2.- Una segunda muestra se conserva para el contraanálisis o análisis dirimente en caso
de juicio (solicitado por la defensa).
3.- Una tercera muestra se conserva de reserva.
LAS DOS ÚLTIMAS MUESTRAS deben conservarse precintadas y debidamente etiquetadas. La
custodia de las muestras puede realizarla el perito o el centro donde se han realizado los
análisis y estudios.
El informe pericial debe mencionar el origen de la muestras y quién las ha remitido.
Con los resultados del examen pericial se procede o no a tramitar el expediente.
pone la denuncia que pasa de oficio al Juzgado de Guardia.
- Vía Administrativa: una vez puesta la denuncia, el expediente se tramita por vía
Administrativa.
4º Paso. TRAMITACIÓN DEL
EXPEDIENTE
El SEPRONA puede tramitar el expediente si los
hechos son constitutivos de delito. Para ello hará falta un peritaje y unos análisis
para determinar si hay indicios de delito. Hay dos vías a seguir (una vía invalida
automáticamente la otra):
- Vía Judicial: demostrada la existenciaa de indicios de delito (informe pericial o
analítica), el SEPRONA pone la denuncia que pasa de oficio al Juzgado de Guardia.
- Vía Administrativa: una vez puesta la denuncia, el expediente se tramita por vía
Administrativa.