El Médico y el Bombero

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 

Es la media noche todo está en silencio
tan solo se escucha el ronquido seco de
aquella ancianita que muere en el lecho
y el llorar del hijo, el joven Bombero
que ve muy cercano el fatal momento.

Es la media noche todo está en silencio
de pronto las torres del viejo convento
lanzan las campanas metálicos acentos
y se escuchan gritos, hayas lastimeros
una voz que dice: ¡Vecinos hay fuego!.

Un hombre rendido casi sin aliento
penetra en la casa donde está el bombero
implorando le dice: vaya se lo ruego
mi pobre viejita la que tanto quiero
está entre llamas muere sin remedio.

Vaya Ud., a salvarla porque yo no puedo
mi ciencia es, amigo, salvar al enfermo
pues Dios me lo envía, le dice el bombero
aquí yace mi madre también sin remedio
está muy enferma y a Ud., se la entrego
el deber me llama y voy hasta el fuego
a salvar a la suya y salió ligero...

El médico escucha y acude al momento,
pero llega tarde la enferma ha muerto
al ver a su hijo salir para el fuego.
Pasaron dos horas de angustia y tormento
pasaron dos horas y retornó el bombero
traía del brazo a la madre del médico,
el joven bombero pregunta ¿Dónde está mi madre?
el médico responde está en el lecho, la
ciencia fué inútil la pobre se ha muerto,
quizás si pensando en el hijo bueno que hoy
me devuelve lo que yó mas quiero.

El joven le dice: ¡Lléveme doctor, lléveme al momento!
el médico al punto lo llevó junto al lecho
y allí de rodillas el joven bombero
dió a su madrecita el último beso
sin poder mirarla pues se quedó ciego,
por salvar a la madre que moría en el fuego.

Ha pasado el tiempo y la gente toda
olvidó el suceso del que solo queda
un triste recuerdo, una cruz sin nombre
en el cementerio y un pobre mendigo
que tiendo el sombrero y pide limosna
para su sustento.

Es la media noche todo está en silencio
el doctor dormita cuando un enfermero
se acerca a anunciarle que trae un enfermo
El médico escucha y acude al momento,
pero llega tarde el enfermo ha muerto...
un guardia le dice: ... era un pordiosero,
un pobre mendigo, un sucio y harapiento
que tendía el sombrero y pedía limosna
para su sustento.


El médico mira la cara del muerto,
recuerda angustiado la noche del fuego
y le dice al guardia ¡No fué un pordiosero!,
este hombre fue bravo, fue bueno, este fue el valiente,
este fue el bombero
que una noche horrible entró en un
incendio por salvar a mi madre y se quedó ciego.

El médico abraza aquel cuerpo hierto y
dice muy quedo contemplando al muerto
adiós pobre amigo, adiós pobre ciego,
que triste fue el pago que tuvo tu mérito,
pediste limosna como un pordiosero
sin que un alma noble,
sin que un hombre bueno te diera la mano
ni a quién este médico a quien le dedica
su instante postrero.

Varios empleados se llevan al muerto,
el médico, implora que por allí en el cielo
reciba el Señor en su Santo Seno,
aquel héroe anónimo al JOVEN BOMBERO
QUE PIDIÓ LIMOSNA, para su sustento
y murió sin gloria como un pordiosero.

Es la media noche todo está en silencio...