ASIGNATURA: SEMINARIO AVANZADO EPISTEMOLOGIA

UNIVERSIDAD YACAMBU

DOCTORADO EN GERENCIA

 

ENSAYO SOBRE LA COMPLEJIDAD

Neydis Rojas

Francisco Zarzalejo

Gustavo García

Pedro Bonillo

 

“Todo está en todo y recíprocamente" manifiesta  Edgar Morin  para no dejar dudas acerca de la condición sistémica del universo y todo lo que lo compone.

El presente ensayo contempla los puntos más resaltantes, sobre la complejidad,  considerado por los autores.

 

INTRODUCCIÓN A LA COMPLEJIDAD

 

Nuestra formación en la escuela ha sido estructurada de forma separada, nos han ensañado a estudiar, matemáticas, historia, física, biología, entre otras; adquiriendo un  proceso de aprendizaje por partes. La conclusión es un pensamiento con grandes dificultades para abordar sistemas, para considerar holísticamente las situaciones, para respetar la complejidad.

La ciencia de la modernidad se fundó y desarrolló a partir de estos paradigmas, y avanzó espectacularmente desintegrando el universo, buscando moléculas, genes, conductas, pero alejándose cada vez más de la comprensión integral de una complejidad. Los crecientes problemas acerca de la ética de algunas operaciones científicas (las armas nucleares, la clonación o la manipulación genética) nacen a partir de estas operaciones de simplificación. Un físico o un químico no tienen posibilidades, por su formación, de ocuparse de la vasta complejidad de los problemas éticos. La ciencia es precisa y exacta, aunque para eso deba aceptar que también es ciega.

Sin embargo, han surgido contradicciones y paradojas que cuestionan la validez de las llamadas "ciencias duras" y desde otras disciplinas surgen evidencias de que se ha llegado a un límite en el imperio de estos paradigmas. Hagamos un breve recorrido por estas cuestiones.

 

EVOLUCIÓN DE LA COMPLEJIDAD

 

Cuando Thomas Kuhn, reconocido físico, realiza sus  investigaciones sobre la historia de la ciencia,  enfrenta un obstáculo, a pesar de contar con las herramientas proporcionadas por la filosofía positivista y su método histórico lineal, abstracto y logicista; con lo cual  tuvo que considerar una paradoja notable relacionada con Aristóteles.

Resulta que este pensador, filósofo de tan vasta influencia en la cultura occidental, capaz de sorprender por la agudeza de sus observaciones y la profundidad de sus conceptos, era poco menos que un ignorante en lo que respecta a la física. "Aristóteles me parecía no sólo un ignorante en mecánica, sino además un físico terriblemente malo. En particular sus escritos sobre el movimiento me parecían llenos de errores garrafales, tanto en lo que se refiere a la lógica como a la observación"¿Cómo conciliar ambas imágenes, el sabio y el ignorante, el pensador formidable y el torpe balbuceador de errores? Este es el hilo que le permitirá a Kuhn escapar al condicionamiento de su época y de los paradigmas con los cuales, sin saberlo, estaba descalificando al Aristóteles físico. A partir de aquí podrá comenzar a ver a Aristóteles no en relación con la física newtoniana, sino en el contexto de su época, empapándose del espíritu de esa época.

Kuhn estudio a fondo la historia de la ciencia para tratar de comprenderla, se introdujo en el espíritu de sus autores, permitió que la belleza de sus teorías lo cautivara, intentó restituirles la coherencia que la historiografía positivista les había negado. Así, desarrolló un modelo de historia viva y latente, plena de sentido, totalmente diversa de la versión anacrónica tradicional que consiste en medir los acontecimientos del pasado con la vara de los del presente, despedazando para ello los universos de sentido que les daban coherencia y significado a los sucesos y a las teorías".

Kuhn recuperó la grandeza de Aristóteles y construyó un método histórico que le permitió reformular la historia de las ciencias y elaborar algunos conceptos de gran importancia. Debió enfrentar, lo que Castoriadis denominó "la paradoja de la historia": el historiador es él mismo un ser histórico y, como tal debe dar cuenta de su cosmovisión, de los marcos conceptuales que le proporcionan su época y el estado de avance de su disciplina. Sólo así podrá escapar a la linealidad de una historia acumulativa y estará en condiciones de acercarse a la época o la figura que estudie considerando su contexto, con una mirada respetuosa y, por lo tanto, capaz de rescatar la complejidad de un momento y su irreductibilidad a las simplificaciones que pueden establecer las miradas posteriores.

 

Tres aportes fundamentales al estudio de la complejidad

 

Galileo Galilei (1564-1624), desafía los conceptos establecidos, al enfrentarse a una acusación de herejía por difundir las ideas copernicanas acerca de que el sol permanece inmóvil y es el centro del universo, y no la Tierra como había establecido Ptolomeo y aceptaba la Iglesia como verdad indiscutible (la Tierra, centro de la Creación, no podía ser otra cosa que el centro del universo). Colocado ante la alternativa de ser ejecutado o desmentir públicamente su teoría, Galileo se decide por lo segundo, difundiendo un texto que le fuera dictado por sus inquisidores. Pero Galileo no sólo fue el refutador de la teoría geocéntrica, sino que incorpora una noción que habrá de ser clave para el desarrollo de la ciencia de la modernidad. Es posible, dice, comprender el libro de la Naturaleza a condición de que se utilice el idioma en el que está escrito, y ese idioma es el de las matemáticas. Incorpora así la idea de la herramienta matemática, una construcción de la razón humana, para el estudio de cualquier fenómeno, pero además ya prefigura una polaridad que habrá de adquirir estatuto pleno con la filosofía de Descartes: el mundo natural y un observador calificado.

René Descartes (1596-1650), estudioso de  los paradigmas de la ciencia moderna. Preocupado por encontrar una verdad indudable y partiendo de la falibilidad de las apreciaciones humanas, utiliza el recurso de la duda metódica para desechar cualquier conocimiento que pueda ponerse en duda, en todo o en parte. Así, desestima la información proporcionada por los sentidos, puesto que está claro que estos son fuente de error y engaño. La vista, el oído, el gusto, el tacto o el olfato suelen inducirnos a equivocaciones, por lo que las informaciones que brindan poseen un evidente carácter dudoso. Continuando en esta dirección, llega a plantearse que en ese mismo instante en que está meditando, no tiene la seguridad plena de no estar dormido y ser, en definitiva, todas sus elucubraciones parte de un sueño y no una realidad. Debe, entonces, poner en duda también esa escena y continuar buscando algo que le resulte indudable.

Por último, luego de haber pasado revista rigurosamente a todas y cada una de las situaciones que, pretendiendo ser fuente de conocimiento no poseen ese carácter de indudable, culmina sus reflexiones admitiendo que, dormido o despierto, hay algo de lo que ya no puede dudar: está dudando. Esta actividad se le presenta como la clave a partir de la cual afirmar un saber indudable. Y la actividad de la duda, como función de su pensamiento, le permite formular la frase que pasó a la historia: pienso, luego existo. Es decir, la prueba indudable de mí existir es que dudo, puedo pensar, con el acto de mi pensamiento establezco mi existencia de manera indudable. Esto, que es llamado la constitución autónoma del sujeto, significa un paso en la afirmación de este término, sujeto, sin necesidad de recurrir a la acción divina. El sujeto es capaz de constituirse autónomamente. Y en este mismo acto, con el establecimiento del sujeto, queda, a su vez, escindido el mundo ya que todo lo demás pasa al orden objetivo. Sujeto y objeto, con el hiato que se abre entre ambos términos, van a constituirse en la operación que permitirá fundar la ciencia moderna: un mundo objetivo factible de ser conocido y un sujeto capaz de conocerlo por medio de su actividad racional. Según Raúl Cerdeiras Descartes construye, abre un espacio de comprensión del Renacimiento florentino, de los viajes de Colón, de Copérnico, de la revolución científica, es decir, del nacimiento de la ciencia moderna y su proyecto gigantesco de matematizar el conocimiento por medio del esfuerzo de Galileo.

Isaac Newton (1642-1727), el constructor de la Física, el que formuló la ley de gravitación universal, el creador del Cálculo Diferencial. Sus ideas, que contribuyeron a forjar la ciencia de Occidente, pueden ser sintetizadas en un mensaje de simple enunciación: el Universo es ordenado y está sujeto a leyes, las que se expresan en lenguaje matemático. El hombre, a través de la ciencia, puede descubrir esas leyes y, en consecuencia, operar sobre el Universo.

Y será desde esta formulación que se abrirá el impresionantes capítulo de la ciencia moderna, la que entregará portentosos descubrimientos, invenciones extraordinarias y avances tecnológicos jamás soñados. Y la que fijará, a su vez, los límites de ese conocimiento ya que si se afirma que "el Universo es ordenado y está sujeto a leyes", quedará fuera de interés todo lo que no responda a este enunciado, lo contradiga o lo relativice. El desorden, el caos, la impredecibilidad serán fuentes de error que el científico deberá evitar a toda costa, construyendo para eso precisos mecanismos y diseñando depurados métodos de investigación y operación.

 

Paradojas y contradicciones de los paradigmas del conocimiento moderno

 

Newton señala que “el tiempo es absoluto, verdadero y matemático, que fluye por su propia naturaleza, de forma uniforme, sin verse afectado por nada externo". Más adelante Einstein dirá que el tiempo es una ilusión. El hombre sólo podrá establecer convenciones que le permitan trabajar con tiempos y espacios relativos. Esto da nacimiento a los sistemas de medidas y a los acuerdos sobre los patrones a utilizar.

Este tiempo y espacio absolutos permiten la expresión de otra de las leyes, la reversibilidad, que plantea que las ecuaciones pueden ser matemáticamente equivalentes cambiando los signos de sus componentes (v equivale a –v, así como t equivale a –t ó 2 a –2). En definitiva, esta noción implica la imposibilidad de definir una diferencia intrínseca entre el antes y el después, es solidaria con la idea de un tiempo como absoluto, sin principio ni fin y permitirá que un continuador de la obra de Newton, Pierre Laplace (1749-1827) afirme que si se pudiera contar con la capacidad de cálculo suficiente, sería posible conocerlo todo, predecir el futuro o retrodecir el pasado. Esta posición ha sido considerada como el más claro exponente de la omnipotencia que dominó a los hombres de ciencia, a partir de la matematización del conocimiento, de la utilización del cálculo y del perfeccionamiento del método experimental.

El determinismo, por su parte, constituirá otro pilar de esta ciencia de la modernidad occidental. La relación causa-efecto presidirá la comprensión de todos los fenómenos y guiará la búsqueda de explicaciones.

El azar, el caos, las paradojas quedan fuera del espacio de esta ciencia que reinó durante siglos y se constituyó en modelo al que deberían ajustarse todos los intentos humanos por conocer y comprender. La física, con su doble capacidad para formular hipótesis y verificarlas experimentalmente, pasó a posibilitar el acceso a las verdades irrefutables convirtiéndose en el modelo de ciencia por excelencia.

Las disciplinas sociales o humanísticas, son las que sintieron profundamente el imperio de estos paradigmas, ya que, a partir de aquí, o se adaptan a los requerimientos del método científico o quedan reducidas a meras especulaciones no confiables. Ser "objetivo", proceder con objetividad, fueron requerimientos insoslayables para poder acceder al estatuto de ciencia. Obviamente, desde esta perspectiva, no había lugar para las ciencias sociales o humanísticas. Demasiada imprecisión, demasiado ruido, demasiados errores en disciplinas que no alcanzaban a cumplir decentemente con las mínimas condiciones establecidas por la hegemonía de las llamadas ciencias duras.

Hubo, a partir del imperio de estos paradigmas, quienes buscaron replicar en las disciplinas humanísticas los requerimientos de objetividad que se imponían y construyeron métodos de laboratorio y definiciones físicas para fenómenos del campo subjetivo. Tales intentos, al establecer situaciones artificiales, distorsionar los "objetos" de estudio e importar métodos y conceptos desde el territorio de las ciencias duras, fueron conduciendo a estas disciplinas a callejones sin salida, a verdaderos desvíos de los que costó luego volver. Tal vez el ejemplo más claro sea el de Kurt Lewin, marchando desde las experiencias de laboratorio en investigaciones psicológicas hasta formular la necesidad de investigar en el campo social real, advirtiendo el error de asimilar las ciencias humanas al imperio de la física y planteándose profundamente la importancia de dar cuenta de los fenómenos psicosociales respetando sus propias características.

 

El fin de las certidumbres

 

Desde algunas décadas se viene mostrando el agotamiento de los paradigmas construidos en la edad moderna y proponiendo enfoques alternativos. Uno de los testimonios que Prigogine ofrece del cambio de paradigmas a que asistimos, es la declaración efectuada en 1986 por Sir James Light Hill, presidente entonces de la Unión Internacional de Mecánica Teórica y Aplicada, quien, en una inusual muestra de sinceridad y responsabilidad científica, dijo: "Aquí debo formular una proposición, hablando nuevamente en nombre de la gran fraternidad mundial de quienes se dedican a la mecánica. Hoy tenemos plena conciencia de que el entusiasmo de nuestros antecesores por los maravillosos logros de la mecánica newtoniana los llevó a hacer ciertas generalizaciones en esta área de predictibilidad, en las que en general tendíamos a creer antes de 1960, pero que ahora reconocemos como falsas. Deseamos pedir disculpas colectivas por no haber encaminado en la dirección adecuada al público culto en general, difundiendo ideas sobre el determinismo de los sistemas que se atienen a las leyes del movimiento de Newton, ideas que después de 1960 demostraron ser incorrectas"

Desde dentro y desde fuera de las ciencias duras habían surgido primero paradojas, luego dudas serias y por último evidencias de error en lo que, durante décadas, fueran las columnas en las que se apoyó el edificio de esas ciencias.

Como una columna de refuerzo se tiene los estudios realizados  Charles Darwin escribir en 1859 su conocida obra El origen de las especies. Allí se demuestra que en la Biología y en la evolución no hay reversibilidad alguna, que en realidad esta evolución va desde los elementos más simples hasta los más complejos en una cadena siempre en desarrollo progresivo, que no hay posibilidad de vuelta atrás, que este movimiento, antes que reversibilidad, muestra lo que se denomina una flecha del tiempo, es decir, una dirección, un recorrido irreversible.

Por su parte,  Rudolf  Clausius enuncia en 1865 el Segundo Principio de la Termodinámica. ¿Qué decía este principio? Que en cualquier sistema aislado la entropía tiende a aumentar constantemente hasta un punto de equilibrio. Es decir, la entropía, palabra que en griego significa evolución, marca el proceso mediante el cual un sistema –un motor, el cuerpo humano, el sistema solar- agota la energía que consume de manera irreversible.

Posteriormente, Einstein abolirá los conceptos de espacio y tiempo absolutos, introduciendo la noción de relatividad respecto del observador que describe los fenómenos (ya no hay lugar para un "observador desde ninguna parte", con lo que la objetividad queda severamente cuestionada). Y en la mecánica cuántica se accede a la comprensión de la inevitable perturbación que introduce en un sistema quien efectúa las observaciones, al advertir que, en ciertos procesos, la introducción de la luz, imprescindible para ver, produce modificaciones y distorsiones. Entonces, para estudiar en esas condiciones se deberá aceptar y considerar al sujeto observador de un modo que no aceptaba la exigencia de objetividad de la ciencia positivista.

Todos los cuestionamientos realizados a las ciencias de la modernidad fueron necesarios para dar al mundo desarrollos de enorme significación, como lo son los paradigmas de la complejidad.

 

Inicio de la complejidad

 

Con la introducción de la historia, la presencia inevitable del sujeto, la relatividad de tiempo y espacio, toda la estructura hecha de objetividad, reversibilidad, eternidad, se resiente y comienza a dar lugar a enfoques basados en la complejidad y en la admisión de la existencia del azar junto a la necesidad, presente en numerosos fenómenos.

Las teorías, se alejan de las abstracciones absolutas del espacio y el tiempo y reconocen la pertinencia de pensar en distintos escenarios o contextos y que en cada uno de ellos se van construyendo distintas historias, que los resultados obtenidos dependen de las perspectivas y que éstas son variables.

Pensar la complejidad no resulta sencillo a partir de la existencia de trabas representadas, como plantea Morin, por la educación recibida y por la existencia de los obstáculos epistemológicos que describiera Gaston Bachelard, cuando plantea que "se es muy apegado a lo que se ha conquistado penosamente". En este sentido, el conocimiento es la principal traba para el conocimiento. Cuando hemos llegado a alcanzar determinado saber, hay una fuerza presente que se alza contra toda posibilidad de reconsiderar, replantear, repensar.

De algún modo, las dificultades para ejercer un pensamiento complejo y aceptar los desafíos se constituyen en los obstáculos a vencer para atravesar este tiempo de disputas de paradigmas.

 

CONTEXTO SOCIAL DEL PENSAMIENTO COMPLEJO.

      

Actualmente, todo hecho importante debe ser analizado en su contexto social, político humano, ecológico, es decir se tiene que tomar en cuenta el mundo todo. Para tener la posibilidad de articular y organizar la información del mundo, Morin propone una reforma del pensamiento. Esta  reforma es lo que llama pensamiento complejo.

Para Morin uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es volver a relacionar las dos culturas: la humanística y la científica. En nuestros  días, ambas se encuentran empobrecidas.

La reforma necesaria del pensamiento es aquella que genere un pensamiento  del contexto y de lo complejo. El pensamiento del contexto busca siempre  la relación de inseparabilidad y de ínter-retro-acción entre todo fenómeno  y su entorno, y de todo entorno con el contexto planetario.

El pensamiento de lo complejo es necesario para captar las relaciones, interacciones e implicaciones mutuas de los fenómenos multidimensionales, y de las realidades que son a la vez, solidarias y conflictivas porque contienen fuerzas que conducen a la diversidad y al mismo tiempo a la unidad. El pensamiento complejo es un pensamiento organizador que concibe la relación recíproca de todas las partes que conforman un todo.

Toda la construcción simbólica condensada en la producción cultural  (ideológica, espiritual y material) constituye el conjunto de tradiciones, creencias, valores, sentimientos, estereotipos y representaciones, etc., que forman del sustrato de la subjetividad social y, en él, la formación del sentido común cotidiano y las manifestaciones del inconsciente colectivo tienen un peso y desempeñan un papel determinando los grados de autorrepresión o autonomía social.

En este sentido, el pensamiento complejo se construyen desde la dimensión histórico-cultural de la personalidad individual (y del grupo social)  que cobra un sentido real, significativo y práctico, en el contexto social concreto en el que  se desenvuelve, con roles, compromisos, normas  y  acciones, que los identifican como una persona (grupo) social concretos, en una sociedad dada.

Las problemáticas que abordaron las propuestas que originariamente surgieron como una filosofía de la acción para afrontar la disociación entre el pensamiento y la acción, entre la investigación como producción de “saber por el saber mismo” y la investigación como forma estratégica de entender y producir cambios en la realidad, son problemáticas que aún nos aquejan. Si el mundo real y las organizaciones e intereses dominantes que lo orientan, han hallado en esta filosofía una apoyatura intelectual y una justificación, no es solamente responsabilidad de sus autores. Ambos  procesos han surgido de complejos y conflictivos condicionamientos sociales, y de profundas tendencias de reorganización económica, política  y cultural, así como de la necesidad de construcciones intelectuales que  en tanto universo de sentido (que tradicionalmente se designaban como ideologías) han sido capaces de otorgar significado, identidad y un sentido de direccionamiento histórico por medio de sistemas de  interpretación asociados a prácticas específicas. Hay una necesidad creciente de generar “puentes” y articulaciones en un mundo disociado y       fragmentario. Esta disociación se ha dado en forma paralela a una estrecha  dependencia con el desarrollo de tendencias hegemónicas que rearticulan nuevas alianzas e intereses entre agentes sociales desde el nivel local, al regional y global. Por un lado, fuertes tendencias hacia la       descentralización y la fragmentación social, acompañadas de la dispersión intelectual. Por el otro, la presencia masiva de las redes de información y comunicación acompañadas de expectativas de un mundo interconectado e  idealizado como una aldea. Todo el mundo acuerda en la necesidad de  concretar las posibilidades de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, y esto se ha ido constituyendo velozmente en una demanda generalizada. Pero los motivos son muy diferentes: para las empresas, para diferentes públicos, para el estado y para la propia  comunidad. Las TIC´s no resuelvan los problemas reales –ni ontológicos ni teóricos-, y apenas si representan un medio nuevo de acceso a procesos de producción y circulación de datos y de información. Son sumamente valiosos  y específicos para establecer redes y formas de participación social en nuevas modalidades –o en su defecto de generar nuevas formas de diferenciación y aislación social-. Esto podría abrir las posibilidades de nuevas alternativas que deben aún ser experimentadas respecto de procesos inéditos de transformación social (económica, política y cultural). Las TIC´s pueden tender a reforzar la marginación de los grupos y sectores sociales más vulnerables, pero al mismo tiempo abren las puertas para la creación de nuevas formas de asociación económica, política y cultural  (Vizer, 2000).

      

 

 

LA COMPLEJIDAD Y LA GERENCIA

 

La relación de complejidad y gerencia se fundamenta en la idea promovida por la teoría de la complejidad de la no existencia de un futuro predecible debido a las relaciones e interacciones continuas entre los elementos del sistema para deducir que cualquier planeación a largo plazo de la gerencia no es válida y presentar ideas para modelar las estrategias a seguir.

Se puede considerar a las empresas como sistemas complejos integrados por “gran número de agentes que interactúan con los demás de varias maneras” (Vriend) y son adaptativos cuando sus elementos “cambian sus acciones como resultado de los eventos en el proceso de interacción” 
Este cambio en el curso de acción es lo que hace la impredecibilidad de los sistemas complejos, su  falta de determinismo. Las interrelaciones entre los componentes de este tipo de sistema están influidas por tal número de variables lo cual vuelve probabilística cualquier resultado de la misma. Se puede deducir que cualquier planificación a largo plazo no es válida, y más aún, en entornos cambiantes como es el que rodea a nuestra realidad en Latinoamérica.

Para una organización, equilibrar sus relaciones en un ambiente impredecible conduce al fracaso. Para poder planificar, la gerencia debe:

1.      Aprovechar la inestabilidad producida por la complejidad, extrayendo las oportunidades, usando esta en forma positiva. Así, pueden surgir nuevos futuros para la organización de la conjunción de ideas generadas por la crisis. 

2.      Usar el enfoque de contingencias: “…conforme al enfoque de contingencias la función del gerente consiste en identificar cuales técnicas, en determinada situación y en un momento y circunstancias particulares, contribuirán a la obtención de las metas de la administración”. El enfoque de sistemas pone de relieve las interrelaciones de las partes de una organización. La teoría de contingencias se concentra más en la naturaleza de las relaciones existentes entre esas partes. Define lo esencial de una tarea, aclarando luego las interacciones entre factores relacionados.

3.      Aplicar una retroalimentación constante, basada en el enfoque de contingencias para alimentar la visión de la empresa

 

No es que el largo plazo sea irrelevante. Lo que se propone es un reenfoque en el que más que establecer un futuro posible y trabajar para lograrlo, se debe trabajar a la inversa. Debemos concentrarnos en los aspectos fundamentales a corto plazo y asegurarnos que la discusión de los objetivos a largo plazo se mantenga viva y actualizada en todo momento. Visto así la teoría de la complejidad no acepta los términos a corto plazo, pero aborda el futuro en una forma más práctica.

Un punto importante en las relaciones de la teoría de la complejidad con la gerencia es que debido a la masificación de las tecnologías de información, el costo de los programas de simulación ha decrecido, lográndose así la elaboración de modelos computacionales de los posibles escenarios que se pueden presentar, utilizando múltiples variables en sistemas dinámicos no-lineales, en sistemas complejos.

 

Referencias Bibliografícas

 

García, Martín. Nuevos Tiempos: Organizaciones y Planificación. Universidad Yacambú.

 

Stoner. Administración. Editorial Harla.

 

Morin Edgar, Introducción al Pensamiento complejo. Gedisa, Barcelona, 1996.

      

Vizer E. A., "La complejidad de los desafíos sociales y los desafíos de la complejidad". En Redes Sociales y complejidad. Memorias del Vicerrec. de  Investigación y Des. Universidad del Salvador, 1998.

Desafíos de la Complejidad.  http://galeon.hispavista.com/pcazau/artep_desaf.htm

El pensamiento complejo: antídoto para pensamientos únicos. http://www.alromer.bravepages.com/seminario/pensamientocompentrevista.htm

 

 

 Última Actualización: 4FEB2005