opciones
superiores). Un modelo que nosotros presentamos como extraordinario (válido para
el desarrollo de
una conciencia extraordinaria desde la dialéctica) es el propuesto por S.
García-Bermejo
Pizarro (1989), que denominó "pensamiento totalizado".
b) Practicar la
dialéctica integrando dualidades para aproximarse, enseñar o mejorar la
realidad. Es
recomendable, positivo y formativo dialogar, descubrir, enfatizar, promover,
pretender,
reflexionar, indagar, criticar, autocriticarse, investigar, resolver conflictos
y
transformar la
realidad en clave de síntesis. Pensemos en algunas de ellas: ciencia y arte,
profesionalización y
maduración personal, oriente y occidente, ciencia y religión, procesos
predominantes del
hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, vida y muerte, tecnología y
mentalidad,
parcialidad y universalidad, currículo abierto y cerrado, pasado y futuro,
culturalismo y
profesionalismo, cualitativo y cuantitativo, etc.
c) Estar abierto
a todo, porque, a priori, "todo vale" (P.K. Feyerabend, 1985). Todo es todo,
para poder
contemplar completamente la complejidad de la vida.
d) Situar el
centro de gravedad del conocimiento en los temas, no en los ismos, no en los
cotos, no en los
paradigmas enanizados o en los sistemas, etc. y, desde ahí, no impedir la
integración con
los ámbitos aparentemente más lejanos o dispares. Potenciar, sin forzar las
percepciones
amplias y bien articuladas y una comprensión superior a los cotos disciplinares,
mucho más amplia
y activamente creativa.
LAS CLAVES DEL
CAMBIO. Sin embargo hay una prueba de validez para saber si realmente
se está -o
simplemente se dice que se está- trabajando (enseñando, investigando y
cooperando) en
el paradigma de la nueva comprensión. ¿Cuáles son las claves? A mi juicio,
tres:
a) La mentalidad
(pensamiento emocional orientado): Unas ilustraciones significativas:
1) A.N.
Whitehead decía que: "La nueva mentalidad es más importante incluso que la nueva
ciencia y la
nueva tecnología" (en E. Morin, 1983, p. 23).
2) La superación
del paradigma de la simplificación por el paradigma de la complejidad y sus
nuevas formas de
razonar [...] requiere, nada menos la reforma de nuestras mentalidades,
otros modos de
construcción mental de lo real, otras formas, más flexibles, de organizar
nuestras
representaciones mentales, dejándolas abiertas a su posible transformación (S.
Vilar, 1997, p.
37).
b) La
pareja-relación ecología-ciencia y ecología-conciencia: La nueva comprensión
compleja
y ecológica
requiere, desde luego, un correspondiente "pensamiento [permanentemente]
ecologizado" (E.
Morin, 1983, p. 100, 101). Ahora bien, éste es interpretable, en gran medida,
como un nutrido
diálogo simbiótico entre la ciencia y conciencia ecológica, que, en el nuevo
"paradigma
ecológico", pueda enriquecer todas sus percepciones, formulaciones,
concepciones,
desde el denominado "principio de complejidad" (p. 113).
Es chocante que
los desarrollos actuales de la ciencia ecológica sean inseparables del
surgimiento de
una "consciencia ecológica". No es que la ciencia produzca esta consciencia,