![]() |
|
|
|
Algunas implicaciones de carácter espistemológicas y metodologícas de los paradigmas empirico-analítico y fenomenológicos en el contexto investigativo venezolano
A manera de
prólogo....
Mediante el presente estudio intentamos
presentar un análisis crítico de ciertas
consideraciones en torno a la
forma como ha venido desarrollando el proceso
investigativo en algunos de los centros de postgrado con los cuales he tomado
contacto, bien sea como estudiante, docente o asistente en los procesos
de investigación. El trabajo recoge algunas experiencias
empíricas en torno a la
situación en estudio además de revisar algunos materiales
que de que le dan un marco conceptual al mismo. Es evidente que al leer los materiales
necesitamos reflexionar en torno a la forma como se ha adoptado la
investigación, su carácter intensamente pragmático, inserto en la mayoría de los
casos en el empirismo,
realizando una serie de consideraciones sujetas al fatualismo atomicismo
(Tellez, 1996) es decir el uso de dimensiones controlables y medibles que
imposibilitan llegar a soluciones
conceptuales acordes con los problemas
teóricos y metodológicos planteados, el uso y abuso de los esquemas descriptivos
en la investigación, desdeñando de alguna forma el proceso
de generación o reelaboración de teorías como un aspecto fundamental en la
generación del conocimiento
Tal y como se ha planteado en un reiteradas ocasiones la educación de postgrado emerge en el marco de procesos globales acelerados necesarios en la producción de conocimiento derivado de una complejidad cada vez mayor en las transformaciones tecnológicas, industriales y sociales que impactan de una forma cada vez mayor en las políticas educativas. En nuestro país ha tenido, por estas razones, que vincularse a estos cambios como parte de un proceso de adaptación a los grandes esfuerzos que en esta materia han tenido lugar en el contexto internacional. En Venezuela a partir de la década de los 70 cuando el movimiento educativo entra en una expansión intempestiva de la Educación Superior y por ende de la educación de postgrado, teniendo que entrar en sintonía con entes de carácter nacional e internacionales a los fines de actualizar una serie de prácticas destinadas modernizar un servicio educativo en esta materia eminentemente tradicionalista y escolástico enmarcada en consideraciones empirista.
El proceso
de investigación aparece ligado al marco de la hegemonía de tradiciones e
ideologías de carácter liberal para las cuales la educación es un instrumento de
democratización social, donde esta última depende de las posiciones sociales que
permite el acceso a las carreras profesionales Al respecto nos dice Casanova
(1986) "Es por ello que una perspectiva
analítica puede ser la especificación de estas tendencias en términos de las
influencias que ciertos actores ejercen sobre la dinámica de las demandas y la
selección de objetivos
y opciones programáticas (p54)".
Es por esta razón, acota el autor consultado, que la tendencia empírico-analítica
cobra una influencia cada vez mayor en el contexto investigacional aportado de
los estudios de postgrado a los fines de formular líneas y temas en lo referido a la significación
sociológica de ciertos elementos ya inmersos en la política de estado
en relación con: la situación de los procesos educacionales en cuanto a
prácticas docentes, innovaciones, la posibilidad de generar modos creativos
científicos-tecnológicos y culltutales socialmente relevantes, si se toma en
cuenta la capacidad real para
incentivar procesos de producción de investigación.
El movimiento
de los estudios de postgrado en ciencias
sociales en el contexto educacional venezolano, ha evolucionado en el marco
de un conjunto de premisas tales como la democratización del saber y la selección de talentos; la
educación de postgrado dentro de las universidades en centros de investigación y de
docencia. La descentralización política y financiera de gestión. La enseñanza
separada de la gestión de pregrado; investigación con pertinencia local, la
investigación universalista , el cientifisismo desarrollista, entre otros (Ruiz
et.al., 1990) Esta situación afianza de una manera más fehaciente la presencia
de una perspectiva de carácter empírico analista cuyo análisis profundizaremos
en los próximos párrafos de este trabajo.
Consideraciones teórico-conceptuales de las Ciencias
Empírico-analíticas
Habermas (1971), en su análisis acerca de los intereses constitutivos
considera que el
conocimiento se origina y en los intereses humanos y en los medios
de organización social. Describe asimismo, los intereses humanos en términos del
control
técnico y la emancipación
relacionada con los medios
sociales de trabajo. La asociación respectiva de los intereses humanos y los
medios sociales origina un tipo específico de conocimiento
y un medio específico de conocer, o metodología científica.
El autor se manifiesta desde una
posición en que el
conocimiento tiene raíces históricas y sociales, y está sujeto a los
intereses. Para explicar la relación entre el conocimiento y actividad humana,
desarrolló la teoría de los intereses constitutivos de conocimiento. Debido a
que el conocimiento tiene su génesis en las estructuras
sociales pasadas y existentes, sólo puede comprenderse en relación con los problemas
que la humanidad ha encontrado y sigue encontrando en la superviviencia.
En este orden de ideas plantea Habermas que los intereses constitutivos
del conocimiento pueden definirse exclusivamente en función de los problemas de
la preservación de la vida, constituidos objetivamente y que han sido resueltos
por la forma de existencia cultural como tal. Asimismo contempla los intereses constitutivos de
conocimiento como los medios a través de los cuales organizamos la experiencia diaria, en efecto,
“nuestros” intereses organizan “nuestra” percepción y conocimiento de la
realidad en forma estructurada. Cada uno de nuestros intereses cognoscitivos
discretos sobre el control
de la naturaleza, la
armonía social y el crecimiento del individuo responde a un problema diferente
en la experiencia humana.
En la conceptualización de Habermas se establece que los distintos
intereses humanos exigen formas de conocimiento diferentes que requieren de
metodologías científicas distintas
(procesos del saber) basados en formas de racionalidad diferente pero
internamente coherentes. Para Habermas la racionalidad tiene menos que ver con
la posesión de conocimiento, que con la forma en que los sujetos que hablan y
actúan adquieren y utilizan el conocimiento. Cada método científico es un
proceso racional y válido para conocer dentro de su dominio el
conocimiento. La idea esencial es la inconveniencia de someter todas las formas
de saber humano a una sola forma de metodología o racionalidad. En particular
Habermas critica la aplicación de la orientación tecnológica de las ciencias
naturales (positivismo);
o la aplicación de la orientación subjetiva hermenéutica
(fenomenología) como criterios exclusivos para determinar la validez de todas
las formas de conocimiento. Situación esta que ha ocupado gran parte del
panorama investigartivo de nuestras universidades.
Por su parte Carr y Kemmis (1986), consideran la
interpretación que hace Habermas de los intereses, el conocimiento y la
ciencia, como un intento de identificar la importancia y los límites de las
explicaciones empíricas y causal hermenéutico-interpretativa.sobre la base de la
descripción que hace Habermas de la ciencia
social crítica dirigida a trascender los límites del saber inherentes a las ciencias
naturales e interpretativas. Estos autores proyectan una ciencia
de la educación crítica.
Es así como Habermas a su vez, plantea una
alternativa intersante en el contexto de los Intereses constitutivos como lo son
los intereses técnicos de la gente, que
se reflejan en la necesidad de controlar y de manipular el ambiente
externo para satisfacer sus necesidades de abrigo, alimento, etc. Estos
intereses, expresados a través del medio de trabajo se concentran en la
producción material necesaria para nuestra existencia. La racionalidad que
integra los intereses técnicos, el
trabajo y la ciencia empírico-analítica es una racionalidad instrumental
referida a la manipulación y el
control del ambiente;la
predicción de eventos
físicos y sociales observables; la realidad basada en el conocimiento empírico y
gobernada por reglas técnicas; y los criterios de control efectivo de la
realidad
Desde esta perspectiva, las acciones
racionales son intervenciones orientadas en función de los objetivos
y controladas por retroalimentación en un mundo supuestamente objetivo.
Habermas hace la crítica de que la racionalidad instrumental inherente a este
tipo de interés constitutivo de
conocimiento, ha llegado a ser una ideología extendida. Es ideología cuando se
aplica la realidad instrumental sin comprobación válida como criterio para todas las
formas y dominios del conocimiento. El resultado final es la reducción de los
asuntos morales y estéticos, educativos y políticos a problemas técnicos: el por
qué y el qué se reducen al cómo.
Las ciencias
empírico-analíticas o naturales, son las metodologías científicas que producen,
en una forma técnica, el conocimiento útil. El énfasis en la predicción y el
control de los procesos objetivos se relacionan directamente con los intereses
técnicos. La base filosófica de esta forma de conocimiento es el positivismo.
En esta corriente se afirma que sólo puede establecerse el conocimiento válido
en referencia a la realidad externa, experimentada por los
sentidos. Este enfoque se basa en la presunción ontológica del mundo objetivo,
como la suma total de lo que es, el caso, y clarifica las condiciones de la conducta
racional en esta base. Las ciencias empírico-analíticas se basan en ideales de
explicación, predicción y control.
En este enfoque la acción individual no es resultado de una conciencia
reflexiva subjetiva., en vez de ello, la acción individual siempre se observa
como algo gobernado por las leyes
funcionales invariables que operan fuera del control personal de
los actores individuales (Carr, y Kemmis 1986).
El paradigma
empírico-analítico en las investigaciones
de posgrado
El propósito del saber empírico análitico es descubrir regularidades
similares a leyes para
aplicarlas a la praxis educativa y mejorar la eficiencia.
Describe el centro de esta perspectiva
de la siguiente manera: Sobre la parte no subjetiva (observable) el
objeto de la metodología de la conducta
humana, el objetivo de la metodología de la
ciencia de la conducta
es descubrir las causas y efectos empíricos que gobiernan y explican la
conducta, y la organizan en enunciados de hechos similares a leyes sujetos a
verificación por observaciones objetivas. Estos son hechos que han servido de
marco a la generación de un conocimiento muchas veces no sustentado desde una
perspectiva crítica y teórica- Coincidiendio en este planteamiento con el de
Tellez (1996) para quien el reconocimiento del papel
de la teoría en la investigación se ha generalizado de un modo tal que continua
vigente la ausencia de toda preocupación por los supuestos epistemológicos
fundantes de la teoría y de las modalidades de efectuación de las prácticas
investigativas; ausencia que suele adoptar la forma de rechazo a lo que se
consideraron “discusiones estériles” y/o
la del entendimiento del papel
de la teoría en la investigación como mera aplicación de teorías dadas. En
cualquier caso, las consecuencias son las mismas: la aceptación acrítica de
teorías y, como correlato, la imposibilidad de que la investigación se oriente a
la modificación de los conocimientos existentes y, menos, a la emergencia de
nuevas construcciones teóricas, lo cual comporta, simultáneamente, la idea y
práctica de asumir las teorías como no analizables, como sistemas no
susceptibles de ser interrogados y cuestionados con relación a sus criterios y
pretensiones de verdad.
Otras de las razones que analiza la autora atañe al reconocimiento del
carácter insoslayable de la reflexión epistemológica en el proceso mismo de las
prácticas investigativas pues, si toda práctica investigativa comporta la
adopción de determinados enfoques teóricos, tal adopción presupone -reconózcase
o no la de los criterios epistemológicos que fundan y definen la naturaleza y
alcance de dichos enfoques en tantos modos de entendimiento teórico de los social. El
desconocimiento del estatuto epistemológico que rige todo discurso
teórico no deja de tener efectos en el proceso y resultados de la investigación,
efectos traducidos en las inconsistencias teórico - metodológicas que recorren
desde el planteamiento del campo problemático objeto de investigación hasta la
sistematización expositiva de los resultados. El relativo control de estos
efectos reclama del investigador una definición respecto de problemas claves que
son de índole epistemológica, entre ellos: (a) La concepción de lo real social y
sus implicaciones en la investigación de particulares procesos sociales.
Concepción que comporta la relativa a las relaciones de interdependencia entre
los distintos niveles de estructuración de tales procesos, y, así, la exigencia
de categorías de análisis que posibiliten la construcción teórica como puesta en
evidencia de la red de determinaciones
de los fenómenos construidos como objetos de conocimiento; (b) Los vínculos
entre teoría e investigación de lo social, las orientaciones ideológicas y la
direccionalidad de las prácticas sociales en las que busca intervenir; (c) La
concepción del proceso de conocimiento de lo social, en la que se sitúan
cuestiones tales como: los modos de proceder a la delimitación o "recorte" de los problemas - objetos
de investigación y su dependencia respecto de los modos de concebir la
constitución de los procesos específicos en el seno de la totalidad social de
los que forman parte; las formas de
concebir y efectuar procedimientos
de análisis y síntesis; la relación teoría - métodos y, en su contexto, el alcance de las teorías que suelen ser
aceptadas o rechazadas en la efectuación de las prácticas investigativas.
Desde la perspectiva instrumental, la enseñanza se convierte en un manejo
de fines y medios estandarizados; el aprendizaje
se convierte en el consumo
de paquetes preparados de porciones de información y partes de habilidades. El
éxito se manifiesta cuando los docentes y los estudiantes se desempeñan como se
les ha dirigido. Con el éxito del estudiante como objetivo el enfoque
instrumental se concentra en herramientas,
recursos,
ambientes, técnicas. Los docentes y los estudiantes como medios para aquél fin
determinado. Los sistemas
educativos se contemplan como un
sistema de entrada y salida., donde ingresan recursos y
materia
prima por un extremo, y por el otro sale un producto
terminado, un estudiante “educado”
exitoso. Dentro de este sistema de
entrada, los problemas
educacionales se consideran bloqueos causados por conductas inadecuadas
del docente, las insuficiencias del estudiante, o bien, el deficit de
recursos.
En cuanto a la crítica del uso de la racionalidad instrumental, Habermas
(1971-1984) se basa en dos líneas de argumentación. La primera critica del uso
de la racionalidad instrumental, a pesar de sus limitaciones, como criterio para
todas las formas de conocimiento. La racionalidad instrumental rechaza
categóricamente que los
valores pueden determinarse racionalmente, aunque ella misma se basa en la
presuposición de valores
de efectividad y eficiencia.
El segundo argumento se concentra en la universalidad real de las relaciones
similares a leyes reportadas. Habermas hace la distinción entre relaciones de
causa efecto invariables que siempre serán verdaderas en todas las situaciones,
y las relaciones causa efecto que existen debido a los factores y condiciones
sociales que pueden cambiar
Es así como en este paradigma
la acción social consiste en: la realización de enunciados que se justifican
desde el punto de vista objetivo, la actuación eficiente y el aprendizaje de
los errores pasados. El razonamiento instrumental, que niega que los
valores puedan analizarse
racionalmente dentro de su marco racional., no puede indentificar qué
valores deben o no, perseguirse.
Fisher (1980), argumenta que el mejor curso de acción no es el curso más eficiente y efectivo para alcanzar
los fines deseados. El mejor curso de acción es el que está respaldado por las
mejores razones. Esto es particularmente cierto en la educación. Las decisiones
en educación son simplemento instrumentales; se realizan en medio de
antecedentes de intereses políticos, profesionales y públicos, donde podría no
permitirse el curso de la acción más eficiente
Otro aspecto necesario considerar en el contexto del uso de la perpestiva
empírico-analítica en las investigaciones
acometidas por nuestras universidades lo constituye el hecho que Tellez (1996)
considera como el fatualismo y atomicismo de acuerdo con las reglas del
cientificísmo, que en esta corriente se estructuran de una particular manera:
la de delimitar/configurar los campos de
investigación como entidades observables, susceptibles de ser traducidas en
dimensiones controlables y medibles. De esta manera, el ajuste de prácticas investigativas a
tales reglas impide que aquellas rebasen la capacidad de controlar y medir de
acuerdo a los procedimientos
e instrumentos metodológicos que están al alcance del investigador. Los criterios de cientificidad y su
expresión en la exigencia de manipulabilidad de los "objetos" dan lugar a la
necesidad de adecuarlos a los requerimientos del método, más estrictamente, a
los requerimientos tecno-metodológicos con los que aquel suele
identificarse.
Sobre la base de lo planteado cabe subrayar que,
en y desde la epistemología empírico - analítica, lo que se enuncia como objeto de investigación,
supuestamente "extraído de la realidad", es ya, de por si, un método delimitado, "recortado", configurado a la medida de los
requerimientos de cientificidad aceptados sin discusión. Los objetos
enunciados incorporan su entendimiento tal y como tienen que ser: objetos con
arreglo a dichos requerimientos y a los procedimientos técnico - metodológicos
correspondientes. Los objetos de investigación son susceptibles de ser tratados
científicamente sí y sólo sí admiten su adecuación a los cánones
empírico-naturalistas de cientificidad: la observación controlada, el cotejo controlado de hipótesis a los efectos de su
verificación empírica; cánones que aparecen y se asumen como supuestos sin
discusión, pero que fundan la
configuración de los objetos en tanto objetos que permiten un
"tratamiento científico"; es decir, que sean controlables, medibles.Es así como
delimitados y/o configurados, los objetos de investigación disuelven todo
vínculo con su construcción teórica y metódica, pues tal delimitación y
configuración suelen darse como operaciones que
nada tienen que ver con dicha construcción, lo cual tiene dos consecuencias
fundamentales: (a) convertir estas operaciones en
aplicación experimental de
hipótesis o teorías aceptadas como científicas, sin discusión; (b) soslayar todo
campo problemático de investigación que no responda a la condición de ser
"científicamente tratable", en los términos que ya hemos referido.
Es con relación al modo metodologista de
delimitar/configurar los problemas de investigación donde cabe situar el carácter factualista/objetivista y atomista
de las tendencias teóricas e
investigativas en las que se despliega el paradigma empírico - analítico que las funda. El carácter factualista/ objetivista se
estructura
como efectuación del supuesto según el cual "la" ciencia se ocupa de
particulares dados en tanto que observables; dados, bien en el momento
de las observaciones fácticas o experimentales, bien en el momento del
control/verificación de hipótesis y teorías. En este supuesto arraiga el
entendimiento del discurso
científico-social como discurso que, referido a lo que es en cuanto observables, ha sido empíricamente
contrastado y comprobado, o es empíricamente contrastable y comprobable. Y, con
ello, la consideración de dicho discurso como opuesto al discurso valorativo;
oposición en la que se sitúa la exigencia de excluir todo valor
y todo juicio de valor.
Al
factualismo/objetivismo responde, también, el predominio de procedimientos analíticos,
consustancial al propósito que le es asignado a la investigación social: el
logro de conocimientos relativos a conexiones causales de orden funcional. Tal
privilegio comporta la anulación de
la síntesis como reconstrucción
teórica de la complejidad constitutiva de los fenómenos sociales y, con ello, la
restricción de la actividad investigativa al estudio de "variables"
y al establecimiento de relaciones de causalidad funcional entre ellas; variables
que se definen sin vínculo alguno con categorías de análisis y que ocupan el
lugar de estas en el estudio de lo real social. De tal manera, el análisis
deviene atomismo, propio de una
concepción para la cual los objetos de investigación no son sólo objetos dados
sino, más estrictamente, dados atomísticamente, objetos en sí, total y
absolutamente descontextualizados respecto de las redes de relaciones
sociales y a la generación de
un conocimiento globalizante de la situación problemática planteada
En los límites de tal concepción, finaliza la
autora, está presente en enfoques teóricos y en prácticas investigativas, los
hechos observables como "hechos en si" constituyen la realidad básica y última
de lo existente y de su conocimiento; de allí que sean estos límites los que, de
manera simultánea, determinen el no
lugar para las categorías de análisis indisociables de la construcción
teórica dirigida a la evidenciación de la red de determinaciones
sociales que estructuran ámbitos particulares de lo real social.
El papel dominante de
la teoría en el proceso de investigación
Para Castell (1981), la perspectiva empirista tradicional dentro de la
cual la teoría resulta de una interpretación a partir del análisis de datos
coleccionados sin un bagaje intelectual, está fundada en la afirmación de la
neutralidad de los datos, sobre
su existencia objetiva y no pidiendo más que un proceso de puesta en relación a
fin de organizar la materia
prima de esta realidad social directamente captada. Es normal que siendo la "teoría" el
resultado de una secuencia técnica que va de los datos al análisis lógico o
estadístico, pueda estar fuera del proceso mismo y que la diversidad del cuadro
teórico no implique variaciones sustanciales de los procedimientos de
investigación. Ahora bien, es esta
neutralidad teórica de los datos la que es enteramente puesta en juicio a medida
que se profundiza en la investigación metodológica.
Un primer nivel de critica, analiza el autor, podría ser que la recopilación de datos
descansa siempre sobre la previa clasificación de estos datos, ya sea conforme a
las categorías ad hoc según los
propósitos de la investigación, o bien a los términos de la práctica
administrativa, o más generalmente del lenguaje
corriente. Sin una reelaboración teórica se hace imposible controlar los efectos
de los datos codificados a partir
de los resultados de la investigación
Surge el planteamiento del emprirismo lógico que no hay en la ciencia
demostración de la verdad de una proposición, sino de su no falsedad, de la no
contradicción entre proposición
teórica y experiencia actual realizada.
Si esto es así, está claro que la inferencia causal en sociología no
puede partir de hechos sino ir hacia ellos, poniendo a prueba una cierta
hipótesis y en consecuencia un contenido teórico determinado, siguiendo la
lógica de los test
estadísticos. El argumento decisivo es, sin embargo el que toca la lógica misma
del análisis causal. Toda relación a establecer en un sistema de
variables se apoya sobre la hipótesis, es decir, la distribución al azar de los
efectos de las variables no estudiadas en las variables tomadas en consideración
y sus relaciones. Esta autonomía de un sistema de relaciones empíricamente
establecido es arbitraria, a menos que esta delimitación esté teóricamente
justificada, es decir, que la elección de las variables internas al sistema
observado y las hipótesis relativas a las variables externas al sistema implican
necesariamente una teoría sustantiva que da un sentido a las operaciones
efectuadas.
En este
orden de ideas Tellez (1996) acota que no es que se
pretende afirmar que éstos sean los únicos problemas susceptibles de ser
considerados; sin embargo, dentro
del campo de los posibles problemas no deben ser eludidos en tantas cuestiones
epistemológicas actuantes en las tenencias teóricas e investigativas en torno a
lo social. Acotar los términos en que dichos problemas son planteados en y desde
las opciones epistemológicas en debate,
permite advertir el alcance de las divergencias o convergencias entre dichas
tendencias. Al respecto es necesario considerar: (a) el estado actual de la teoría e
investigación social, caracterizado por una profunda crisis
de fundamentación tiene, entre sus fuentes
primordiales, la adopción acrítica y la presencia hegemónica de la epistemología
empírico - analítica, una opción que en su despliegue efectivo como
epistemología fundantes de teorías y prácticas investigativas no sólo fijo prescripciones relativas al "auténtico
conocimiento científico" sino también, en ellas y con ellas, determinadas proscripciones. En efecto, teorías e
investigaciones realizadas bajo la íntima convicción de que la ciencia consiste
en la adquisición y ampliación de conocimientos autofundados, autoconfirmados,
se prohiben interrogar sus criterios de fundamentación - los que fundan su
estatuto epistemológico -, su inscripción histórico social, sus implicaciones
ético - políticas; se prohiben, para decirlo con las palabras de Edgar Morin, "pensar los pensamientos",
"teorizar las teorías", "concebir los conceptos"1 . Por ello, sigue
siendo necesaria la tarea dirigida a evidenciar los límites que tal posición
epistemológica ha impuesto al
conocimiento de los social, a esta tarea intenta contribuir nuestra
reflexión.
El enfoque
fenomenológico como un paradigma en el contexto investigativo
Un aspecto a considerar en esta discusión
relativa a la investigación, es el surgimiento de algunas "nuevas" problemáticas
es la aparición en nuestro contexto educacional de la fenomenología lo que se observa cuando se analizan
distintos autores surge la necesidad de emprender nuevos derroteros
epistemológicos, es decir, existen algunos elementos que necesitan ser
revisados, a pesar que para algunos autores la fenomenología es un pensamiento
de comienzos de siglo, incluso
muchos de sus elementos pueden estar dentro de la filosofía de los
griegos. La emergencia de la fenomenología es de data reciente, la decada de los
'60 y esta emergencia de un pensamiento
fenomenológico ha sido contextualizada en los siguientes términos: en primer
término el surginiento de algunas nuevas problemáticas -la famosa crisis
de los nuevos paradigmas-.
Ese primer telón de fondo sobre el cual podemos colocar la emergencia de este
pensamiento se basa ante las carencias de los paradigmas dominantes, tanto en
filosofía como en las ciencias
sociales en general. Éstas tenían que ver más con posiciones sistémicas o
sistemológicas, en las cuales la problemática aún en el pensamiento más fuerte
de corte estructural existe un tratamiento hacia los actores. El problema del
auge de la fenomenología se encuadra, como acotamos dentro de esa crisis de los paradigmas,
aquellos enfoques de corte sistémico en los que el sujeto no estaba presente es
reinvindicado por investigaciones de corte fenomenológico en donde el sujeto
parece recibir más atención como parte integradora del medio a investigar.
Una segunda posición es que las corrientes
interpretativas aparecen por primera vez como una circunstancia investigable,
son enfoques que privilegian al sistema social a las estructuras
en donde el ángulo hermenéutico o fenomenológico se sitúan desde la perspectiva
del autor. En sus inicios estas corrientes fueron acusadas de idealistas,
metafísicas e individualistas no se reconocían la verdadera importancia que
tenía estos enfoques como una perspectiva diferente. Un tercer elemento es que
parece estar claro es cómo ciertas orientaciones postmodernas que cancelan la
historicidad de la praxis humana, tales como la "muerte
del sujeto", la "muerte
de la historia" y de las
grandes concepciones, de los grandes metarrelatos de Lyotard. Todo esto hace
pensar que otra vez el actor aparezca en un primer plano del contexto
investigativo.
El contexto investigativo fenomenlógico tiene un
asidero importante como elemento contextualizante en las demandas del
pensamiento social por una crisis general de la acción social que situe de
manera correcta los problemas de la vida cotidiana y los nuevos procesos de
estructuración social, es decir, un enfoque que vaya más allá de los actores.
Una teoría general de la acción en donde los actores aparezcan históricamente
constituidos, no como un dato, sino que la necesidad de la vida cotidiana sea
repensada fuera de un esquema alienante, como una posibilidad de emancipación a
través de esa vida cotidiana. Es
decir, que lo cotidiano por necesidad está condenado a legitimar el orden
social; por lo vivido: la experiencia vivida termina siendo no más que vivir en
el sistema, dentro de la lógica del propio sistema. Esa concepción de la vida
cotidiana tiene que ser vista desde otra perspectiva y ello implica una teoría
más amplia de la acción social.
Algunos problemas que surgen de la contextualización de la
fenomenlogía
El primer problema es la acción social y los actores sociales. Debe
entenderse la sociedad, la
actividad y el comportamiento
de los hombres en sociedad que
sigue una línea de acción. Pero ésta no es la única forma de actuación,
entendida a través de la praxis. Se pensó que la praxis era nada más aquella que
tenía un sentido histórico o que tenía un sentido transformador. Cuando se habla
de conductas o de comportamientos repetidos o reiterados se sale de la esfera de
la praxis. Es decir la praxis entendida como un contenido mesiánico con un
criterio historicista que con un contenido de lo cotidiano; lo cual llevó
necesariamente a reflexionar sobre la praxis.
Otro problema que surge, es de cómo entender a los actores ¿Cómo separar
a los actores, de individuos de personas, del sujeto? Cuando nos referimos a conjuntos
sociales; es decir, los trabajadores como actores sociales del proceso de
producción en una sociedad determinada valdría la pena preguntarse ¿Qué carácter
tiene el actor? ¿Cómo es su papel frente a la sociedad? ¿qué papel cumple en una
determinada coyuntura social?. El actor debe tener una competencia
para actuar socialmente y además deberá tener flexibilidad para actuar, o como
traducen las teorías neoliberales que sea racionalmente capaz de actuar en la
lógica de sus propios fines y que busque los medios que le sean competentes para
lograrlos. El actor se dimensiona o se sobredimensiona en función de as
situaciones y contextos que le tocan vivir.
Es necesario reflexionar sobre si el “acto” y “acción” es lo mismo. es
decir, si la acción no puede generarnos actos que no estaban previstos. por
ejemplo: lo que uno llama “efectos perversos”. Hay toda una corriente que trata
de estudiar los actos no intencionados de la acción social que logran tener una
fuerza
social impresionante. A manera de ejemplo cuando nos inhibimos de participar en algo, estoy
participando. Es decir, cuando dejo de votar estoy participando en el juego
de la abstención con todos los efectos que se conocen en torno a esta situación.
Entonces uno se encuentra conque los actos no intencionados de la acción social
son predominantes para definir la acción misma.
Una sociedad define la actuación de sus miembros y le define también
metas a sus miembros en parámetros que le sean racionales para el mantenimiento
y la reproducción del sistema. Dentro de la misma línea problemática de la
acción social y de los actores cabría preguntarse acerca de la motivación de la
acción ¿qué motiva la acción?y en un concepto más
cercano a la fenomenología: qué es la intencionalidad de la acción.
Cuando se analiza socialmente la intencionalidad de los actores se ve que
hay mucha más correspondencia entre la actuación de los actores y la forma cómo
esta organizada la sociedad. Esta sociedad define un proyecto que
aparentemente son los proyectos de
todos, es decir, cuando se establece el sistema normativo de la sociedad, lo
está haciendo con la idea de que este sistema normativo sea aceptado por todos;
allí la ignorancia no exime el cumplimiento.
Otro gran problema es la relación entre la acción social y la estructura
social. (relación individuo-sociedad). Es decir en qué planos, en qué niveles ,
qué dimensión se debe colocar la acción que los distintos actores hacen en la
vida social: y quién estructura la vida social. Nosotros vivimos en un mundo que
ya encontramos organizado, socializado y todo pretende mostrarnos cómo vivir en
ese mundo. Las estructuras sociales han sido constituidas por las actividades de
los sujetos o de los individuos y que en esa forma de organización de la
actividad en estructuras, es decir en formas de prácticas y actividades que ya están dadas o
aparecen dadas. Hablando dialécticamente nos interesa tanto las estructuras sino
como se estructuran esas estructuras.
Por lo tanto la dinámica que rige la formación de la vida social y cómo
se estructura el mundo de la vida , y cómo la acción social se relacionan con
las estructuras, es un problema
sumamente importante porque no es un problema directo, no es un problema
consecuencial, no es un reflejo como pensaba el “viejo marxismo”es
decir, n actuaba como reflejo de una estructura de una sociedad dada.
Otro concepto que
vale la pena analizar es el de “mediación
social” la acción social y la
de todos los que orgánicamente vivimos en una sociedad , nos permite conocer a
la sociedad que está estructurada no de una manera inmediata, sino más bien de
una manera mediatizada: por eso nuestras respuestas no son uniformes ni son
homogéneas , y esa mediatización la hacen unos organismos determinados, o la
hacen unos vehículos determinados que actúan como mediador. El gran mediador por
ejemplo es el
lenguaje: asimismo, los medios
de comunicación, la
familia las instituciones,
etc.
Los medios masivos de información han radicalizado nuestras vidas, su
influencia es definitiva en la conformación de las escalas de valores
en las estructuras normativas En el mundo moderno no se puede hablar de
información, ni de opinión, ni
de conformación de valores sin
partir de la influencia positiva o negativa de los medios de comunicación (es el
gran mediador por excelencia).
Otro problema que afrontar serían los discursos
de la acción. La discursividad de la acción nos introduce en las teorías del lenguaje
nos problematiza la manera cómo nosotros prefiguramos simbólicamente la acción.
En los discursos
de la acción cabría anotar varios problemas: la forma cómo se constituyen esos
discursos, la cultura
es un campo bien importante para entender la forma cómo se arman o se traman los
discursos. otro problema es la competencia
del actor en hace inteligible para el otro el significado de su propia acción.
Una acción se le pueden dar una gran cantidad de significados que tienen que ver
con aspectos culturales, con los valores,etc. En cuanto a los significados del
discurso desde la óptica fenomenológica, los autores parten de una tesis
sencilla tal y como “toda acción es significativa” la significatividad de mi
acción es lo que la hace inteligible para los otros. Entonces quiere decir que
la significatividad no es lineal, ni está previamente definida sino que hay que
verla dentro de una teoría general de la acción en donde pueden aparecer actos
no intencionados, no deseados, o actos n deseados pero reprimidos y ahí tiene
que ver con la sociedad, la cultura
y muchas maneras de entender.
Recogiendo el pensamiento fenomenológico, hay acciones
que están inscritas en el mundo, la vida, son acciones que tienen que ver con el
mundo natural, con una actitud
natural del actor. Existen otro tipo de acciones las “acciones con arreglo a
fines” y “acciones con arreglo a
valores” que son acciones que
tienen conductas relacionadas con la política, la religión, la
moral, etc. Asimismo existen
las acciones no intencionadas que aparecen como desviaciones de lo que se supone
es la actitud
normal o natural. y las acciones no están pensadas racionalmente.
Si el centro de la actividad de los actores, en donde se define su
actitud natural, su actitud ante el mundo, según los fenomenólogos, es la vida
cotidiana o el mundo de todos los días, el mundo que está allí. Es el mundo que
necesita ser reflexionado, que es evidente por sí mismo. En la cotidianidad es
donde se encuentran los elementos que le dan sentido a la vida, a las vivencias.
Construir el mundo de la vida cotidiana es asignarle significados (tipificar el
mundo cotidiano). Una primera tipificación es preguntar ¿Quién es otro? con el
cual interactúo y establezco mis acciones y le transmito mis significado- ¿Quién
es mi semejante? es comprender la significación que el otro le da a mi
planteamiento para construir del mundo en donde yo vivo. Sin embargo, la expresividad humana debe
ser capaz de objetivarse, o sea manifestarse en productos
que estén al alcance y comprensión de otros. Dichas objetivaciones sirven como
índices más o menos duraderos de los procesos subjetivos de quienes los
producen, lo que permite que su disponibilidad se extienda más allá de la
situación “cara a cara” (Berger y Luckman, 1987).
Algunas reflexiones en torno a lo planteado en este trabajo...
Es
evidente que la mayoría de nuestras investigaciones han sido inscritas en el
marco del paradigma empírico-analitico, haciendo uso de los fundamentos de la
racionalidad instrumental como han planteado Habermas y otros autores
estudiados; quizás el no insistir
en consideraciones de tipo teórico a la hora de estudiar a fondo de los
resultados de un trabajo de esta naturaleza ha llevado a que estas reflexiones
no se les de la debida connotación.
Sin embargo, y para beneficio de la producción de ese conociemiento que
tanta falta le hace a nuestro sistema educativo se ha estado
gestando y ya están sisponible una nueva generación de investigadores que ya
tienen en cuenta un rumbo críitico y analíiitico en torno a las consideraciones
de tipo epistemológico necesarios en un proceso investigativo.
Existe en el movimiento investigativo una suerte de empuje de toda esta metodología de carácter social
y críitica que ya se está aplicando en las diferentes estudios acometidos.
Por estas razones se hace necesario una toma de consciencia de los
investigadores sociales y las entidades que tiene a su cargo la difusión de
estas corrientes, el hacer llegar a la masa docente, ávida de conocimiento, pero
sin muchas oportunidades de asumirlos por cuanto los curricula actuales de la
mayoría de los centros de estudios de posgrado parecieran no hacerce partícipes
de esta realidad.
Bibliografía
Berger H.Luckman B. (1987) La vida cotidiana
Casanova J. La Educación de posgrado
Castell M. (1981) Métodología y epistemología de las ciencias
sociales "Ed. Ayuso Madrid
Carr
W. Kemmis B. (1986) Ciencia social crítica
Tellez M.(1996) "Espistemología y educación. Estudio sobre la
pesrspectiva empírico analítica.Cuadernos de posgrado Nº 13 UCV.
Habermas J. (1971) "La
lógica de las ciencias sociales . edt Tecnos
Ruiz C. Girón T. Ramirez R. (1990) "Evaluación del Programa de
Especialización en Evaluación Educativa que Llevado a Cabo en el Instituto Pedagógico
J.M.Siso Martínez" trabajo presentado en el marco de las XI jornadas de
Investigación UPEL Caracas.
Trabajo enviado por:
Carlos M.. Ruiz
P.
carlosruiz@cantv.net
Volver al inicio | Volver arriba |
Términos y
Condiciones - Haga
Publicidad en Monografias.com - Contáctenos © 1997 Lucas Morea / Sinexi S.A. |