ASIGNATURA:
SEMINARIO AVANZADO DE
FILOSOFIA DE
ENSAYO
3: Aprendizaje Colaborativo entre los Participantes
POSTMODERNISMO Y NUEVAS PRÁCTICAS DE SU
APLICACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES TRANSCOMPLEJAS
Autores: Castro, Evelín; García, Gustavo; Rivero, Nereida;
Bonillo, Pedro; Vera, Ludwig y Puente, José
INTRODUCCIÓN
Este ensayo ha sido
elaborado bajo el enfoque de la una visión colaborativa e integradora entre los
participantes del Seminario Avanzado “Filosofía de
En tal sentido, este Ensayo
aspira a establecer una postura integrada y ordenada por los participantes en
el referido Seminario, con el fin de ubicar en tiempo y espacio el postmodernismo
dentro de un contexto gerencial. Es así como este escrito resulta estructurado
por una introducción, un cuerpo en el que se discuten los diferentes enfoques
que se han sido objeto de estudio durante el desarrollo del Seminario, así como
por unas conclusiones generales y la bibliografía.
CONTENIDO
El paradigma
empresarial en construcción y conformación actualmente, plantea variaciones en
la fisonomía estructural y en los valores y concepciones que guiaron -décadas
atrás- el funcionamiento de la organización empresarial. El futuro avizora ya,
según los indicios y tendencias percibidas en el presente, además del
replanteamiento de la idea de empresa, la consolidación de organizaciones que,
asumiendo los contornos de la nueva organización, se diferenciará de los
valores y objetivos de la clásica empresa lucrativa para alcanzar finalidades
en el ámbito del desarrollo social, y en un mercado que tiende a volverse más
competitivo; pero, cuyo éxito y equilibrio depende de una visión más humana del
trabajo organizado, del desarrollo y de la creación y distribución de la riqueza.
Esto conlleva al estudio de la gerencia bajo el enfoque trans-organico o
emergente donde el individuo no sólo tiene una visión personal sino trans-personal;
este enfoque pasa de la gerencia moderna a la gerencia postmoderna enmarcada en
el postmodernismo.
Este postmodernismo es
un movimiento internacional que surgió a partir de la década de los ochenta y
se extendió a todas las artes, ciencias sociales y filosofía. La idea de un pensamiento
postmoderno ha sido fuente de arduas discusiones. Una de las fuentes de esta discusión
se encuentra en que no es capaz de definirse en términos positivos, es decir,
que por su propio nombre se asocia con la secuela de algo, en la que su
característica estriba en que se trata de un periodo de la historia sin tener
en si mismo un valor particular.
Esto puede
manifestarse también en las diversas acepciones del Postmodernismo hecha por
diferentes filósofos; entre ellos se puede citar a Haberlas; para él la
postmodernidad se presenta en realidad como anti–modernidad, define a los
postmodernistas como jóvenes conservadores, quienes reclaman como suyas las
confesiones de algo que es subjetivo, liberado de las obligaciones del trabajo
y la utilidad, dando así un paso fuera del mundo moderno. Por su parte Lyotard,
contrario a Haberlas, critica la sociedad actual postmoderna y dice que va más
allá de lo estético; critica la desaparición de los relatos marxistas porque
estamos determinados por factores económicos y hay ausencia de libertad que es
lo que caracterizaba a este movimiento; mientras que Huyssen destaca que existe
una relación entre modernismo estético y el postestructuralismo, y defiende a
la cultura postmoderna cuyo surgimiento se debió a las nuevas tecnologías que
se apoyan en el lenguaje (1).
Es importante también
destacar lo señalado por Mata, quien aduce que la individualidad postmodernista
le concede mayor relevancia a los sentimientos que a la razón; rechazando los
ideales de los modernistas. De ahí que él sólo atienda las concepciones
múltiples y contradictorias entre sí. Se desvanece el sentido comunitario y
aparece la singularidad con gran fuerza. Éste no admite paradigmas ajenos, ni
certezas absolutas y sus consideraciones pueden cambiar de un instante a otro.
Por su parte, Briceño
destaca que la actitud postmoderna valora la tolerancia universal y propone
para ello la renuncia al fundamento; tan fundamentalista le parece el
materialismo como el creacionismo. Este culturalismo se diferencia de las
filosofías anteriores en que se esfuerza por saber de todo; pero, sin afirmar
ni negar nada. Su idea de persona culta es alguien con acceso a mucha
información; pero, sin convicciones. La idea del culturalismo es que hay que
conocer todas las ideas, para no comprometerse con ninguna (2).
Pero, obtener una
definición más profunda de postmodernismo va más allá de una conjugación de
hechos y una interpretación del lenguaje y de lo semántico. Para definir el
postmodernismo hay que entender como la globalización ha influido en nuestras
vidas, dando origen a un nuevo capitalismo. Como plantea Kellner, la
globalización ha producido un sistema económico mundial y leyes de mercado que
protegen a las corporaciones transnacionales en deterioro de la vida humana, la
biodiversidad y del ambiente, además de que la automatización del trabajo ha
generado grandes niveles de desempleo, inseguridad e inestabilidad. Esto genera
crisis y una contradicción, en vez de mejorar la condición humana, se ha empeorado
las condiciones de vida. La contradicción está tanto en lo político, como en lo
social y cultural. Kellner plantea que todas estas mutaciones se etiquetan como
“postmodernismo”. Para él, postmodernismo es todo lo que es singular y original
en nuestra era.
Hasta este momento
hemos visto el postmodernismo como una corriente contraria al modernismo; pero,
hay autores que lo ven como un modernismo mejorado; tal es el caso de Giroux y
Aronowitz (1993), quienes plantean que el reto del postmodernismo es importante
porque cuestiona ciertos modelos hegemónicos de la modernidad. Se trata de
modelos de la cultura occidental dominante y su idea de unas prácticas de la
razón de supuesta validez universal. De igual forma, afirman que en el
postmodernismo hay una combinación de posibilidades reaccionarias y
progresistas. No se trata de un mero rechazo de la modernidad sino de una nueva
modulación de ciertos temas. Ante todo, se trata de las posibilidades de una
democracia radical. El postmodernismo se relaciona con ciertos hechos de la
cultura en la época del capitalismo tardío, en donde la cultura postmoderna
privilegia la diversidad, la localidad, la especificidad, la contingencia, y la
lucha contra las totalizaciones.
En estas afirmaciones
no enfatizan un mero rechazo a la modernidad sino una nueva modulación de
ciertos temas. Por ello, la cultura postmoderna reconoce la diversidad, la
localidad, la especificidad, la contingencia y la lucha contra las
totalizaciones. Algunos la consideran la lógica cultural del capitalismo
tardío; se modelan nuevos espacios geográficos y formas sociales. El
postmodernismo viene a ser una nueva manera de fragmentación, creación de
formas nuevas, nuevo desarrollo artístico dentro de la sociedad de capitalismo
tardío, o más bien, de una transición del capitalismo.
En otro sentido, para
Beaudrillard el postmodernismo vulnera las fronteras que han sido esenciales a
la lógica del capitalismo. Hace una interpretación irónica de la cultura
postmoderna. Se trata de una hiper-realidad, esto es, de una proliferación de
significados donde las "fronteras colapsan" en el juego de la
simulación. La realidad se vuelve pura superficie. La historia colapsa en el
"vértigo de las imágenes electrónicas" que sustituyen a la realidad.
El mundo en que vivimos es un torrente de signos e imágenes cuyo significado
parece escapársenos. Ya no se trata siquiera de interpretar los signos sino de
consumirlos. Se rechaza el narrador omnisciente y se defiende una pluralidad de
narrativas. El postmodernismo niega la categoría de competencia imparcial,
puesto que esas competencias sólo constituyen formas de exclusión: de las
mujeres, de la gente de color e incluso de la naturaleza. La universalización
lo que ha supuesto es la imposición de los modelos occidentales de la cultura.
Es por esto que los
autores, al reconocer la contingencia, aceptan un universo cambiante y complejo
y el rechazo a la totalidad, niega que podamos tener la verdad absoluta. El
postmodernismo, visto así desde el nuevo capitalismo como consecuencia de la
globalización, es la creación de una nueva estructura social. No es igual
nuestra sociedad a la que existía antes de
Sin duda que, uno de
los problemas con que nos enfrentamos en el momento presente es con el
surgimiento de una nueva condición social, la postmodernidad (Hargreaves, 1994)
en la que la economía, la política, la organización y la vida privada se
estructuran de forma diferente a la modernidad. Las antiguas certidumbres se
rompen y la confianza en la ciencia empieza a perder credibilidad. Los grandes
avances en telecomunicaciones y la masiva diseminación de información dan
múltiples opciones a nuevas formas de vida (3).
Todo lo expuesto
anteriormente, nos presenta una visión general del postmodernismo donde se
puede inferir, que dicho pensamiento se presenta como: pensamiento anti-modernidad,
determinado por factores económicos; tiene ausencia de libertad, surge de los
avances tecnológicos, presenta condiciones de incertidumbre, se identifica con
lo individual, disipa el sentido social o comunitario, surge la peculiaridad;
se presenta también como una fragmentación creando formas nuevas y un nuevo
desarrollo artístico dentro de la sociedad de capitalismo tardío.
En tal sentido, esta
corriente se presenta como una crítica de todas las formas de representación y
significación que reclaman validez trans-histórica. Rechazando la razón
universal y poniendo como alternativa las formas de conocimiento que son
parciales, sociales e históricas. Se establece a Europa como referente primario
de la cultura, la política y la verdad. "No hay tradición y certeza que
pueda hablar con autoridad por toda la humanidad". Las tradiciones han
demostrado la importancia de constituir la historia como diálogo entre la
pluralidad de voces. Las tradiciones no deben ser evaluadas por su reclamo a
una autoridad verdadera, sino por las vías que ella abre para liberar las
posibilidades humanas. Es por esto que para la postmodernidad la tradición no
representa toda la complejidad de la vida; pero, sirve para hacer conscientes a
los pueblos de la propia historia y de la memoria que los constituye como
cultura e identidad diferenciadora.
Esta reflexión nos
lleva a que el postmodernismo se oponga a un concepto unitario y central de
sujeto y de historia.
En otro sentido el
postmodernismo destaca la solidaridad y la compasión como aspectos esenciales
para desarrollar el entendimiento y la capacidad de experimentar el mundo.
Ofreciendo una serie de referentes para repensar el hecho de que nosotros
estamos constituidos como sujetos dentro de condiciones socioculturales
cambiantes. En definitiva, se rechaza el euro-centrismo de querer hablar por la
humanidad y los reclamos epistemológicos del fundacionalismo, y se subraya la
necesidad de articular un concepto de diferencia que se constituya como réplica
al liberalismo.
Es por esta razón, que
el reconocer implícitamente la influencia del postmodernismo en todas las áreas
de la investigación social, la última edición del Handbook of Adult and Continuing Education ha tomado como base
conceptual organizadora de la disciplina la idea de "Práctica Críticamente
Reflexiva" articulada dentro del mismo volumen por Brookfield (2000) como
un reflejo en el quehacer educativo de la luz postmodernista. En primer lugar,
una práctica críticamente reflexiva debe tomar conciencia de los factores
ideológicos y de uso del poder que la guían. Los valores, las creencias, las
explicaciones "auto-evidentes" y moralmente deseables no deben pasar
al dominio de acción sin ser debidamente analizados. Aquello que las
organizaciones suponen conocimiento propio, o convicción personal, ha sido
ideológicamente sedimentado y como ocurre también con los tesoros arqueológicos
se requiere una tarea titánica para rescatarlo y colocarlo en una perspectiva
lógica que explique su influencia en el presente. Toda práctica gerencial está
basada en suposiciones hegemónicas (incluido el postmodernismo que no se
excluye a sí mismo de su propia crítica), vale decir, creencias tácitamente
aceptadas como factores de buena práctica gerencial sin tener el poder crítico
necesario para observar que en realidad tales suposiciones pueden ir en contra
de todo aquello que consideramos. Es una ironía que las mejores intenciones de la
gerencia puedan convertirse muchas veces en prácticas anti-gerenciales. De esta
manera, el orden se convierte en autoritarismo, la calidad de un producto se
transforma en aprendizaje estandarizado para el consumo de una sociedad
capitalista, y la instrucción efectiva puede robar el conflicto cognitivo que
todo empleado debe experimentar para transitar en su zona de desarrollo próximo.
Ahora bien, en el
ámbito de la dirección de empresas según Lozano y Wenzel, el postmodernismo
implica: motivaciones espontáneas compartidas, identificación individual sin
menoscabo de lo social, condiciones de incertidumbre, riesgo y desfragmentación
no programables, temporalidad relativa, cambios en principios sociales,
adaptabilidad a los cambios, predominio de la subjetividad sobre la
objetividad, del desorden sobre el orden, de la polivalencia lógica sobre la
lógica bivalente, de lo supersticioso sobre la ciencia formal, de la ignorancia
sobre la razón y del lenguaje metafórico sobre el lenguaje formal (4).
Mientras Cuellar
(citado por Lozano), considera que las características de la postmodernidad
contraria a la modernidad, consiste en que la modernidad considera que la razón
ilustrada tiene capacidad para sacar todo a la luz, como si la oscuridad y el
misterio fueran errores o verdades provisionales; mientras que la
postmodernidad concibe este aspecto como una de las posibilidades de la
inteligencia humana; por otra parte, la modernidad concibe a la inteligencia
humana con capacidad para moverse en un ámbito puramente material, tasable y cuantificable,
mientras que la postmodernidad lo trasciende y da lugar a preanuncios sobre la
inminente llegada de otra época.
Es indudable que con
la llegada de otras épocas, otras realidades políticas, sociales, tecnológicas
y culturales, surjan nuevas corrientes filosóficas -en lo que respecta al
ámbito de la dirección de empresas- sobre aspectos mutantes tales como la
organización, el aspecto relacional, el motivacional, el ético y el
cognoscitivo. Surge entonces una tercera postura, denominada “trans-postmodernidad”,
que según Lozano, media y trasciende al modernismo y postmodernismo y que a
nivel de ensayo, pudiera admitir según las circunstancias, un intercambio entre
lo implícito y lo explícito al sujeto actuante, reorientando la competencia
hostil hacia un plano de tolerancia compartido, donde resalte la condición de
dignidad humana, para delinear una acción concertada, donde se actúe como en un
solo cuerpo, respetando el quehacer de cada quien, pero trabajando juntos.
La postura del autor
anteriormente señalado, es cónsona con lo que expone Martínez, M (2004), en lo
que respecta a la necesidad de un nuevo paradigma al referirse a las ciencias
humanas, al respecto aduce que el paradigma científico tradicional centrado en
el realismo, empirismo y positivismo, ha alcanzado los límites de su utilidad
en la gran mayoría de las áreas del saber, y se impone la necesidad de hallar
otro, su agotamiento radica sobre todo en su incapacidad para dar explicaciones
adecuadas e intelectualmente satisfactorias de la realidad que nos circunda y
de los fenómenos que percibimos, donde la incapacidad del mismo hace repercutir
su esterilidad y pobreza, y frena el progreso y avance de los verdaderos conocimientos
que necesitamos.
De igual forma, La
revisión y bosquejo de los contornos de la postmodernidad, es también objeto de
reflexión por parte de estos autores que postulan la emergencia o conformación
de un nuevo paradigma epistémico, aun en construcción; pero, que supone una
superación del paradigma positivista, tales como la identificación de perfiles
para una nueva manera de entender la relación del hombre con su entorno, así como
los saberes necesarios para afrontar el futuro. Edgar Morín (2000), y Martínez
M (2004), plantean la necesidad de un nuevo modo de conocer, de una nueva
matriz epistémica que establezca una mayor sintonía con el momento histórico
que atraviesa la humanidad y, por ende, la ciencia.
Para Edgar Morín
(2000), la realidad no es evidentemente legible. Las ideas y teorías no
reflejan sino que traducen la realidad, la cual pueden traducir de manera
errónea. Nuestra realidad no es otra que nuestra idea de la realidad. Esta
sería una de las implicaciones de la postmodernidad, que en el plano
filosófico, parece habitar todos los territorios y espacios de la discusión
académica. Así, entre las crisis que, a decir de muchos, sacuden todos los
órdenes de la vida humana en la actualidad, otorgándole al término un sentido
de transformación o transición entre un estado y otro, se encontraría una
crisis paradigmática, una crisis de los valores y nociones que guiaron, durante
mucho tiempo, la acción y reflexión científica del hombre.
De igual forma,
Martínez M. (2004), expresa que el positivismo lógico, modelo o paradigma
"Newtoniano-Cartesiano" que valora, privilegia y propugna la
objetividad del conocimiento, el determinismo de los fenómenos, la experiencia
sensible, la cuantificación aleatoria de las medidas, la lógica formal y la
verificación empírica, ha sido superado y en los actuales momentos, atraviesa
una transición hacia lo que él denomina el Nuevo Paradigma Epistémico.
Es bajo este enfoque
que el nuevo paradigma epistémico, ha sido identificado con lo que se ha
llamado el pensamiento complejo o transdisciplinario, el cual es definido por
Morin como “… ante todo un pensamiento que relaciona. Es el significado más
cercano del término complexus (lo que está tejido en conjunto). Esto quiere
decir que en oposición al modo de pensar tradicional, que divide el campo de
los conocimientos en disciplinas atrincheradas y clasificadas, el pensamiento
complejo es un modo de religación. Está pues contra el aislamiento de los objetos
de conocimiento; reponiéndoles en su contexto, y de ser posible en la
globalidad a la que pertenecen” (6).
Es por ello que este
planteamiento, en la configuración de un nuevo paradigma científico
post-positivista, se complementa con lo expuesto por otros autores
postmodernistas, abocados a la proposición de aproximaciones a los fenómenos
presentes y porvenir, bajo esta concepción esbozada.
Bajo este contexto, la
perspectiva Bonillo, Vera y Puente (2005), en el ensayo del enfoque
transorgánico o emergente en el ámbito de la gerencia destacan, que el
paradigma empresarial en construcción y conformación, actualmente plantea
variaciones en la fisonomía estructural, en los valores y concepciones que
guiaron décadas atrás el funcionamiento empresarial, donde el éxito y
equilibrio de las organizaciones depende de una visión más humana del trabajo
organizado, del desarrollo de la creación y distribución de riquezas, lo cual
conlleva al estudio de la gerencia bajo el enfoque transorgánico o emergente,
donde el individuo no sólo tiene una visión personal sino Trans–personal, este
enfoque pasa de la gerencia moderna a la gerencia postmoderna a través de la
globalización (5).
Todo lo anteriormente
expuesto, conduce a concluir que el criterio del postmodernismo da mayor relevancia
a los sentimientos que a la razón; da prioridad a la identificación individual
sin menoscabo de lo social, objeta las elites por su carácter avasallador y
dominante, se inclina a que el individuo se legitime con su comunidad. Tal como
lo expusieron Giroux y Aronowitz, existe en el postmodernismo una combinación
de posibilidades reaccionarias, concebida sobre una democracia racional donde
su cultura reconoce la diversidad, la localidad, la especificidad, la
contingencia y la lucha contra las totalizaciones.
Para
Por otra parte, en el
ámbito empresarial se puede observar que en el mundo actual globalizado, se han
generado cambios y que los mismos son abordados mediante el paradigma
Postmoderno; sin embargo, surge la necesidad de un nuevo paradigma centrado en
el pensamiento complejo y transdisciplinario, que vaya contra el aislamiento de
los objetos de conocimiento; sino que por el contrario estén en constante renovación
en su contexto y en la globalidad a la que pertenecen.
A pesar de esto, no
todo es favorable cuando se hace referencia al postmodernismo, toda vez que en
la actualidad al referirse al postmodernismo, se plantea la inevitable
necesidad de realizar consideraciones sobre la modernidad para entender las
razones que originaron su surgimiento. Acerca de la modernidad surgen diversas
posturas, unas para rechazar, otras para comparar y otras para indicar las
convergencias entre la modernidad y la postmodernidad con la intención de
demostrar que sólo se está frente a una transición. Unos se refieren a la
modernidad para la negación de la edad media por rechazar la unión de fe y
razón durante sus diez siglos de permanencia.
Por otro lado, otros
argumentan el aporte del modernismo por plantear el triunfo de la razón en
todos los órdenes de la vida por medio de las ciencias. Para estos modernidad,
ciencia y razón serian considerados como sinónimos, la modernidad exalta la
razón humana y la idea de sujeto como instrumento regulador de la sociedad; la
razón instrumental. No obstante, dichos aportes al progreso de las ciencias y
organización de la vida social y política, en un intento por dar a la humanidad
un futuro representado por la prosperidad económica, asociando ésta a la
felicidad, el revés estuvo representado
por el costo social de esa felicidad, representado por las guerras mundiales,
exclusión social, marcada pobreza, entre los mas destacados. Según estos
observadores, la herencia: un mundo mas fragmentizado y relativizado (7).
Pero, destaquemos cual
fue la gran omisión del modernismo que produjo el desencantamiento de todas la
promesas y grandes expectativas del pensamiento modernista; lo esencialmente
humano. En teoría, sería colocar el hombre al servicio de la ciencia y no la
ciencia al servicio del hombre. Así pues, este aspecto, se convierte en la gran
pretensión y postulado principal del pensamiento posmodernista; la preocupación
por el hombre en su amplio significado. Puede señalarse entonces, que el surgimiento
de la postmodernidad se relaciona con lo que no funcionó en la modernidad. El
postmodernismo es más amplio e incluyente con una perspectiva amplia y abierta
que permite percibir la diversidad de las actividades artísticas, culturales,
intelectuales y políticas como parte de un proceso dialéctico único, además de
permitir un proceso de interrelaciones entre ellas (8).
Sin embargo,
analicemos el arranque del postmodernismo partiendo del origen mismo de la
palabra. Etimológicamente el sufijo “ismo” se relaciona con tres conceptos
básicos: actitud, doctrina y actividad; mientras que prefijo “post” indica que ésta
se encuentra más allá de la modernidad. Por lo que el propio origen de la
palabra indica una heterogeneidad teórica que se adelanta a las propias
teorías.
En este sentido, la
postmodernidad tendría que mostrarnos una actitud diversa que caracterice una
doctrina que la separe de la modernidad; pero, parece que la realidad es que
requiere de unas condiciones económicas concretas para poder desarrollar sus
características por lo que la transición, sobre todo en los países
occidentales, nos conduce a la interrogante: ¿hasta qué punto será necesario la
permanencia de las condiciones de la modernidad para que estas sociedades
puedan apropiarse las condiciones de la postmodernidad? Quizás esto conlleve a
aceptar que hay una vía intermedia, la que denomina Lozano como Trans-postmodernidad.
Siendo la tecnología y
el desarrollo tecnológico las principales características del postmodernismo,
se observa, a decir de Maslow, que a medida que el desarrollo tecnológico
permite liberar a las personas de los rigores
del trabajo, éstas adquieren una mayor evolución en su manera de pensar
y actuar. Un hecho loable si la realidad de los países no desarrollados no mostraran,
como lo hacen, a sus trabajadores con las mismas condiciones laborales y
existenciales de hace dos siglos, manteniendo los referentes iniciales de la
modernidad. Por lo que en estos casos la postmodernidad se nos presenta con una
percepción relativa dentro de la sociedad. A juzgar por situaciones como estas,
se trata de un paradigma que aún permanece en niveles intermedios (modernidad –
postmodernidad) y al cual se aspira asumir por completo sin que llegue a
convertirse en una utopía, si algunas sociedades u organizaciones no logran
superar situaciones particulares.
El paradigma
postmoderno en el campo administrativo caracteriza a las organizaciones que
idealmente se ajustan a él como: fractales y flexibles, con énfasis en la
efectividad, con un flujo de información abierto, cuyo enfoque de poder está
centrado en el conocimiento y la experiencia, integrados por grupos
multidisciplinarios que utilizan tecnología de punta, y se desempeñan como
agentes permanentes de cambio. Sus estructuras son planas y horizontales, se
rigen con gran flexibilidad en el proceso de toma de decisiones, orientadas a
la solución de problemas, extremadamente competitiva e innovadora, involucra,
estimula y recompensa a sus colaboradores (empleados), entre otras cosas. Son
organizaciones orientadas culturalmente y apoyadas por un nuevo conjunto de valores
y creencias.
Si se entiende la
postmodernidad “como una nueva expresión de las tendencias filosóficas,
ontológicas, metodológicas, científicas, artísticas, políticas, sociales etc.,
estamos no sólo ante un cambio de paradigma sino ante un cambio cultural
profundo que afecta todas las áreas de la vida humana” (9).
Como una necesidad
para que las organizaciones ancladas en el paradigma moderno puedan iniciar su
transición hacia una organización transmoderna, éstas deben comenzar por
revisar su misión y visión. Una revisión que les permita determinar cuáles son
sus valores fundamentales y cómo poder abandonar las prácticas modernistas que
amenazan su supervivencia. Sin dejar de lado -a pesar del peso que tiene la
tecnología en este paradigma- la figura del hombre, del ser humano, sus
virtudes, talentos y habilidades para que realmente la postmodernidad pueda ser
vista como una solución que permita contribuir al incremento de los niveles en
la calidad de vida y a la felicidad del hombre (deuda social que heredó de la
modernidad).; sin embargo, aquí tiene cabida una reflexión que Kant formulase
en su tiempo, y es que el centro del asunto es cómo conocemos y no qué
conocemos.
La idea de describir
todo este panorama conceptual es mostrar que el postmodernismo es una corriente
de pensamiento sumamente compleja que está enmarcada en lo social, filosófico,
organizacional y científico, que no se delimita claramente aún del modernismo
científico y que se ha ido entrelazando con la globalización, creando una
intrincada red de relaciones entre disciplinas que ha influido tanto positiva
como negativamente en nuestro mundo actual.
CONCLUSIONES:
1.
El
postmodernismo ha generado aportes positivos y negativos. Entre los positivos
cabe destacar su defensa del pluralismo y su orientación hacia los valores
espirituales; pero, a su vez, la nueva economía enmarcada en su filosofía
también ha generado desempleo y pobreza a nivel mundial. Esta es una
contradicción que nos lleva a pensar que hay que profundizar en una nueva
corriente, presente en la actualidad a nivel de ensayo, que es la
transpostmodernidad. Hay que orientarse hacia los valores espirituales, es la
única forma de obtener el compromiso en el trabajo del hombre en las
organizaciones transcomplejas actuales, ya sean con fines de lucro o sin ellos.
El trabajador del conocimiento actual está muy lejos de ser motivado bajo el
enfoque mecanicista de Taylor, Weber y Farol, entre otros.
2.
En la
organización actual, dominada por la complejidad de sus relaciones internas y
externas, sumergida en un entorno cambiante, se puede inferir que no hay cabida
a aplicar únicamente los principios determinísticos planteados en la corriente
modernista. Estamos en un momento en el que no podemos establecer modelos
simplistas y reduccionistas para conocer y explicar las condiciones de los
sistemas, lo más prudente resultaría asumir una actitud trans-postmoderna.
3.
El análisis del
entorno, de la realidad que se vive, plantea hoy por hoy la referencia al
proceso de globalización, como constructo teórico que sintetiza al conjunto de
cambios económicos, políticos, tecnológicos, sociales y culturales, en el plano
fáctico o empírico, así como el surgimiento de
4.
Los cambios en
el contexto mundial, agrupados en términos prácticos en la globalización y
abordados científicamente mediante el paradigma posmoderno, han generado
cambios en todos los ámbitos del quehacer humano y, por ende, en el gerencial.
El esquema de gerencia empresarial clásico, vigente
por mucho tiempo, está siendo sustituido por un nuevo modelo de gerencia con un
conjunto de características que colocan el énfasis en el plano subjetivo y
humano, y en la flexibilidad ante la rapidez y vertiginosidad de los cambios en
el entorno. Frente a la empresa, surgen organizaciones no gubernamentales y de
participación comunitaria, que con valores, concepciones y objetivos distintos,
asumen los rasgos del nuevo paradigma empresarial para alcanzar eficientemente
y con éxito sus objetivos.
5.
Un tipo
particular de organización, puede implicar –igualmente– un tipo particular de
administración; tal es la tesis de
6.
Pero cuando los
objetivos perseguidos tienen que ver con beneficios intangibles como calidad de
vida, bienestar social, participación, desarrollo o superación de la pobreza,
el modelo administrativo –sin dejar de emplear criterios de eficiencia
económica o rentabilidad– debe nutrirse de consideraciones y premisas acordes a
la naturaleza de la organización, así como a valores o medidas más difíciles de
identificar. La gerencia de lo social, de lo público o lo comunitario, define
su fisonomía de manera contingente a las necesidades a resolver, sin obviar las
premisas e hipótesis básicas del conocimiento administrativo.
7.
Es importante
tener un eje teórico en el cual orientarse para obtener la praxis requerida en
la organización; pero, también hay que tomar en cuenta el eje dado por la
experiencia (lo empírico), para no caer en polarizaciones que sólo causan
descontento entre los miembros de las organizaciones. Debido a la complejidad
del entorno que rodea a la organización transcompleja, la ruta hacia el éxito
de la misma es discontinuo y la experiencia puede iluminar el camino hacia la
obtención de las mejores prácticas para agregar valor al trabajo realizado por
sus miembros. Esto en el fondo nos lleva a inducir, a aceptar el empirismo
inductivo, lo que resulta una muestra de esa trans-postmodernidad, ya que en
realidad nos estaríamos moviendo entre lo moderno y lo postmoderno, sin
establecer con exactitud una tendencia específica; pero, esto no implica ambigüedad
sino una simbiosis entre los diferentes cómo conocemos (perspectivas) y podemos
dar respuesta a nuestra realidad.
8.
El conocimiento,
la teoría y la práctica administrativa de las ciencias gerenciales están
obligadas a adaptarse a las transformaciones ocurridas en el escenario
organizativo. La gerencia de este nuevo tipo de organizaciones demanda la
adopción de un conjunto de valores coma la solidaridad, la cooperación, la
confianza, la participación y la responsabilidad social, cuando se trata de
conducir o gerenciar una organización en la actualidad o de intentar explicar
su conformación e integración. Los valores antes referidos debiesen constituirse
en los imperativos categóricos de todas las organizaciones actuales, sean éstas
públicas, privadas, ONG, internacionales, etc.; ello, a los fines de garantizar
decisiones éticas en un mundo en el que la globalización no beneficia a todos
por igual (desigualdad de bienestar a nivel global); pero, es algo a lo que
todos debemos aspirar, así sea una utopía.
BIBLIOGRAFIA
1.
2. Kaplan, A. (1964). The conduct of inquiry:
methodology for behavioral science. San
Francisco: Chandler.
3. Rojas, Luis Et. Al. 2001. "Posmodernidad:
Lógicas Organizacionales, Lógicas Tecnológicas". En: Organizaciones
Transcomplejas. Rigoberto Lanz (Compilador). IMPOSMO. CONICIT. Venezuela.
4. Suarez Evalú. "Nuevos Modelos De Gestión.
Nuevos Modelos Organizativos. ¿Organizaciones Posmodernas?". En:
Organizaciones Transcomplejas. Rigoberto Lanz (Compilador). IMPOSMO. CONICIT.
Venezuela.
Otras Fuentes Consultadas
(5) Bonillo, Puente y Vera (2005). Enfoque Trans – Orgánico Emergente en el
ámbito de la concepción Moderna, Transmoderna o Postmoderna de
(3) Bosch, Carmen. El Reto de
http://www.ugr.es/~icem2002/Ponencias/BoschCaballeroCarmen.PDF
(2) Briceño, Magally (2005), Ebook. Seminario de Filosofía de
(6)Campechano
Covarrubias. El Pensamiento Complejo y el Pensar lo Educativo. Disponible en: http://educacion.jalisco.gob.mx/consulta/educar/05/complejo.html
(8) Gómez I. y Alarcón
L.
(9) Hernández J. En el
Cruce de Caminos de los Paradigmas. Disponible en: http://amauta.org/CruceCaminos.htm
Keller. Between the Modern and Postmodern. Disponible en: http://www.gseis.ucla.edu/faculty/kellner/essays/postmodernadventure.pdf
(4) Lozano, A. (s/f). Ebook .
(1) Wikipedia. El Postmodernismo. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Postmodernismo
(7) Zilly J. Lyotard y
Última
Actualización: 17 JUNIO 2005