El 11-M, nos despertó a todos con una
cruda y dura realidad. Al mismo tiempo, despertó en nosotros, algo
que se estaba durmiendo: la solidaridad. Aquello me hizo sentir
impotente ante la nada. Pero también te hace estar atento a todo lo
que está ocurriendo. Pasados unos días, sentí la necesidad de
plasmar todo aquello que había visto, como un homenaje a todas esas
gentes. A las gentes que lo sufrieron y ayudaron; y, al mismo
tiempo, liberarme de un cierto sentimiento de no sé qué. Quizás
la necesidad de contarlo, porque odio no siento.
Con el fondo negro quiero representar el
LUTO que nos cubrió. Luto que se transforma en verde, VERDE
ESPERANZA que nos lleva a un HORIZONTE. Horizonte con luz, cercano o
no, eso depende de nosotros.
LA VELA es el símbolo de la sinceridad,
entrega y sufrimiento que las gentes depositaron en la Estación de
Atocha. Símbolo apoyado en una plataforma fuerte y consistente, que
representa a los VOLUNTARIOS: bomberos, policías, sanitarios,
gentes de la calle y a todos los que tendieron la mano.
LA LÁGRIMA representa el grito de las
gentes en la manifestación de Madrid: "No
está lloviendo, el cielo está llorando". Lágrima
que cae sobre las tres explosiones, explosiones minorizadas, porque,
aunque tienen importancia carecen de valor. ¡Ojalá un día caiga y
las APAGUE!
Yo busco la PAZ. ¿Y tú?
Carlos Fernández Fernández
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