JUVENILIA DE UN GRAN POETA (1917-1918)

A finales de abril o principios de Junio de 1917 Lorca volvió a Baeza con Martín Domínguez y nuevamente les recibió Antonio Machado. A la vuelta de aquel viaje se cree que Lorca escribió su primer poema “Canción. Ensueño y confusión”, un poema en el que se nota la influencia de Ruben Dario.
Después realizo un viaje a Burgos con su maestro donde tuvo la oportunidad de conocer Santo Domingo de Silos y de vivir una de las huelgas más salvajes conocidas. Allí escribió varios artículos en el Diario de Burgos uno de los cuales resulto ser ofensivo para los lectores del mismo.
Lorca en su viaje de estudios

Lorca estaba enamorado o creía estarlo por aquel entonces de Maria Luisa Egea, hija de un rico hombre de negocios, la chica era cuatro o cinco años mayor que el poeta y una excelente pianista. Los sentimientos que abrigaba por ella, tal vez nunca declarados, le atormentaban y en diversas cartas enviadas a D. Jose Fernández Montesinos famoso mujeriego le advertía de que Maria Luisa era “fría”

A partir del verano de 1917 Federico se dedicaba a escribir a todas horas,“aprovechaba cualquier papel para escribir cosas” comento en una ocasión su hermano. Tanto era así que gracias a que fechaba los escritos podemos saber sus estados emocionales en aquella época, estados caracterizados en una gran rebeldía contra la iglesia y una gran angustia sexual. En esos textos se observa un profundo amor hacía Jesús y odio al Dios cristiano y al clero de la iglesia.

Este es el reino del dolor
Y no existe el dios del amor
Que nos pintan.
Contemplando los cielos
Se adivina el imposible de Dios,
Dios es el eterno mudo,
Dios inconsciente, mudo,
El abismo,
El Dios que dice el Cristo
Que habita en los cielos, es injusto.
Truena sobre los buenos
Truena sobre los malos
Inclemente…..

Los escritos juveniles de Lorca demuestra que ha llegado a la convicción de que el ejemplo y el sacrificio de Cristo fueron inútiles. Y de que, si la humanidad no quiere escuchar el mensaje de amor de Jesús, la culpa la tienen en gran parte los representantes oficiales del Salvador en al tierra, empezando por el Papa. Lorca considera que el clero traiciona constantemente a Cristo. En estos escritos Lorca se identifica con Cristo al que tanto admira.

Otra de las obsesiones en sus primeros escritos era la angustia sexual. En todas estas paginas encontramos frases como:

“Angustiosos deseos de abrazar”

“Mí corazón esta sediento de amor y mi cuerpo quemado de deseos”

Y hasta confesiones como:

“Por ti seria carne sin alma para gozarte en una copula que haría sonrojarse hasta a la mismísima Venus”
pero también para Lorca....

“La vida es un camino triste
que ilumina el sexo que en vano buscamos”.

Para Lorca el sexo o la pasión amorosa son inseparables de la angustia o dicho de otra manera la angustia es lo que impide ir en busca de la fruición amorosa. ¿Le atormentaba a Lorca la posibilidad de encontrarse impotente ante la mujer? …

“Yo soy un hombre hecho para desear y no poder conseguir. ¿Qué tienen los labios de las mujeres? ¿Por qué su contacto me hace morir? Sin contestación.

“¿Por qué suspiramos por lo inmenso si luego de oficiantes del amor no sabemos ser sacerdotes supremos en la mujer ni tener los desfallecimientos que merecen sus encantos…?

En otros escritos se considera “grotesco y sin solución” y se compara a dos famosos amantes fracasados: Don Quijote y Cyrano de Bergerac y confesaria sus sentimientos de torpeza y de absoluto desanimo ante el fracaso de su “ilusión de ser grande en el amor”

Los textos juveniles de Lorca aluden reiteradamente a un primer amor irremediablemente perdido. Se trata de una chica rubia, de ojos azules, que por lo visto ha tenido que irse de Granada.

“Mi primer amor se desmorono en una noche clara y fría de este mes”

“Nuestro beso esta perdido en lejanos labios del olvido donde jamas tendrá su amanecer”

En otro escrito recuerda las palabras pronunciadas por la muchacha en aquella ocasión

“Así tiene que ser. La sociedad sanguinaria nos separa” A mi también se me destroza el corazón”

Los escritos tempranos de Lorca dan fe, es resumen, de una angustia sexual que lo atormenta, de un gran sentimiento de fracaso amoroso, de una tristeza nativa, y de un tremendo conflicto entre Dios y Dionisio. El Lorca adolescente es un alma en pena empeñado, sin embargo, en salvarse a través de su vocación literaria.

El padre de Lorca se sentía perplejo por la vocación de su hijo y con todos los textos que el poeta había escrito de su viaje por Castilla. Tras consultarlo con amigos y entendidos decidió pagar la edición del primer libro de su hijo “Impresiones y Paisajes” que salió a la venta en la segunda semana del mes de Abril de 1918 con una gran acogida por parte de la critica, en cambio y como prevé en su prologo el libro no lograría ser un éxito nacional y después de unos días en los escaparates, desapareció el libro, víctima de la indiferencia del publico lector y poco tiempo después lo retiraría de la venta amontonando los cientos de libros en el desván. Pero además de esto a Lorca la publicación de este libro también le costaría la amistad con su maestro D. Martín Domínguez Berrueta tras numerosos “feos” que le hizo el poeta al maestro. No se volverían a dirigir jamas la palabra de lo cual Federico se arrepentiría por el desprecio que había hecho a quien había conseguido que “atravesara la puerta estrecha para conocerse mejor”

Portadas del primer libro

En Agosto de 1918 Lorca conocería a Emilia Llanos Medina, diez años mayor que él. Le causo una gran impresión y fue el inicio de una estrecha amistad que se mantendría hasta la muerte del Poeta.

La carrera universitaria del poeta no corría por los mejores momentos e influidos por D. Fernando de los Ríos y ante la publicación de su libro sus padres decidieron enviar a Madrid a su hijo para estudiar en la archifamosa “Residencia de Estudiantes”, así pues en la primavera de 1919 y con la carta de exclusión del servicio militar, Lorca viajaría a Madrid en busca de su plaza en la Residencia de Estudiantes.

PROXIMO CAPITULO: IV.- PRIMEROS PASOS POR MADRID, PRIMAVERA DE 1919