MOMENTOS
Hay veces en que simplemente un gesto, una palabra, actualiza momentos olvidados pero archivados de nuestras vidas. La instantánea de una mariposa posada en una pequeña seta en el humedal, acercó a mi memoria un hecho ocurrido hace unos años. Mi sobrina era pequeña, pero ya gozábamos ambas de una total complicidad que nos apartaba del resto de la familia. Seguramente porque la recogí al nacer, le corté sus primeras uñas e intentaba calmar su llanto pegándola a mí. Era un día de comienzos de primavera o de pleno verano, no sé con exactitud. En realidad no importa. Estábamos en mi casa de Peñaflor en el jardín, tampoco recuerdo mucho más. Hablábamos, seguro, de algo importante, cuando una mariposa realmente preciosa, nueva, brillante, cansada posiblemente, se posó en el nudillo de mi dedo índice. En aquel momento, todo quedó en suspenso... Permanecimos durante un rato inmóviles gozando del momento y cometí un error. Le dije algo así como: “admira mi poder con las mariposas. Mira que encanto tengo, hasta las mariposas se posan en mis dedos...” Durante un rato hice ostentosa gala de ello. Ella me miró absorta, pero sé que quería obtener ese poder. Otro día, me trajo encima de su dedito, una mariposa muerta. R.Blanca, 7. XI. 01
|