Daño de mi soledad Yo era galeón de gavilán enamorado, yo era escultor de alegría de marítimo labrador, yo era ruiseñor desfilando huertas de amaneceres, pero el cardo de mi pena lo ha derribado. Ya me parecía que el día se trenzaba con la noche, tras mi ventana rebotaban almendros de amargura, quise ser niño de autista cuento de pincelada bravura, crispó la ventana mi soledad con canalones de derroche. Caudalosamente me cuenta desventuras de mi sangre, cría baúles fieros de tajantes silencios, harpas sollozantes, su calzado que ni entiendo, asi es mi soledad, tronío manantial, bramido hambre Yo era raptor precipitando sabanas de esperanzas y de mazos, y sin conocimiento de que mi novia soledad anidó mi venida, se me fueron la brazos detrás de mi hendida y talada sonrisa, y ya se me fué el contoneo de mi corazón en los brazos. Felix |