Qué sola estás arena de esferas entretejidas,
pero qué sola poseyendo playas de opacas olas,
hasta tus orillas tiñen tiritadas abruptas caracolas,
y mi  errante cuerpo de pena se cae de manos descosidas.


Es sangre la arena fragmentada de moribundo oleaje,
escarbó la playa rizos de tristes labranzas reflejadas,
¿porque el invierno dió cárcel a tu savia alardeada?,
se han entenebrecido arenas y palomas su plumaje.


Arenas y palmeras bifurcan sus geranios,
se precipita a tu llanura Noviembres y Marzos,
¡quiero desenterrar cañón de anheloso verano!.


Y esta playa será madre de cisne vestida de espera,
hasta  que un roce celestial de veraneante navío te visite,
y cuando el verano te invada, serás alegre gaviota colmenera.

Felix